Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Orfanato Thousand Sunny por Eyaoi

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Les advierto, este capitulo es una enredadera de shipeos y como un reaclamo se quejo de que ponga ya los ships definitivos. ok ok los hare pero los leeran en el princpio. es mas Les dije qu eeste fanfic esta repelto de triangulos amorosos y amores de parejitas

otras son parejas raras que me gustan a mi . no me preguntes por que. 

pero sin mas, lean y que les encante este capitulo. 

Vacaciones de emergencia.

La mujer corrió por las calles silenciosas y tuvo que esperar a que el alba apareciera para irrumpir estrepitosamente destruyendo la puerta de la habitación de Corazon de una patada. El cuidador salto del susto cayendo al suelo y Chopper despertó llorando.

-¡¿Qué mierdas?!- grito aterrado -¡¿Loca?! ¡¿Qué haces aquí?!-

La mujer le respiración entrecortada agarrándose entre el umbral con dificultad. Se acarició apartando su cabello negro sobre el único ojo que siempre se le muestra para mirar al hombre preocupándose de la mujer.

-vienen. Están aquí hombre- dijo tragando la saliva –Spandine está en la ciudad- el silencio los retumbo. Incluso Chopper se calló. Corazon se sacudió la cabeza para despertar y se levantó temblando.

-¿Cómo? ¿Spandine está aquí?- dijo con un hilo de voz -¿lo viste? Por favor. Tienes que ser clara- Loca se golpeó la cara con su mano enfundada en un guante negro.

-¡y yo soy un perro! ¡Está aquí! ¡Por eso vine! Kid tienes razón ¡Estas sordo! ¡Límpiate los oídos!- le dijo, pero se calmó –bien, ponte ropa. Les grito a los otros tontos y nos vamos- le ordeno. Era como si la mujer supiera completamente lo que hacía, el hombre aunque parezca raro. Confiaba en ella en sus órdenes y sus decisiones, aunque hace años que no la veía.

Ella salió corriendo por el pasillo para avisar a los demás cuidadores con apuro.  Igualmente le reclamaran tenía que hacerle caso. Aunque, tuvo problemas con Smoker.

-¿Quién eres?- pregunto

-alguien que no te importa- dijo austera agarrándole de los brazos y lanzándolo a su habitación –cámbiate de ropa rápido ¿ya?-

Despertaron a los niños. Los mayores fueron reunidos por orden de Corazon alrededor suyo para seguir sus órdenes.

-tomen todo lo necesario. Ropa, comida o cualquier cosa esencial. Tomen sus mochilas y si es posible una maleta. Luego tomaremos a los más pequeños y los meteremos de inmediato a autobús que traerá Crocodile ¿entendido?- dijo Corazón con unos ojos de preocupación. Sin embargo, antes de ir los niños se pusieron serios con sus ropas de calle puestas. Drake se acercó austero.

-Papa Cora-san- se anunció -¿Qué está sucediendo?- pregunto serio. Mirándole enojado. Corazon respiro profundamente antes de responder.

-alguien muy peligroso está en la ciudad- dijo seriamente. No le ocultaría la situación –y esa persona está buscando a unos niños que residen aquí ¿comprenden?- los niño se miraron unos segundos y salieron corriendo a las órdenes del adulto.

Los más pequeños adormilados llevaban las mochilas en sus hombros, sin cambiarse el pijama. Rascándose los ojos preguntándose qué sucedía. Un Luffy arrastrado por sus amigos por su profundo sueño babeaba por la cerámica del piso y un pecosos sobreprotector corrió a él.

-no quiera despertar- dijo Nami sonriendo -¿Dónde vamos Ace?- pregunto ella.

-no tengo idea- dijo desconfiado mientras con que los demás niños corrían al autobús en pijamas –es demasiado raro esto- hablando con los pequeños apareció Sabo preocupado.

-¿Qué hacen aquí? ¡Vámonos!- chillo. De instinto tomo a Luffy de los brazos para cargarlo como canguro -¿Qué te pasa?- Ace miraba a la mujer al otro lado tomando a Chopper mientras Corazon guardaba las maletas y mochilas grandes en la maletera del autobús.

-no confió en ella- dijo Ace –no sabemos quién es, llega y nos dice que nos vayamos ¿no te parece raro?- pregunto el a su hermano

-da lo mismo- le dijo directamente Sabo –Ace, ella ha dejado a varios aquí para protegerlos. Que no las viste es diferente. Si Papa Cora-san confía en ella, yo confió ¿entendiste?- el pecoso desvió la mirada desconfiado –eres un tonto- dijo dando la vuelta yendo al autobús. Pero antes apareció la mujer mirándolos desde arriba sin Chopper en los brazos. Ace la miro enojado apretando los puños queriéndole encarar en la cara tonterías. Pero…

Ella lo abrazo.

Fue unos segundos que la mujer apretujo al niño inusualmente con cariño. Con todos los ojitos de los niños cerca atentos a ellos. Detenidos en medio del patio hacia el portón con casi todos dentro del autobús, la luz del día subiendo por los techos del orfanato. En tanto que la mujer apretaba su cabeza y los hombros delgados del niño, este estaba con una mirada atónita por el olor confuso de ella. Olor a sal de mar y carne de cerdo asado. Separándose luego de estar tanto entre sus brazos, le acaricio la mandíbula y su cabello.

-Me alegra volver a verte, Ace- dijo en susurro.

Antes de que Ace respondiera, la mujer le tomo de como un saco de papas y corrió hacia el autobús. Aun a los gritos del pecoso rojo de vergüenza.

-¿alguien entendió?- pregunto Sabo a los niños. Todos ellos negaron.

Crocodile condujo con rapidez por las calles casi chocando por varias curvas llegando a la mansión de Iceburg. Que salía arrastrando a Franky del brazo acarreando una mochila de robot y en los brazos del hombre la bebe de dos años Chimney. Por detrás Paulie con un maleta tropezando con esta misma, con dificultad tirándola. La dejaron el maletero y entraron junto a Franky, quien fue directamente con los Mugiwara. Robin le agarro del torso de inmediato.

-¿alguien sabe qué pasa?- dijo Franky.

