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¡Aquí se hablara de sexo! por himeko-san

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Notas del capitulo:

Capitulo largooo.
disfrutenlo.

 

Capitulo 10: Clases de educación sexual VI, Ikki de Fenix. (Parte 2)

Los santos de bronce estaban reunidos en la sala principal de la mansión Kido. En tiempos de paz, los santos se daban el lujo de tener más ratos libres, cada fin de semana se reunían a tomar algunas cervezas, (y leche achocolatada para Shun, ya que el no soportaba el alcohol en lo mas mínimo, mas estando Ikki ahí, no permitiría que su tierno hermanito probara ese elixir infernal.)

Pero bien que él si se ponía hasta la madre cantando canciones de Luis Miguel.

Aunque, gracias a que Athena seguía de viaje, los santos no tenían mucho dinero a disposición, así que cada uno aporto algo de dinero y se compraron pack de seis latas de cerveza, así que nadie resultaría borracho esta vez.

Esperemos.

-      Seiya, nos honra tenerte por fin aquí. – Bromea el pato congelado, dando un sorbo a una lata. – Pensamos que no volverías a reunirte con nosotros.

-      ¿Qué tiene de malo tomarse un respiro de los bares por un fin de semana?, además me gusta pasar el rato con ustedes sin tener que caernos a palos entre tiempo. – Dice sonriente, riéndose un poco.- Además, hasta las putas como yo nos cansamos de coger.

-      ¡Seiya…! – Shun le llama la atención, viéndole con una mirada de regaño pero a la vez comprensiva.- no te llames a ti mismo de esa forma.

-      Lo siento conejito… - Este le devuelve una sonrisa amable, sip, en verdad del gustaba juntarse con sus amigos, el amor fraternal que le daban era el que necesitaba, más que cualquier relación amorosa fallida.

-      Shun tiene razón, y aunque fueras a si, serias una de alto rango, no cualquiera se acuesta con medio santuario. – Comenta de manera burlesca, pero en tono jocoso dándole una palmada en su espalda.- Hablando de eso, felicidades dragoncito, atrapaste a un caballero dorado.

-      Ja, gracias Ikki, pero no creo que me guste usar el término de “atrapar” – El susodicho sonríe de forma serena, levemente sonrojado.

-      Hermano siempre tan delicado. – Dice irónico el santo de Andrómeda poniendo los ojos en blanco un momento.- Estamos muy felices por ti, Shiryu-Kun. –Voltea a verle, dedicándole una sonrisa afable.

-      ¡Un brindis por nuestro compañero Shiryu, por una relación sana y duradera! – Alza su lata el ruso, sus compañeros le imitan rápidamente.

-      ¡SALUD!

Comparten un par de risas, mientras la noche avanzaba y el alcohol hacia algo de efecto, tenían cierta curiosidad. Desde que Pegaso admitió su homosexualidad y declaro querer tener una vida sexual libre, casi cada fin de semana o día feriado, este salía y no volvía hasta muy entrada a la mañana.

Obvio, tenían curiosidad de saber a dónde iba, no solo por chismosos (que lo eran), sino que era su amigo, su compañero de armas, estaban algo preocupados.

Si, eran un tanto sobreprotectores.

-      Y Seiya… - Se aventuro primero el chico de cabellos esmeraldas.- Se que dijiste que te aburriste de salir siempre, me preguntaba… -Hace una pequeña pausa, tratando de encontrar las palabras indicadas mientras jugaba con las puntas de su pelo.- ¿A dónde sales exactamente?

-      ¿No eran curiosos los gatos?, que raro encontrarme un conejito preguntón. – Dice divertido poniendo una rodilla sobre la otra, cruzado de piernas.- Por ahí, uno que otro bar que conozco por aquí.

-      ¿Y cómo se llaman? – Ahora fue el ruso, alzando una ceja.

-      Oh dios… - El potrillo empieza a reír de forma suave viéndoles.- No puedo creer que los santos de Athena, los guerreros de bronce, estén preocupados por donde va este humilde caballo, quien diría que son tan sobreprotectores.

