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Y nuestros caminos se cruzaron por AbiHummel3007

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Notas del capitulo:

Aquí estoy mis querdid@s lectores *-* por fin me digno a actualizar(?) espero que esto les guste... Y les rompa el corazón(?) -inserte risa malvada- jajajaja ok no espero que lo disfruten, nos leemos al final.

Capítulo 19

No soy tan fuerte

 

Desde que los tripulantes de Kid le habían dado la noticia de lo que había sucedido con el pelirrojo había estado muy nervioso, se había encerrado en sí mismo, se sentía demasiado vacío… Roto, frío… Ni siquiera sentir a su bebé moverse lo hacía sentir mejor, la parte racional de su cerebro sabía que no podía tirarse a morir pero su corazón estaba destrozado, no se sentía capaz de seguir delante de ese modo, lo único que lo mantenía en pie era que aún no habían dicho nada en los periódicos sobre Kid fuera de la captura, aún había esperanza ¿no? Él no podía hacer nada, Bepo, Shachi y Penguin le habían retirado cualquier poder de decisión sobre el rumbo del submarino o cualquier acción que involucrará al pelirrojo… Pero Eustass-ya era fuerte, tenía una tripulación temida tal vez había un plan de respaldo.

 

Eso era lo que le gustaba pensar, aunque muy en el fondo sabía que no lo vería de nuevo, el tono en el que le hablaba el rubio sub-capitán cada que le llevaba algo de comer se lo decía… Ya era una semana desde que se había publicado la noticia de que tenían al pelirrojo en custodia y que habían llegado a uno de los cuarteles de la marina, se suponía que la ejecución sido justo el día anterior y se sentía fatal, aún no tenían noticias al respecto y la poca esperanza que había albergado en su corazón se hacía cada vez más débil además el niño no dejaba de moverse y comenzaba a causarle dolor.

 

-¡Mierda!- gimoteó cuando lo pateo con especial fuerza haciendo que aferrará su vientre encogiéndose sobre sí mismo -¡Deja de moverte!- no quería sentirlo en ese momento, sentía que su bebé estaba llamando al pelirrojo y eso lo hacía sentir peor -¡Deja de moverte!- sintió lágrimas calientes resbalar por sus mejillas –No va a venir…- un sollozo escapó de su garganta –No va a volver… No va a regresar nunca…- las lágrimas y suaves sollozos empezaron a aumentar sin darse cuenta siquiera, se cubrió el rostro con la almohada sollozando casi a gritos, su hijo lo hacía doler pero el dolor en su pecho era peor, se sentía hueco.

 

¿Por qué? Él había estado perfectamente bien antes de que el pelirrojo apareciera en su vida, entonces ¿Por qué? ¿Por qué el pelirrojo había entrado tan violentamente en su vida? Había estado tan bien solo antes de él, antes de que Kid entrará como un huracán a acabar con su calma, antes de que el otro capitán llegará a proclamarse el padre y se dedicará a meterse en su vida y la del bebé con sus discursos de ser su padre, de cuidarlos… Él no lo necesitaba, podía valerse por sí mismo y sin embargo lo había dejado entrar, lo había dejado acercarse, lo había terminado integrando en su vida, la presencia de su contrario se había vuelto una constante que lo ayudaba a sentirse mejor.

 

 Su llanto se había vuelto, como poco, histérico, la almohada ya no era suficiente para amortiguar el llanto desesperado, necesitaba la calidez del otro, en algún punto del camino se había enamorado y ahora estaba pagando las consecuencias de eso, sentía que cada parte de su ser clamaba por una caricia del pelirrojo, necesitaba sentir los fuertes brazos estrechándolo suavemente, aspirar el aroma ajeno, relajarse en la calidez tan peculiar del contrario, en medio de su histeria creyó escuchar a alguien abrir la puerta de la habitación pero no se molestó en girarse, quien quiera que fuese, no era quien él necesitaba.

 

Estaba preparado para sentir a Bepo, quien era quien solía acudir cuando tenía un ataque de llanto, cosa que había ocurrido con frecuencia esas semanas, pero no esperaba sentir algo familiar acompañado del aroma del pelirrojo, alguien le había echado encima el abrigo del pelirrojo ¿de dónde había salido? Sintió el peso de alguien en el borde de su cama pero no le importaba simplemente se aferró a aquella prenda como si su vida dependiera de ello, por alguna razón esa prenda lo ayudo a sentirse menos roto, por un segundo se permitió imaginarse que era Kid el que estaba en la habitación, sentado al borde de la cama y que en cualquier momento alguna de sus bromas estúpidas lo haría enfadar y podría olvidarse de la razón de su llanto, en cambio la voz de Killer fue la que rompió el silencio cuando su llanto hubo desaparecido.

