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¿Piensas en...? por Thiara

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Notas del capitulo: ¡¡¡Ohayo!!! Hola de nuevo, personitas mías. Mi segundo capítulo ya está a la venta, en su quiosco de confianza (: Bien, lamento la cutrez de mi primer capítulo, la verdad es que este no será muy diferente, así que, si no quieren leerlo, lo entenderé ^^U Bueno, allá vamos con los apartados de hoy >o<

 

 

 

12 MESES 12 CAUSAS: La causa de este segundo capítulo es.... emmm... ejemmm... yo.... *Thiara mira hacia todos los lados buscando una causa*... Vivan la vida al tope, sin llantos ni depresiones (no soy la más indicada para decir esto ^^U) Los problemas surgen, cuando están más cerca son cuando más duelen y es en ese momento cuando creemos que no podremos superarlos. Pero siempre se puede superar, no hay nada imposible si uno lo quiere de veras. Mucha gente me lo ha dicho al largo de mi corta adolescencia, que está en la flor de la vida, y es verdad. Imaginen, lo que más desearía es... no sé... Estar en el camerino de Ville Valo. No, aunque parezca imposible, realmente no lo es. Ese deseo es material, es decir, yo puedo estar en ese sitio, por que existe. Lo que nos frena es nuestro pensamiento de culpa, o de responsabilidad, o quizás las consecuencias. Bueno, da igual. El caso es que nada es imposible, y si quieren, pueden conseguirlo. Si de veras lo quieren.

 

 

Bien, nada más por hoy, sólo decirles que les dejo con una segunda caquita de capítulo.

 

 

Espero que lo disfruten (:

 

 

Capítulo 2: ¿... lo mucho que te quiero?

 

 

Alphonse no se lo podía creer. Seguro que todo se trataba de una broma que le estaba gastando Heidrich.

 

- Vamos, Heid... No bromees con esto... Es serio.

 

- Al... no estoy bromeando.

 

- He...Heid...

 

Alphonse bajó la cabeza, hasta que no se le vieron los ojos, inundados de lágrimas. Hipaba por debajo de su nariz. No podía ser verdad. No era verdad. De repente, Al levantó de nuevo la cabeza y, con un movimiento rápido, abofeteó a Heid. (toma ya, que daño ^^U)

 

- ¡Estúpido! ¿Por qué? ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué no le has dicho que no? ¿Ya no te acuerdas de la guerra del otro mundo? ¿No te acuerdas de lo que sufrimos? ¿De la gente que llegó a morir para que pudiéramos salvarnos? ¡¿Ya no recuerdas a Edward?! ¡Él murió para salvarnos! ¡Dio su vida a cambio de la nuestra! ¡Un intercambio equivalente a gran escala! ¿Qué pretendes ahora, Heid? ¿Quieres que todo lo que hicieron los demás por nosotros sea en vano?

 

- Al... tranquilízate... deja que....

 

- ¡No, Alphonse Heidrich! ¡No quiero tranquilizarme! ¡No quiero que me cuentes ni me expliques nada! ¡¿Quieres morir!? ¿Eso es lo que quieres? Pues ve, ve a la guerra y mata a todos los soldados que puedas. ¡Arriesga tu vida por una gente que ni te va ni te viene! Seré egoísta, seré insensible y todo lo que tú quieras, pero... Antes prefiero verte a ti vivo que a los causantes de esa maldita guerra. ¿Por qué luchan? ¿Por la paz? Si fuera así, no tendría sentido. No se puede recurrir a la violencia para conseguir la paz. Entonces, ¿Por qué demonios vas a luchar? ¿Por el honor del país? Vamos Heid...

 

- Al...

 

- ¡No! Deja que termine o contéstame. ¿Por qué diantre vas a poner tu vida en peligro? Ya estuviste una vez en peligro por el maldito honor del país. El país no necesita honor, el país no necesita que lo defiendan. Los habitantes son los que deben ser defendidos, los que luchan por un pedazo de tierra deberían ser defendidos. Conflictos y más conflictos... ¿para qué? ¿Para disponer de más recursos naturales? ¿Por venganza? ¿Por odio a otros pueblos? Heidrich, bastantes guerras ha habido ya en este mundo para que tú formes parte de otra. No... Dime que no vas a ir....

