Observó desinteresadamente los papeles que tenía sobre la mesa y en sus propias manos, mientras prestaba nula atención a lo que el científico en turno se encontraba explicándoles en aquel momento hablando y señalando la pantalla que justamente se encontraba frente a sus propias narices. Steven Stone de veinte años, siempre había estado consciente de que algún día emplearía un papel similar en la empresa de su padre, que algún día —que en el fondo siempre deseo que estuviese realmente alejado— pasaría a ser suya como único heredero. Dichos pensamientos nunca le habían gustado ni agradado en lo más mínimo, pasar una gran parte de su vida atendiendo reuniones, ir de Hoenn a Kanto y viceversa, así como permanecer detrás de un escritorio supervisando y firmando papeles, no era, sin duda alguna, su idea sobre el futuro de su vida.
Resopló mientras se acomodaba en su asiento —en el cual se había ido deslizando sin siquiera notarlo— cuando noto como su padre se alzaba de su asiento para decir algunas palabras a las personas presentes y al científico que —aparentemente— finalmente parecía haber acabado con su discurso. Se escuchó a sí mismo tamborilear mientras su mirada viajaba una vez más hacia el reloj de pared, verificando la hora nuevamente.
No se encontraría tan estresado e impaciente, e incluso hubiese prestado —aunque sea un mínimo de— atención a la reunión. De no ser que había alguien esperando por el.
Corrección, él no era una persona paciente.
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Rocio con un poco más de agua a su pequeño Surskit, dándole ligeros y suaves golpes con una esponja de maquillaje para quitar el exceso de agua —nunca la había usado para maquillarse, pero era perfecta para quitar el exceso de agua sin lastimar a su pokemon o usar un pañuelo o similar— la pequeña criatura tipo bicho y agua hizo su característico sonido mientras disfrutaba de la atención dada, temblando ligeramente cuando la suave esponja y ligeramente húmeda pasaba de un lado a otro.
Drew suspiro mientras dejaba el rociador a un lado —junto a un peine y a unas tijeras que recientemente había utilizado— tomó a su pokemon de los costados suavemente mientras le movía de un lado a otro para observar si algo se le había pasado por alto. Mientras iba de camino a Rustboro City para un concurso de coordinación, a su Surskit le había parecido muy gracioso saltar a un charco de lodo, ensuciándose de pies a cabeza, ensuciando a Absol y ensuciandolo a él en el proceso. Por supuesto, su suerte no había terminado ahí, justamente cuando se encontró a punto de poner un solo pie encima del pavimento de la ciudad, fue detenido cuando vio a una única persona dándole la espalda.
Si, Steven Stone estaba justamente ahí. De espaldas, y aparentemente discutiendo con alguien mediante el pokenav, una llamada y discusión que pasó rápidamente al olvido cuando el de cabellos plateados se dio la vuelta y noto su presencia.
Totalmente consciente de que sus pokémon junto con él se encontraban sucios, y que muy probablemente el de cabellos plateados le iba a hacer platica o le iba a soltar mil incógnitas, simplemente se resignó, y tras dar un suspiro acepto que no, el dia de hoy no iban a participar en ningún concurso, algo que —por alguna razón— puso extremadamente feliz a su Surskit. Aunque no tenía que ser un genio para saber que el pokemon azul estaba nervioso ya que iba a ser su debut.
—Ya estás limpio. Pobre de ti que saltes a otro charco, porque te regreso a tu pokeball y te dejo en el pc —dijo en un tono amenazador mientras señalaba al pokemon—quien no pudo evitar temblar al ser señalado— que anteriormente había tenido en sus piernas, para finalmente dejarlo en el pavimento, un lugar seguro donde no ensuciarse— Anda, ve a molestar a Roselia.
Y mientras el Surskit no pudo evitar emocionarse y —en cierta forma— echarse a correr con dirección al pokémon ya mencionado, el no tardo mucho en alzarse de la fuente donde se encontraba sentado, con la espalda ligeramente dolorida por todo el tiempo que pasó en una sola posición. Su mirada voló con dirección al Metagross de Steven y su propio Absol los cuales tenían una cierta distancia entre ellos, lo curioso del asunto se destacaba en como su roselia parecía reírse de Absol, y Surskit se encontraba indeciso entre si ir con Metagross o quedarse junto a sus ya conocidos. Dando la sensación de que parecía estar "patinando" de un lado a otro.
Una vez más pensó en lo extraño que se habían ido dando las cosas. Cuando conoció a Steven en la playa de Lilycove city, no se le había pasado por los pensamientos el hecho de que, alguna vez volverían a coincidir, supuso —y ahora deseaba que eso hubiese ocurrido— que un encuentro entre ellos ya no volvería a ocurrir, con solo ver la apariencia del más alto era fácilmente visible que no iban a coincidir mucho en la vida.
Justamente parecía que la vida lo odiaba, pensando muy seriamente en no volver a poner un pie en Rustboro City, si con eso lograba evitar otro encuentro con el mayor. No es que no le agradara, o que le cayera mal… Es simplemente… Que no se sentía totalmente a gusto a su lado, sentía…. Algo… Extraño en el aire que rodeaba al mayor, como si por debajo de toda aquella felicidad hubiese algo que en realidad no deseaba descubrir.
Y eso no solo le atemorizaba. También le preocupaba.
—¡Drew!
Alzó la vista al escuchar su nombre, notando entonces como Steven se acercaba corriendo hacia la fuente donde se encontraba sentado —el mejor lugar del mundo para vigilar a sus pokémon sin cansarse— su mirada se desvió por unos minutos en dirección al Metagross de Steven —según le explicó el de cabellos plata, no tenía mucho de haber evolucionado— quien se encontraba junto a su Absol, Roselia y Surskit, todos —intentando por todos los medios— de convivir entre ellos mismos.
—Lamento haberte hecho esperar— se disculpó mientras pasaba a sentarse a su lado, intentando recuperar aire después de haber corrido una buena distancia—¿Que es eso?
El de cabellos verdes volvió su mirada a su nuevo acompañante, con la intención de responder a su duda.
—No espere mucho, no tienes porque disculparte— respondió alzando los hombros, restándole importancia, posteriormente miró a lo que señalaba ahora el más alto— Nada especial, es pelo de Absol, suelo cortarlo de vez en cuando para que no pierda forma.
—Arreglas mucho a tus pokémon—señaló, mientras miraba a su Metagross intentar acercarse al pokémon siniestro y notando que el Surskit parecía como nuevo— Yo no creo tener tanta paciencia para eso.
El de cabellos verdes no respondió, simplemente se movió un poco más, dejando un poco más de espacio entre Steven y él, al notar como Roselia parecía reírse e ir con dirección a ellos —muy probablemente a sentarse para incomodarlos— mientras se giraba a mirarlo una vez más, haciendo una mueca de ligero disgusto.
—Tu metagross no parece haber cambiado con mi Absol.
—¿No verdad?
Un silencio agradable se instaló entre ellos mientras el mencionado pokemon tipo planta/veneno se sentaba entre ellos.
—Al menos tu Absol es igual que tu, parece tener una paciencia infinita.
Drew sonrió, Mirando ahora como Surskit le lanzaba burbujas en el rostro a Metagross, desesperando y obligándole a alzar uno de sus ¿brazos? para "pisar" al travieso de cuerpo azul celeste, ante la curioso mirada de Absol.
No hicieron nada, hasta que notaron como Metagross preparaba un puño meteoro debido a que Surskit no paraba de molestarlo.
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Acedera: Paciencia