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Antes del amanecer por Sora1827

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“No importa de qué forma, iré persiguiendo el mañana. Porque no quiero olvidar que sin ti a mi lado, nada tendría sentido.”

 

Miraba como cada noche las estrellas, después de todo ella raramente dormía, se sentía tan extraña al estar conviviendo con todas esas personas, al fin y al cabo las únicas personas que habían estado a su lado en sus peores momentos fueron Tony, Fenrir y curiosamente Wilson. Pensar que nunca creyó tener una vida feliz, después de todo ella solo puede traer dolor y sufrimiento a quienes ama. Cerró los ojos y empezó a recordar cómo es que había iniciado todo.

En una enorme habitación se veía a varios hombres y mujeres anotar datos, mientras observaban desde una ventana.

-Es sorpréndete, donde encontraron a esta niña.- una mujer exclamaba de manera feliz, mientras escribía sus anotaciones.

-Al parecer sus padres la vendieron porque era una carga para ellos.

-Pues yo escuche que su familia murió cuando su pueblo fue saqueado por bandidos, ella fue una de las pocas sobrevivientes.

-Sea como sea, ella es compatible para el suero del supersoldado.

Al otro lado, se veía a una chica recostada en una especie de cama, con miles de agujas en su cuerpo, miraba al techo simplemente, solo escuchaba lo que aquellas personas decían, a pesar de que murmuraban ella los podía escuchar a la perfección. Pero a estas altura de su corta existencia ya nada le importaba, su verdadera familia murió cuando tenía 3 años y fue criada por una pareja de anciano hasta los 6 quienes la amaban y la querían, lamentablemente el pueblo donde ella vivió fue atacado por ladrones y todos los adultos murieron solo los niños sobrevivieron y fueron vendidos como esclavos, tuvo la “suerte” de llegar con una mujer que al principio se veía amable pero solo fingió y la llevo a este extraño lugar.

En un principio lloro y suplico pero con el paso de los días se dio cuenta que no serviría de nada, esas personas solo la veían como una simple herramienta. Aunque no entendía a que se referían con lo de supersoldado, pero sabía que sea lo que sea no sería bueno para ella.

-Hemos terminado por hoy.- entro por una puerta un hombre, que le sonreía de manera amable, y empezó a quitarle las agujas. –Pronto podrás ir a descansar.

-Eso no podrá ser, hoy inicia su entrenamiento.- Hablo otra persona mientras entraba a la habitación.

-Pero señor, ella está muy débil.

-Eso que importa, si ella no puede continuar significa que no nos sirve.- miro de forma despectiva a la chica. – ¿Puedes continuar?

-Si.-contesto de forma baja, pero pudo ser escuchada por los presentes.

-Cuando termines, llévala al cuarto de entrenamiento.- salió sin decir otra cosa.

-Perdóname, quisiera que pudieras descansar.

-¿Por qué? Soy una herramienta es normal que hagan esto.

El hombre apretó sus manos fuertemente, estaba molesto pero simplemente pudo sonreír de manera culpable. – Perdóname.

Ella no contesto, solo miraba las expresiones de aquel hombre, no entendía porque se comportaba así, pero no le tomo importancia por lo que simplemente, fue al lugar donde empezaría con su entrenamiento en el arte de matar.

Cuando agarro el cuchillo por primera vez se sintió tan natural, algo que la asusto sin decirle nada, ella lo manejo de perfecta forma asombrando a quienes la miraban, aprendió el uso de armas y también de manera eficaz eliminar a sus oponentes, y cada 2 semanas llevaban reclusos condenados a muerte para que ella practicara con ellos, haciendo que su instinto de supervivencia se activara.

Durante mucho tiempo siguió así, donde solo aquel hombre la trataba como una persona, y llegaba a veces a su celda a contarle como era el mundo afuera, ella a pesar de no mirarlo directamente siempre escuchaba atenta sus historias, a veces imaginaba poder mirar el cielo nuevamente pero regresaba a la realidad viéndose a ella misma en ese oscuro lugar, un día aquel hombre llego a su cuarto como toda las noches, pensó que le contaría otra historia pero en cambio la saco de su habitación y le pidió que no hiciera ruido. No comprendía que pasaba pero simplemente lo siguió, salieron de un enorme lugar y se acercaban en donde se veía una enorme malla.

-Ya falta poco Anya.

Se detuvo ante las palabras dichas por él, provocando que volteara a verla.

-¿Sucede algo?

-¿Cómo sabes mi nombre?

Él se inclinó hacia la niña para que lo viera fijamente, Anya entonces por primera vez noto aquellos intensos ojos azules.

