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Vivir olvidandote (GOT7) por Artvision

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Notas del capitulo:

Ya saben como van las cosas... no tengo mucho que decirles mas que lean con amor...♥

Se sentó en la terraza del piso sesenta a la que siempre iba, pensando cómo podía ser que JinYoung supiera tan poco de él. Si era verdad que era medio humano y medio vampiro, tenía sentido la fuerza que tenía, pero siendo que las cosas se daban así, solo tenía una pregunta.

“¿Qué tienes que olvidar tan desesperadamente, JinYoung?

Cuando se dio cuenta que Mark estaba sentado a su lado, ya era tarde, había escuchado la pregunta.

-       ¿Qué pasa con JinYoung? - Dejó que leyera los pensamientos que él quería y le contestó todas sus preguntas.

-       No, gracias. - le dijo cuándo le extendió una botella de sangre.

-       Tienes que tomarla.

-       No tengo hambre.

-       Tienes que tomarla igual. – Mark empezó a desesperarlo, así que se levantó y se fue lo más rápido que pudo del lugar.

Se encontró con JinYoung en la avenida, saliendo de una cafetería y se quedaron quietos sin mirarse. “Quisiera besarte, ¿Por qué?”

-       Si quieres besarme, vayamos al callejón. -  lo siguió sin decir palabras y, en cuanto no escuchó sonidos de personas pasar, lo tomó por la cadera, haciendo que sus hombrías se rozaran.

-       Te amo. –

-       Mierda, yo también. – las palabras de JinYoung hicieron que se diera cuenta de lo que había dicho mientas lo empujaba más contra la pared como si fuera una manera de profundizar el beso. – hacelo acá!

-       Pervertido.

-       Chupa sangre. – lo puso de espaldas y mientras subsionaba su cuello, le bajó los pantalones y empezó a jugar con la entrada del chico, que gemía controladamente.

Dejando sus sentidos abiertos, se dejó de jugar juegos preliminares y penetró a JinYoung que solamente rogaba por más. Antes de darse cuenta, ya lo estaba mordiendo y masturbando mientras se movían al unísono.

Cuando acabaron, JinYoung, se dio la vuelta besándolo chupando los residuos su propia sangre y le dejaba ver todos los sentimientos encontrados que podría tener. “Porque me enamore de un cazador?”

-       ¿Esa es la única pregunta que te haces?

-       ¿Realmente eres medio vampiro? – JinYoung lo miró. - estás leyendo mis pensamientos.

-       No me había dado cuenta. – “sí que eres tonto” lo volvió a besar y se quedó abrazándolo. – porque no tienes los ojos rojos?

-       Estoy muy lleno, pero tú tienes los ojos violetas. - Dejó que JinYoung le acariciara la cabeza.

-       ¿No es porque bebiste de mí?

-       No. – JinYoung los separó, y empezó a caminar dejándolo solo, “No salgas esta noche”.

 

 

Subió a su moto camino al edificio abandonado y antes de entrar se puso sus anteojos de sol. Necesitaba averiguar más de sus recuerdos, y ese lugar era el único que recordaba por el momento.

-       Hey, Junior, ¿cómo andas? – reconocía a la chica del Hammer y la saludó de manera agradable mientras seguía caminando. – pareces perdido.

-       ¿Cómo?  – se dio la vuelta y la chica lo golpeó. – Mierda! ¿Porque me pegas?

-       Sígueme. No hables con YoungJae. – se dio la vuelta para seguir su camino, pero la chica lo arrastro haciéndolo entrar en el Hammer.

La chica le sacó los lentes después de que forcejean por un rato y se lo quedó mirando y le dio una botella para que bebiera.

-       Tomalo y se te va a pasar. – tomo el líquido, y volvió a ver normalmente en cuestión de segundos. – Era tu compañera, aunque parece que no me recuerdas.

-       Perdón... Todo está demasiado nubloso todavía.

-       No vas a recordar más que esto. El resto lo guardaron en sus ADN. – empezó a reír, como si el chiste fuera demasiado. - ¿Por qué no tratas de recordar el día antes de que empezaras a olvidar?

-       Tengo que volver a cazar.

-       Acompañame esta noche, entonces.

Fueron a las afueras de la ciudad a un boliche donde el olor a sangre era más fuerte que cualquier otra cosa. Entraron por una ventana del segundo piso, y vio vampiros alimentándose de humanos sin permiso alguno y empezó a disparar sin importarle quienes eran.