-      ¡No es cierto!

Responden al unisonó, haciéndose los ofendidos, aunque Seiya no estaba nada equivocado, estaban algo preocupados, mejor dicho, muy preocupados.

Pero antes muertos que admitirlo.

-      Ja… -El castaño sonríe suavemente observándoles, estaba conmovido, para que mentir.- Escuchen, se cuidarme solo. Soy un caballero como ustedes, si alguien se pasa de listo conmigo, puedo mandarle directo al inframundo a punta de meteoros de Pegaso, ¿de acuerdo?

-      ¡De acuerdo, dejen que el maricón se defienda de otros maricones! – Se ríe con sorna el fénix, obviamente el alcohol ya le estaba haciendo efecto, Ikki era conocido por ser mecha corta cuando se trataba de beber, pero eso no quiere decir que ese comentario no haya dolido.

-      ¡Hermano, no llames así a Seiya! –Le reprende duramente Shun, observando con enfado al Fénix, este simplemente ríe de forma más audible.

-      ¡Oh vamos Shun, no te enfades, que culpa tengo yo que el burro alado haya salido mariposa! – Y vuelve a reírse más fuerte, ahora el menor se va a la manos dándole un zape en la nuca.- ¡Shun, respétame aun soy tu hermano mayor!

-      ¡Lo mayor no te quita lo pendejo!

-      JAJAJAJA. – Estalla en risa el cisne, abrazando su estomago en un claro ataque de risa pura.- ¡Bien dicho Shun! – Se gano una mirada rabiosa por parte del Fénix.- No me mires así animal, tu solito provocaste esto.

-      ¿A quién llamas animal, maricón emplumado? –Responde violento, alzándose de su asiento.

-      A ti, gallina en llamas. – Le observa de forma igualmente rabiosa, pero con un eje de frialdad e indiferencia, muy propio de quien fue su maestro, Camus de Acuario.

-      Basta, los dos. – Sentencia el chico de cabellera esmeralda.- Hermano o le bajas una rayita a esos comentarios homofóbicos, o juro que uso mis cadenas para llevarte a rastras a tu cuarto. Y tú Hyoga no te dejes caer por su jueguito de provocación.

-      De acuerdo, perdona Shun… -Se disculpa sinceramente el caballero del cisne, mientras su hermano solo bufa enfadado como si no entendiera por que el fue reprendido también.

-      ¿Estás bien Seiya? –Apartados un poco de  la situación, Shiryu arrimo a Seiya hasta el con su brazo, acariciando su cabello.- Entendería si quieres irte, esos comentarios fueron muy groseros…

-      ¿Alguna vez te he dicho que amo que seas tan paternal? –Murmura el muchacho de ojos pardos, suavemente besa la mejilla de Shiryu y se abraza a él reconfortándose.- tranquilo, estaré bien.

-      Me alaga entonces, que me veas como un tipo de figura paterna… -Dice con una suavidad muy propia, dándole un besito en su frente.

 

Mas adentrada la noche, el pajarraco en llamas acabo poniéndose hasta a la madre, con solo beber dos latas de cerveza seguidas. Después de que cantara “la incondicional” un par de veces en compañía de Hyoga, que tampoco estaba muy sano que digamos, cayo rendido al sofá.

-      Ah… - Shun, el único que no tomo, le toco cuidar de ese par de borrachines, arropo a su hermano suavemente.- Estas pendejo, pero eres mi hermano y te adoro así… - Dice con tono dulce el caballero de Andrómeda.

-      Shun… -La voz de Seiya a sus espaldas lo hizo dar un pequeño brinquito, al voltear este le sonreía calmado.- Disculpa, ¿interrumpo?

-      Oh, no, no Seiya. –Niega levemente con su cabeza.- Solo arropaba a don Luis Miguel… -Rueda sus ojos, riéndose un poco.-  Quiero disculparme… - Ve a su amigo, con una mirada triste y condescendiente.- Mi hermano se hace el machito cuando toma demasiado, perdona.

