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Orfanato Thousand Sunny por Eyaoi

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Notas del capitulo:

Si, si lo se. No se entendia lo que puse en el otro capitulo, pero tengo buenas razones. Sueño. Una leccion, no escribas de noche y con sueño. Pareceras con dislexia. Igual, les presento aqui el nuevo capitulo. Coemnten que me encanta lo que piensan. Con cariño, lean el capitulo :D

Una tarde y noche en el mar.

-Y bien, tengo planeado ir al puerto de noche. Están poniendo fuegos artificiales por el aniversario de la ciudad y fue esa noche que le pedí ser novio. Según yo, porque primero estamos ebrios. Bueno lo segundo será ir a la cena en ese restaurante Baratie en una cena privada en un lugar privado, también….- explicaba Doflamingo a su hermano su plan para su cita con Crocodile, la semana siguiente

-Creo que deberías estar más concentrado en el presupuesto del orfanato que en tu aniversario- dijo Corazon aburrido, estaba cocinando el almuerzo. Su hermano lo miro enojado. El otro bufo y siguió mirando la olla de puré –tengo que alimentar a treinta tres niños, diles que pongan la mesa. Le toca a Sanji y Nami ¡Ve!- mando su hermano y Doflamingo bufo molesto. En la puerta grito para que viniesen los niños. Los gritos del hombre eran verdaderamente fuertes y se oían en cualquier lado.

-y bien- siguió Doflamingo tomando su lista –luego del Baratie pasaremos por la costa riendo y fumando y…..- estaba tan emocionado que no se daba cuenta que su hermano  no le pescaba ni una idea.

 

En tanto dos hombres adultos bien vestidos, caminaban hacia el orfanato con un niño de cabello celeste y lentes de nadar sobre su cabeza.

-¡oye Baka-burg!- grito el niño molestando a uno de los adultos de cabello morado bien peinado

-¿Qué quieres Franky?- dijo de mala gana

-¿para qué vamos a este orfanato? ¿Me dejaras ahí?- le dijo molesto.

-¡sería lo mejor! ¡Créeme!- le dijo el hombre y Franky, el niño le saco la lengua –pero iremos a visitar a un amigo ¿hace cuánto no vemos a esos dos, Paulie?- pregunto el hombre a su compañero. Un hombre rubio de mirada severa con lentes en la cabeza, con barba y un puro en los labios.

-hace como ¿seis años? No espera ¡tres! ¡tres o cuatro años que no los vemos!- dijo el hombre que de mirada brusca se volvió despistada y luego de nuevo a brusca -¿crees que me prestaran dinero…?- de ahí un golpe del hombre de cabello morado

-¡trabaja y pagaras tus cuentas!- grito y el niño se rio con ganas.

Llegaron al portón gigante del orfanato y mirando que no había nadie caminando o jugando. Concluyeron que estaban almorzando, esperaron unos minutos y vieron que pasaba algunos niños corriendo al patio. En ello como el del cabello morado y el hombre rubio llamado Paulie miraron con amor a los niños.

-¡Ay qué lindo!- dijo el hombre de cabello morado -¡Cuánto extraño que eras así Franky! ¡Ahora estas más feo que los hongos!-

-¡oye!- grito el niño. Le iba  a gritar más pero llego Corazon mirando hacia el portón. Se acercó y como de costumbre que venía visitas al orfanato la pequeña niña de cabello negro venia tras suyo. Estando en el portón el hombre sonrió alegre, alzando los brazos para un abrazo, pero choco con la reja.

-este imbécil no cambia- dijo Paulie viendo al cuidador en el suelo

-se comporta como un niño- dijo el del cabello morado rascándose la nariz con un dedo

Corazon se levantó abriendo el portón, ahora si abrazaba a los dos hombres con ameno.

-¡Iceburg, Paulie! ¡Hace mucho que no los veo!- grito apachurrando a los hombres, los soltó cuando ellos lo pidieron -¿Qué hacen aquí?-

Iceburg, el del cabello morado y Paulie les explico que como trabajan en Gallery-company, una compañía de barcos y otras cosas iban a tener una sede nueva en Dressrosa y se instalarían ahí. Así mismo siendo nueva idea, vivirían ahí hasta que el niños con quien venían seria mayor de edad.

