Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Meleth Nin por kazen_nova17

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Le echare toda la culpa de este atraso de actualizacion a mi u, XD

es la culpable do todo asdsd T-T los medios cursos absorvieron toda mi imaginacion

sin mas disfruten!

En el silencio del palacio, el resonar de unos pasos presurosos se escuchaba como si del mayor bullicio se tratara. Un elfo Silvano corría las grandes salas de los pisos inferiores rumbo al salón principal. Una vez ante este, con una reverencia ante el ser frente a él, hablo.

 

 

─Mi Rey, ha llegado los nuevos pedidos de vino─

 

 

─Perfecto, tráiganme una copa del mejor de todos─

 

 

─Como ordene─

 

 

En el majestuoso Reino de Mirkwood, el gran Rey elfo, Thranduil, yacía sentado sobre su  ostentoso trono, con su elegante corona de otoño adornando su pulcra cabeza y sus túnicas del más fino algodón. Bajo con elegancia digna y se dirigió a su despacho, después de oír a su consejo, debía atender los asuntos del reino y los problemas que cada vez se cernían en sus fronteras. 

 

 

Todo en el bosque Negro se vivía en relativa paz y armonía con las costumbres guerreras y osadas de los elfos verdes, los grandes elfos del bosque. Criaturas únicas y muy distintas a los elfos que habitaban cruzando las montañas al este, lejos de toda esa paz que sus colegas vivían, los elfos verdes eras guerreros por excelencia. Aunque ello les había quitado la prudencia a cambio de la osadía. Un cambio que aceptaron con gusto.

 

 

Con elegante paso entró en el despacho donde yacían esperándolo algunos de los elfos más sabios.

 

 

─Majestad, lamentamos molestarlo ahora, pero hemos recibido noticias urgentes, nuestras fronteras al sur están siendo constantemente atacadas por los orcos sobrevivientes─

 

 

─Envíen un tropa y mátenlos, debemos limpiar estas tierras de todo rastro de esas criaturas─ Hablo mientras acomodaba los papeles sobre su mesa y se disponía a sentarse.

 

 

─Lo hicimos ya, pero parece que tienen algún arma, lograron vencer a la tropa y solo regreso uno mal herido─

 

 

─¿Lo examinaron ya? ─El otro elfo tomo la palabra ante su señor.

 

 

─Son flechas oscuras majestad, matan la luz de los Eldar en cuestión de minutos─ Con notable molestia el Rey elfo los miró.

 

 

─ ¿Estás diciendo que unas flechas son las que frenan el poder de los elfos silvanos? ─

 

 

─Majestad─

 

 

─Combatiremos el fuego con fuego, prepara una nueva tropa que se divida en tres grupos, en el segundo que la mayoría sean arqueros excepcionales y una armada adelante y otra oculta. Mientras traten de  frenar en ataque frontal mostraran sus puestos de vigilancia,  los elfos escondidos en puntos estratégicos podrán dispararles y bajar la defensa,  para dar pase a un asedio y terminar de una vez por todas con esas alimañas─

 

 

─Se hará como se ordene─ Estos se retiraron mostrándose conformes con la estrategia que había montado su Rey, al verse solo, Thranduil se permitió beber de su copa con parsimonia.

 

 

Llevaba siendo el Rey por un largo tiempo, con una soberanía absoluta en todo tipo de decisiones, sin estar sujeto a limitaciones, podían ser bueno o molestoso en ocasiones, al no tener jefes militares todas las decisiones recaían en su cabeza y a los consejeros les gustaba de hacerse problemas en vano. Negó levemente mientras se acomodaba dispuesto a leer todo el papeleo amontonado.

 

 

Después de todo él era el Rey Elfo.

 

 

**

 

 

 

 

El gran imperio del bosque se alzaba elegantemente.

