Capítulo 18
Hoy hace un buen día
La soledad de una celda en un barco, nunca creyó que podría terminar en un lugar como ese, siempre había creído firmemente que moriría en batalla o se convertiría en el “Rey de los Piratas”, sí… Alguien lo suficientemente fuerte para morir bajo sus propios términos, miró al frente, había un guardia vigilando la celda… Uno solo, en condiciones normales con algo de ingenio y la buena suerte que normalmente lo acompañaba podría fácilmente escapar, pero lo buscarían con más ahínco y terminaría poniendo de nuevo a los piratas Heart en la mira.
Suspiró y miró el techo de ese lugar, bufó una leve risa, al final sí que moriría en sus términos, él había elegido morir así… Había elegido morir por defender a alguien más, era irónico que alguien como él hiciera algo así, alguien que siempre había considerado los lazos excesivamente estrechos como una debilidad… Pero ahí estaba, en una celda, con la muerte justo al frente y no tenía deseos de huir, estaba listo para hacer ese sacrificio, cerró los ojos sin perder esa sonrisa que lo caracterizaba.
El leve movimiento del barco lo adormeció, ¿Cómo estaría Trafalgar? ¿Ya se lo habrían dicho o se enteraría por los periódicos? La imagen del moreno asalto sus pensamientos, la mirada suave y la sonrisa gentil que tenía en los labios cada que el bebé se movía… Así era como lo evocaba, con esa cálida sonrisa que parecía solo tener para esa criatura en su vientre, suspiró un poco, confiaba en que Killer cuidaría de ellos, confiaba que él se haría cargo de todo junto con Heat, solo deseaba que la noticia no fuera demasiado para el ojigris, esperaba que entendiera por qué lo había hecho.
-Princesa…- susurró aún con los ojos cerrados –Más te vale cuidarte bien…- sabía que no vería de nuevo al moreno, sabía que no conocería a su hijo… Pero era lo mejor, estaba cumpliendo la única tarea que realmente podía hacer bien, cuidar de esos dos hasta el último momento, abrió los ojos contemplando la oscuridad de su celda por unos minutos ¿A dónde lo llevarían? ¿Cuánto tardarían en ejecutarlo? Se sentía cansado, malditas esposas de Kairouseki… Bostezó un poco y cerró los ojos para dormir.
El sueño lo venció rápidamente, un sueño relativamente tranquilo, o más bien pesado, ¿Cuánto durmió? No estaba seguro, solo supo que un marine lo estaba agitando para hacerlo despertar mientras otro le apuntaba por si intentaba algo, parpadeó un par de veces, al parecer su destino ya estaba decidido… No opuso resistencia cuando lo hicieron ponerse de pie, simplemente ladeo un poco el rostro hasta hacer tronar su cuello, el que le apuntaba dictó una orden… Probablemente le ordenaba que se moviera, bufó una risa y empezó a andar, no necesitaba que le dijeran que hacer.
Comenzaron a andar y subir hasta que finalmente alcanzaron la cubierta, ya había anochecido y había poco movimiento, probablemente ya habría bajado la mayoría de la tripulación, caminó por la cubierta, el sonido del mar y la luz de la luna acompañaba sus pasos, inspiró profundamente llenando sus pulmones de la esencia salina del océano, las olas rompían muy suave… El mar estaba calmado, echó la cabeza hacia atrás para ver las estrellas, mientras contemplaba la iluminación de estas, un marine se posicionó detrás suyo golpeando así su cabeza con la parte trasera de un rifle, gruñendo alguna orden a la que no se molestó en prestar atención, el cielo estaba despejado y las estrellas brillaban, ¿sería esa la última vez que pudiera ver una noche así?
Bajaron del barco y atravesaron el muelle, frente a él se erguía un cuartel de la marina, imponente como siempre, su sonrisa se hizo más amplia, al menos no moriría como un perro… Estaba seguro de que la noticia viajaría a lo largo y ancho del mundo, justo lo que deseaba… Irguió la cabeza con orgullo mientras recorría el lugar, hasta lo que parecía el calabozo, varios hombres se les habían unido en el trayecto ¿Cuánto tiempo lo dejarían en aquella ocasión? ¿Unas horas? ¿Días? Esperaba que fuera el tiempo suficiente para que todo el incidente se disipara y la memoria de la lata amarilla en medio de la batalla desapareciera.