-este es Franky, está a mi cargo- dijo Iceburg tomando al niño de los hombros. Tenía entre diez o un poco más, pero miraba con seriedad a los adultos –es un poco desconfianzudo… ¿no quieres quedártelo? Me harías un gran, GRAN favor- Franky le dio una patada en la pierna.

-que vaya con los niños por mientras…eh Robin ¿le puedes dar un paseo?- pregunto Corazon mirando que la niña estaba muy concentrada en Franky, sin despegar la mirada. Ella asintió, le tomo de la mano y lo guio hacia el orfanato. En tanto Corazon invito a los dos hombres a pasar a la recepción. 

Corazon estaba sirviendo te en unas tazas viejas frente a los dos hombres sentados en el sillón opuesto a su escritorio. Estos agradecieron y tomaron sus tazas, bebieron un sorbo. 

-¿ya empezaron a salir no?- dijo Corazon y se les salió el té por la nariz.

-¡¿Qué?! ¿Salir? ¿De qué forma? Bueno….no o no….- dijo con nerviosismo Paulie rascándose por todas partes nervioso. Iceburg estaba serio secándose la barba al reborde sus labios.

-¿te crees Doffy?- dijo Iceburg serio

-más o menos, es como un virus- se rio Corazon. Conocía a estos dos Presidente y Vice presidente de compañía mundial de madera hace años y hace demasiado tiempo que sabía que había algo más que laboralidad -¿vienen por algo?- dijo volviendo a la normalidad  

-venimos a visitarlos como te dije Cora-san- dijo Iceburg aun limpiándose la cara –me parece estupendo que el orfanato siga en pie, puesto en las cartas decían que los niños que llegaban eran peores que los demonios- el rubio cuidador se rio

-parecido ¿y Franky? No sabía que tenias un hijo- dijo Corazon acomodándose en su asiento

-no, por favor no- dijo Iceburg enfatizando las palabras –era de mi tutor Tom, pero fallecio  hace un par de años y me mandaron a Franky. También tiene una madre, pero pasaron algunas cosas y no vive con él. Nada grave- Corazon escucho atento a las palabras del hombre y volvió a servir té

-interesante. Aquí solo existe angustia y mis pelos en punta por esto niños ¡y Doffy! Quien está más loco, en unos días cumple dos años de aniversario con Crocodile ¿se acuerdan como paso? Ni yo me creía que Crocodile iba a dejarse llevar- dijo con sinceridad Corazon

-era eso o metería su garfio por el trasero de Doffy-dijo Paulie –el día que lo conocimos ustedes dos acaban de llegar al puerto de Water 7 con Law-

-bueno, esa vez fue que empezaron a “andar” se formalizo un año después- le comento Corazon –porque Crocodile no le quería aceptar- suspiro –bueno que pudiera soportar a Doffy, eso es raro- bebio una taza a su lado que también sirvió, escupió el contenido a un lado suyo estaba caliente.

-repito, no cambias- dijo Paulie

En la misma oficina, alguien del otro lado de la puerta alguien escuchaba con atención. Con su cuaderno en la mano y un lápiz en la otra. Escuchando atentamente de como conoció a Crocodile.

 

Hace tres años, Doflamingo y Corazon llevaban en brazos a Law de cinco años. Necesitaban comida por que el niño le rugía la panza. En ese tiempo Doflamingo tenía veintidós años y su hermano veinte. Iban caminado por el puerto, viendo de reojo alguna billetera que robar o un pescado que sacar. En eso se encuentran repentinamente un anillo de oro en el suelo.

-¡Suerte de mierda!- grito e iba a tomar el anillo, si no fuese que.

-oye tú, suelta mi anillo- dijo una voz brusca cerca suyo. Se levantó para mirar a una mirada seria y adormilada con un puro en la boca -¿Qué miras pendejo? ¿Quieres mi anillo?- le dijo de manera grosera, pero Doflamingo estaba medio hipnotizado en la rudeza del hombre y en su cabellera negra peinada hacia atrás.