 

Pronto el silencio que lo reina se vio interrumpido por los trotes de unos cascos. Los guardias que custodiaban las puertas de la entrada al reino divisaron una comitiva venida del oeste. Sin duda se trataba de elfos. Una comitiva de Lórien.

 

 

─Mae Govannen. ¿Qué asuntos traen a elfos de tierras tan lejanas a este reino? ─

 

 

─ Celeborn, señor de Lórien ha venido en visita de su Rey. Quién le habla es el capitán de las fuerzas de los galadrim. Haldir─

 

 

Un caballo totalmente blanco se puso frente al capitán. El elfo que lo montaba era sumamente hermoso y su sola presencia imponía respeto y admiración. Dedico una cálida sonrisa al guardia. Este inmediatamente saludo con una leve venía mientras indicaba el pasó libre al reino.

 

 

La comitiva de no más de cinco elfos ingresaron quedando asombrados con la belleza  este lugar destinaba. Desmontando sus corceles siguieron la ruta que uno de los guardias les guiaba.

 

 

─No estás en tierras enemigas Haldir. No tienes por qué estar a la defensiva, estas con nuestra raza─ Dijo con cierta gracia Celeborn al notar la actitud defensiva que había optado su capitán.

 

 

─Pero mi señor. Su seguridad es mi prioridad y─

 

 

─Dentro de este reino estoy seguro, confía en mí─

 

 

En un suspiro sordo el galadrim entregó sus armas muy a su pesar. Con la mirada aprobatoria del señor del Lórien avanzaron por el largo recorrido de raíces y troncos.

 

 

─Mi rey ya está al tanto de su visita...sin embargo sólo lord Celeborn puede ingresar. ─Comunico el elfo Silvano.

 

 

─¿Cómo? Tiene todo el derecho de ingresar con al menos un guardia- El elfo mayor negó con la cabeza mientras avanzaba.

 

 

─No te preocupes Haldir. ─ Y sin más las anchas puertas se abrieron─ Aguarda mi regreso en calma─La gran y estela figura de señor de Lorien se perdió tras las puertas mientras Haldir asentía con la cabeza.

 

 

Impresionado

 

 

Era así como se podía describir lo que sentía Celeborn en se instante. La belleza única con la que había sido labrado al lugar era exquisita pero también poseían cierto aire rústico que sólo le daba un aire mucho más místico.

 

 

Con todo el respeto y la elegancia que lo caracterizaba, Celeborn se acercó al trono.

 

 

─Es todo un honor tener al Señor de Lórien en mi reino. Aunque su visita sin su adorada esposa me sorprende ─ Hablo la gran y esbelta figura del soberano del reino de Mirkwood. Celeborn omitió el comentario sobre Galadriel y sonrió.

 

 

─Y créame, gran rey elfo en lo que respecta a mí, me siento honrado al ser recibido en sus salas─

 

 

─Celeborn deja los formalismos que bien sabes no es lo tuyo- Adujo mientras bajaba de su trono y hacía una señal a sus guardias- Mae Govannen mellon nin, ha pasado un largo período desde la última vez que cruzamos palabras-

 

 

─Más de una edad Thranduil─ El nombrado llegó hasta el lado del visitante. Con elegancia retiró algunos de sus rubios mechones y acomodó su corona. Celeborn no perdió detalle de tal despliegue de elegancia y con una sonrisa se acercó al rey elfo.

 

 

─ Sígueme. Te llevaré hasta el lugar donde están tus aposentos, mientras podrías explicarme tu repentina visita─

 

 

─No hay nada que explicar, simplemente desde salir de Lórien. Aspirar nuevos aromas y ver más bosques, no me gusta permanecer mucho encerrado─

 

 

─Toda una sorpresa. Pero y...la Noldor...es decir  Galadriel... ¿No se opuso a esta repentina visita? Creo saber que su estima hacía mi es tanta como la mía hacía ella─Hablo con notable ironía lo cual provoco una leve risa en el lord de Lórien.

