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Lo hago por él por Akira Uchiha

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por sus comentarios, estoy nerviosa. . . I dont Know.

Hay varias interrogantes sueltas, lo sé. Pero con el paso de los capítulos se reveleran datos y uniran cabos.

 

Lamento si hay errores ortograficos. . . ¡Feliz Lectura!

Capítulo: Descubrimiento

 

 

Miró por todos  lados, buscó desesperadamente aquella fuente del sonido. No lo encontraba. Steve entró a una habitación. Un cuarto pintado de azul pastel acompañado con dibujos de animales caricaturescos; las ventanas estaban abiertas, las cuales dejaban pasar un refrescante viento que mecía las cortinas blancas casi transparentes; una cunita tallada de madera reposaba cerca de ella; juguetes pequeños y coloridos estaban dispersados por el piso alfombrado; varios peluches se encontraban en diferentes puntos del cuarto, dejando en conclusión un ambiente cálido y reconfortante.

 

-¿Pasa algo Capitán?- pregunto un Tony apenas cansado, sentado en una silla mecedora con un bultito de mantos en sus brazos, los cuales mecía con ternura.

 

-La bulla- respondió entre asombrado y confundido Steve, mientras se acercaba al genio millonario.

 

-El pequeño se despertó- Tony bajó levemente sus brazos para que Steve pueda ver al bebe que sostenía en las manos. Un hermoso infante miraba curioso a su alrededor hasta posar su delicada mirada en el Capitán. Rogers juró que sus piernas flaquearon- Mira campeón, Papá regresó.

 

El bebe se removió de las suaves mantas para sacar sus pequeñas manitas y con una risa encantadora, movía sus bracitos en la misma dirección que Steve.

 

El rubio, dudando de sus acciones, pasó sus temblorosos brazos alrededor del menor. Mirando la perfección de su hijo.

 

-Es igual a ti. Sacó tus ojos y cabello- el tono celoso que dijo su esposo le causo una sonrisa. Su mirada aún la mantenía sujeta en su pequeño, inspeccionando cada gesto que le regalaba.

 

-Pero es tan hermoso como tú-

 

-¿Puedes cargarlo?

 

-Haría esto todo el día- susurro tiernamente aún con la calidez rodeándole el corazón. Suspiró embelesado por la imagen. Su bebe tenía los ojos azules igualando a un cielo despejado, los pequeños y cortos cabellos que sobresalían de su cabecita eran rubios y casi ondulados. Su corazón se achico ante la ternura hecha carne y hueso.

 

-¡Ya Basta!- el gritó repentino lo perturbó, de inmediato alzó la mirada y el shock lo inmovilizó. Ya no estaba en el cuarto. No más cunas, peluches, juguetes ni dibujos infantiles. Estaban en una base de un edificio. El frío estaba totalmente presente porque le calaba los huesos. Su esposo estaba tirado en el suelo llevando puesto su armadura descompuesta y muy golpeada, con una expresión de miedo y desesperación en su rostro.- ¡Aléjate de mí! 

 

-Tony, ¿Qué pasa?- preguntó desconcertado y preocupado por su estado, caminó para tratar de calmar a su castaño, pero este se arrastraba tratando de alejarse.

 

-¡Steve, ganaste, ya déjame!- las lágrimas de Tony se presenciaron y la desesperación inundó el cuerpo de Steve. Fue un acto rápido, pero para la percepción del Capitán, iba tan lento- ¡POR FAVOR, NO, STEVE!

 

Sus piernas se arrodillaron, apresando la cintura de Tony. Ya no tenía a su bebe en las manos; en cambio de ello tenía su escudo, lo cual se alzó, tomando impulso. Steve quiso detenerse, esto no era lo que quería, su cuerpo se movía solo y él no sabía qué hacer. Los gritos más pronunciados de Tony inundaron todos sus pensamientos- ¡NO, STEVE!- el Capitán América sin poder creerlo, clavó su escudo fuertemente. . . pero no en el reactor, sino en su cuello.