-no lo sabemos- dijo Law a su lado –Papa Cora-san dijo que es peligroso estar en el orfanato. Así que temporalmente nos tenemos que ir- le explico seriamente en su pijama negro sobrepuesto de una camisa de Corazon que uso la noche anterior. Todos y cada uno de los niños menores de doce llevaban pijama.

El autobús comenzó a andar, por la carretera dejando a un lado la mansión. Bonney dio la vuelta mirando como se alejaban de la ciudad. Arrodillada sobre la silla despreocupada y con sueño, se le removió de inmediato cuando vio hordas. Si no decir millardos de marinos entrando a la ciudad armados, rebotando las piedras del suelo empedrado. Creyó ver como las paredes de la ciudad se descoloraban mientras cada vez avanzaban más los marinos a las calles. Creyó imaginar verlos entrar de golpe por las puertas de las casas, gritando cosas. Gritando por ella. Buscándola. Del miedo se escondió bajo del asiento agarrándose la cabeza enterrando sus dedos sobre su cabello. No quiera oír los gritos. No quería ver como sus vecinos otra vez eran atacados por ellos y se llevan a sus amigos, los amigos de Bonney de hace dos o tres años en la isla donde vivía. Junto con el cadáver de su madre sobre la cama empobrecida de coceduras que tuvo que dejar a un lado para concebir su último deseo de que ella escapara.

-no de nuevo- murmuro –no otra vez, mamá. No otra vez- se encogió entre sus rodillas sin salir de abajo del asiento. Queriendo llorar si no fuese por el pedazo de pan que se asomó en sus ojos.

-¿quieres comer? ¿O ya te quedaste sin apetito?- pregunto Drake indiferente agachado sobre el asiento. Ella abriendo sus ojos morados, se le quedo mirando un buen rato -¿vas a querer el puto pan o me lo como yo?- ella reacciono y le quito el pan comiéndoselo de un bocado.

Mientras se lo comía en el frente del autobús. El grupo de adulto y la mujer que era indescifrable su edad, conversaban de su nuevo paradero.

-No podemos ni ir a mi casa, la de Iceburg menos por lo visto ¿Dónde pretendemos ir?- dijo el reptil sin detener el autobús.

-debe ser lejos, algún lado que deben olvidar que estuvieron ahí o que ya no hace falta que busquen- dijo Doflamingo pensando –lo malo que no tenemos otro amigo que nos confía a tantos enanos del demonio- se rasco la cabeza enojado.

-primero será que nos alejemos mucho más de la ciudad antes de decidir- comentó Paulie –quizás no sigan y hay que distraerlos un poco antes que nada-

-tienes razón- medito Loca -¿Cuánto es el radio de la circunferencia que mantiene los límites de la ciudad?- dijo, pero todos le miraron extrañados –en lenguaje humano: cuando es que estamos seguros en los límites de la ciudad-

-pasando del árbol de Adan- le respondió Iceburg serio apoyado en el pasamanos.

-gracias- dijo Loca dejándose el silencio ondear en el ambiente.

En tanto Luffy recién despertaba sentándose pero dejándose caer en el cuerpo de Zoro que se apoyaba contra la ventana sentado. Preguntados donde estaba. El cabello de alga de acaricio la cabeza mientras se acurrucaba en su torso como un cachorrito. Mientras le rascaba por las orejas, se volvió a dormir sobre su regazo.

-que mágico- dijo Ace llegando con celoso mirar

-tranquilo Ace, después se pelea- le calmo Sabo antes de que lo golpeara a Zoro. Nami se dormía y Sabo agarro su chaqueta y se la coloco para que se calentara -¿estás bien? ¿Ace?-

-sí, si estoy bien- dijo el pecoso -¿tienes frio Sanji?- pregunto al rubio que temblaba del frio, abrazándose a sí mismo. El negó colorado –y luego soy yo el desconfiazudo- se rio. Saco otra chaqueta y se la entrego. Sanji la recibió sin decir nada, desviando su cara roja de vergüenza. Al mismo tiempo apareció de golpe al asiento una maraña de cabello con aspecto a una piña que asusto a Ace graciosamente.

-¡Hombre! ¡Debes ser ninja!- dijo Ace agarrándose del asiento. El auto seguía corriendo llegando a un camino rocoso, provocando que la maquina retumbara perdiendo un poco el equilibrio. El pecoso que no se sujetó muy bien del asiento, se resbalo sin querer a los brazos de Marco. Pasando ya el camino rocoso saliendo por fin de los límites de la ciudad dejando respirar a los cuidadores y la mujer misteriosa escondiéndose por los arboles hacia el siguiente pueblo. Ace se dio cuenta por fin de que estaba el cabeza de piña sonriéndole relajantemente y lo empujo para que lo soltara.

-¡Hey! ¡Ni vayas tan lejos!- dijo nervioso. Marco se reía.

-no hice nada. Solo te dejaste “tu” en caerte en mis brazos ¿no lo crees?- dijo melosamente. Detrás Nami con Robin interesadas en la escena, se reían pícaramente.

-La influencia de Doflamingo es grande- dijo Franky alzando perplejo.

-¿en qué piensas tu eh?- dio desafiante Ace

-en lo que todos piensan- le dijo tranquilo –lo dejo a tu bola. Que quiero dormir- el pecoso le iba a redimir pero el otro se acurruco y se durmió. Robin a su lado también se acomodó para dormir.

-¿Qué querrá decir?- dijo Ace no más ingenuo que idiota, Marco sin dejar de sonreír le tomo del hombro y junto a Sabo se sentaron en un asiento justo al lado de ellos.

Siguieron el camino por los árboles, los niños dormían plácidamente en sus asuntos. Apoyados entre ellos o pegados a las ventanas tendiendo la saliva a equilibrarse sobre sus barbillas y el cuero de los asientos. El conductor diviso que un frondoso y majestuoso árbol se asomaba por sus ojos embelesado por las luces del amanecer que ya subían a su punto claro de la mañana. Los demás que sentados del cansancio de despertar alarmados dormitaban en el suelo, abrieron sus ojos con la luz golpeando sus parpados. Se levantaron para observar que el árbol Adan, tan grande como la ciudad y tan imponente, dejando pasar a un tener hecho de su propia madera para dejarlos pasar hacia el puerto del otro extremo de Dressrosa. Un puerto medio oculto que los esperaba con su sorpresa y una sonrisa de gato de la mujer un barco perfectamente de la altura para llevar claramente a los niños.

