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Orfanato Thousand Sunny por Eyaoi

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Notas del capitulo:

Si, estuve en otro mundo por mucho tiempo. Disculpen si no no ehscribo en mucho tiempo, estuve ocupadisima con tareas, trabajos y muchas cosas. Sin embargo, aqui esta el capitulo. Espero que les guste y le puse algo de todo. Si me atraso en otro capitulo, saben la respuesta: Educacion. 

Aniversario y traumas.

La noche del aniversario de Doflamingo y Crocodile estaba lista. Solo falta que terminara el trabajo de las cuentas y el día para que pudiera pasar más tiempo con Crocodile. Ya saben cómo.

-Doffy- llamo su hermano entrando a su oficina

-¿Qué pasa Corazoncito?- dijo Doflamingo en broma. El otro gruño enojado

-sé que es tu noche, ¿pero me harías el favor de no contarles a los niños de nuevo? – la furia de Corazon se presentaba con un aura y muchos niños detrás suyo en fila para preguntarle a Doflamingo que hará para su aniversario. El emplumado, listo con ese chaquetón nuevo rosa de pluma (por eso emplumado)

-¿Por qué no? Están acostumbrados a que Croco y yo seamos felices en nuestras citas- dijo picaron mientras que el cuidador chillaba enojado –tu también, ósea ¡dos añitos con mi hermoso reptil! ¡Anfibio de mi vida! ¡Mi Croco y yo! ¡¿No ves lo bello que es?!- se rio fuertemente mientras que los niños se asomaban por la puerta. Un pequeño de cabello negro y una cicatriz debajo de uno de sus ojos se acercó.

-Papa Doffy- le llamo Luffy y el hombre lo miro entre sus lentes de sol -¿Por qué es importante los aniversario?- pregunto con santa inocencia. Doffy le sonrió y se agacho a su altura

-porque en esa noche en cuestión siempre se ha….-

-¡Doffy! ¡Ni se te ocurra imbécil!- le bramo Corazon a su hermano golpeándolo

Todos los niños comenzaron a reírse de buena gana. Corazon enrabiado agarro a Luffy y quiso sacarlo, pero el niño no quería. Así que se zafo de pronto, saltando por el hombro del cuidador y cayendo a brazos de Doflamingo.

-Papa Doffy ¿tú quieres a Papa Crocodile?- pregunto Luffy sonriéndole – ¿vas a casar con él?- con tal ingenuidad y sinceridad, Doflamingo le sonrió mas.

-Luffy….- lo levanto con los brazos -¡tienes unos deseos de los más bellísimos!- grito llorando de alegría. El cuidador a su lado, estaba enojado porque solo tenía unos centímetros para que Luffy se golpeara con el techo.

Todos los niños los miraban desde la puerta. Golpeándose unos con los otros para mirar. Ustedes, quienes leen, ya saben que pasaría cuando niños de cinco a siete y algunos de ocho miran una escena así. Pero hablando de este orfanato, solo oyendo las ideas pervertidas Doflamingo. 

-¿Quién sería la novia?- pregunto Nami sentada en la habitación de los chicos luego de cenar.

-seria Luffy ¿no?- dijo Robin sentada al lado de Franky, del cual quería alejarse pero ella se arrastraba para estar con él.

-a ver enanos, explíquenme ¿estos dos se quieren casar?- pregunto Franky intrigado en la conversación, hace días que dormía en esa habitación. A pesar de ser tan pequeños, Franky se llevaba muy bien con Luffy, Ussop, Zoro y Sanji quienes dormían en ella. Así que se pasaba el tiempo con ellos hasta que llegara Iceburg de su viaje.

