Capítulo 8
Hormonas
El tatuado había aceptado quedarse en cama, había aceptado pedirle a él las cosas si necesitaba algo, así que decidió mudarse a su camerino a pesar de las protestas del ojigris, si él se iba a encargar de llevarle lo que necesitará era mejor quedarse cerca, se instaló en el pequeño sillón que había en la habitación, los primeros días “la madre” de su hijo no dejaba de taladrarlo con la mirada, estaba bastante seguro de que si las miradas mataran él ya estaría varios metros bajo tierra.
Llevaba ya dos semanas ahí, estaba tumbado en el sillón de la habitación jugando con un cuchillo, repeliéndolo y atrayéndolo con el poder de su fruta mientras el moreno estaba tumbado en la cama, al parecer ya estaba resignado a tenerlo ahí, no le hablaba más de lo estrictamente necesario pero había dejado de tratar de echarlo, las dos primeras noches en algún punto de la madrugada aparecía en su cama… Había descubierto que usaba la Ope Ope para sacarlo, lo cambiaba con las sabanas.
La primera vez lo había tomado con calma, había regresado a la habitación ajena un poco enfurruñado pero no dijo nada… Pero finalmente habían acabado peleando a gritos la segunda vez, él había gritado, el tatuado había gritado, se habían mandado al demonio, el tatuado había amenazado con tirarlo al mar y él lo había retado a intentarlo, habían terminado apareciendo los tripulantes del otro joven y los suyos propios, Killer lo había arrastrado fuera de la habitación mientras se seguían gritando improperios el uno al otro, mientras Heat trataba de hacerlo entrar en razón y los ostros tres hacían lo propio con su capitán.
Le pareció oír que el pelirrojo con gorra lo reprendía por utilizar el poder de su fruta pero estaban tan ocupados maldiciéndose que no estaba seguro de haber oído bien, finalmente Killer había amenazado con rebanarle la garganta si no se callaba, sabía que el rubio no se atrevería a hacerlo realmente pero cumplió el objetivo y él se quedó callado, o al menos dejo de gritar a través de la puerta cerrada, tardó un par de minutos en calmarse y otro par para que el moreno dejará de discutir con el oso polar dentro de la habitación, sabía que no era lo más coherente pelear con un embarazado hormonal pero no podía evitarlo, era frustrante.
Suspiró por el mal recuerdo y volvió a repeler el cuchillo, al menos había servido para que dejará de sacarlo de la habitación y tampoco habían vuelto a pelear de esa manera simplemente pasaban el tiempo así, Trafalgar tumbado en la cama con algún libro y él buscando en que entretenerse, lo miró de reojo, estaba semi-sentado con un libro y una mano en su vientre, no había vuelto a tocar el vientre del moreno, la situación estaba excesivamente tensa en ese momento y dudaba que fuera una buena idea en ese punto.
-¿Tengo monos en la cara Eustass-ya?- gruño, el cuchillo se había clavado en el techo de la habitación por momentánea distracción –Deja de dañar mi submarino por favor…- el tatuado seguía hablando sin apartar la mirada del libro que sostenía
-Solo me aseguraba que siguieras vivo…- gruño de vuelta por respuesta y atrajo el cuchillo de vuelta a su mano –Como no haces ni ruido…- se enderezó en el sillón –Voy por algo de comer… ¿Quieres algo…? No te he visto comer hoy…
-No tengo hambre… Estoy asqueado…- suspiró era la segunda vez esa semana que le rechazaba la comida, se levantó y se estiro un poco para salir de la habitación –Se supone que esto debería haber pasado ya…- alcanzó a escuchar ese susurro que estaba bastante seguro de que no era para que él lo oyera así que no dijo nada y salió de la habitación.
Entro en el comedor algo pensativo, los tres tripulantes del joven no se paraban mucho por la habitación desde que él estaba ahí, una vez al día como mucho, suponía que algo tenía que ver el moreno con esa actitud así que en teoría “dependía” de él la salud del terco tatuado, suspiró pesadamente y busco con la mirada a sus dos amigos, alzó ambas cejas al ver que ese par estaba charlando con los chicos de gorra, ese submarino le hacía cosas raras a la gente, de eso no le cabía la menor duda
La peor parte es que parecía que se estaban divirtiendo de lo lindo, especialmente los dos chicos con gorras que reían mientras contaban alguna estupidez y se daban codazos el uno al otro, en su estado de ánimo actual estaba a punto de irlos a patear a todos, ellos tan tranquilos y conviviendo como buenos amigos mientras él tenía que aguantar los cambios hormonales del tatuado.