-Doffy…- dijo temblando Corazon detrás suyo, puesto el hombre estaba acompañado por una especie de guardaespaldas muy robustos y con mirada fiera –vámonos, déjale el anillo-

-¡Crocodile!- se escuchó otra voz, Iceburg de esa época apareció con un martillo -¿Qué te dije de pelearte con la clientela?- le dijo amenazador. Corazon chillo de nervio agarrando más fuerte a Law.

-Yo no peleo. Todavía, es que este pendejo todavía no me da mi anillo- dijo con altísimo orgullo sin tenerle miedo al dueño de la compañía que tenia de rival. A esos años y aún sigue haciéndolo, Crocodile vendía barcos a marinos o mercantes, no todo era legal pero le funcionaba el negocio

-sea así o no, me espantas a los clientes con tus espaldas con piernas. Será mejor que te vayas o llamo a Sengoku- le grito Iceburg. Crocodile bufo molesto y con el altísimo Doflamingo todavía mirándolo, le dio un aire de humo con el puro que fumaba.

-devuelve mi anillo- dijo con soberbia –es la única manera que veras algo de oro ¿no?- le sonrió.

Pero en vez de quitarle el anillo o pedirle a uno de sus guardaespaldas. Doflamingo le agarro la mano, se arrodillo. Y con la mirada atónita de su hermano, Law  e Iceburg dijo:

-te lo entrego si te casa conmigo- se confesó. Rojo como los tomates, mas rojo que un cangrejos, mas colorado y afiebrado que con gripe. Crocodile se soltó de Doflamingo y oculto su mano para que no la tocara.

-¿Qué te pasa hombre?- le dijo bramando, casi en grito -¡te dejo el anillo si quieres! ¡Así comes algo! ¡Vagabundo de…!- no le siguió por que Doflamingo se le acerco a la cara y casi le da un beso. Se resbalo y se fue corriendo, sin antes arrastrarse por el cemento quedando sucio y salir con su s guardaespaldas detrás de él. 

Doflamingo, con Corazon, Iceburg y otros que trabajan en el puerto mirándolo con “no me lo creo” alzo el anillo al sol, pasando la luz por atravesó de agujero. En sus lentes le dejaba ver la luz sin molestarles. Sonrió y miro a su hermano y al hombre de cabello bien peinado.

-es bastante guapo-

Dentro de la casa de Iceburg, Corazon se sentaba junto a Law que le servía un plato de comida. El niño tomo el tenedor y engullo la comida con placer. Corazon le acaricio la cabeza con suavidad mientras comía. Mientras Doflamingo todavía jugaba entre sus dedos con el anillo de oro. No era ni bonito, ni tenía mucho de relieves ni nada. Pero sentía que era como un anillo eterno en sus dedos agrios.

-Deberías tener cuidado con ese hombre- dijo Iceburg apoyado en una pared. Él vivía en una mansión cerca del puerto, en él también tenía la oficina principal su compañía y usaba también como casa de refugio por inundaciones u otras cosas.

-¿Por qué?- dijo riendo Doflamingo –era bastante guapo ¿viste cómo se sonrojo? ¡Adorable!- chillo con orgullo apretando el anillo

-ese sujeto es peligroso- se cruzó de brazo y de piernas contra la pared –como sus guardaespaldas y todo lo relacionado a el- le dijo pero el hombre no escuchaba -¡oye tú!- grito

-no le haga caso- le dijo Corazon apenado. El hombre le miro –cuando le gusta algo lo consigue, no importa si es prohibido o ilegal. Lo consigue igual-

En ese momento entro otro hombre a la cocina, encontrándose con los hermanos e Iceburg que le sonrió sereno.

-¿estaban hablando?- dijo Paulie en esa época que no usaba traje

-no, no pasa nada- dijo Iceburg separándose de la pared -¿Qué sucede Paulie?- el hombre se percató de lo que llevaba en brazos

-me mandaron a entregarte esto. Digo, es los planos del galeón de la próxima semana- le dijo entregándoselos –el cliente dijo que lo necesita verlos antes de que lo construyamos- Iceburg asintió. Mientras que Iceburg veía su agenda en un cuaderno de su bolsillo. Pauli saludo a los otros rubios con la mano –Buenas tardes- dijo

Corazon saludo, Doflamingo no estaba más pendiente del anillo y Law seguía comiendo. Paulie se percató el niño y se acercó para saludarlo. En eso Law alfin se dio cuenta del hombre y le tendió la mano para saludarlo.