-Papa Doffy dice que él quiere a Papa Croco, dice que es lindo y como Zoro es lindo quiero casarme con el ¿no Zoro?- el niño de cabello verde a su lado asintió –así vivamos en el mar, como en el cuento de la familia Pirata-

-ambos saben que tiene cinco años ¿no?- dijo Franky cruzando los brazos. Todos los niños los miraron –falta mucho para que se casen. La gente mayor se casa, no los niños-

Luffy miro a Zoro, se puso triste mirando al suelo. Pero se volvió a sonreír cuando Zoro se levantó yendo a su cama. Entre buscando en su colchón saco un papel.

-Robin- llamo a la chica de ojos profundos, la niña lo miro sin soltarse de Franky del brazo -¿sabes escribir?-

-si, si se- dijo serena

-¿sabes escribir?- se sorprendió Franky

-se leer, escribir y contar- le dijo Robin sonriendo. Se acercó a Zoro tomando el papel y el lápiz -¿Qué quieres que escriba?-  se apoyó en el suelo, Zoro se acercó a Luffy tomándole de las manos

-un contrato- dijo Zoro. Todos lo miraron –Papa Doffy siempre dice que los contratos funcionan para que uno sea para el otro para siempre. Yo quiero que Luffy sea mio para siempre- el  pequeño de cabello negro lo miro con alegría se levantó y enfrente de todos sus amigos, le dio un beso en los labios.

-¡ah! ¡Marimo imbécil! ¡Hace eso cuando no estemos nosotros!- grito Sanji, Zoro se soltó de Luffy para lanzarse a golpear a Sanji

-¡¿Qué me dijiste ceja de lollipop?!- Zoro le estaba agarrando de la camisa

-¡¿Lollipop?! ¡Tú eres un maldito brócoli asqueroso!- le tomo de la cara para rajarla, pero Zoro lo esquivo dándole un puñetazo -¡hijo de puta!-

-¡ni sabes qué es eso!- le grito Zoro

-¡tú tampoco idiota!- se comenzaron a revolcar por la habitación golpeando todo hasta que…

Ambos fueron agarrados de la ropa.

-¡Ace!- grito Luffy viendo como su hermano orgulloso tomaba a los chicos que pataleaban para que lo suelten -¡Sabo!- a su lado Sabo estaba sonriente. Luffy feliz salió corriendo para abrazarlo.

-ya saben que las peleas son en el día, en las noches todos deben dormir- dijo Sabo alegre, sereno como siempre –ya es tarde, tu Luffy debes ir a la cama-

-¡no quiero! ¡No tengo sueño!- dijo el pequeño pero se estaba cayendo del sueño. Sabo se rio y le tomo de los hombros

-a dormir- dijo tomándolo de los brazos y llevándolo a la cama.

Todos dormían en camarotes, Luffy dormía debajo de Zoro en la cama de color rojo. A su lado un peluche de mono con sombrero pirata y un dibujo en la pared de un Holly Roger. Sabo lo arropo convirtiéndolo en un capullo, dándole el peluche metiéndolo dentro del cubrecama. En tanto, Ace soltaba a los otros dos mirándolos con desdén a ambos para que no pelearan de nuevo.

-¿ya pararon? ¿Ace?- dijo Sabo al pecoso

-Confirmado, Sabo- dijo Ace cruzando sus brazos -¿no niños?- Zoro le saco la lengua. Sanji lo ignoro.

-muy bien- dijo Sabo besando la frente de Luffy para que durmiera –buenas noches Luffy-

-son bastante raros ustedes- dijo Franky lejos. Ambos hermanos lo miraron

-es nuestro hermanito ¿Qué más quieres?- dijo Ace con ese orgullo que emanaba

 -será- dijo Franky que estando en pijama se acostó en el futon que usaba de cama. Pero algo andaba raro, levanto el futon y se encontró con Robin recostada como un gatito -¡sal de aquí niña enferma!- grito asustado.