 

 

- Alphonse... Deja de llorar. No merece la pena. Estaré bien, no tienes por qué preocuparte. En el ejército no estaré solo. Al, debo ir.

 

- ¿Por qué? No tienes ninguna obligación...

 

- Sí la tengo. Cuando empezamos a vivir aquí, le prometí al Coronel Mustang que me uniría al ejército y ayudaría en todo lo que pudiera. Es mi obligación cumplir esa promesa.

 

- Heid... eres....

 

A Alphonse no le salían las palabras para expresar cómo se sentía por dentro. Era una mezcla de rabia, dolor, tristeza e impotencia lo que hacía que le brotaran las lágrimas como si de grifos abiertos de tratase. De nuevo bajó la cabeza para que su amante alemán no viera su rostro.

 

- Heidrich... haz... ¡HAZ LO QUE TE DÉ LA GANA!

 

Acto seguido, el pequeño alquimista corrió hacia el baño y pasó el pestillo.

 

- ¡Alphonse! Vamos Al, abre la puerta... Al.... ¡Alphonse! ¡Alphonse!

 

Pero este no contestaba. Sólo se oían gemidos, hipos y algún que otro suspiro de tristeza. Heidrich golpeó con el puño la puerta repetidas veces, pero Al no salió.

 

- Alphonse... Escúchame... Yo.... Partiré mañana hacia Faraway... Te enviaré cartas cada día, te lo juro. No habrá día que se me olvidé... y... Volveré sano y salvo, palabra de Alphonse Heidrich. Pero... Por favor, sal de ahí. No podría soportar marcharme dejándote así. Compréndeme, Al. Formo parte del ejército, soy un soldado, como todos los otros. ¿Crees que me voy por gusto? ¿Crees que Hughes-san se va por gusto? Deja una hija y una esposa. Yo te dejo a ti. Todos debemos ir a combatir, pero volveremos después de conseguir la victoria. Hay mucha gente en esa ciudad esperando nuestra ayuda, piensa cómo deben sentirse. Ellos necesitan nuestra ayuda como nosotros también necesitamos la de Thiara-san y el doctor Mustang en su momento. No es algo bonito de recordar, pero es la realidad. Alphonse... compréndeme.

 

- Deja... Déjame solo, Heid. No hables más y vete a dormir. Déjame solo.

 

- Alphonse... Te quiero, no lo olvides...

 

 

La noche fue larga para los dos. Uno forrado de sábanas y mantas; el otro, envuelto en el albornoz de su amante. Los dos llorando silenciosamente mientras la noche se iba haciendo vieja y revivía el día una vez más. A las 7:00 a.m. Heid volvió a llamar a la puerta del baño. No para lavarse la cara, ya que lo había hecho anteriormente utilizando una pequeña toalla y una palangana llena de agua que siempre guardaban al lado de la mesilla de noche. Llevaba una gran mochila llena de todo lo que iba a necesitar. Llamó por segunda vez a la puerta del baño.

 

- Al...Alphonse... ¿Vas a salir?

 

- Déjame, por favor...

 

- Está bien. Yo... Ya me voy... Nuestro tren sale a las 8:30 a.m. Es el andén 6. Y... Bueno... Cu... Cuídate muc... (snif) mucho, ¿vale? Que... Que sepas que... (snif snif) ¡Que te quiero! ¿Me escuchas? ¡Te amo con toda mi alma Alphonse!

 

Heidrich besó la puerta desnuda y corrió fuera del piso. Ni siquiera saludó al Sr. Nakata que se había despertado hace poco para hacer limpieza del edificio. Corrió y corrió hasta llegar a la estación, donde sólo estaba el Coronel Mustang.

 

·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·-·

 

 

“¿Qué estoy haciendo? ¿Voy a dejar que se vaya así, sin más? ¿Sin despedirme de él y decirle que le amo más que a nadie en este mundo? ¡¿Qué estoy haciendo?!”

 

Aún con lágrimas en los ojos, Alphonse bajó a toda velocidad. Miró el reloj. Ya eran las 8:15. No llegaría, pero debía intentarlo. Corrió por toda la calle, lo más deprisa que pudo, sin prestar atención alguna a la gente que le saludaba y le preguntaba por su destino. Él sólo podía correr y pensar en Heid, Se iba, y no se había despedido de él. Finalmente llegó a la estación, justo cuando Heid se despedía y le susurraba algo al coronel Mustang.