 

-Era de Kid… Supongo que te será más útil a ti Trafalgar…- se acurrucó un poco más sin soltar el abrigo que de pronto era algo parecido a una tabla de salvación –Esta mañana tuvimos que emerger en el puerto de una isla lejana… Al parecer se necesitaban provisiones…- el rubio seguía hablando pero no quería mirarlo –Y tengo el periódico de hoy… El oso polar no estaba de acuerdo en que te lo entregará… Pero estoy seguro de que Kid deseaba que lo vieras Trafalgar…- escuchó el leve crujir del papel al ser dejado sobre la cama y luego el peso en ésta desapareció, escuchó los pasos ajenos alejarse en dirección a la puerta y la misma se abrió de nuevo –Trafalgar… Kid los amaba…- y con esas palabras la puerta se cerró dejándolo de nuevo a solas.

 

Tardó varios minutos en moverse de posición sin soltar el abrigo, al contrario se envolvió en él mientras se sentaba en la cama, miró el periódico de reojo y cerró los ojos respirando profundo para contener las lágrimas que querían salir de nuevo, con un nudo en la garganta finalmente lo tomó y la imagen de la primera plana… La imagen que lo recibió fue el pelirrojo, arrodillado entre dos militares, el corazón se le encogió en el pecho, pero entonces se dio cuenta de su sonrisa… Esa sonrisa que a ojos de cualquiera no era distinta de las habituales y sin embargo él podía verlo… Detrás de esa sonrisa socarrona y engreída había una calidez que nunca había visto.

 

Por un segundo fue como si esa imagen le estuviera transmitiendo algo del pelirrojo, casi podía escucharlo llamarlo princesa, sentía que Eustass-ya había dedicado esa última sonrisa a ellos, tal vez estaba fantaseando demasiado, pero quería creer eso con todo su corazón… Apretó la tela del abrigo con una mano mientras leía rápidamente el artículo de la página principal, nada parecía fuera de lo normal, las típicas frivolidades de la prensa… Hasta que llegó a las últimas líneas… Las últimas líneas… Sintió las lágrimas de nuevo resbalando por su rostro.

 

Ese periodista… Fuera quien fuese había escrito las últimas palabras del pelirrojo capitán, en una línea que decía algo como “En lo que parece ser el último acceso de locura del temido Eustass “Captain” Kid ha dicho una frase que nos ha dejado a todos intrigados… ‘Hoy hace un buen día princesa’…” el artículo continuaba con extrañas teorías sobre si el pelirrojo había tenido alguna amante, pero él… Él lo había entendido… El estúpido y pesado padre de su hijo le había dedicado su última palabra… Su último pensamiento…

 

Estrujo el diario en la mano que lo sostenía, no sabía que sentir, dolía como nunca creyó que algo podía doler, tenía un vacío que no sabía que podía existir, era como si le hubieran arrancado algo precioso que no sabía que tenía, arrojo el periódico al suelo, no quería seguir pensando, cerró los ojos con fuerza y se cubrió el rostro con ambas manos, por primera vez pudo ver los pequeños gestos del pelirrojo hacia él como algo más que cuidar a la “incubadora” de su hijo, por primera vez se sintió capaz de apreciar esos momentos en los que el pelirrojo lo abrazaba, la suave calidez con la que el otro lo acunaba a veces… Solía pensar que lo imaginaba, que eran sus estúpidas hormonas las que lo hacían sentir cosas que no estaban ahí, pero ahora… Ahora sentía que tal vez no alucinaba, tal vez y solo tal vez lo que el rubio había dicho era cierto.

 

¿El pelirrojo lo había amado? ¿Él le había amado? ¿Qué había sido exactamente lo que ellos habían compartido en esos meses? ¿Obligación? Tal vez al principio… ¿Amor? No estaba seguro si lo que habían sentido podía describirse como amor… No sabía que era el amor… Pero sabía que había sido real al final… Con todo y sus peleas, los gritos, las rabietas… Todo eso había terminado en algo que no sabía cómo describir, pero que de algún modo le había dado algo que no sabía que necesitaba tan desesperadamente, ahogó un nuevo sollozo, se aferraría a la criatura en su vientre como el último vestigio de todo, lo que fuera que había tenido con el otro capitán… El bebé en su vientre era todo lo que quedaba más allá de un recuerdo.

 

-No soy tan fuerte…- susurro –No soy tan fuerte…- se dejó caer de nuevo en la cama ocultando su rostro en el abrigo que había pertenecido al otro –No puedo solo… Nunca pude solo… Maldita sea Eustass-ya… Te odio… Te odio tanto… ¿Por qué tenías que hacerme esto?- no lo odiaba… Nunca podría… Pero prefería negarse lo que sentía a hundirse… De pronto no se sentía con la fuerza para seguir aunque sabía que tenía que hacerlo –No soy tan fuerte… Pero debe seguir… Debo seguir por ti…- susurro aferrando su vientre levemente.

Notas finales:

Pueeees, informo que al fic le faltan entre 5 y 10 capítulos... Espero que esten disfrutando de este proyecto tanto como yo, un beso!


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