-      No te preocupes… - Le aparta algunos mechones del rostro.- Aunque, quería preguntarte algo. – Con una sonrisa un poco picaresca se acerca un poco más al conejito de ojos verdes.- ¿Te molestarías mucho conmigo, si tomo venganza?

-      Pues… - Pone un rostro un poco pensativo mirando hacia arriba.- Normalmente te diría que la venganza no trae nada bueno a nadie, pero mi hermano es un macho cabeza dura. Así que adelante, si gustas vengarte hazlo. –Le guiña un ojo.- Pero por favor, no seas tan duro.

-      Ja, no prometo nada Shun. – Le sonríe dulce y deposita un beso en su mejilla.- Vamos a dormir, mañana es domingo y tengo unas grandes ganas de quedarme en cama todo el día.

-      Amén por eso, Seiya.

Pasado tres días desde ese acontecimiento, parecía que al Pegaso se le había olvidado todo el asunto, tal vez era lo mejor, además Ikki solo dijo esos comentarios por estar borracho, ¿no es así?...

Esa tarde, Seiya después de un almuerzo ligero comenzó a entrenar con su maestro Aioros, practicaban para que Seiya por fin aprendiera a dominar el arco y la flecha, aunque no era tarea fácil. Parece que Seiya no coordinaba bien y la flecha siempre acaba o en un árbol, en una roca o en el peor de los casos en uno de los pies del sagitariano.

-      Bien, seiya, esta vez llegaste a darle dentro del objetivo, ahora intentemos dar justo en el centro. – El griego se pone detrás de Seiya, toma sus manos y las acomoda.- Relájate, centra la flecha y cuando lo creas conveniente, déjala ir.

-      Entendido maestro… - Dice en tono serio, cuando se trataba de entrenar Seiya daba todo de sí, se volvía en el caballero mas obediente, Aioros sonríe ligeramente y aprieta un poco las manos de su discípulo, hunde un poco la nariz en el pelo de este, sintiendo la suave fragancia del champú de fresas que usaba nuestro caballito.- ¿?... –El muchacho se extraño un poco, pero pronto descarto el hecho, su maestro tenia la manía de ser cariñoso.

-      “… Huele muy bien” -  Sonríe para sus adentros, los ojos celestes de Aioros estaban fijos en Seiya, contemplado su imagen. Dio un pequeño sobre salto, al ver que el Pegaso suelta la flecha y esta, casi como de milagro, da justo al centro del blanco.

-      ¡Lo hice maestro, por fin! – Se separa volteándole a ver, regalándole la más bella sonrisa que en la vida había visto el griego, sus ojos pardos brillaban de alegría observando a su maestro.- Sabia que lo lograría, aunque me costase unas cien flechas… - Ríe divertido el muchacho, rascándose la nuca.

-      “… Lo amo tanto…” –Un pequeño sonroje se asoma en sus mejillas, apura en apartar la vista.- S-si, muchas felicidades Seiya… -Le revuelve cariñosamente el pelo.- ¿vamos por manzanas? – Ante la pregunta el muchacho suelta un enérgico si, dando un pequeño brinquito.

Sip, estaba prendado de ese caballo alado, mucho antes de saber que era gay, mucha antes de su despertar sexual. Pero era un cobarde, un grandísimo cobarde que no se atrevía a profesar sus sentimientos hacia su castaño, sentía que era poca cosa para él, para alguien que conocía más mundo y tenía mucha más maña

Pero aun así…

-      “Aun así, no puedo dejar de verlo con otros ojos…” – Piensa, mientras se acomoda junto a su alumno, mordiendo una manzana.- “además de que yo fui tan idiota, en vez de defenderlo cuando todos lo juzgaban, solo me uní al grupo, ¿Cómo puedo amarlo, si no soy capaz de defenderlo?” – Suelta un suspiro pesado, dando otra mordida a su manzana.

-      Maestro, ¿pasa algo? – Le pregunta curioso el muchacho, alzando una ceja.- ¿se siente mal?