Todos se rieron. Zoro miraba desde arriba en su cama, pensó que debía callarse. Miro a Ace callado, pensó. Ace y Sabo eran ultramente sobreprotectores con Luffy y si un día se iba a casar con ese niño de sombrero de paja. Debía ser amigo de esos dos, debía tomar su confianza ¿Cómo? Una pregunta que lleva impregnada en la mente de las dudas cuando una inseguridad te toma. Todavía tenía mucho tiempo para convencerlos. Mucho tiempo, aunque no muchas ideas. Es un niño todavía y ni sabía leer. El papel del contrato en el suelo decía: “Zoro y Luffy se casaran cuando sean mayores y vivirán en el mar como piratas del cuento” la letra de Robin era bastante perfecta para su edad. Zoro no sabía que había puesto obviamente, pero un día lo leerá y recordara que si, Luffy era lo único que más quería en el mundo.

-buenas noches Nami y Robin- dijo Sabo dejando a las niñas en la puerta de su habitación. Robin se veía molesta -¿Robin? ¿Qué sucede?-

-quiere dormir con Franky- dijo Nami sinceramente sonriendo –dice que es muy extraño y agradable- Sabo se rio mirando a su hermano a su lado

-bueno, él es mayor que tu Robin. Además, le agarraste las bolas. No creo le guste que duermas con el- la niña le miro con gran sorpresa. Sn decir mucho asintió para dar la vuelta y entrar a la habitación que compartía solo con Nami, las otras niñas no les gustaba mucho dormir con ellas por que Nami les robaba los juguetes. Esta se despidió y entro a la habitación.

Ambos hermanos caminaron en la noche hacia su habitación, la cual compartían unos niños de diez años. Marco, quien era un chico inteligente con un peinado parecido a una piña y otro chico llamado Drake que no habla mucho  y siempre estaba leyendo o cazando lagartijas. En la oscuridad de pronto se oyó algo romperse.

-¿era vidrio?- susurro Ace agarrando una escoba que estaba justo a su lado

-parece- dijo Sabo tomando un pedazo de madera que en la mañana se había soltado del piso –quieren entrar al orfanato-

Caminado despacio. Con una cautela suave, caminaron pasando la recepción. El ruido iba desde un poco más allá de la habitación que dormía Cora-san y Chopper. En un momento se oyó algo caer, no se rompió nada. Un golpe sordo. Un peso contra el suelo. Se miraron asintiendo, iban a entrar a la habitación de Doflamingo. Pero, a unos pasos de la puerta de madera. Se detuvieron. Escucharon voces.

-Flamenco imbécil…- era la voz seria y dormilona de Crocodile. Estaba pausada, como si le costara respirar o estuviera temblando. Se arrodillaron para gatear, en el suelo se miraron extrañados. La voz de Crocodile era más fuerte y jadeante.

-¿Qué noche es hoy Croco?- dijo la voz de Doflamingo riendo entre el pasillo

-cállate… ¡hey ahí no! ¡AH!-

“¡¿eh?! ¿Qué fue eso?” se dijo en la mente Ace, Sabo pensó exactamente lo mismo “¿Qué hacen?” el pecoso, se acercó más. La puerta tenía unos centímetros de abertura. La corrió más, con su hermano atrás esperando una orden. Pero no dijo nada, Sabo lo miraba raro. Estaba en shock… si hubiera dicho algo, no se hubiera acercado siquiera.

Crocodile estaba con los pantalones por las rodillas, su mano y muñón las tenía amarradas con corbatas a la cabecera de la cama entre las rendijas. En sus piernas, el pelo rubio de Doflamingo se asomaba por entre su entrepierna y su boca estaba metida de lleno en el miembro de Crocodile. Con agarraba las piernas para abrirlas. En un momento levanto su cabeza para besar el abdomen fuerte de Crocodile, luego la larga lengua de Doflamingo comenzó a lamer hasta el pecho, no decía nada, pero Crocodile le salía de los labios gemidos sumidos a una corteza de orgullo que le impedía llegara más fuerte la sensación de la lengua larga y rasposa entre sus pezones. Con sus manos le abría más las piernas, más y luego con esa mano larga de dedos morenos le agarro fuerte el miembro con él por fin orgasmo pasional que por fin salió de la boca de Crocodile.