 

Despertó. Su respiración estaba acelerada. No comprendía lo que había pasado, miró inquieto de un lugar a otro, queriendo reconocer en donde se encontraba. No, no estaba en Siberia. Solo fue un sueño. . . Un horrible sueño.

Suspiró angustiado y trató de tranquilizarse de la horrible pesadilla que tuvo.

Jalando con aspereza sus cabellos, para luego frotar su rostro con fuerza. Su boca la sentía seca y el ardor de sus ojos seguido un dolor en la garganta se produjeron, como si una roca se mantuviera en ella.

 

Se levantó de la cama y caminó directo hacia el baño, tratando de calmarse un poco. Pero el sueño había sido tan real que sus ansias le removían el estómago, incitándolo a vomitar. Una larga ducha fría calmó los palpitares adoloridos de su corazón, pero no de sus pensamientos. Sus puños golpearon fuertemente la pared de a lado, queriendo descargar su frustración de su cuerpo, pero le era imposible. No sabía qué hacer, lo extrañaba que dolía como un infierno. Se sentó en el piso mientras sentía las gotas de agua fría golpear su espalda. Un pesar se posicionó sobre él, la necesidad de ver a Tony incrementaba y por alguna razón hacia que perdiera el control en algunos momentos. Una sensación que parecía matarlo lo sufría cada vez que se repetía aquel sueño. No soportaba. No entendía. Era su último día en Wakanda, debería estar feliz. . . Pero no lo estaba.

 

El mundo cambiaba, habían pasado casi tres años después del enfrentamiento contra Tony, convirtiéndose en un prófugo del Estado.

¿Qué hubiera dicho Peggy si lo viera en ese estado? Rio con pesar, para luego suspirar parsimoniosamente, sintiendo su cuerpo más pesado de lo normal.

 

Steve realmente agradecía la hospitalidad del rey de Wakanda; gracias a T´Challa habían podido vivir tranquilos, él y su equipo, dentro de Wakanda para detener crímenes de manera encubierta y entrenar libremente sus habilidades hasta perfeccionarlas.

 

Natasha los había visitado, trayendo con ella algunas cartas de la familia de Scott y Clint. Ella también era prófuga, pero no quería mantenerse en un solo lugar. Se fue de Wakanda con la promesa de traer información del mundo exterior.

 

James pudo salir de la capsula que lo mantenía dormido. T´Challa había contratado a los mejores psiquiatras para la ayuda de Bucky y su rehabilitación. Evitar el problema era una pésima idea. Barnes debía enfrentarlas y superarlas. Los demonios de Hydra impuesta contra James desaparecerían, el mismo Bucky debía enfrentarse con el Soldado del Invierno. Una pelea interna que solo el mismo paciente debe combatir.

 

James a veces le comentaba sobre su estado. Ya no era ese jovencito vivaz o aquel militar coqueto y determinado de los viejos tiempos. Bucky trataba de soportar los dolores de sus propios pensamientos y recuerdos. Le confesó que recordaba como era antes, pero solo veía en aquel retrato a una persona extraña.

 

Jamás podría volver a ser el Bucky de antes, esperaba también que Steve comprendiera y le perdonará por tantos problemas que causó. A veces deseaba haber muerto cuando se le presentó la oportunidad.

Steve no le perdonó, porque no había nada que perdonar. Rogers había tomado una decisión y no se arrepentía de ello. Era cierto, aquel hombre ya no era el Bucky que conocía; pero seguía siendo su amigo.

 

No iba a dejar a ningún soldado atrás.

 

Steve recordó los primeros meses después de la guerra civil. Había estado tan enojado con Tony por casi matar a su hermano; porque sí, Bucky era como un hermano para él, es por ello que su relación amorosa con él había tenido un inicio como un final antes de que pasará el accidente del congelamiento.