 

- ¡HEIDRICH!

 

- ¿Alphonse?

 

- ¡Heidrich! ¡Lo lamento! ¡Lo lamento tanto! ¡Te quiero! ¡Te quiero, te quiero!

 

Alphonse no paraba de besar a Heidrich mientras pronunciaba esas palabras. Los dos lloraban como niños, aunque en realidad, seguían siendo niños, a pesar de ser ambos mayores de edad.

 

- Alphonse, te prometo que volveré. No temas, te juro que te enviaré cartas cada día, no llores, vamos. Te quiero, Al. Volveré pronto, no te olvides de mí.

 

Al escuchar esas palabras, Alphonse se echó a llorar con todas sus fuerzas, derramando más lágrimas que antes. Se abrazaron, se besaron y finalmente, a punto de arrancar el tren, Heid subió. Desde una de las cabinas, siguió despidiéndose de Al, largo rato más, hasta que el tren estaba tan lejos ya que no se podía distinguir las personas que había dentro. Entonces fue cuando Alphonse se percató que Roy Mustang, Coronel del ejército, no había subido.

 

- Co... Coronel... ¿Qué hace usted aquí? ¿No...no va a luchar?

 

El joven moreno adoptó una expresión de rencor mezclado con un toque de conformismo.

 

- Tu joven amante me obligó a quedarme a tu lado. Dijo que estaba “incapacitado” para ejercer debidamente mi labor de soldado. Según él, no podría apuntar bien con solamente un ojo. Encima, la teniente Hawkeye le dio la razón y también colaboró en mi estancia en Ciudad Central. Dijo que controlaría el ataque desde aquí.... No se cómo... Vaya fastidio...

 

- Entonces, ¿Quién va a cargo del ejército? ¿No tienen algún superior?

 

Alphonse se alteró mucho al enterarse de la nueva noticia.

 

- Oh, claro que tienen superior, alguien de confianza, aunque sigo pensando que debería haber ido, aún no sé por qué estoy aquí perdiendo el tiempo.

 

- Pero usted es su superior, ¿no puede oponerse a las órdenes de un subordinado?

 

- Sí, en principio sí, pero ha habido factores que me han atado aquí. Alphonse Heidrich... digamos que con su mirada me obligó a quedarme.

 

- ¿Nani?

 

- No hace falta que lo entiendas, simplemente quería asegurarse de que estarías bien en su ausencia.

 

- Yo... Le amo...

 

- Lo sé. Pero ahora debes descansar. Te prometió que te enviaría una carta cada día. No debes preocuparte, es un chico joven y fuerte. Todo irá bien.

 

- Eso espero.

 

 

 

Fin del capítulo 2

 

Bueno, punto y final. Después de este capitulo, la teoría de mi koibita será aceptada y aprobada (no por mí, sino por ella misma). Al escribir esto, he hecho que su afirmación de que Roy es el anticristo quede más remarcada xD Pero a mi me da igual, que no vaya a la guerra que si no se me muere xD Pero tranquilidad, Heidrich sobrevivirá a otro de mis fics anti-tiosbuenosAlphonsesHeidrichs. Es que él es todo un machote xD Y como que en la peli la palma, en mis fics no, por que aquí todo es al revés. Heid muere, pues aquí no. Roy no muere, pues aquí sí (aunque fuese su alter-ego), Hughes se muere, pues aquí... de momento no xD, y Winry, que está vivita y coleando por la pradera, pues aquí la mato con ganas y gusto. Bueno, nada, este capítulo ha sido también una caquita de vaquita grande grande, pero tengo muchas ideas, muy guais xD. Espero que os guste.

 

A ver,

 

DEDICATORIA: A.... a.... a mí... xD No, pues a ver que repase nombres mentalmente..., a karui_mustang por que sale Roy y no se va a la guerra. Ala, para ti.

 

Nos vemos pronto, tengo sueño y mañana me toca odioso inglés (por que no se estudia japonés u_U)

 

¡Gracias a todos y todas por leer!

 

 

P.D. Pido disculpas si a alguien que ame mucho a su país le ha molestado el discursito de Alphonse. No se lo tomen muy a pecho.

 

¡Muchas gracias!

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