-¿es tuyo? ¿Loca?- dijo Corazon atónito.

-Es el cual llevo a los niños o a la gente que ayudo en diferentes países- dijo ella sonriente –si quieren se los presto a ir a donde saben y es sencillo de rescatar en la memoria- comento misterioso. Los adultos se miraron un buen rato hasta detenerse de golpe a la orilla del puerto. Crocodile sonrió al lado de la mujer apretando el volante.

-¿seguirá “ese” lugar?-

-sigue como lo dejaste Crocodile- dijo la mujer riéndose.

Los adultos fueron a la parte de atrás del autobús a despertar con dificultad de algunos para levantarlos y salir del autobús bostezando grande rascándose uno de sus ojos cada uno. Se acercaron al puerto para escuchar las órdenes de Corazon que aunque estaba nervioso, debía tener una mirada relaja para ellos.

-bien niños. Necesito que se hagan grupos, los menores a mi derecha y lo mayores de diez para arriba a mi izquierda. Entraremos a este barco los más pequeños estarán dentro de la cubierta con Smoker y los mayores, si quieren, vienen conmigo a ayudar a Loca para instalarse e irnos directamente a una isla llamada, Cocoyasi. Esta algo lejos pero serán una pequeñas vacaciones en una casa muy grande donde vivió un viejo amigo mio y de Doffy. Así que vamos adentro, preguntas cuando lleguemos ¿entendido?- los niños se miraron entre sí con nervio apretándose las ropitas, pero asintieron con los ojos asustados.

Doflamingo miraba a su hermano mientras veía como subían los niños y estaba en claro, que se le rompía como un vidrio al piso, lanzado de odio y pena. Su alma.

La estructura era castaña oscura, larga y medianamente angosta. La habitaba mayormente Loca, pero de vez en cuando llegaban amigos o la gente que rescataba de islas en penumbra. Dentro del árbol estaba una habitación con dos camas y una mesa de noche con un libro. En la puerta y parte de la habitación la cubría libros  hasta el techo. Una lámpara de mono sobre una mesa central. Papeles y lápices para dibujar posados en ella. Los niños siguieron mirando la habitación, fueron mandados a sentarse en la cama o dibujar para distraerse. Asustados obedecieron mientras que lo mayores siguieron a Corazon. Excepto uno.

-váyanse- dijo Franky detenido por Robin de un costado de su pijama yo me quedo con ellos-

-querrás decir con ella- dijo Hancock irritada

-parece que si- dijo despreocupado Franky. Robin se abrazó del dorso

-creo que también me quedare- se anunció Ace –no dejare a mi hermanito solo-

-yo también. Cuídense y llamen por cualquier cosa- le siguió Sabo serio. Los demás salieron, aunque Koala se detuvo un momento mirando a los hermanos y luego salió apretando sus manos del nervio.

Cerraron la puerta. Pero justo cuando iban a la cabina de mando. Apoo grito:

-¡Marinos!- todos se asustaron. Los adultos y la mujer miraron al borde del barco aterrados. Un batallón de marinos corrían hacia ellos y junto a ellos en un auto, venia la mirada de cuencas negras, ojeras negras y profundas que marcaba hasta sus parpados. El cabello negro peinado con un niño con una máscara de hierro sujetándole la mandíbula. Spandine y Spandam se estaba acercando.

Sin pensarlo más, Doflamingo soltó la cuerda que topaba con el puerto dejándola caer en el mar. El barco se movió lentamente, pero algo se le olvidaron.

-¡No me dejen aquí!- grito Crocodile desde la orilla.

-¡Mi Croco!- grito. No la pensó, tomo una cuerda la amarro al mástil y se lanzó agarrando un extremo. Se balanceo por las orillas como un tal tarzan y llegando cerca del hombre reptil. Extendió su brazo. Sujetando la cintura de Crocodile y llevarlo de inercia al barco.

Ambos se cayeron de cara a la madera. Los mayores aplaudían maravillados.

-me debes una- dijo Doflamingo respirando entrecortado

-ya lo sé- dijo tomándole la cara y lo beso.

El barco se alejó más. Dejando a un lado la orilla, el auto que los seguía se detuvo y Spandine con una mirada de cólera, murmuro maldiciones. Los apunto.

-¡prepárense!- grito. Iban a disparar. Corazon corrió hacia los niños -¡listo!- volvió a gritar el hombre. Sin embargo, no vio la orilla.

Spandine no continúo su orden por caerse al mar de cabeza. En vez de asustarse, los marinos dejaron sus armas y comenzaron a reír como unos maniáticos. No querían. Algo los controlaba reírse hasta caerse en el suelo.

-que buena distracción- comento Iceburg siendo sujetado por Paulie. El jefazo estaba a punto de saltar y matar a Spandine, si no fuere que el otro lo detuvo.

-que bien, pero tranquilízate ¿quieres?- le dio Paulie sin quitarle los brazos de la cintura.

-bueno chicos- dijo Loca aplaudiendo –sujétense-

-¿Qué?- dijeron todos. Pero la mujer apretó un botón del panel de la cabina y como si fuese una película. Unos motores gigantes aparecieron en los costados del madero gigante. Eran aceleradores cuánticos proporcionados de la energía hidroeléctrica que comenzaron a girar tan rápidamente que solo sonaba un ruido a pitido. Momento después, todos los adultos y niños chocaban contra las paredes del barco.

La embarcación se fue tan rápido que Spandine subiendo a la orilla, verifico que desaparecieron de la vista. El solo golpeo el suelo con furia.

 

Fueron tres días que navegaron sin descanso por el mar. Loca tenía un arsenal de comida, así que la cena, desayuno y almuerzos fueron a la hora premeditada a excepción que fueron en el suelo de la embarcación. Ellos no tuvieron problemas, el mar cambiaba al acercase a la isla Cocoyasi. Un pequeño pueblo en medio de un terreno gigante. Escondido en un pequeño puerto. Era tan minúscula que no muchos la veían. Detrás de ellos bosques grandes. Atracaron en el puerto, tomaron sus cosas saliendo del barco con las miradas ingenuas de los pueblerinos expectantes de la gente que venía.