-¿Cómo te llamas niño?- pregunto sonriendo

-Law- dijo sin sonreír  

-¿cuántos años tienes?- pregunto y el niño alzo su mano mostrando cinco dedos -¡qué grande eres!- se rio. En vez de reír, Law se acurruco más a Corazon -¿lo asuste?-

-no, solo no confía mucho en la gente, nada más- le sonrió Corazon. Iceburg guardo su agenda y miro a Paulie

-deja esto en mi oficina- le dijo –voy luego-

-¡ay qué lindo!- chillo Doflamingo, tomo la atención de los hombres trabajando y de su hermano -¿luego tendrás una cita?- se rio, pero Iceburg y Paulie se sonrojaron hasta los pies.

-¡Doffy!- grito Corazon, Doflamingo se reía como enfermo mientras que los otros dos no querían ni verse. De pronto el menor se dio cuenta de que, tal vez, era verdad aquello. Un don especial d Doflamingo, sabía cuando una pareja gay aparecía por ahí. Un raro, raro don.

Iceburg invito a los hermanos a dormir en su mansión. Iceburg era una persona amable, dejándole quedase por el hecho de tener a Law. En la noche, Corazon recostó al niño en una cama muy cómoda para su gusto y le arropo con todo lo que tenía. Cerró la puerta de la habitación saliendo al patio para sacar un cigarro para fumar, pero antes de encenderlo y quemarse el brazo vio como Doflamingo miraba por el balcón de la habitación que compartían, como si buscara algo.

-¿Qué haces?- pregunto el menor mirando a su hermano -¿buscas a ese sujeto?-

-el que se saca los mocos cuando nos habla me dijo que su compañía está al otro lado de la playa- se excuso Doflamingo –quiero verlo –dijo raramente serio, Corazon vio a su hermano muy extrañado. No era normal que su hermano se interesara tanto en alguien, ni en el mismo se preocupaba tanto

-¿Por qué no vas?- dijo Corazon, su hermano lo miro sorprendido. Él sonreía –ve no más, me quedo con Law y le explico a Iceburg. Diviértete un rato-

Él sonrió con ánimo. Tomo impulso y salió saltando del balcón. El grito de su hermano solo quedo en el aire, Doflamingo ya corría por los arbustos a la calle.

Las luces de las calles dejaban un buen escenario con el sonido de las olas chocar, con el aire de la sal. Sintiendo el viento en su rostro buscaba el cartel de que decía el hombre Iceburg “Barroque Works”. Pasó toda la playa y por fin encontró el cartel. En la orilla del puerto, apoyado al barandal de cemento fumando de parte en parte un puro en la boca. Doflamingo miro bien, tenía un cuerpo musculoso bajo un traje. Mostraba el trasero con lo apoyado que tenía el barandal, musculoso como todo el maldito cuerpo.

-qué lindo cuerpo el tuyo- dijo Doflamingo apoyado detrás de Crocodile. El hombre casi se cae tragándose el puro.

-¡¿Qué mierda?!- grito asustado, se enojó cuando se acordó mirando hacia atrás -¿Qué haces aquí pendejo?-

-¡¿Qué?!- chillo Doflamingo -¡¿así tratas a tu esposo?! ¡No puede ser!- grito sobre actuado.

-¡¿Cómo que esposo?! ¡Te conocí solo esta tarde!- grito Crocodile. Doflamingo sonrió picaron

-Donquixote Doflamingo, un gusto- le dijo tendiendo la mano para saludar, el no quiso recibirla. Doflamingo se dio cuenta, así que tomo la mano obligado e iba a besarle otra vez pero Crocodile te dio un golpe en la cabeza. Con un garfio -¡wow! ¡¿Eres capitán garfio?!- grito

-¡cállate pendejo! ¡No tengo mano desde niño! ¡Idiota!- grito enojado Crocodile

-perdón mi esposo- dijo Doflamingo reverenciando –no debí de decirte eso-

-¡que no soy tu esposo!-

-igual- le sonrió. Se irguió y le tomo la cintura -¿por qué no te parece en ir a caminar por el puerto un rato? Así no conocemos mas ¿Qué te parece?- Crocodile se soltó, pero volvió a ser agarrado por Doflamingo obligado a caminar por el puerto.