-      Oh, no es nada… - Muerde su labio inferior, apartando la mirada.- La verdad Seiya, es que… yo… - Tartamudeaba nervioso, incapaz de encontrar las palabras que necesitaba, Seiya mantenía la mirada en el, viéndole confuso ante su comportamiento.

Pero no pudo completar ni una frase, por que se escucho algunas voces, bastante familiares, discutiendo de forma exaltada.

-      Oh… - El caballito es el primero en levantarse.- Vamos a ver maestro, ¡creo que una de esas voces es de su Hermano!

-      ¡¿De Aioria?! – El sobreprotector hermano mayor da un brinco parándose, y se adentra en los arbustos acompañado de su alumno.

Al guiarse solo por el bullicio, se encaminaron de vuelta al coliseo de Athena. Ante ellos desarrollaba la siguiente escena: Aioria de Leo, suplicaba a su alumno, Ikki de Fénix, dejar en paz al sagrado santo de virgo.  Era muy raro ver tan exaltado a Shaka y tan fuera de sus cabales como para discutir con Ikki, si, no se llevaban precisamente bien, pero de eso a querer soltarse insultos mutuamente, había un trecho más o menos largo.

Con ellos también estaban Mu de Aries quien tomaba el brazo de su amante, tratando de alejarlo, atrás de todo estaba Shun quien se masajeaba su entre cejo.

-      Este pendejo… -Murmura para sí, frustrado por la amarga actitud de su hermano.

-      ¿Tanto te ofende que te llame por lo que eres?, tan santo no eres, porque al final saliste tan pervertido, ¿no te da vergüenza ir por ahí de exhibicionista? – Le encara al dueño de sexta casa, el hindú estaba en cólera queriendo saltarle al cuello al Fénix para callarlo.

 

-      Tengo derecho de ir de la mano con MI NOVIO. – Hace mucho énfasis en la última palabra.- por lo menos yo tengo a alguien que me ame, la única persona que te amo esta ahora  tres metros bajo tierra y tu hermano no te soporta.

-      ¡RETRACTATE!

-      ¡TU EMPEZASTE ESTO IKKI! – Aioria se pone entre él y el santo dorado, apartándolos. – Shaka estaba de lo más calmado hasta que tú viniste a soltar comentarios fuera de lugar, esto llego muy lejos, no quiero desatar otro pelea de 1000 días, menos en tu nombre Ikki.

Pronto Aioros se pone del lado de su hermano menor, apartando mas a fénix del virgo, pero ya el daño estaba hecho, el cosmos de Shaka ardía con violencia por su ira, sus ojos estaban abiertos y estos brillaban en rabia.

-      Amor… - Mu, sin medio se le acerca y besa su mejilla. Esto hace que el cosmos de Shaka baje suavemente, voltea a ver a su pequeño borrego.- Por favor, cálmate, vas a alterar a nuestros compañeros...

-      Si, hazle caso a tu ovejita, virgencito.

-      Eres un hijo de la gran….

MIENTRAS.

Los demás caballeros de armadura dorada y de bronce, se acercaron al coliseo debido a que sintieron el fuerte cosmos de su compañero de virgo alzarse con violencia, pronto también el patriarca arribo a la escena algo molesto y preocupado por la situación.

-      Aquí habrá desmadre. – Murmura Kanon tras su hermano, abrazándole por la espalda con suavidad.- Jo, nunca vi a Shaka tan furioso.

-      Hermano, por favor. – Le llama la atención apretándole la mano.- Sea lo que sea, parece que es culpa del fénix. –Murmura.- No te separes de mí, si esos se rompen la madre, me vale, pero si te tocan, les rompo todo lo que se le llama cara.

-       ¡Dita, trae botanas! – El caballero de cáncer se sienta sobre una roca, disfrutando el show.- Al pajarraco lo van a hacer al horno.

-      Espérame querido. – El hermoso sueco se sienta en el regazo de su amante, con una bolsa de papitas.- No se qué paso, pero seguro se lo merece.