Rojo como un rubí, alzo la vista para mirar a Doflamingo mordiéndose los labios.

-Cada año suenas mejor, Croco bello- rápidamente beso con fuerza. El hombre con la cicatriz de lado a lado de la cara se dejó llevar. El beso era apasionado, profundo y brusco. Doflamingo le mordía el labio con fuerza. En otro abrió un ojo solo para mirar la mirada de lentes naranjas que nunca, nunca se quita. Se zafo. Con la mano le acaricio la cara a Doflamingo para luego juntar sus labios igual de profundo. Llevándose a la lujuria de la noche y las manos rápidas de Doflamingo.

-¡¿Qué mierda?!- susurro casi gritando Ace

-¡cállate! – le dijo Sabo callándolo con la mano

-¡¿lo están haciendo?!- le dijo en voz baja dentro de la mano de Sabo -¡ni cerraron la puerta!-

-¡cállate! ¡Vámonos!- salieron con Ace gritando en la mano de Sabo.

Ambos traumados.

Sin embargo, siguiendo en la habitación.

-¡AH!- gimió Crocodile -¿los dedos? Es muy profundo ¡Nn!- las manos de Doflamingo jugaba de lo más divertido con sus largos dedos introduciéndose a Crocodile con rasposa. Doflamingo tendía de ser brusco, brusco de manera que Crocodile le encantaba y no podía decirle.

-te ves hermoso- dijo Doflamingo lamiéndole y mordiendo su cuello, le siguió la oreja mordiéndola

-imbécil….- el hombre que lo apretujaba con su cuerpo lo beso.

Le levanto las piernas. Las abrió. Anestesiado con el beso, entraron en el con dolor. Apartando sus labios gimió con dolor y placer.

-¿aún no te acostumbras?- se burló el rubio –hemos hecho esto muchas veces- se estaba riendo, pero Crocodile no iba a dejar que siguiera…de esa posición. Se levantó con miedo, temblando, agarrándose del hombro de Doflamingo y sentándose entre sus piernas. Abrazándolo con el brazo y el muñón.

-Tú no eres el único que te diviertes, maldito- este mismo se comenzó a darse a él con fuerza. Se estaba moviendo rápidamente, dejándose caer para tenerlo más profundo y teniendo las manos largas manos de Doflamingo le agarraba las nalgas. Mordiendo más, comiéndoselo. Las manos de Crocodile rasgando la piel de Doflamingo. Dejándole con marcas profundas. En momento se miraron mientras todavía se daba estocadas a sí mismo, para con esa mirada de placer, excitado hasta las punta de los dedos. Sus ojos se presentaban en la oscuridad. Juntaron sus lenguas, para entrase con los labios cerrando las dos cuencas. Abriendo y cerrando sus labios.

Noche fría, ruidosa, noche oscura. El ruido de la cama resonaba por los pasillos. Nadie los iba a callar. Nadie. Amantes de la noche fría. Y rasguños infinitos. Variados sonidos.

El aniversario perfecto.

-Oye Croco…- susurro Doflamingo en el oído del reptil. Este jadeante se detuvo –te ves  excitante…-

En vez de otro alago, Doflamingo recibió un golpe en la cabeza.

-¡no tienes otra cosa!- le grito, pero Doflamingo se rio mordiéndole el cuello

-entonces- le miro a los ojos –te amo Croco…- ambos se besaron y se corrieron para dejar la cama y su pieles mojadas con manchas con trasparencia blanquecida.

A la mañana siguiente, se respiraba caliente en el aire. Esa mañana era caliente, como el cuerpo de ambas personas durmiendo. Doflamingo estaba apretujando a Crocodile quien dormía plácidamente, mientras que el otro abría los ojos para encontrarse con los hombros anchos y formidos de Crocodile. Lo beso para darse un gusto de mañana.