-¿no vienes con nosotros?- pregunto Smoker a Loca cuando bajaron al puerto

-quisiera- confeso –pero iré a distraer a los marinos para que vayan a la casa ¿entendido?- ordeno. Smoker, aunque se le iba l amoral a la mierda, obedeció. La mujer volteo –en la casa tienen todo lo necesario, la ordene por cualquier emergencia. Encontraran futones y comida, ya no hay gallinas por cierto y los manzanos están para cosechar si quieren. Bueno sin más váyanse rápido ¿quieren?-

-Oye Loca…- Corazon volteo para despedirse pero ella con el barco. Había desaparecido.

No tuvieron opción. Se fueron directamente por un callejón del pueblo hacía del centro de este a la derecha. Sin embargo fueron detenidos por un policía del lugar. Que usaba un remolino en la cabeza.

-Disculpe señores- se anunció el hombre de poblado bigote negro. Los hombres se detuvieron mirando al policía. Él se asustó –ah… Bueno, buenos días ¿Dónde van?- pregunto tratando de ocultar su miedo.

-me estás de broma Genzo- dijo Crocodile enojado. El hombre se le vino una cara perpleja –soy Crocodile soperutano- bramo asustando a Genzo y luego grito sorprendido.

-¡Crocodile!- grito asombrado. Se oyó murmullos detrás –Siglos sin verte ¿Qué haces aquí? Creí que no volverías-

-cosas que pasan- dijo el sonriendo, digo fingiendo sonreír –debo ir a la casa de Shirohige ¿tienes la llave?- el asintió nervioso. Entro a una cabina de azul abrió su escritorio y saco unas llaves grises, decorados por un barquito pirata en forma de ballena

Doflamingo apareció agarrando las llaves y ordenar a los niños que lo siguieran. Entraron por el callejón hacia un prado largo verde, dibujando un camino de tierra clara hasta el fondo del valle. Donde se situaba entre más árboles, una casona de color crema. Media destartalada pero firme a su gigantesco semblante. De dos pisos y de grandes diseños campesinos.

-¿son los del orfanato?- pregunto el policía a Crocodile antes de irse –crecieron un montón…- comento pensando. Crocodile solo gruño yéndose –A Belle se le cumplió el sueño- murmuro apoyado en la pared.

Los niños entraron corriendo a la casona maravillándose por lo antiguo de su construcción y lo viejo que estaba. Todo era de madera y pocas cosas eran de otro material era las ventana de metal y un poco el suelo de piedra. Ha exceptuando el segundo piso de madera. Se veía un pequeño salón con sillones medios destruidos, llenos de polvo. Luffy, el más curioso de todos. No se aguantó y tomo impulso a buscar la cocina.

-¡Oye Luffy! ¡Puede haber arañas!- grito Corazon corriendo detrás de él. Los demás niños se rieron y fueron al segundo piso guiados por Smoker para cambiarse de ropa. Llevaban el pijama de hace tres días.

 

-tengo hambre Ace- dijo Luffy poniéndose una camisa ropa manga larga, sus pantalones cortos de siempre y sus sandalias de siempre.

-nada de hambre- dijo el pecoso –hace un rato te quisiste comer esas arañas de la cocina, por ello Papa Cora-san está haciendo el desayuno- le sonó el estómago –si me lo aguanto yo, te lo aguantas tu- Luffy dio la vuelta y corrió hacia Zoro para abrazarlo. Ace se crispo apretando los puños.

-Oye Zoro ¿almorzamos juntos? ¿Uno al lado del otro?- dijo Luffy cariñoso -¡después investiguemos la casa! ¡Así una aventura!- Zoro sonrió abrazándolo. Ace le picaban las manos queriéndolo golpear. Aunque fuera así, se aguantó. Ahora no se pelea, ahora no se pelea.

-¡oye! ¡Oye! ¡Zoro!- chillo Luffy -¡¿vamos a dormir juntos?! ¡¿Eh?!-

Ace no se aguanta y agarro a Luffy de la ropa. Arrastrándolo hasta el comedor.

Abajo, el comedor era parecido al del orfanato. A excepción que tenía un ventanal grande y la cocina estaba un poco lejos de él. Lo niños listo con sus ropas se sentaban en la sillas astilladas rusticas. Kid se sentó en una y se cortó un muslo al sentarse.

-¡ah! ¡Cochina silla!- grito

-¡Kid!- grito Corazon sirviendo sopa -¡el lenguaje!-

-Oiga ¡esta vez no fue una grosería! O al menos eso se- comento medio perplejo –Killer ¿era un grosería?-

-no- dijo frio el chico queriendo tomarle la mano a Penguin a su lado -¿Cuánto tiempo estaremos aquí? ¿Papa Cora-san?- a la pregunta, todos miraron a Corazon. El hombre dejo de servirle sopa a Usopp un momento para mirar a todos expectantes a su respuesta. Se quedaron en silencio ofuscado por el viento golpeando las ventanas.  

-solo un tiempo, Killer- dijo queriendo sonreír –son como vacaciones. Vacaciones a un pequeño pueblito que vivo Crocodile ¿no Croco?- pregunto el pidiendo ayuda con los ojos. El hombre asintió –también vivió el tutor de Crocodile y muchos niños más. Niños como ustedes. Les prometo que antes de que los ojos se caigan por completo, regresaremos a Dressrosa. Así por un mes o menos ¿Qué le parece?- los niños asintieron preocupados comiendo a los que le sirvieron. Él sirvió a los demás como si nada. Sonriendo tan nervioso que le temblaban las manos.