-      Amor, ruego que me disculpéis. – El español llega, apoyándose de espaldas contra un tronco, iba en compañía de su alumno.- pero tu amigo es un gilipollas de primera.

-      No puedo quitarte la razón, mi vida. – Responde el chino cruzado de brazos observando al fénix con una ceja alzada.

-      Hyoga, ¿no sería prudente que vayas a detener a tu amigo de suicidarse? – Pregunta con voz seria y cara neutra Camus, con los brazos cruzados viendo todo ese desastre con desgana.- Digo, como son compañeros.

-      Ah, no, no, no. – Niega repetidas veces con la cabeza.- Si no es él, soy yo, y aprecio mucho mi vida maestro.

-      ¡¿De qué me perdí?! – Milo se abalanza tras Camus abrazando su cuello por detrás y besando su mejilla.- ¿Ya le rompieron la cara a alguien?

-      No, aun no amor. – Responde con su tono ecuánime de siempre, eso sí, sonrojado ligeramente.

-      Una ronda de cervezas, si dura más de 10 minutos. – Anuncia el gran toro de la segunda casa, riéndose.-

-      Yo no le doy más de 5 minutos, que sea doble Aldebarán. –Apuesta Saga viéndole de reojo.

Mientras los borrachos apostaban, por fin llegaba el patriarca con su mano derecha Dohko, observando la situación: Mu sosteniendo con fuerza a Shaka de un lado, del otro Aioros y Aiora impidiendo que el caballero de la armadura del Fénix se acercara, pero eso no evitaba que ambos se soltaran insultos mutuamente.

-      ¡¿QUÉ ES SIGNIFICA TODO ESTO?! – El santo Pontífice alza la voz, llamando la atención de sus caballeros.- ¿¡Uno ya no puede tomarse un buen vino en paz?! – Con varias venas marcándose en la frente  y murmurando cosas en otro idioma, fijo la vista en Mu.- Mu… Empieza a hablar.

-      Ma-Maestro… -Temeroso se tele transporta al lado suyo.- Sh-Shaka y yo solo estábamos meditando juntos, nos tomábamos de las manos cuando vino el Fénix y…

-      ¿y…? – Pregunto el santo de libra.- Dilo pequeño, no tengas miedo.

-      Y, bueno, comenzó a decir cosas desagradables…

-      ¿Te insulto…? –Ahora cuestiona el Patriarca alzando una de sus cejas.

-      S-si, puede decirse…

-      … Rómpele la madre Shaka.- Sentencia el viejo patriarca con un tic en la ceja.

-      ¡CON GUSTO SU SANTIDAD!

-      ¿¡PERO QUE DICE MAESTRO?! – Ahora Mu tomaba del brazo a Shion, viéndole confundido.

-      Nadie insulta a mi borreguito.- Murmura entre dientes, bastante molesto.- Rómpele la cara a ese igualado Shaka, tienes mi bendición.

-      Shion, por amor a Athena… - Decepcionado,  pero no sorprendido, el santo de libra suspira.

El panorama no era para nada bueno, Tanto el santo de virgo como el caballero del fénix estaban frente a frente, ardiendo sus cosmos a punto de enfrascarse en una pelea de mil días, los otros santos dorados solo observaban, no iban a pararlo, ya que todos concordaban que Ikki era el único culpable de esa situación, el se gano su buena madriza.

Hasta el propio Shun no iba a detener nada, no tenía las fuerzas ni las ganas. Así que solo quedaba el caballero del Pegaso, bien, ¿Ikki era un machito homofóbico?, por supuesta, ¿se merecía una buena madriza?, pero claro.

Pero, ¿de manos de uno de los santos más poderosos de los doce templos?

Así que Seiya le quedaba una cosa por hacer, suspiro y se encomendó a Athena.

-      “Saory, recíbeme bajo tu manto, si es que esto no me funciona” – Piensa el pobre caballo suspirando.- Vaya maricón de closet resultaste ser, Ikki. – Dijo fuerte, claro y sin titubeos.