Se había dejado llevar por la ira que Stark había producido, dejando una clara muestra de romper su relación con él.

 

No se arrepintió por varios días.

 

Hasta que la realidad le golpeó en donde más le dolía.

Santo Cielos, ¿Qué había hecho?

La inquietud del vació lo estremeció por completo, las dudas y el arrepentimiento se hicieron más fuerte mientras pasaba el tiempo. Su imaginación le juagaba malas pasadas, ideando escenarios con finales distintos si hubiera tenido la cabeza fría en ese momento.

 

¿Había exagerado? ¿Realmente había valido la pena? ¿Qué estaba haciendo Tony? ¿Por qué no llamaba? ¿Él tenía la culpa, no?

El celular que mantenía vinculado con Tony no había sonado. Él era paciente. Esperaría.

Pesando que era el ego herido de Stark, la causa de la falta de comunicación, trato de ignorarlo y seguir con los entrenamientos de sus compañeros.

 

Hasta que lo vio en aquel reportaje.

Algo comprimió fuertemente su pecho.

 

Todos estaban en la sala como fieles espectadores – Clint, T´Challa, Wanda, Scott, Sam, Bucky y Steve –mirando atentamente el costoso televisor instalado en la pared del cuarto.

Enfocando a varios periodistas que preguntaban casi a la misma vez, los flashes de las cámaras y los guardaespaldas rodeando al único ser que su brillo parecía extinguirse.

 

Anthony Edward Stark se veía diferente: Cansado, trasnochado, mirada débil y sin ninguna pizca de carisma, coquetería y viveza que lo caracterizaba. La rueda de prensa había iniciado desde temprana hora, puesto que la noticia había sido controversia para todo el mundo, impactando a todo el público en general: Tony Stark dejaría de ser Ironman.

 

-¿Se siente culpable de haber separado a los Vengadores?

 

-¿Entregará el traje de Ironman al Estado?

 

-¡Usted condenó al mundo! ¡¿Ahora quiere retirarse?!

 

-¡Traidor!

 

-¿Acaso la disputa contra el Capitán América es la causa de su renuncia?- una voz se alzó ante todos los periodistas, causando finalmente que los griteríos se volvieran murmullos.

 

Tony lo pensó por varios segundos al notar el silencio después de la pregunta. Para luego soltar un poco de agobio mediante un largo suspiro -Puede que sea eso -admitió Stark siendo sincero por una vez en la vida en frente de las cámaras- Ha pasado tantas cosas. . . Cosas que nunca debí saber ni haber visto. Creo que ahora comprendo el dicho que la ignorancia es lo que hace feliz al hombre.

 

Steve apretó los puños, sabía a lo que se refería Tony.

El video. No era culpa de Bucky, él solo había sido una víctima más de los experimentos enfermos de Hydra. Antes de martirizar su mente fue interrumpido por la voz rasposa de su expareja.

 

-Hay varios factores que son la razón del porque me mantendré alejado de mi armadura. Todos esos factores son personales, que no les importa a ustedes y es mi responsabilidad enfrentarlos. Pensé que la vida de un héroe sería fácil. Fue muy agradable al comienzo, pero. . . Creí poder manejarlo, creí realmente poder cuidar al mundo, mi intención era esa. . . No puedo. No puedo soportarlo. Creo que debo enfrentar mis propios demonios antes de luchar con los del mundo.

 

-Ya era hora que te dieras cuenta- soltó desganado Clint mientras se cruzaba los brazos, los demás comenzaron a murmurar sus propias opiniones. Excepto una, solo Bucky pudo contemplar el rostro desesperado de su mejor amigo quien miraba fielmente el televisor.

 

Steve lo notó, su cuerpo se paralizó y algo dentro de él comenzó a romperse pedazo por pedazo. Tony, con sigilo, se estaba quitando un anillo del dedo anular. Todo se derrumbó en frente de sus ojos sin poder hacer nada al respecto.