Comieron tranquilamente. Queriendo olvidarse de como salieron tan rápido sin explicaciones ni nada. Ellos, eran pequeños. Puede que los mayores no pasen los trece, pero tenían consiente claramente que estaban en un situación peligrosa. Incluso Luffy quien es más tonto que una puerta y más terco que un candado oxidado, entendía que debía sonreír para que Papa Cora-san estuviera tranquilo. Bebieron su sopa tranquila, como de costumbre el mono se comió más de un solo plato. Terminando, Drake ayudo a Corazon a recoger los platos y Hancock se dio de voluntaria para lavarlos. Apoo tomo una escoba tendiendo a barrer el comedor y Hawkins tomo otra para ir a la sala a limpiar. Marco un paño para las ventanas. El hombre sorprendido se calmó, ordenando a Ace, Sabo y Koala a que vigilaran a los de siete a que no hicieran alguna estupidez mientras exploraban el patio trasero.

Kid, siempre maldadoso aun fuese la situación. Tomo un bicho de cientos de patas y se lo coloco con malicia en el cuello de la camisa de Penguin.

-¡AY! ¡AY! ¡CAPITAN!- chillo mientras que Kid se partía de la risa en el suelo. Law apareció sacando al bicho de la ropa de Penguin lloroso de sentir aquel insecto sobre su espalda. Asustado se abalanzo a Law abrazándolo.

-Eusstass-ya- gruño -¿Qué te dijo Papa Cora-san? No molestes a Penguin ahora- dijo Law enojado, Kid dejo de reírse sentándose en el pasto.

-esto es aburrido- dijo ignorándolo -¿Dónde dijo estábamos? ¿Coco…que?- Law se golpeó la cara con la palma

-Cocoyasi burro- dijo Law –no estamos muy lejos de casa. Pero si muy lejos de la última estación de marinos- comento –solo espero que no nos encuentren- siguió sin querer.

-¿Quién nos busca?- dijo Penguin  

-no a ti- dijo Law acariciándole la cabecita –pero si te llevarían sin chistar Penguin. Así que no comenten a nadie más que me escuchaste- el asintió. Pero Kid sonrió malicioso.

-¡¿pero qué dices Trafalgar?!- chillo Kid –pero si están buscando a niños huérfanos pequeños ¿no son como ese tonto pingüino los que buscan? ¿No?- Law gruño queriendo ignorarlo pero Penguin se apretó más –sí, buscan a niños tontos e ingenuos que lloran por todo y preguntan cosas tontas- siguió, Law se mantuvo que no sacarle la cara -¿y sabes qué más? Tu amiguito Sachi, si Sachi está en peligro ¡mucho peligro! ¿Recuerdas que se meo en el barco? Aquí espantan ¡hay fantasmas! ¡Me lo dijo Papa Doffy! Fantasmas que toman a los niños que se mean en barcos y se los llevan… espera ¿Qué tu no también te measte en el barco?- se rio. Penguin rompió a llorar.

-¡Eusstass-ya!- grito Law –deja tus historias. Te recuerdo que todos dormimos en la misma habitación, si viene un fantasma. Te llevara a ti y no a Penguin- chillo. Kid se rio.

-¿Por qué lo dices? ¿Eh?- dijo incordiándolo cerca de su cara, el ojeroso tenía unas ganas de golpearlo. Los ojos ambarinos de Kid eran brillantes por el día, le molestaba mucho que lo mirada tanto –respóndeme, Trafalgar- lo último lo enfatizo lentamente queriéndole tomar la camisa -¿eh?-

Law le dio un puñetazo en la cara. Como es de costumbre, Law comenzaba las peleas, pero en esta se daba puñetazos el uno al otro. No se lanzaban ni nada, solo se golpeaban dándose en la cara y en el estómago. Para cuando un diente de Kid salió disparado a la cara de Koala y esta asquienta llamo a Corazon. La pelea se detuvo, no por Corazon, si no por Doflamingo que apareció y les agarro la ropa a los niños. Sachi y Bepo corrían por Penguin.

-se puede saber ¡¿de qué pelean ahora?!- grito Doflamingo enojado

-Eusstass-ya otra vez ¡asusta a Penguin!- le grito Law –Lo molesta por que él y Sachi se mearon en el barco ¡cuando a ellos les da miedo!- bramo con Kid gruñendo

-¡Trafalgar estúpido!- grito agitándose -¡tú me pegaste primero!-

-¡Tu molestaste a mis amigos!- grito Law agitándose -¡Tú eres un estúpido!-

-¡YA!- grito Doflamingo a ambos. Los dos se callaron del susto -¡¿son tontos o se hacen?! Esta no es la situación para pelear- los dejo en el suelo –escúchenme- se puso a su altura amenazándolos –tengo un trato y espero que lo cumplan esta vez y que ni uno se insinué al otro para romperlo ¿bien?- ellos asintieron asustado –de acuerdo enanos. Escúchenme, mi hermanito no está bien- comenzó –esta estresado y está muy asustado, una de estas peleas le harían mal en su salud. Como mental y física. Imaginemos que no nos quieres atrapar y creamos que estamos de vacaciones porque si ¿entienden? Tan grandes ya para que no entiendan lo peligroso que es esto y si quieren (te lo digo más a ti Kid) si quieren a Cora háganme ese puto favor ¿entendido?- Law y Kid se miraron un momento, queriendo leerse el uno al otro para darse la misma respuesta. El ojeroso hizo algunas muecas, Kid las respondió de la misma manera de aburrimiento. El abatido suspiro.

-Entendemos Papa Doffy- aceptaron a unísono.

-me alegra- se levantó sonriendo socarrón –pasare esta tontería si cuidan a los chicos un poco- dijo dando la vuelta e irse a la casona.