            Dio algunas patadas y golpes de puño y recargó su arma solo una vez. Antes de que la noche terminara, todo lo que había en el piso eran vampiros con disparos en el medio de sus frentes.

            Mientras su compañera revisaba los reservados y cuartos ocultos, el entró a los baños revisando cada cubículo.

            Encontró una chica de pelo negro y ropas de cuero ajustadas, y sin pensarlo apoyo su arma en la sien de la misma. El rostro de la chica mostraba pánico, y le pedía que le perdonara la vida. Sabía que solo podría verle el casco, así que no se preocupó demasiado cuando la ayudo a salir del lugar.

-       ¿Alguien en los baños?  – le pregunto su compañera desde afuera.

-       Nadie.

Subió a su moto y volvieron al edificio abandonado, se dejó caer contra una de las paredes de piedra. Vio venir a Choi YoungJae y sentarse a su lado.

-       ¿Estas o no en la escuela nocturna de vampiros?

-       ¿De qué me hablas? – YoungJae no lo miro. “Que mierda es ese colgante que me hiciste darte” – ¿con la orden de quien entraron a una escuela?

-       Buscamos a un cazador con sangre de vampiro. –

-       Esa no fue mi pregunta. – YoungJae le palmeo el hombro y se fue dejándolo solo.

Todo se volvía una mierda, por lo que había entendido de los pensamientos de ese chico, él era un buscado en el mundo de los vampiros y de los cazadores al mismo tiempo.

 

 

 

            Nanami corría, lloraba y gritaba por todos lados cuando JinYoung entró y la miró como si estuviera loca.

-       Nana, ¿Qué pasa?

-       El tipo ese, el cazador. Lo tuve enfrente mío. – la vio abrazarse de JinYoung y este le acarició la espalda amablemente. - pero me dejó escapar.

-       ¿No deberías estar contenta? ¿Por qué llorás?

-       Yo no tomé sangre humana…

-       Por eso te debe haber dejado ir. – sabía que JinYoung le mentía, no era ese el motivo, era porque era ella y él no la iba a lastimar. – ¿por qué no dejan de salir por un tiempo…?

-       JinYoung, ¿podemos hablar? - todo quedó en silencio y Mark volvía a ofrecerle sangre artificial cuando golpeó la botella haciendo que se partiera en miles de pedazos.

-       Cuando quieras.

Todos se fueron dejándolos solos y JinYoung se sentó frente a él, mientras un Mirlo se apoyaba en su hombro. El chico lo miraba, el deseo sexual se hacía más urgente que cualquier otra pregunta y vio como cambiaba la mirada del otro.

-       ¿Volviste a ser un cazador?  – le preguntó, aunque como si fuera hipnotizado, se movía de rodillas acercándose al chico.

-       Hay cosas que tengo que averiguar. – dejó los labios entreabiertos y aceptó la invitación para besarlo.

JinYoung lo había dejado de espaldas y le desprendía desesperadamente el pantalón dejando su pene a la vista mientras empezaba a pasarle la lengua, haciendo que se contorsionara en el piso.

            Sus ropas iban desapareciendo mientras seguía recibiendo sexo oral y lo hizo subir para besarlo.  La desesperación de los dos, los hizo caer de nuevo en la tentación de volverse uno sin pensar donde estaban.

            Empezó a sentir el olor a sangre y abrazó más fuerte el cuerpo de JinYoung que se movía rápido sobre el de él.  Podía sentir como su sangre iba saliendo de su cuerpo y entraba en el otro y dejo que lo siguiera mordiendo.

            Como si hubiera pasado un torbellino, los vio a los dos discutiendo en el departamento viejo del chico, mientras volaban objetos y cuadros se rompían contra las paredes. Su mente volvió al presente, y se besaron compartiendo la sangre del otro.

            Los vio a los dos en el medio de un callejón lleno de cuerpos y sentía el arma de Junior, el cazador, en su frente mientras el mantenía otra frente al pecho de éste y le gritaba que le disparara. Los dos gritaban para que el otro lo matara.

            Se quedaron acostados en el piso, jadeantes y sin hablar por unos minutos hasta que se volvieron a mirar a los ojos. JinYoung dejaba caer sus lágrimas silenciosamente y empezó a cambiarse.