Una gran parte de él no soportaba la vista, había hecho lo mismo en Siberia. Realmente dolía ¿Tony también sintió lo que estaba sintiendo en ese momento? Era como si una fuerza exterior empezara a quitarle el alma desgarradoramente.

 

-¡¿Usted no piensa lo que esta puede pasar después de su renuncia como Ironman?! La ciudad se quedará vulnerable- Una rubia reportera empezó a juzgar y fue el detonante de cómo cientos de voces empezaron a protestar al mismo tiempo con diferentes tonalidades de voz.

 

-¿Señor Stark piensa fabricar más armadura de Ironman para los militares?

 

-Por favor no se retire, Señor Stark

 

-¡Dividió a los Vengadores y ahora se acobarda!

 

-¿No quiere evitar más muertes?

 

-¿Acaso ya no le importa la vida humana, señor Stark? ¿Quién defenderá ahora que ya no existen los Vengadores?

 

Tony golpeó su puño contra el atril para callar todas aquellas voces- No soy la cura del cáncer ni el héroe que tanto han esperado.- Era el momento apropiado de bajar del altar y mostrarse tal cual era Tony, el verdadero y roto Anthony Edward Stark- No tengo las suficiente fuerza para pelear; si lo hago, solo seré un obstáculo. Quiero paz, reponerme, recuperarme, ¡Solo quiero un maldito momento de dejar en pensar en los demás! Que desaparezcan, quiero alejarme de todos, porque no estoy bien- dejó de alzar la voz y se dio cuenta de lo que estaba diciendo y a quienes se estaba dirigiendo. Trató de controlar su respiración y prosiguió con un tono de voz más cansado- No lo estoy. . .- las palabras acariciaban sus labios, hablando más para él mismo que para los demás; su mirada bajo al anillo que jugaba con las manos, guardandolo en su bolsillo.

 

-¿Acaso presenta alguna enfermedad?

  

-¿Es la mejor excusa que tiene?

  

-¿Qué pasará con la gente que verdaderamente lo necesita?

  

-Hemos recibido información de Hospitales privados que usted sufre de ataques de ansiedad ¿Es cierto, señor Stark?

 

-Hay un rumoreo de que usted tuvo una relación secreta con el Capitán América, ruptura que se generó por el prófugo James Barnes ¿Es esa la razón por la cual usted se retira?

 

-¿Por qué no se siente bien?

 

-¿Qué quiere decir con eso, señor?

 

-Quiero decir- continuo el castaño mirando finalmente la cámara con total seriedad- Que volveré, me gusta patear traseros de personas malas, así que curare la herida y seguiré adelante. Ironman es una gran parte de mí, no cometeré el mismo error en dar mis cosas en personas que no confié totalmente- antes de que la prensa lo interrumpiera, Tony prosiguió- Necesito tiempo y no se comporten como la víctima del asunto, señores- una mirada recelosa cayó en los periodistas presentes- Que el mundo seguirá girando sin mí.

 

Sin más que decir, Tony se retiró de la sala; mientras los periodistas querían seguirle bombardeándole con más preguntas.

 

-Vision será el único que ayudará al Estado, el coronel Rodhes no tiene la capacidad para usar su armadura y Stark. . . –T´Challa suspiró cansado mientras se frotaba el puente de su nariz.

 

-Así que el Señor YoPuedoTodo por fin lo golpeó la realidad ¡Ja!- Steve sabía que Clint seguía burlándose de las malas decisiones que tomó Tony. Él dejó de escucharlas. Aún no podía procesar todo lo ocurrido.