A ello, Kid se alejó sorpresivamente. En un momento Law creyó ver algo en sus ojos ¿lagrimas? Yéndose a una esquina del patio para sentarse y querer dormir, el niño le quero mirando preguntándose porque asustaba tanto a sus amigos. Una vez le dijo que era porque a él le contaban esas historias ¿Qué clase de isla vivía? Se preguntó. Kid llego una tarde, hace casi cuatro años con Killer llevándolo en la espalda. El rubio en el portón gritaba que ayudaran a su amigo. Un ladrón le golpeo la pierna y ahora estaba sangrando por un corte profundo al cortarse con un pedazo de metal salido de un cubo de basura roto en el bar donde pararon por error. Corazon lo curo, al niño le dio fiebre, vómito y luego de días durmiendo. El pelirrojo se levantaba cojeando preguntándose por Killer, que hacia las compras con Doflamingo. Del cómo llegaron a parar al orfanato fue extraño porque según le relataron un hombre los mando cuando Killer pedía ayuda a gritos en las calles de la ciudad. Aun recordaban que ese hombre les dio un saco de donas para que comieran al orfanato. A Law todavía no le cabía la duda por que mandaba problemas a Corazon, tampoco del por qué aunque le hiciera tanto sacarle las venas de la rabia, él se arrepentía a menos que fuese algo que conllevara a Killer. En ellas se pone sonrojado y sale corriendo. Law ya tenía sus conclusiones, vivir en un orfanato que sucede tantas  (TANTAS) situaciones sugerentes de tono. Era obvio en percibirlo. A veces piensa si Kid tenía más amigos que Killer o si quería otros amigos que él. O porque a veces, como sucedió en el barco mientras dormían, Kid comenzaba a dar patadas y murmuraba cosas. Sus muecas eran de susto. Si no lo despertaba Killer no lo hacía. A ello parecía un gatito asustado acurrucándose contra Killer para dormirse, era eso o no lo dormía.

-Capitán- murmuro Penguin tiernamente preocupado por su capitán -¿está bien?- pregunto tomando su brazo.

-estoy bien- dijo Law

-¿está seguro Capitán?- pregunto Sachi acercándose –lo veo triste-

-mi cara es así Sachi- dijo Law sonriendo -¿Por qué no vamos jugar?- pregunto –seamos piratas, miren los Mugiwara lo están jugando- los tres miraron al grupo conocido jugando. Law les hizo una seña y ellos le siguieron para jugar con los Mugiwara.

Pasemos un poco más tarde. Segundo piso. En la habitación que usaría Paulie con Iceburg, el rubio terminaba de armar la cama que usarían.  Estaba claro que se quedarían en esa casona por mucho más de lo que creía. Un mes o dos, aunque le preocupase los niños creía que era exagerado que Spandine, un hombre poderoso líder de una organización gubernamental como es Ennies Lobby o parte de la Marina como sabia a oídas. Le interesaría tanto ¡tanto! En tener unos cuantos niños que se les escaparon. Lucci y sus amigos eran unos niños meramente inadaptados e incluso pasaban de largo muchas cosas. En el orfanato eran un grupo aún muy apartado de los demás a pesar de tener ya años en estar en esa casona. Puede que hablen con los demás pero ni uno ha tomado como amigo a nadie más que ellos mismos. Incluso Kaku quien era el más amistoso, consideraba amigos solo a Lucci y a Califa. Los demás eran amigos, pero no tan amigos. Esto lo sabe por qué ese mismo grupo le contaban todo cuando llegaban de improviso a su departamento interrumpiéndolo sea comiendo o en la ducha o cuando está a solas con Iceburg. Los niños le tenían una inexplicable admiración de hace los dos años que lo conozcan los niños le adoraban y a él, sinceramente, le parecía muy adorable. Paulie no tenía familia como ellos y eso le causaba una cierta simpatía inigualable. En especial Lucci que era su acosador personal.

-¿Papa Paulie?- la voz del rey de roma se asomó por la puerta. Paulie sonrió girando hacia él.

-¿Qué sucede Lucci?- pregunto agachándose, detrás de él aparecieron los demás del grupo. En el tiempo crecieron un palmo más -¿están aburridos todos?- asintieron ellos.

-¿Papa Paulie dormirá con Papa Iceburg?- dijo Califa instintivamente. Lucci se enojó.

-¡¿eh?! ¡Va a dormir con ese viejo!- grito. Paulie siempre le parecía divertido como Lucci se enojaba tanto porque él estaba de novio de hace dos años con Iceburg. Le acaricio el sombrerito de copa que siempre lleva. Lucci se sonrojo y retrocedió.

-¡ha! Te pusiste rojo- se burló Jabra. Lucci le quería pegar –ña, no te pongas así. Ya sabemos que quieres a Papa Paulie –dijo sin dejar de sonreír. En vez de que Lucci le golpeara, Califa lo hizo dándole una palmada en la nuca -¡Hey!-

-no seas un acosador con Lucci- dijo Califa seria –Todos queremos a Papa Paulie. Tú también te pones rojo como tomatito cuando Papa Paulie te alaba- se rio

-pesada- dijo Jabra inflando las mejillas, al mismo tiempo Kaku se acercaba a Paulie para tomarle del brazo

-Papa Paulie ¿sabe cuándo nos quedaremos aquí? ¿Y que es aquí?- pregunto el niño sonriente. Paulie se levantó, acomodándose en la cama sin hacer. Kaku salto a su pierna y Lucci salto a la otra solo de envidia -¿Dónde estamos?- siguió sonriendo. Paulie dio una carcajada mientras que los demás se acomodaban a su alrededor.

-bueno, nunca antes he estado en esta casona- dijo sinceramente –aun así, se de quien era esta casa- su voz era paternal. Raro en él, los niños le provocaban un papel de padre difícil de ocultar –esta era la casa del hombre que cuidaba a Crocodile y otros niños. Como ustedes. El viejo Shirohige era un hombre muy grande y fuerte que falleció lamentablemente poco antes de fundar el orfanato. Pero yo tuve la oportunidad de conocer y le digo que es un honor estar en su casa aunque fuese por emergencia- el suspiro recordando la vez que Shirohige llego de pronto a Water 7 a buscar a Crocodile escapado de unos quince años y recordar como el hombre le tiraba de las orejas para que volvieran a casa. Se rio sin querer –fueron muy buenos tiempos- dijo pensante.

-¿Cuántos años tiene usted Papa Paulie?- pregunto Kumadori

-Los suficientes como para no preguntar- dijo cortante. Ellos se rieron.

En la noche. Los niños estaban locos de energía. Corriendo de un lado a otro jugando con fotos antiguas y juguetes en la sala de estar de la casona. Mientras tanto el cuidador Corazon hacia la cena. Crocodile y Doflamingo estaba en el segundo piso, arreglando la antigua habitación de Crocodile.