 

Luego de levantarse y cambiarse las ropas sucias. Doflamingo se despidió de Crocodile en el portón, antes de que todos los niños salieran a desayunar. Le beso en la boca con intensidad, hasta que el otro le golpeara con el garfio.

-también te quiero- se burló Doflamingo

-púdrete….- le dijo Crocodile, pero le abrazo alrededor de los hombros y le beso de nuevo.

El emplumado se quedó mirando al portón hasta que Crocodile se fue, cojeando rascándose el trasero hasta que desapareció por la calle que guiaba a la playa.

-¿te fue bien?- le dijo Corazon detrás suyo. Doflamingo con una sonrisa camino hacia el comedor junto con su hermano. Sin decir más que risas

Mientras en el comedor.

-Ace… ¿estás bien?- le dijo Luffy desde el asiento de al lado. Como Ace y Sabo estaban mirando al plato vacío. La noche anterior no pudieron ni pegar pestaña.

-oye Luffy, tus hermanos están raros- dijo Zoro.

-pareciera que vieron algo- dijo Robin, ambos hermanos chillaron

-¿vieron algo?- dijo Sanji sorprendido -¡qué pasa si vieron una chica desnuda!- bramo feliz idiotamente. Ante la palabra de Sanji ambos hermanos volvieron a gemir con escalofríos.

-creo que le acertaste. Pero no todo- apunto intuitivamente Robin. Después de ello entro Doflamingo con Corazon, Smoker ya estaba dejando las comidas en las mesas.

Doflamingo se sentó donde siempre y Corazon ayudo a Smoker a servir la comida, en tanto Ace y Sabo se miraron. No podían levantar mucho la mirada. Estaban nerviosos  ¿Cómo iba a reaccionar? No sabían si…

-oye Cora- llamo Doflamingo a su hermano

-¿Qué pasa?- dijo el cuidador sentándose

-Croco me dijo que aún no le devuelves las revistas porn…..- Corazon golpeo a su hermano con una bandeja

-¡se las devolví imbécil!- grito Corazon

Todos los niños reían divertidos. Cada mañana con Doflamingo con una sonrisa, era un mañana de alegría. Ace y Sabo se miraron, estaba feliz. Significaba: no los vio y estaban más que suertudos. Se relajaron golpeándose contra la mesa. Durmiéndose. Luffy lo comenzó a pinchar con un tenedor para que despertaran o solo para molestar.

Crocodile caminaba por la playa, se detuvo en la arena. Mirando el mar fumando suavemente un puro. Anoche estuvieron esa misma playa, él y Doflamingo. No creía que le diría todavía, le impresionaba cuanto tiempo había pasado desde esa vez que los conoció y que tuviera esa manera de aguantar de que no le dijera sus verdaderos amores. Amaba con el alma y sus puros a Doflamingo. Pero esos años, no ha logrado decírselo. Era algo que le impedía decírselo. Orgullo o miedo. Estaba perplejo. Estaba aterrado. Él se lo decía cada día que se veían, se lo notaba, gritaba y se lo decía de las maneras impensables. Él lo amaba. Él amaba a esa maldita ave rosada, impetuoso e irrespetuoso. Lo amaba, lo sentía cada día que lo veía o pensaba en él. Lo amaba, pero no le iba a decirle.

Pero oigan, no dije nunca. No dijo nunca.

¿Divertido no?

Solo falta, saltar y tragar valentía. Vomitar el orgullo. Solo es ¿podrá Crocodile? Vomitar su orgullo y decirlo. ¿Podrá Crocodile? ¿Se lograra? Doflamingo ¿Cumplirá su objetivo de que él se arrastre ante él? ¿Podrá decirle? Solo hay que esperar. 

Notas finales:

El peor Lemon del mundo. No escribo lemon de hace un año, si no hay problema. Espero que les haya gustado. PD: Los capitulos seran menos frecuentes. Estoy en clases :D 

ATTE 

E.yaoi la escritora mas asquerosa


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