 

Era cierto. Aún amaba a ese filántropo cascarrabias egocéntrico, lo extraña tanto que todos sus sueños que recordaba se trataban de él. Sabía que habían tomado decisiones diferentes, tomó acciones radicales. Pero era lo correcto, casi se mataban en esa pelea en Siberia por un asunto que podían haberse arreglado en una conversación. No estaba preparado para un matrimonio si es que Tony se comportaba así. Esa fue una parte de Steve Rogers que dictaminó por unos breves días. Hasta que poco a poco las murallas de su interior se derrumbaron.

 

Dejó de ser paciente, le llamó a Tony. Solo quería escuchar su voz, para conversar seriamente como los adultos que son y resolver los problemas juntos. Hasta podrían volver a intentar reformar su relación, si es que Tony prometiera cambiar algunos aspectos de su persona.

 

No respondió.

 

Lo intentó un par de días más, comunicarse con el multimillonario. Pero tampoco contestaba las llamadas. Unas pequeñas ansias se formaban dentro de su cuerpo. El insomnio empezaba a cobrar factura, quería la voz de su castaño. Llamada tras llamada, pero siempre el sonido de espera y el buzón de voz era su único sonido. Prometió a un ente invisible que si contestaba Tony  sus llamadas, no le pediría que cambiara. Podría ser nuevamente ese Stark prepotente, terco en sus decisiones, egoísta y ególatra de siempre. No le pediría que cambie ni que pidiera perdón. Solo quería que contestará el bendito celular.

 

Sus amigos se estaban preocupando por él. Steve dejó de dormir por un par de días. Bucky trataba de razonar con él para que pudiera descansar un poco al menos, consolando al pobre rubio que seguro Stark aún seguía dolido.

 

Al principio la idea le calmó, puesto que Tony era un poco rencoroso con temas delicados; pero no podía descansar, nuevamente las pesadillas volvían en sus sueños, despertando a veces gritando; otras, alterado y contadas veces, llorando. No entendía que estaba sucediendo con él, pero sabía que su único remedio era la presencia de su expareja.

 

Volvió a llamar, juró a Dios que si su deseo se cumpliera, le rogaría a Tony su perdón. Se arrodillaría en frente de él, suplicando por su amor. Que si es de soportar todos los insultos hirientes del castaño hasta su odio. Lo haría. Pero que contestará. La preocupación lo estaba matando. Necesitaba su castaño le responda.

 

Nunca pasó.

 

Se contactó con Romanof, pidiéndole el favor de comunicarse con Stark. Que lo cuidara y mandará información sobre su estado.

Una semana después, Natasha le informó que el castaño había desaparecido. Ella pensó que algo grave había sucedido, pero la señorita Potts le explico sobre el alejamiento improvisado de Tony. Necesitaba tiempo y paz para curar las heridas que el mundo le causó. Virginia Potts confiaba en Stark y respetaba sus decisiones.

Steve no estaba contento con eso. No le gustaba la idea de no saber nada sobre el castaño. Natasha prometió hacer algo al respecto, le era difícil movilizarse ahora que su rostro era público y era prófuga del Estado.

 

Fueron cinco veces que trató de buscar a Tony por sus propios medios, tratando de huir de Wakanda para tomar el primer avión hacia la torre Stark y encontrar alguna pista sobre el paradero de su Tony. Pero siempre era interceptado por sus amigos, calmándole. La última vez, fue T´Challa quien pidió discreción, que haría lo posible para ubicar a Stark, pero que se mantuviera dentro de los límites de Wakanda. Si salía más allá, arriesgaba en delatar a sus compañeros con su ubicación, además le causaría muchos problemas si lo descubren y los demás Estados juzgarían su credibilidad, no tomando en cuenta su voz como defensa de la mayoría de los integrantes de los ex Vengadores. Rogers aceptó.

 

Muchas veces, Steve quería volver en el tiempo y nunca haber dejado aquel anillo. Se sentía vació sin ello. Inestable. Amaba tanto a Tony, que sería feliz si tan solo pudiera oír su voz. Abrazarlo. Besarlo. Quería decirle lo mucho que aún lo amaba, que cometió un error en alejarse. Pedir perdón.