-¡oh! Me siento como si fuera un rebelde adolescente entrando a escondidas a la habitación de su amado- se burló Doflamingo revisando los libros de una pequeña estantería flotando sobre la cama medianamente pequeña de la habitación

-a excepción de que estamos escapando de los marinos y que quieren llevarse a todos los niños que cuidamos- dijo sarcásticamente Crocodile –no seas inmaduro ¿quieres?-

-no- dijo rápidamente Doflamingo. Crocodile le daba la espalda, el aprovecho de inmediato. Apoyándose en el contra la muralla de adobe.

-¿Qué haces?- dijo Crocodile amenazante. El otro se apretaba hacia el –No es el momento Flamenco- murmuro enojado

-oh vamos mi Croco- dijo Doflamingo –hace tres días que no me das ni un besito, aparte de que te salve para que entraras al barco ¿no?- se acercó más para apegarse tomándole las manos a Crocodile.

-te dije…- no pudo seguir su sermón. La impensable mano de Doflamingo rodio su cintura para abrirle la bragueta con rapidez.

Con los niños gritando abajo, la voz de Crocodile era tapada. La manos de Doflamingo dejaron de solo tocar su abultada entrepierna excitada de que enterraran con sórdida poca ética mientras que sus piernas le temblaban con poca resistencia. Lo único que lo sujetaba de no caer al piso era la estantería de libros que cedían sus tornillos. Queriendo aguantar la voz, Crocodile se tapó la boca con dos dedos mientras Doflamingo seguía con sus toqueteos desabotonando su camisa. Dejando cediendo por las manos del moreno, Crocodile se dejó llevar que le acariciara por el pecho. Desde su abdomen marcado, hasta legar a su pecho a cuadros apretando sus pezones. Crocodile no lo diría ni que le pagaran. Le encantaba esos toqueteos.

-vamos, habla- murmuro en su oído. Crocodile solo gimió –no es divertido si no chillas. Es aburrido Croco-love- introdujo mas sus dedos –muy- introdujo más. Crocodile dejo sus dedos de la boca –muy- más fuerte él no podía resistir. Esta que explotaba –muy aburrido- al piso cayeron gotas. Blancas manchando el piso de madera.

-imprudente- susurro con dificultad Crocodile. Apoyándose contra la pared

Justo cuando Crocodile se daba la vuelta para seguir con el jugueteo. La puerta resonó.

-¡Papa Croco! ¡Papa Doffy! ¡Es hora de cenar!- chillo Luffy desde el otro lado de la puerta. Doflamingo bufo como caballo.

-¡ya vamos!- grito -¡dile a Cora que bajamos enseguida! déjanos comida ¿eh?-

-¡sí!- chillo Luffy y se escuchó sus pisadas desapareciendo del pasillo. Doflamingo agarrando la cara de Crocodile dijo:

-¿algo rápido?- dijo sonriendo. El otro también sonrió.

 

Ya de noche. En la noche más fría que se podía soportar dentro del alma destrozada de Corazon mientras fumaba un cigarro en el patio de la casona pausadamente mirando el cielo estrellado. Respirando agotado queriendo llorar pero sabía que su debilidad debía será impenetrable, que los niños debían verlo fuerte. Aunque no fuera eso. Los problemas que causo en el pasado para salvarlos a ellos y para salvar a Doffy y su propia vida en su juventud entre calles. Lo aterrorizaban en el presente. Siempre venían en sus pesadillas como cuando vio morir a Bellmere en sus brazos cuando despertó esa noche de pronto con su casa en llamas. Corriendo por su vida mientras su madre lo mangoneaba del brazo para salir del calor abrazador, su casa caer y quedar en la ruina. Recuerda a los soldados. A los marinos yendo a su casa y a él. Recuerda como su padre les grito.

-¡váyanse!- los niños miraban a su padre asustados sin comprender que sucedía -¡los distraeré! ¡Váyanse y escóndanse!- la madre con lágrimas en los ojos le tomo la mano huyendo por el bosque que reptaba su casa.

Lo siguiente que recuerda era como se oían gente gritar y disparos hacia ellos. Desde niño siempre se preguntó por qué los perseguían. Sus padres eran buena gente. Su hermano era travieso y hacia siempre travesuras como Kid en el pueblo donde vivían. Pero no eran causas para que le disparan. En su cuerpo se le nota ese ardor, ese dolor y esa agonía cuando su madre los agarro a cada uno en sus finos brazos para lanzarse por una colina lisa llena de barro hasta caer en un arbusto.

-¿Papa Cora-san?- la voz de alguien le despertó antes de llegar a la siguiente parte de su trauma. Bajo la mirada y se encontró con Nami sonriente -¿sabe dónde está el baño?- pregunto.

-¿quieres que te lleve?- pregunto, ella asintió. Le tomo la mano entrando a la casona, encontrándose con la sorpresa de que Killer estaba con Penguin en medio del living perdidos.

-¡Papa Cora-san!- grito Penguin. Killer a su lado le indico que se callara –perdón- medio confuso se acercó a los niños

-¿desde cuándo se llevan bien?- pregunto curioso

-es que…es que….- dijo Penguin avergonzado –quería ir al baño, pero me daba miedo los fantasmas que Kid me dijo- se apretó las manitas a la altura de su barbilla –el Capitán está durmiendo y no le quería molestar-

-¿y Killer era la solución?- dijo sonriendo Corazon

-oiga, no soy tan malo- se justificó Killer –me desperté y quise guiarlo, no dejaría que se meara como en el barco- comento

-¡no me digas eso!- chillo Penguin ignorando que Corazon encarando a Killer –los barcos me dan miedo. Por eso no me aguanto cuando nos golpeó esa ola ¡Sachi y yo perdimos a nuestros padres en un accidente de barco! Por eso no nos gusta- Killer se rasco el cabello arrepentido.

-perdón- dijo avergonzado –es que se me salió sin querer-

-¡bien hecho!- exclamo orgullos Penguin –El Capitán siempre me dice que la gente mala se debe disculpar o hay que matarla ¿era así? No me acuerdo- de los orgullos que estaba, Killer le tomo de la mano. Él era rápido, no pasaron ni dos segundos para que le agarrara de la cadera al pequeño y le pusiera la frente sobre su gorrito.