Silencio, todo mundo tenía los ojos sobre Seiya.

-      ¿Disculpa…? –Ahora el santo de bronce observaba a la mula alada, con una mirada de ultratumba.

-      ¿Tanto golpe en la cabeza te dejo con retraso? – Pregunta con una ceja alzada.- Dije, que eres un maricón de Closet, Ikki de Fénix. – Se cruza de brazos, se había quitando su armadura, no iba necesitarla para lo que iba a ser.

-      Tienes mucho valor para hablarme asi, siendo tu que el más maricón de este lugar. – Hablaba entre dientes, hecho una furia, pronto cambio su objetivo caminado a paso lento pero determinado hacia seiya, dejando marcas de quemadura por donde pasaban sus pies.

-      Oh, querido, lo soy. –Ríe de manera picaresca.- Soy un maricón, un muerde almohada, me encanta las pollas que llenen mi boca. – Relame sus labios.- pero la diferencia, es que yo puedo admitirlo y tu no. ¿O es que quieres ponerme en cuatro a mi?, lo siento, pero no tienes suficiente “herramienta” para dominar a este potro…

Al finalizar la frase dio una fugaz mirada a la entrepierna del fénix y se rio, burlándose descaradamente. Todos los santos, dorados y de bronce, estaban sin respirar, Seiya estaba atentado contra su vida.

-      Seiya, gracias por tu honrado sacrificio. – Murmura nuestro borrego de pelo lila, tomando a Shaka, el cual estaba ya más calmado, debido principalmente a que el lenguaje que estaba usando Seiya lo perturbo profundamente.

-      Rezare por su alma. – Murmura el rubio abrazando a su novio.- Se sacrifico para librarme de una pelea eterna, si quedan rastros de su cuerpo, hay que darles digna sepultura.

Ahora si los caballeros estaban preocupados, valía madres Ikki, pero Seiya era otro caso. Primero, aunque admiraban profundamente lo que hacía, que era obviamente desviar la ira de Fénix hacia él para evitar un escenario donde un santo dorado y uno de bronce se enfrasquen en una pelea posiblemente eterna, donde ninguno salga bien librado, ahora se estaba literalmente poniéndose al fuego, ahí si querían intervenir.

Por que la mula alada si les caía bien.

-      Patriarca, con todo respeto, ¡Detenga esta locura! – Hablo Saga acercándose a Shion.

-      Aunque quisiera no puedo, Ikki está ciego por la cólera. – Dice observando nervioso al pajarraco, quien estaba literalmente en llamas, con los puños fuertemente apretados, con los nudillos ya blanco y sangrándole las palmas.

-      VAS A MORIR. – Y todo sucede endemoniadamente rápido, Shun no atino a atrapar con sus cadenas a Ikki a tiempo, Aun así, Seiya fue capaz de esquivar esa llamarada infernal, colocándose tras ikki a dos metros de él.- ¡NO HUYAS, PELEA COMO HOMBRE!

-      Para ti no soy un “hombre” Ikki, ¿No dijiste que era un Maricón? – Seiya ríe, echándole más leña a ese fuego.- ¿Por qué tan frustrado?, ¿Cuánto tiempo has estado en el closet, antes o después de que Esmeralda muriera?



Oh, esto escalo muy rápido.

-      AAAAAAAAAAAAGH! – Y el Fénix estallo en ira, comenzó a lanzar llamaradas infernales a diestra y siniestra, Seiya las esquivaba lo mejor que podía, aunque era inevitable resultar quemado, Ikki estaba totalmente fuera de sí, como un perro que atacaba, ya no reconocía nada o a nadie.

-      “Vamos…” –Seiya, concentrado por los momento en esquivar ese fuego infernal, dejaba que Ikki atacara, permitiendo que estuviera más y más cerca.-

-      Tu amigo quiere que ese maniaco se le acerque. – Murmura Shura, observando atento la batalla.- ¿Pero para qué…?

-      No tengo la menor idea, pero… - El cosmos de Shiryu se alza.- No dejare que asesinen a mi amigo frente a mis narices.