Gracias a Bucky pudo sobrellevar mejor el distanciamiento de su castaño. Mientras entrenaban juntos, Steve le contaba algunas de sus experiencias y vivencias que tuvo que pasar con Tony. James se sintió feliz al ver la sonrisa recuperada de Steve. Con solo pensar en Stark, Rogers recordaba los momentos más hermosos que habían vivido junto a él. 

Cuando Steve se deprimía y volvía a marcar vanamente el número de Tony. James le reconfortaba, como buen hermano; le pidió que confiara en Tony, que no se preocupará tanto por el millonario. Stark era fuerte, lo había demostrado en sus peleas. Podía cuidarse solo. También le idealizaba que algún día el rencor del castaño iba a desaparecer y hasta podía ayudarlo a reconquistarlo. Después de todo, para que estaban los amigos. Steve se animó solo un poco, negándose con la cabeza al decirle que esto debía de hacerlo solo. No más terceros.

 

Además, Barnes debía de enfrentar sus propios pesares. Bucky aún se juzgaba por todas las muertes que había causado, añadiendo como fierro caliente en su espalda, la muerte de un amigo: Howard Stark. Haría lo imposible para devolver la felicidad a Tony, si el castaño quería matarlo. No se negaría al pedido. Ha causado tanto daño que ser asesinado por Stark, sería hacer una clase de justicia divina.

 

Cada vez que recaía el Capitán, se repetía una y otra vez que Stark estaba bien, solo estaba exagerando las cosas. Y así pasaron los días, volviéndose meses y completándose en años; hasta que inesperadamente, la renuncia del secretario del Estado de los Estados Unidos fue la noticia que impactó a los Vengadores. Siendo reemplazado por una sofisticada militar tecnócrata, que gracias a sus influencias políticas y el rey de Wakanda, pudieron modificar los acuerdos de Sokovia que catalogaban a la mayoría de los integrantes de Los Vengadores como prófugos y cambiar varios puntos del documento, para la libertad de los héroes que quieran apoyar en el bienestar de los Estados. Limpiando sus nombres para que pudieran volver al funcionamiento de defender al mundo.

 

Después de la desaparición de Ironman, Vision tenía grandes problemas que enfrentar al ser el único Vengador disponible. Los enemigos se habían multiplicado y al no tener personas que los detuvieran, se enfrentaron contra los policías poco resguardados, generando caos en los lugares que se presentaban.

  

Steve, Wanda, Scott, Clint, Sam y James; pudieron salir de Wakanda para poder convivir en el complejo de la central de instalaciones de los Vengadores, encontrandose con Natasha en el edificio. Steve parecía tener un deja vu, todo estaba igual, los agentes de Shield caminando de un lugar a otro con trabajos que ejecutar, era como estar reviviendo viejos tiempos. Solo que faltaba alguien importante en su vista y vida. Natasha pudo practicar con los Vengadores recien llegados, pudieron presenciar a un viejo conocido.

 

-No sabes cómo me alegra verte, Fury- sonrió abiertamente Natasha al ver el moreno acercarse a los mencionados junto con una indispensable Maria Hill a un lado.

 

-Igualmente agente Romanof 

 

Un apretón de manos fueron los intercambios del resto de los integrantes. Wanda estaba ansiosa por querer entablar conversación con Vision. Lastimosamente, tendría que esperar. Se había producido un problema complejo cerca de la capital de Pakistan.

Scott Lang no paraba de hablar de las buenas recomendaciones que hizo Pym referente al nuevamente director de SHIELD.

 

-Señores, debemos hablar- Fury dejó a un lado las emociones y se mostró extrañamente frío; dejando un mal desconcierto hacia los Vengadores- Ha surgido un grave problema.