-no te pongas así- le dijo con frialdad –te pareces a Kid y eso no te hace nada lindo-

-¡yo no soy lindo!- chillo Penguin

-nada, nada- Killer sonrió –eres muy, muy, muy lindo-

-¡que no soy lindo!- inflo sus mejillas

-seguro, seguro- insistió Killer. En un momento que Corazon miraba la escena con Nami medio perdidos, entendió a que se parecía la escena. Golpeándose la cabeza -¿vamos a ir al baño? ¿Eh?- Killer, el niño de la mirada fría y complejo de psicópata, estaba actuando. Más bien, imitando.

-Killer, deja a Penguin que yo lo llevo- dijo Corazon levantando y separando a los niños

-¿Qué? ¡¿Por qué?!- chillo indignado Killer.

-por qué está actuando como Doffy y todo lo que hace Doffy es contra la voluntad de alguien- dijo enojado, la influencia de su hermano era drástica -¿Qué te dijo para que actuar así de acosador?-

-¿Quién? ¿Papa Doffy?- dijo cortante Killer. Estaba enojado -¿Qué le importa?-

-me importa, por la integridad de Penguin- dijo Corazon enojándose más con el niño –a saber que te dijo. De seguro de cosas pervertidas que siempre comenta. Por ello no voy a permitir que te acerques a Penguin si no me dices que te dijo Doffy ¿entendiste?- Killer pacifico por naturaleza. Estaba furioso.

-¡¿Qué está hablando?!- le grito a toda voz -¡no soy Kid! ¡Yo soy quien protege a Penguin del! ¡No usted!-

-Law cuida a Penguin- insistió Corazon –mira, están creciendo y tú que tienes diez años. Estoy seguro que no estoy buenas tus intenciones- Penguin le miro asombrado –por causas de fuerza mayor. Limpiare otro cuarto para separar a los chicos por grupos, en tanto Penguin dormirá conmigo esta noche- se dio la vuelta para guiar a los niños impresionados de la pelea. En tanto que se alejaban, Penguin levanto un poco la mirada para ver a Killer apretando sus puños. Sus dientes rechinaban. Miro advirtiendo con atraso a que el rubio, le lanzaba una estatuilla de animal a la espalda de Corazon. Rompiéndose en el suelo de piedra.

-¡Papa Cora-san!- grito Nami. El adulto se desplomo al suelo. Apoyado con sus brazos giro para encontrarse a un Killer echando fuego.

-¡¿Qué haces Killer?!- le grito -¡Soy tu tutor! ¡No estás en el derecho de lanzarme eso!-

-¡¿Qué te pasa Killer?!- chillo Nami enojada ayudando a Corazon en levantarse. El niño no decía nada, estaba gruñendo como perro. Penguin estaba impresionado entrándole pánico -¡asustas a Penguin!-

-nadie….- murmuro con rencor los otros se callaron –nadie….- respiro agitado –nadie me va a prohibir que hacer y que no quiero…- en un momento para otro, se lanzó hacia Corazon atacándolo. El niño repto a su cuello y comenzó a darle rasguños a la cara, como si fuera un gato atacando a un perro. Le tironeo el cabello el hombre le agarro del cuerpo para separarlo. Pero Killer tenía una gran fuerza inesperada. Corazon en su pelea, se tropezó con un sofá y cayó de espaldas. El niño rodo golpeándose con una mesa, quedando medio noqueado. Antes de que se levantara, Corazon corrió y le agarro de las muñecas para amordazarlo.

-¡suélteme!- le grito enojado -¡viejo maldito!-

-¡¿Qué te pasa Killer?!- grito Corazon –no eres tú-

-¡¿Qué sucede?!- llego Smoker con el puro humeante en su boca. Corazon le relato todo, su subordinado se lo llevo agarrándole de su pijama encerrándolo en un armario.

-no entiendo que sucedió- dijo Corazon –esto es muy inusual- murmuro sorprendido. Su miedo no era que Killer le golpeara, Corazon hace mucho que concluyo que él no le haría daño físico de esa magnitud a Penguin. Lo que le preocupaba es el hecho de ser tan psicópata. Lo seguía a todas partes comía junto a él y le ayudaba con Kid cuanto podía. Sin embargo, era lo psicópata que al tiempo puede aumentar y convertirse en algo más. Desde un principio no lo noto. Seguía mirando a todos los niños como inocentes criaturas que le hicieron mucho daño. Fue Apoo quien le predijo que los niños estaban creciendo y experimentando ciertas cosas que no se imaginó.

La evolución sexual. A los diez años los niños mayores ya se interesaban en el otro sexo o en este orfanato, a cualquiera. Comenzarían a curiosear en todos sus ámbitos y como siempre le preguntaría a Doflamingo sobre estos temas por tener más experiencia. Corazon estaba preocupado ¿y si los mayores le hacían daño irreversibles a los más pequeños? Se estaba preocupado mucho, se asustaba a que Killer le hiciera algo a Penguin. Ahora mismo lo vio, esos movimientos eran los de su hermano cuando quería con Crocodile. Era un peligro para el. Tomando medidas drásticas. No podía ser otra cosa.  Le dijo a Law que debía cuidarlo mucho más. Le diría cosas de esas a Zoro y a Luffy, que tan pegotes están. Comento a los mayores de ellos. Enfocándose a Marco que tan cercano se ponía con el pecoso de Ace aunque este no lo asumiera. Estaba preocupado.

Si los niños crecían. Si no comprenden y se descontrolan. Lo marinos eran su menor miedo. 

Notas finales:

Pregunta: ¿quien demonios no abrzaria a Ace? si tuvieras la oportunidad de estar frente a el o a Luffy ¿no los abrazarias? Loca lo a logrado y ha dejado una gran duda. 

Otra ¿ven que los marinos no son el unico porblema que esta en la cabeza de nuestro hermoso Cora? los niños crecen. 

es inevitable su curiosidad. 

ATTE 

E.yaoi. enferma loca y desquiciada oh yess! 

PD: que les haya gustado las quiello


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).