-Quizás no lo creas, pero yo soy tu hermano cuando tu naciste, yo me había ido del pueblo a estudiar, cuando supe sobre la muerte de nuestra familia te busque hasta que me entere sobre las personas que te adoptaron y lo que les paso, empecé a buscarte hasta que di con este lugar, gracias al apoyo de una persona logre entrar a trabajar aquí bajo el nombre de Daniel, de alguna forma logre estar en donde tú estabas, quise sacarte de inmediato pero no podía.- la miro de forma triste y culpable. – Perdóname por no haberte sacado desde antes.

-¿Te llamas Daniel?

-No.- Le regalo una sonrisa. – Mi verdadero nombre es Anielka.

-Se parece al mío.

Entonces el muchacho noto una silueta detrás de la niña y en un rápido movimiento la  puso detrás de él recibiendo una puñalada.

-Siempre supe que no eras confiable pero jamás imagine que serias hermano de esta mocosa.

El muchacho cayó al piso, con el cuchillo hundido en su abdomen, Anya se acercó a él, y lo miraba mientras empezaba a derramar lágrimas.

-Debes huir…

-No te mueras.- sentía como algo mojaba sus mejillas, todo le era vagamente familiar, otra vez estaba perdiendo a alguien que la amaba.

-Como lo siento, deseaba vivir como una familia junto a ti.- Cerro los ojos, mientras una lagrima salía de su ojo.

-Al parecer el traidor ha muerto.

Anya miraba el tranquilo rostro de aquel hombre que durante su encierro le dio amor y cariño, ignoraba las palabras del otro sujeto, y noto el cuchillo lo tomo, miro como estaba cubierto de sangre, sangre de quien era su hermano, sangre de la persona que nunca la olvido, sangre de quien dio su vida por ella al final. Entonces su visión se volvió roja y ese fue el comienzo del final.

Para cuando volvió en sí, noto aquellas instalaciones destruidas y todos los que trabajaban ahí estaban muerto, no recordaba nada, pero se vio toda cubierta de sangre y comprendió que ella había sido la causante.

Salió de aquel lugar, camino entre la interminable nieve, miraba al cielo que se encontraba oscuro, a estas alturas ya nada le importaba, solo esperaba cerrar los ojos y reunirse con su familia nuevamente, camino por unas cuantas horas, entonces a lo lejos distinguió la silueta de un hombre.

-¿Estas bien? ¿Qué te paso?

Pero ella no contesto solo miraba aquel hombre, era un poco alto, de cabello castaño, ojos de un precioso color miel, vestía de forma elegante, pero la miraba con preocupación.

-¿Cómo te llamas?

-Anya.- No supo porque le contesto, pero notaba que el hombre no era mala persona.

-Es un gusto.- Le mostro una sonrisa.

-¿No te doy miedo? –Estaba sorprendida por la forma tan natural con la que le hablaba el hombre.

-No, tu hermano me hablo mucho de ti. Es cierto no me eh presentado mi nombre es Tony Stark.

Entonces miro como aquella oscura noche, era reemplazada por los rayos del sol, notando como el cielo se volvía claro y hermoso, para ella fue una señal de que quizás aún había esperanza en su vida.

Abrió sus ojos, y noto que había estado muy metida en sus pensamientos, miro nuevamente hacia afuera, notando los primeros rayos indicando que pronto amanecería, y a lo lejos noto que había alguien caminando, rápidamente noto que era Tony por lo que tomo la decisión de salir, para vigilarlo, sabía que el castaño estaría estresado por estar tanto tiempo encerrado por lo que tomo la decisión de solo observarlo, solo intervendría si fuera necesario, pero esperaba que no.

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Odín caminaba apresuradamente a su alcoba donde habían miles de sirvientes trabajando afanosamente para estabilizar a la reina Frigga, nadie sabía que había sucedido, pero gracias a un guardia quien aviso de manera rápida, la reina pudo ser atendida a tiempo, ahora el padre de todo estaba furioso, alguien había atentado contra la vida de su esposa, y eso era algo que no iba a permitir. Así que sabiendo que Frigga aún podría correr peligro llamo a las únicas personas que la podrían proteger.

-Abuelo hemos llegado.- una hermosa chica de cabello negro y ojos de color miel entraba a la sala, con un chico de cabello negro y ojos verdes.

- Hela y Jörmungandr me alegra que hayan llegado rápidamente.

-Nos enteramos de lo sucedido, y creemos que tiene que ver con la acusación falsa a nuestro padre.

-Eso mismo creo, así que necesitare su ayuda.

-Lo que necesites, es hora de que el traidor pague.- la chica mostraba una expresión fría que podría asustar a cualquiera pero no a Odín.

Era mejor que aquella persona o personas hayan desaparecido porque si el los encontraba prometía que su castigo no sería misericordioso. Y eso era una promesa.

 

“Corre, teme, implora, suplica. Porque has llamado a la muerte creyéndote superior a ella.”


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