-      Mi hermano está ciego de rabia. – El guerrero ateniéndose de caballera verde empuña su cadena.- Pero no permitiré que esto continúe, no cargare en mi consciencia el asesinato de Seiya.

-      Calma los dos. – La voz de saga les llamo la atención, quien observaba atento los movimientos de Seiya.- Deberían confiar más en Seiya…

-      El muchacho tiene algo planeado. –Continua Kanon, al pendiente de cada movimiento.- ¿No es así, Aioros? – Interroga, viendo al santo de sagitario.

-      Si… - El maestro de Seiya tenía la preocupación tatuada en el rostro, angustiado por su joven alumno, pero no deseaba intervenir, Seiya estaba concentrado, tenía algo trazado en mente, pero podía descifrar qué de forma exacta. – Pero si no sale como él quiere…

-      Todo está echado a la suerte.- Sentencio el santo de cáncer, observando la pelea.

Con cada ataque que Seiya esquivaba, el Fénix se desesperaba cada vez más, loco de ira, deseando asestarle un buen golpe a la mula alada, y es ahí cuando los santos dorados empiezan a entender la estrategia de Seiya: Mientras más molesto se pone Fenix, sus ataques se vuelven cada vez más torpes y lentos, no bajan en potencia, pero son fáciles de esquivar.

Y eso, con el único fin de llegar hasta Ikki, tenerlo frente a frente.

¿Para qué…?

-      ¡IKKI! – Y pronto obtuvieron la respuesta, Ikki por fin se puso lo suficientemente cerca, fue ahí que por fin Seiya arremetió, concentro una enorme cantidad de Cosmos en su mano derecha y la estampo en el cuello de Ikki, apretando. Contienen el aliento, esa cantidad de cosmos era suficiente para causar dos cosas: la primera, que Ikki se detuviera de golpe, cosa que hizo. Y la segunda, si Seiya apretaba aunque sea un poco más, el cuello de Ikki acabaría roto, casi como una decapitación interna.

-      … - El pajarraco en llamas estaba paralizado, sus ojos recobran la cordura dándose cuenta de su situación y lo lejos que había llegado, su orgullo e ira volvieron a cegarlo, ahora su vida estaba en las manos del Pegaso, el cual, si era muy honesto, no culparía si apretaba el agarre.

-      Hermano… - Los ojos de Shun se aguan, Hyoga se apresura a abrazarlo, tratando de calmarlo.

-      Tranquilo Shun… -Murmura el rubio, tratando de calmarle.- Seiya, ¿Qué vas a hacer…?

-      … Eres un cabeza hueca. – Murmura el muchacho de mirada parda.- Te considero mi amigo, más que un amigo, mi hermano, mi compañero de armas. – Muerde sus labios, frustrado, molesto.- Pero ya veo, que tu no me ves de igual forma, así que… ¿Para qué seguir guardándote respeto, si es obvio que no es reciproco?

-      … - Ikki guarda silencio, molesto, no con Seiya, sino consigo mismo, no había disculpa que valiera, no había escusa o reproche.

-      … No voy a matarte, no soy como tú, nunca mataría a un compañero de armas.- Dice el muchacho, con voz indiferente.- Pero que perfecto es, que todos estén aquí. – Curva sus labios en una sonrisa, algo retorcida.- Un poco de humillación pública, al gran Ave Fénix.

 

El pobre Ikki no pudo entender a tiempo esas palabras.

Lo siguiente que sucede, deja a todo al santuario frio. Sin venir a cuento, Seiya besa a Ikki, así, prácticamente de la nada, lo besa con un par de huevos. Pero eso no es todo, la actitud de Seiya era completamente distinta, no lo hacía con coquetería, sino con indiferencia, con una mirada intensa, sedienta de venganza personal.

Y vaya que fue así.