Esa noche tranquila, era molestada y abarrotada por las blasfemas que decía Crocodile para soltarse del hombre que acaba de conocer. El hombre le habla y le preguntaba cosas, pero él no tenía ni un puto interés en contestarle. Doflamingo igual le pregunta y hablaba, y hablaba, coqueteaba y hablaba y coqueteaba. Crocodile se estaba hartando tanto que no se fijó en la orilla de la vereda. Se tropezó, en el suelo venia una carreta rápidamente. Mirando las patas de los caballos, Crocodile fue jalado por las grandes manos de Doflamingo a la vereda.

Respirando con dificultad, miro a Doflamingo. Solo por un pelo o una pestaña, lo había salvado.

-debemos tener cuidado ¿no crees?- dijo sonriendo. Crocodile, no lo iría a aceptar aunque le dieran dinero, aunque le dieran el trono aunque le dieran cualquier cosa. Pero ser salvado por culpa del mismo que lo boto por accidente, se sintió liviano.

Se levantó, siguiendo el camino del puerto. Sin oponerse ni nada.

En el camino pregunto de donde venia Doflamingo y que hacía en Water 7 sin dinero ni casa donde quedarse. El explico que donde venían lo tuvo que dejar hace mucho tiempo y que tenían la casa de Iceburg de hostal por la noche. Crocodile le escuchaba atento, no se daba cuenta de cómo las estrellas brillaban ni como la luna se movía. La noche caminaba, la luna volaba y él no se daba cuenta.

En un momento, Doflamingo se quitó los zapatos y se fue corriendo al mar. Crocodile le miro de la orilla, no le gustaba mucho el mar. No sabía nadar. Doflamingo toco el agua y al ver lo congelada que estaba se devolvió para sentarse al lado de Crocodile engullido en sus piernas.

-¿muy helada?- pregunto Crocodile sin mirarle

-¡congelada! ¡Me deja como paleta!- dijo riendo. Se dio cuenta de que Crocodile miraba la arena soslayado, entrado en sus pensamientos, olvidando que su majestuoso ser estaba a su lado.

Lo único se le vino a la cabeza, puesto era lo que más quería hacer todo el día, fue tomar la cabeza de Crocodile para dirigirlo a su boca. Lo beso, le dio un beso pastoso y profundo. Los labios nos e despegaban, se sentían unidos al igual que sus lenguas que se tocaban. No se volteaba todavía. Estaba cocido en un beso fuerte. Luego de sentir el aire cortado de ambos por ese minuto, por fin se movieron. Doflamingo lo empujó hacia la arena. Movió sus labios por fin para cambiar la posición de sus besos, la lengua la movió tan rápido que a Crocodile le estaba desconcertándolo tal sentir de alguien que recién conocía, de alguien, un hombre que pensaba que era una molestia. Se estaba dejando caer a la arena y le dejaba sentir su cuerpo cosquilla, una mano le corría por el traje. Los botones se abrían y luego sentía la mano grandísima de Doflamingo en su camisa, la abría con la mano. Con solo los dedos. Se estaba pasando.

-¡hey, tu…!- murmuro separándolo un poco a Doflamingo, este se detuvo mirándolo a los ojos –no seas imprudente- el hombre que le acariciaba el cuerpo se rio

-no seas tedioso – se rio mas –solo estaba despacio ¿pensabas en otra cosa?- dijo riéndose picaron. Recibiendo el garfio en la cabeza.

-eres…. ¡pervertido de porquería!- bramo, al parecer alguien lo escucho. Crocodile reconoció la voz de uno de sus trabajadores en la oscuridad –vete, me están buscando-

-¿Quién? ¡¿Me estas engañando?!- chillo Doflamingo levantándose, Crocodile le dio un golpe en los bajos

-¡nada de eso! ¡Tarado! Es mi guardaespaldas personal, lomando mi tutor a cuidarme- dijo Crocodile, Doflamingo lo miro sorprendido –si, aun me sigue ese maldito viejo…. ¡bájate!-

Doflamingo se agacho. Ambos se arrastraron para llegar a un palafito de madera, en sus cabezas había un bar playero. Un frondoso hombre gigante, más grande que ambos caminaba desesperado buscando a Crocodile, cuando desapareció por una esquina se relajó.