Esta vez lo encadenaron con los brazos en alto, gruñó un poco por la posición, prefería tener las manos al frente, pero eso que mierda les importaba a los hombres, frente a la celda cuchicheaban y se burlaban de él, alcanzó a captar algunas frases… Frases que sonaban a “No era para tanto” “¿Por qué piden tanto por él?” “No es más que un cobarde…” no pudo evitar reír atrayendo la atención del grupo… Si supieran lo que habían perdido a cambio de una recompensa vistosa… Uno de ellos golpeo los barrotes con la espada que llevaba en la cintura, sin perder la sonrisa posó la mirada en aquel que reclamaba su atención
-¿Cómo puedes estar tan loco para reír cuando vas a morir?- la sonrisa en su rostro se hizo más cínica, irguió la cabeza y saco el pecho con cierto orgullo-
-Por qué voy a morir bajo mis términos…- ellos no lo entenderían y seguramente lo tacharían de loco, como siempre habían hecho, pero ellos jamás podrían saber la verdad detrás de aquellas palabras, él era Eustass “Captain” Kid, miembro de la Peor Generación, un Supernova y un hombre capáz de darlo todo por su palabra… Por su palabra y por lo que había aprendido a amar.
Les escuchó bufar una risa y luego salieron en tropel dejándole encadenado a una pared, en completa oscuridad y sin siquiera una ventana pero con una sonrisa en los labios, con la satisfacción de saber que había cumplido su propósito… Tal vez el gran propósito de su vida siempre había sido ese… Había hecho algo bueno por alguien más por primera vez desde que tenía memoria y aunque se dijeran cosas horribles de él cuando todo pasará sabía que Trafalgar Law “El cirujano de la muerte” siempre sabría la verdad…
Sus caminos se habían cruzado, se habían enredado y se habían unido, pero ya era tiempo… Era momento de separarse, bendito destino o tal vez, maldita casualidad… Había aprendido a amar a ese bebé que aún no nacía pero al final, había aprendido a amar a la “madre”, había aprendido a amar los pequeños gestos que hacía el moreno, sus berrinches… Había aprendido el significado del amor del lugar menos esperado y de la forma menos pensada, había comprendido tantas cosas y ahora sabía que había tomado las decisiones correctas.
No supo exactamente cuántos días estuvo ahí, no había ventanas ni manera de saber el paso del tiempo, estaba totalmente solo y lo alimentaban de tanto en tanto, calculaba que no había sido más de una semana cuando un grupo de marines apareció con un nuevo juego de esposas para llevárselo, al parecer, el gran día había llegado, lo desencadenaron y cambiaron las esposas mientras al menos tres marines le apuntaban, como si fuera a tratar de escapar a solas, nadie intentaría rescatarlo, Killer y Heat se asegurarían de evitar que el tatuado hiciera una locura y no había plan de respaldo. Su vida acababa ahí.
Se dejó guiar por los guardias caminando con relativa calma y sin necesidad que alguien le arrastrase por los pasillos, llevaría su sacrificio con toda la dignidad que este merecía, abrieron las grandes puertas del lugar dejando entrar la radiante luz del sol que lo cegó por un momento, apenas sus ojos se habituaron pudo apreciar un despejado cielo azul con un radiante sol, un día perfecto ¿Qué más se podía pedir?
Lo hicieron subir a la tarima y posteriormente arrodillarse entre dos verdugos, alzó la cabeza para mirar al público ahí reunido, marines e incluso civiles, volvió a sonreír, los periodistas estarían ahí reunidos, y el quería que captasen su última sonrisa, una sonrisa distinta a las habituales, fue la primera vez que pudo sonreír sintiendo calidez… Que los medios llevaran su mensaje, que Trafalgar Law supiera que él estaba bien con lo que iba a suceder, alguien hablaba en el fondo, probablemente de él, lo malo que había hecho y su escandalosa recompensa.
No quiso prestar real atención a lo que decían, nada de eso importaba, todas sus grandes “hazañas” pasaban a segundo plano, su destino estaba cumplido, protegería a su familia y esperaba haber abierto paso para el verdadero “Rey de los Piratas”, escuchó la orden de terminar con todo, escuchó el sonido de ambos ejecutores preparándose para dar el golpe de gracia, él no tenía palabras maravillosas para compartir con el mundo como Gol D. Roger ni como Shirohige, él solo tenía una cosa que quería decir.
-Hoy hace un buen día “princesa”…- el sonido de las cuchillas rasgando el aire y luego nada… La vida de Eustass “Captain” Kid había terminado.