Primero que nada, Seiya no tuvo nada de piedad con esa boca inexperta, no dejo respirar  Fenix, le besaba con desenfreno, mordía sus labios halándolos ligeramente, su lengua traviesa, acariciaba cada pequeño rincón de esa boca tan torpe, Ikki además de estar en un notable Shock, sentía como sus fuerzas se estaban desvaneciendo, ese beso, le estaba nublando el juicio.

Y eso podía comprobarse, debido a los leves gimoteos que se le escapaban sin querer. Seiya, inmutable, sin detener el beso, arrebata la mano de su cuello, ahora seguía la otra fase.

Juro, ante Athena, jamás usar eso con un caballero, pero su cabeza, caliente por la rabia y la decepción, mando al diablo ese juramente, de manera muy sutil, concentro cosmos en las puntas de sus dedos y de su lengua.

Algo que el mismo descubrió hacia un par de años, cuando recién cumplía 16 años, se le ocurrió la brillante idea, ¿qué pasaría si su usaba su cosmos para el estimulo sexual?, ¿Qué consiguió?, tal vez la cosa más divertida, sensual y placentera que experimento en su vida. Resumiendo, si concentraba una muy pequeña cantidad de su poder en las yemas de sus dedos y en la punta de su lengua, su amante, en ese caso el pobre pollo en llamas, entraba en un estado intenso de éxtasis.

Ya que esa pequeña cantidad de cosmos, viajaba por todo el cuerpo del afectado, estimulando toda zona erógena de su cuerpo, cuello, pezones, pecho, cadera, miembro y hasta el punto “g” masculino.

Y eso hizo.

Ni bien la punta de sus dedos tocaron la oreja de Ikki y ni bien la punta de su humeda lengua, se frota contra la de él, Ikki sintió algo muy parecido a estar en drogas, la cabeza se le nublo, el cuerpo le empezó a temblar, SI TEMBLABA, IKKI DE FENIX TEMBLABA COMO CACHORRO, los estímulos que corrían como una descarga eléctrica lo atontaron, lo envolvieron, sus ojos nublados, derramaban leves lagrimas placenteras, su rostro, jadeante, ido en lujuria mientras ese pequeño desgraciado lo besaba sin las mas mínima piedad en su mirada.

-      AAahmmm – Y  se le escapo, un gemido, PERO UN SANTO GEMIDO, fuerte, audible, en medio de ese beso fogoso.- Aaahmm… y-ya… -murmura entra jadeos, mientas seiya, sin la mas mínima consideración se separa solo un poco, pero para besa su cuello, morderlo, concentrando su cosmos, esta vez en sus dientes.- V-voy… a… desmayarme… -Murmura a duras penas, suplicante, si, S U P L I C A N T E.

-      Ja. – El bastardo alado simplemente se ríe, y  vuelve a su boca para besarle una última vez, Ya Ikki no aguantaba, se  estaba cayendo pero el Pegaso NO lo soltaba, lo sujetba bien entre sus brazos, un pequeño corazón apareció en las pupilas del fénix, indicando que la labor que estaba haciendo Seiya, ya había acabado. Se separa de golpe, con hilos largos de saliva uniendo boca con boca, suelta a fénix y esta cae, cual saco de papas de rodillas, con las manos en el pecho, ahogado, casi ido, pero temblando, de puro y embriagante placer.

Ante él. el ganador de esa masacre, Seiya de Pegaso, inmutable, a pesar de literalmente dejar al fénix ido, casi loco, gimoteando de placer, el Pegaso estaba indiferente, viéndole como si fuese un saco de papas, a lo mucho, tenía un leve sonroje en sus mejillas, pero nada más. Se inclina hacia abajo y toma la barbilla de Fénix obligándole a verlo a los ojos. Esa maldita mirada parda, tan lujuriosa, profunda, brillante.

-      Mírate nada más, tan necesitado de una polla, Maricón. – Dice con sorna, y sin más lo suelta, se va de ahí, como si nada hubiese pasado, corre por los bosques, alejándose rápidamente de ese lugar.

Y a todo esto, ¿Cómo eran las reacciones de los santos dorados?

Notas finales:

muchas gracias <3


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