 

Lo que menos esperaba Steve era pelear tan temprano, ni siquiera se había instalado en su habitación. Sonrió amargamente al pensar tener momentos libres para averiguar preguntando -interrogando- a la señorita Potts sobre la ubicación de Tony, sabía que ella era muy cercana a su anterior pareja, debía saber algo de Stark; o bien podría preguntar al mismo director Fury si ha encontrado alguna pista de su castaño. Pero sabía que este no era el momento, Fury se mostraba intranquilo y más serio de lo normal. Algo realmente malo estaba pasando.

 

Todos pasaron a la sala de Operaciones y Estrategias. La habitación no había cambiado nada dese la última vez que estuvo ahí. Era una baja que el rey T´Challa no hubiera viajado con ellos, puesto que tenía que arreglar ciertos conflictos en su país y manejar papeleos políticos. Prometiendo que dentro de unas pocas semanas, se uniría oficialmente a los Vengadores.

 

-No sé quién está fastidiando a Fury, pero siento que puedo pelear solo contra todo el ejercito de Doom- comentó emocionado Clint, siendo el último en entrar a la sala de operaciones y estrategias. Al cerrar las puertas, de inmediato se apagaron las luces, dando como iluminación a los hologramas que se reflejaban sobre la mesa. Cada integrante pudo sentarse rodeando la superficie de metal cual brillaba de un color celeste fosforescente.

 

-No has estado entrenando últimamente- comentó Sam de forma burlona- Ni siquiera podrías con el chiquitin

  

-¡Hey!- se quejó Scott

  

-¡Basta! Esto no es un juego- Fury tecleo rápidamente y seleccionó algunos comandos para abrir un archivo en clave. Saliendo más hologramas alrededor al poder entrar a los documentos- Hydra ha efectuado movimientos, se han registrado alianzas que involucran una clara influencia con el líder en mando de Hydra: Red Skull

 

-¡¿Pero cómo?! El murió- objetó el Capitán, mirando seriamente al moreno del parche

 

-Cálmese, Capitán. Él no es el verdadero Red Skull que ha conocido en la época de los 40, pero es uno de sus descendientes, específicamente su nieto. Hijo de Sinthea Shmidt, adquirió de manera genética la apariencia de Johann Schmidt, obteniendo el mismo poder que su abuelo después de haber probado un intento del suero de supersoldado- siguió Fury. Todos los Vengadores miraron los personajes que destacaban en los hologramas. Un hombre robusto con apariencia descuidada, se sostenía por cuatro tentáculos hechos de un supuesto metal de titanio. En otra esquina se encontraba un video de cómo un apuesto rubio empezaba a envolverse de un color rojizo, para finalmente expulsar fuego de su boca, quemando a todas las personas a su alrededor- Hydra al tener un líder a quien seguir, reclutó a personas que estaban a favor de su ideología, uniendo fuerzas con el Doctor Octopus y un científico llamado Aldrich Killian.

 

María Hill empezó a repartir carpetas a los presentes, las cuales contenían la información necesaria sobre los enemigos.

 

-¿Eso es todo? No te molestes Fury, podemos con ellos- Animó la pelirroja del grupo

  

-Después de todo tenemos a un practicante- Bucky giró de su asiento para mirar con una ceja alzada a Sam.

  

-Pues tomen todas las fuerzas posibles, suponemos que esta fue la causa de la renuncia del Secretario del Estado, Ross- Esto llamó la atención a todos, Fury suspiró amargamente- No pudieron controlarlo. . . y ahora se hace llamar: IronDark.

 

Steve no podía creer por más que viera el video, que reprodujo Fury, una y otra vez. En una pantalla apreció la armadura de Ironman en vuelta de un color negro y líneas azul eléctrico que fueron manchadas por salpicaduras de sangre, aplastando sin piedad y de manera insistente la deforme cabeza de un agente de Shield.

 

No.

Steve se negaba.

Ese monstruo no era su Tony.


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