 

 

─Galadriel no puede imponerme ni prohibirme  nada. Fue mi libre elección venir ─

 

 

─Eso es algo totalmente nuevo...creí que su matri─

 

 

─No hablemos de mi matrimonio por favor─

 

 

─Parece que no bien, tu matrimonio es uno de los más conocidos─

 

 

─Uno que ya dejó de existir─Fue un pensamiento que una respuesta mas  no pasó desapercibido para el Rey elfo. Se vio tentado a cuestionar más del asunto

 

 

─ ¿ya no existe? ─ Cuestionó entre sorprendido  y alegre. El elfo sabio se limitó  a sentir con la cabeza al tiempo que desviada la mirada.

 

 

─ Han ocurrido demasiadas cosas entre nosotros, creo que no me di cuenta de ello hasta que fue demasiado tarde. ─ Contesto no queriendo ahondar Mucho en el tema.

 

 

─Eso es tan extraño Celeborn, ¿Te has dado cuenta de algo que no habías visto antes? ─

 

 

─ Desde la partida de Celebrían. Nuestra relación no volvió a ser la misma y simplemente decidimos mantenernos juntos para mantener las apariencias. En lo que respecta mis sentimientos hacía ella no es más que respeto y un profundo cariño, más no amor. ─ Se sinceró completamente.

 

 

─Es una lástima que un matrimonio tan largo como el suyo haya encontrado su fin de esa manera, tenga mis más sinceras  condolencias por ello─ Llegaron frente a un cuarto. ─ Este será el lugar que ocuparas hasta que te sienta libre de volver a tu tierra─

 

 

─Hannon le─

 

 

─Ni lo menciones, tienes suerte Celeborn, acaba de llegarme unos vinos exquisitos y sabes de que hay se te dará una bienvenida a lo silvano─

 

 

─No hace falta Thranduil─

 

 

─Eso no lo decides tu señor de Lórien, son cosas que se hacen en mi reino─ Celeborn rio mientras negaba con la cabeza.

 

 

─No puedo ir en contra de su voluntad─

 

 

─Exactamente, siéntete libre de hacer lo que quieras, ordenare que traigan tus cosas aquí─ Sonrió─ Nos veremos en la fiesta Celeborn─ La puerta fue cerrada y junto con ella el señor de Lórien puedo soltar todo el aire que retenía en sus pulmones, lo había visto después de tanto tiempo y seguía siendo tan hermosos que sus ojos no podía apartarse de su rostro por un momento. Había emprendido ese viaje con el único motivo de saber si aquellos sentimientos que alguna vez albergo aun existían y gran sorpresa había sido que con solo verlo su corazón haya retrocedido el tiempo hasta la primera vez que lo vio. Se sintió nuevamente con un elfo joven que reconoce el primer amor.

 

 

**

 

 

─Mi señor Celeborn-

 

 

─Puedes pasar  Haldir -

 

 

─Con el debido respeto. No creo que dejar nuestros puestos de guardias durante la fiesta sea lo más indicado. ─

 

 

─Tan precavido como siempre mi estimado Haldir. Por algo eres el líder de la guardia de Lórien, más te digo que está es una bienvenida y como tal  debemos de estar presentes en muestra de respeto y agradecimiento─

 

 

─Mi señor Celeborn... ¿está usted bien?-

 

 

─Nada de lo que te debas de alarmar. Ve y prepárate para la fiesta ─

 

 

─Ya estoy preparado─Celeborn  curvo una ceja. Miro al elfo de arriba hacia abajo. Seguía con la ropa de guardia aún puesta, el cabello ligeramente peinado.

 

 

─Das la impresión que vas  a librar una batalla y no una fiesta, claro que no estás listo─ Se giró y comenzó a buscar en la pequeña maleta que había traído consigo. Pronto saco una túnica gris con algunos bordados ─He traído mucha ropa, te la prestó-

 

 

─Mi señor como cree que yo usaría su ropa. No se moleste en ello por favor ─ Un ligero rubor corrió a las mejillas del capitán.