-tienes que ser más prudente cuando estemos solos ¿no piensas en tu alrededor?- le dijo enojado

-no, si me importa la estúpida gente no te estaría acosando- reconoció acercándose más.

Lo volvió a besar con rudeza. Tomando las muñecas de Crocodile para mantenerlo quieto, pero el otro no iba a soltarse. Lo estaba gozando con lujo. La noche se pasó y el viento del alba aparecía lentamente, por el mar y el barco mercante que llegaba cada mañana al puerto. Crocodile despertó teniendo a Doflamingo sobre él. No habían llegado a más que besarse. Su boca le dolía de tanto juego de besos y lengua. La mano grande aun le acariciaba el cuerpo. No llegaron más que eso. Sentía alivio y ansias. Doflamingo despertó con un ronquido. Miro su alrededor y luego estornudo.

-ya te enfermaste- le dijo Crocodile. El otro sonrió

-tu o yo, responde- dijo riendo. Se levantó limpiando su ropa, tendiendo su mano para levantándola –te dejo a tu casa- Crocodile asintió tomando su mano.

Caminaron con el alba respirando la humedad, Doflamingo estornudaba pero sonreía sin importarle lo afiebrado que se estaba poniendo.

En la tarde una sorpresa llego a la mansión de Iceburg. En la puerta apareció Crocodile con una canasta de medicinas preguntando por Doflamingo. Con la sorpresa de los mounstros encubiertos, Iceburg se sorprendió tanto que creyó que Crocodile estaba enfermo. Paso enojado, amenazando a Iceburg. En la habitación que compartía con su hermano, encontrando a Doflamingo con toallas mojadas en su frente con Law y Corazon a su lado. Doflamingo alegre se levantó para abrazarle y de ellos se desmayó de la fiebre.

Una tarde, una noche y parte de una mañana. Así se conocieron. Así se enamoró de Crocodile, el anillo paso a ser una excusa más seguida para conocerlo mas y verlo seguido. Miro su lista. La leyó bien, saco la hoja, la arrugo y se fue. No era lo suficiente. 

-¿Qué es de la madrina?- pregunto Iceburg. Corazon se bebía el té despacio mirando al hombre –nos encontramos con la Doctora K, nos explicó lo de que era una madrina de un niño aquí ¿se puede hacer eso?- pregunto.

-no lo había pensado ¿conocen a Kureha? Igual, no lo sé. Me pareciera genial, pero no sé qué seria o como funciona- pregunto inseguro.

-Apadrinamos a un niño y le traemos cosas. Así de simple ¿Qué te parece?- respondió Paulie –no sería mala idea, ósea podemos cuidarlos desde afuera…-

No termino porque alguien gritaba de dolor en el patio. Los tres corrieron hacia el patio preocupados, pero no era algo de que pudieran describir como preocupación.

-¡Iceburg! ¡Que esta niña me suelte!- grito desesperado Franky, los adultos estaban asustados de como Robin la niña pequeña de ojos profundos le estaba apretando las bolas con su pequeña mano.

-¡eso te pasa solo con llevar siempre traje de baño y no pantalones!- bramo enojado el hombre del bien peinado.

-¡lo sé! ¡Lo sé! ¡Que me suelte!- empezó a correr con la niña colgando en su entrepierna.

Los niños del todo el orfanato se estaban riendo como locos. La situación le estaba entreteniendo tanto que también Doflamingo reía.

 Una historia del pasado. Algo introduciendo la gran historia que une a Doflamingo, a Crocodile, a Corazon y hasta Law. Aunque este no lo recuerde. Alguien le está ayudando, alguien una vez los ayudo.

 

Y con esa incógnita, se desatara el amor, el cariño y el placer de las personas. 

Notas finales:

Ahora pidanme que pareja queiren que siga, sea las que ya leyeron. 

 

Con mucho amorsh y conprencion de mis ideas y mi idiotez, espero sus comentarios y esas cosas para qeu sea mi feliz :D 

ATTE la sensualona E.yaoi 

 

LAs quiello 


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