-       ¡No vas a lastimar a nadie!  – le gritó cuando se iba acomodando las ropas y salía del lugar. – Mierda.

 

 

 

Chocó con Nanami en su escape, y esta le preguntó porque lloraba; la dejó hablando sola mientras seguía corriendo por los pasillos con los ojos cerrados. No necesitaba que nadie viera su color y, por algún motivo, aunque se mantenía en la oscuridad, podía ver todo lo que estaba a su alrededor.

            Había visto las mismas imágenes que JaeBum; necesitaba salir de ese lugar. No quería llegar a lastimarlo, se había enamorado y era un amor totalmente prohibido, un cazador jamás podía enamorarse de su presa.

            Su cerebro le advirtió que era la segunda vez que hacía algo así y entró en una oficina vacía, que seguramente pertenecía a alguna autoridad, y se recostó en un sillón después de trabar la puerta.

            La puerta se abrió y aunque seguía con los ojos cerrados, podía decir que era un Vampiro de unos ochocientos años. Su olor era despreciable y a la vez conocido.

-       ¿Qué haces acá?  – le pregunto el mismo sentándose al frente de él.

-       Ya lo sabes. – le dijo de manera despectiva.

-       Te di la oportunidad de elegir uno de los dos lugares y elegiste olvidar. ¿Ahora qué quieres?  – abrió los ojos mientras se sentaba viendo al hombre de apariencia joven.

-       Respuestas.

-       Hijo, ¿qué respuestas te puedo dar yo? – Siguió mirando esos rasgos tan conocidos que podía identificar en su propio rostro.

-       Me voy.

Llegó a su casa, y volvió a la misma rutina de matar personas en las horas nocturnas que tenía libre, dormir en las mañanas y tratar de ser un estudiante normal para el resto del mundo.

Empezó a tomar las pastillas otra vez, pero sin ningún tipo de resultado, los recuerdos no se iban, nada cambiaba, y el seguía recordando cada día mas la cantidad de cuerpos que había dejado tiesos en el piso.

Más allá de su apariencia, tenía un par de años más de los que aparentaba, la persona que lo cuidaba como una madre, tampoco era un familiar. Era mucho más viejo que ella, así y todo, le había pedido que no se mudara.

Era una cazadora retirada, con la cual, en algún momento, habían trabajado juntos, pero él nunca había envejecido.

-       ¿Café? – Lara lo miraba mientras le extendía una taza. – ¿Porque no dejas de ser cazador?

-       ¿Puedo preguntarte algo?

-       Claro. – bebió unos tragos de café y notó que tenían sangre adentro. – así te sabe mejor.

-       Gracias. ¿Cuántos años realmente borre?

-       Es la segunda vez que tomas las pastillas. Así que creo que la primera vez borraste unos diez o más, los chicos no habían nacido. – siguió tomando su café mientras la escuchaba. - Creo que eso es lo que te tiene confundido.

-       Yo solo trabajaba como cazador.

-       Si, cuando trabajábamos juntos, hace unos veinte años, estudiabas para que nadie notara nada, pero después empezaste a usar ese casco para que los vampiros no te reconocieran, lo fuiste cambiando y dejaste de estudiar. – Las cosas empezaban a tener un poco de sentido. Pero se había dejado ver por varias personas sacándose el casco

-       ¿Y los cazadores?

-       ¿No les dijiste que eras tu propio descendiente?

-       ¿Eso hice?

-       Si no me equivoco, sí, por eso te apodaron Junior. – Ok, todo tenía sentido, no necesitaba hacer más preguntas por el momento.

 

 

 

 

Llevaba tiempo sin ver al pequeño cazador, aunque sabía dónde estaba, los restos de su sangre en su organismo se lo decían como si tuvieran un GPS compartido.

-       Tienes que tomarla. – de volvía a decir Mark mientras le daba una botella.

-       ¡Dios! ¡Que insoportable! No tengo hambre.

-       Pero tienes que…

-       ¿Porque? – Mark le dejó ver sus recuerdos para hacérselo más fácil.

“Mark, nunca puedo dejar de tomar esto”

“Porque?”

“es la única manera de que no recuerde las cosas. Asegurate de que la tome”

“Está bien, líder”

Dejó que todos los recuerdos lo invadieran, pero había cosas que Mark no podía aportarle.

-       ¿Desde cuándo?