 

 

─Haldir, no te lo pregunté ─ La sonrisa de Celeborn no daba pie a negaciones.

 

 

─De acuerdo.... ─ Tomo la túnica suspirando pesadamente.

 

 

─Puedes vestirte ahí ─ Apuntó a un cuarto privado. ─ Sales para ayudarte con los broches, es algo complicado de poner sin  ayuda ─ Obediente el elfo acato la orden. Su rey podía llega  ser demasiado noble.

 

 

Mientras Celeborn aprovechó también para cambiarse, vistió con una fina túnica algo ceñida  color verde oscuro con bordados en plata al igual que los broches que adornaban su pecho y hombros. Una larga capa marrón que se unió en los hombros con tres broches. Ato su larga cabellera en una sencilla trenza. Haldir salió del cuarto ya vestido.

 

 

─Ven ─Celeborn le colocó los broches en la espalda. Haldir algo incómodo se dejó hacer, su relación con Celeborn era muy estrecha, pero cosas como esas lograban descolocar al galadhrim.─Está listo, ahora sí parece que vas a una fiesta y no a matar orcos ─ Compartieron una sonrisa y bajaron guiados por la música. Sin duda era una digna fiesta, música comida y bebida sumada la alegría que desbordaban los elfos silvanos. Celeborn encantado se sentó junto a los altos mandos del reino y viejos conocidos.

 

 

─Ha pasado mucho tiempo desde que lo vi Lord─

 

 

─Desde que se mudó de Lórien hasta aquí, y es parte del consejo real, mis felicitaciones Isimel─-

 

 

─Como si eso fuese algo importante aquí, la monarquía aún se rige en este reino, la ley es la palabra del Rey Thranduil-el Teleri solo sonrió levemente ante el comentario, había odio rumores del poder que poseía el monarca de Mirkwood pero nunca había pensado que sería tanta, cada reino se rige según sus costumbres y parecía que los silvanos estaban acostumbrados  a ello.

 

 

Con una amena charla comenzó la noche y la fiesta, los elfos verdes danzaban y cantaban ajenos al mundo exterior, un ambiente cálido y acogedor se respiraba en el aire, Celeborn se sentía tan cómodo que por un momento olvido los problemas militares de Lórien, sus problemas con Galadriel, todo. Después de la 10ma botella de vino, el elfo sentía un leve mareo.

 

 

─Mi Lord, por favor me concedería esta pieza─ Un joven y atractivo elfo, de lechosa piel, hebras negras y onduladas, de grandes y hermosos ojos se acercó al Teleri ofreciéndole la mano, el aludido ya con los vapores del alcohol no se lo pensó mucho para coger la mano del joven elfo y adentrarse en la muchedumbre y bailar como lo hacía décadas atrás. Pero el elfito tenía más que la simple intención de sacar a bailar al Teleri; a pesar de los años aún conservaba una semental imagen que dejaba boquiabierto  cuanto ser lo veía, un ser hermoso, de cabellos plata y piel pálida, de ojos claros y tupidas pestañas, rostro fino y masculino de imponente figura, el señor de Lórien, sin duda los jóvenes elfitos perdían la cabeza por un ser como él.

 

 

─Déjeme decirle mi Lord que usted baila muy bien─ El aludido solo se limitó a sonreír, pues con sus años de experiencia sabia a donde quería llegar el elfo de hebras negras, con una excusa logro zafarse del agarre de este, mas su avance se vio irrumpido cuando cuatro elfitos se le acercaron con 8 copas de aquel delicioso vino del Mirkwood, sin pensárselo mucho el señor de Lórien bebió todos quedando aún más mareado de lo que ya estaba, no cortos ni perezosos los elfitos aprovecharon para llevar a la pista de baile al elfo, oh si acorralado por cuatro elfitos silvanos se encontraba Celeborn.