-Heat… Killer…- se acercó a la mesa donde estaban los cuatro, el oso blanco no estaba por ningún lado, eso era un alivio aunque los otros dos se callaron a penas verlo, el problema obviamente era con él… Exclusivamente con él
-Kid…- saludó con calma el rubio haciéndose un poco a un lado para que se sentará con él, decidió pasar de los tripulantes del rubio y se sentó en el banquito ese.
-¿Problemas en el paraíso?- al parecer su expresión no era nada discreta como para que el de cabellos azules se dignará a comentar al respecto
-Vete al demonio…- no había sido un mal día hasta ahora pero ese día no se sentía de ánimo para aguantar a nadie fuese quien fuese, miró a los otros dos que de pronto estaban más callados que
tumbas –Ustedes dos… ¿Cómo mierda lo hago comer si esta “asqueado”?- hizo unas comillas marcadas de forma casi inconsciente, aunque solo lo había usado dos veces no le hacía pizca de gracia, los dos frente a él se miraron el uno al otro y el pelirrojo le susurro algo al “Pingüino” y se levantó de la mesa… Como detestaba que no le dijeran nada, estaba a punto de explotar de nuevo
-¿Cuánto lleva sin comer?- el pelirrojo había sido el primero en hablar mientras se sacudía la ropa
-Esta mañana…- malditos médicos… Sólo quería que le dijeran como hacerlo comer no un interrogatorio, solo iba medio día… Suspiró un poco… “Autocontrol Kid... Autocontrol…” era casi un mantra en los últimos días
-¿Lo ha hecho antes?- solo llevaba dos semanas viéndolo de cerca, se suponía que los médicos eran ellos, ellos eran los que lo controlaban, en teoría…
-Hace un par de días… Comió algo por la noche pero no quiso comer en el día…- se cruzó de brazos
-¿¡Y por qué no nos habías dicho!?- habían casi gritado al mismo tiempo los dos chicos y de no ser por qué Heat y Killer reaccionaron a tiempo y lo sostuvieron cada uno de un brazo se habría levantado para gritarles de vuelta
-Kid…- susurró el rubio con su aparente calma habitual, tuvo que tragarse el coraje antes de responder a ese par de imbéciles que vivían en esa lata
-¿Y yo que mierda iba a saber?- dejo salir en un susurro entre dientes –Yo no soy el médico aquí, si su querido capitán no se digna a decirme básicamente nada…- rechino los dientes un poco –No necesito que hagan un jodido escándalo, solo quiero que me digan que le doy de comer…- por supuesto que si dejaba que fueran a hacerle un drama al tatuado por la noche estaría insoportable
Los dos chicos se miraron entre ellos un segundo como meditando y evaluando su capacidad, los iba a asesinar un día… Eso era una promesa, en cuanto todo eso terminara y llegará a algún acuerdo con Trafalgar los iba a matar… Al menos a esos dos y al oso… Suspiró mientras los observaba cuchichear, solo quería una respuesta por amor a dios… Una jodida respuesta a una pregunta tan sencilla no requería tanta meditación.
-Dale cosas suaves… Sin condimentos, que no tengan aroma fuerte… Algo de fruta si no quiere algo más sólido…- ¡Aleluya! Al parecer lo habían considerado “digno” de la “valiosísima” información, se abstuvo de decirlo en voz alta y se levantó de donde estaba para agarrar algo para él y algo para el moreno, los miró de reojo, se sentía vigilado, detestaba estar en público en la lata esa, suspiró y salió con un plato de comida para él y algo de fruta y yogurt para su contrario
Volvió a la habitación, estaba por entrar pero se detuvo justo antes de cruzar la puerta al escuchar que el de ojos grises estaba hablando, no le tomo ni medio minuto darse cuenta de que estaba hablando con su hijo, nunca le hablaba en su presencia, se quedó en total silencio, le daba curiosidad que le decía, no entendía del todo por qué eso era necesario, incluso el moreno le había dicho que lo intentará pero no podía entenderlo… Tal vez escuchándolo a él podría entenderlo… Aunque no estaba preparado para escuchar lo que tatuado tenía que decir.