-        Hace varios años. Siempre tenía que ir a conseguir las medicinas. – Mark era un buen amigo, después de tantos años, si él le pedía algo siempre era con el único que podía contar. – después me pediste que aumentara la dosis.

-       Tampoco me acuerdo de eso.

-       Tus recuerdos no son como los de Junior. – Como no entendía de lo que hablaba, le hizo gestos con las manos para que siguiera. – Tus recuerdos van a volver con más facilidad. Solo van a aparecer, igual que el día que aumente la medicación.

-       Comprendo. – Mark le ofreció de nuevo la botella y se encontró en un sentimiento cruzado.

Agarró la botella, pero no tomó, primero pensó que era lo que quería hacer. Si recordar había sido tan malo la primera vez, lo mejor sería tomarse la sangre con medicamentos y llegar a olvidar lo que estaba hablando en ese momento en algunos meses, ya que tanto tiempo sin tomarlos, iba a hacer que la nueva toma empezara a borrar otras cosas y eso significaba que también empezarían a desaparecer sus recuerdos con JinYoung. “No las voy a tomar más”.

Mark se sentó a su lado sacándole la botella y le colocó una campera de cuero sobre los hombros. “Está bien, voy a estar acá, JaeBum”. Esas palabras lo tranquilizaron, miró las calles y luces que tenía en frente, cuando vio que un pequeño punto rojo recorría con rapidez las calles. Sabía que ese era JinYoung, que seguro volvería a matar a uno de los suyos esa noche.

 

 

 

Manejaba la Ducati y pensaba, si todos sus problemas habían empezado hacia unos veinte años, no, diez años, trabajaba con otra gente y vivía otro estilo de vida. Sí, eso tenía sentido, pero era demasiado complicado de entender.

Entró al bar donde muchas personas bailaban y se sentó en la barra pidiéndose un trago. Sus tácticas siempre eran las mismas, entrar, observar, salir y volver a entrar con el casco, matando a cada vampiro que no cumplía las reglas.

-       ¡Eres un hipócrita!!!!  – escucho gritar a la chica que tenía al lado a lo que parecía su pareja.

Los miro discutir, riendo por dentro, se había sentido tan tocado por las palabras que quería salir corriendo del lugar. El barman se le acerco con un trago y una nota y se las dejó delante de él y le hizo gestos explicándole de quien venían. Con el trago en mano, se levantó y se sentó al lado de la chica que le hacia la invitación.

-       Pensé que ya estabas muerto. Es una lástima. - Gran bienvenida pensó y le movió el papel delante de ella.

-       Gracias, pero no, todavía vivo. ¿Qué es esto?

-       ¿No es lo que buscas?  – elevó una ceja y le volvió a preguntar.

-       ¿Porque necesitaría la tarjeta de un trabajador de fabricantes de sangre?

-       Me lo pediste hace unos años y pensé que capaz buscabas lo mismo ya que, por desgracia, seguís vivo. – la chica se levantó dejándolo solo, y cuando volvió para hacer su trabajo la encontró acodada en la barra mirándolo.

-       ¿No escapás? – le dijo a la chica mientras apoyaba el frio metal del arma en su sien.

-       Ya no, pero ya que me vas a matar, ¿puedes contestarme unas preguntas? – asintió y acomodó mejor el arma.

-       ¿No era que ibas a dejar de cazarnos?

-       Creo que ese era el plan, pero no lo recuerdo. – le contestó y la chica suspiro antes de seguir.

-       ¿Por qué nos atacaste esa noche?

-       ¿Qué noche? Voy a contar hasta 5 y voy a disparar.

-       Claro, no lo recuerdas.

-       1… 2… 3… 4…5.- la chica lo miró y le sonrió.

-       ¿Sabes dónde está Im JaeBum?  – le dijo al mismo tiempo que apretaba el gatillo.

Se quedó mirando el cuerpo ya sin vida y la pregunta rondaba su cabeza como pequeños destellos de fuegos artificiales.

-       Si, pero ¿qué tiene que ver?  – dijo sabiendo que no recibiría respuesta alguna. Se maldijo miles de veces y terminó por descargar el cargador en una de las paredes antes de salir del lugar. 

Notas finales:

y?? les gusto? les agradeceria mucho que me dejaran comentarios... 

quiero saber realmente lo que piensan...

 

 

Les dejo amor...

 

Besosos....

 

 

Artvision


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