 

 

El alto monarca del reino se hizo presente con sutileza, se sentó cerca a sus consejeros captando rápidamente la atención de estos.

 

 

─Rey Thranduil sabía que bajaría a la fiesta, los elfos le están dando una muy cálida bienvenida al señor de Lórien – El aludido aqueo una ceja a lo que el consejero apunto hacia la muchedumbre, un ya borracho Celeborn era toqueteado discretamente por los jóvenes elfitos, cosa que no pasó desapercibida para los suspicaces ojos del rey elfo.

 

 

Los elfitos aprovechando el estado del mayor avanzaron cautelosos, arriba, abajo, derecha, izquierda, espacio libre y avanzaban con el lord llevándolo a las bodegas.

 

 

Thranduil no había perdido detalle de lo que pasaba.

 

 

─ ¿Dónde está su gran capitán?─ Cuestiono, ya que sabía que el reconocido, Haldir de Lórien era como una sombra tras Celeborn  y como si lo hubiese invocado este acudió en rescate de su señor, alejo con respeto a los elfos que osaban acosar al Teleri e incluso intercambio palabras con este, pero el rey elfo pudo ver más en la mirada del capitán, algo que de cierta manera lo molesto y evito que los perdiera de vista hasta que dejaron la bulliciosa fiesta. ─ Tráiganme una copa de vino─ No tenía que preocuparse por ello. Era su capitán después de todo.

 

 

*

 

 

 

─ Mi señor, por favor coopere─ No le era nada fácil al capitán  que luchaba contra un ebrio Celeborn.

 

 

─Haldir…quiero otra copa─ Bufo el nombrado mientras recostaba al Teleri en su alcoba, se dio un tiempo para apreciarlo, para después negar levemente. ─ Haldir…─

 

 

─Dígame─ se mantuvo de pie atento a su señor.

 

 

─¿Por qué amar están complicado?─El aludido se retiró negando con la cabeza.

 

 

─No esta lucido, no sabe lo que dice─

 

 

─Sé lo que digo. Ven,  prometo que no hace nada que tu no desees, no estoy tan borracho ─ Indeciso se hallaba el galadhrim. ─ Haldir─ extendió los brazos ─ Ven ─Muy obediente y dejando de lado a su razón el galadhrim obedeció sintiendo un calor inundar su pecho─ No sé qué haría si no te tuviera a mi lado, hace mucho ya habría enloquecido─ Ambos se recostaron en el amplio colchón.

 

 

─Sabe bien que eso no sucedería─

 

 

─Gracias Mellon nin─ Y con una última sonrisa el mayor se dejó caer ante el sueño. Haldir medito lo que estaba haciendo, pero al ver el semblante más calmado de Celeborn alejo todo tipo de pensamientos, trato de levantarse pero el agarre de su señor sobre su brazo no lo dejaba ir, por lo que rendido decidió dormir.

 

 

Thranduil se paseaba por los cuartos de su palacio, hacía mucho ya que no veía a sus invitados y eso lo intrigaba, por lo que decidió ir a dar un vistazo, arqueo la ceja con escepticismo cuando vio al señor se Lórien y a su capitán dormidos en la misma cama. Sí que se tenía una gran confianza, pensó para sus adentros, rápidamente su memoria voló a la conversación que había tenido con el teleri esa tarde. ¿Sería quizás qué existía algún tipo de romance entre el lord y su capitán? Eso si que era algo nuevo. Con una sonrisilla en el rostro cerró la puerta con cuidado y se dirigió a sus aposentos, la fiesta aún continuaba pero él ya se sentía exhausto.

 

 

Vaya con el señor de Lórien, nunca creyó              que le llegaría a ser infiel a Galadriel, pero la vida en Arda parecía estar llena de sorpresas. Con un último sorbo a su copa su imponente figura se perdió en el pasillo.

Notas finales:

<3

ya iniciamos las especulaciones!

que sorpresas mas nos traeran?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).