“Ella nació para conocerme, y yo nací para ella”
Peter estaba en el asiento del piloto, del quinjet, el cual de manera automática los llevaba hasta Shield, el tiempo que tardarían en llegar seria de dos horas aproximadamente.
-¿Por qué tan triste baby-boy?
El joven se sobresaltó ante la voz de aquel mercenario, y noto que este estaba en el asiento de alado, mientras subía sus pies al tablero.
-¿Qué paso con el sujeto que traías?
-Mmmm lo deje inconsciente.- explico con aburrimiento.
Peter tan solo miro fijamente al mercenario, ambos llevaban sus trajes pero no sus máscaras. Por lo que el castaño pudo mirar con suma atención el rostro que alguna vez estuvo lleno de cicatrices.
-Eso no es propio de ti.
-Por mucho que quisiera matarlo no podría hacerlo, Anya no querría que lo hiciera.
-La señorita Anya y tú deben ser buenos amigos ¿verdad? – por alguna razón el castaño se sentía incómodo y sentía una opresión en el pecho por la forma tan familiar que el rubio se expresaba de ella.
Wade tan solo se hundió en sus pensamientos al escuchar esa pregunta.
¿Ellos buenos amigos? Eso era algo que jamás había pensado, pero no podía negar que ambos poseían una relación cercana, eran casi 8 años de conocerse, por ese tiempo había sido usado de experimento y apenas se estaba adaptando a sus nuevas habilidades, además de buscar a los bastardos que le habían hecho eso, ella contaba con 15 años pero se notaba una experta y a pesar de las habilidades innatas que el poseía, una simple chiquilla lo había derrotado.
Eso había sido un golpe para su orgullo, así que hizo lo mejor que sabía hacer, acosarla para pelear con ella, la seguía a todas partes, en donde siempre había peligro, lo cual siempre lo emocionaba y en vez de pelear con ella, siempre terminaban eliminando a los sujetos de turno, para que al final la chica de ojos azules le diera un balazo y lo abandonara.
Así fue transcurriendo el tiempo, en algún punto olvido su razón principal, incluso el matar a quienes lo convirtieron en eso, no le genero la satisfacción que alguna vez pensó en obtener, y empezó a seguir a la chica, mientras que ella dejo de atacarlo de manera agresiva y con clara intención de asesinarlo, poco a poco fueron convirtiéndose en compañeros, y como muestra de ello, la chica permitió que Wade conociera a Tony y Fenrir. En un principio lo tomo con naturalidad, pero pronto comprendería que lo que ella había hecho era una muestra, de que confiaba ciegamente en él.
Algo que era totalmente gracioso. Ellos eran mercenarios, personas que no debían confiar en nadie. Sin embargo el obedecía, protegía y ayudaba a la chica sin rechistar, incluso creía sin titubear en cualquier cosa que ella dijera, incluso si dijera que el cielo era morado, el creería sin dudar.
-Wade…
Se levantó de su asiento, buscando por todos lados.
-¿Pasa algo?
Wilson miro a spiderman quien a su vez lo miraba preocupado debido su extraño comportamiento.
-No… - expreso con indiferencia, pero su tono denotaba tristeza. – Tal parece que de ahora en adelante los días serán aburridos.
<…>
Tony estaba en su laboratorio terminando la que sería su nueva armadura. Gracias a Viernes había podido saber y aprender todo lo necesario de aquello que alguna vez fueron sus armas. Ciertamente no estaba seguro de utilizarlas, incluso no podía negar que tenía miedo pero ya no quería ser una carga para nadie.
Quería poder pelear y ayudarlos en lo que pudiera.
-Tony…
El castaño por un momento detuvo su trabajo y miro hacia atrás, al no ver nadie supuso que su cuerpo le estaba exigiendo descanso. Así que decidió salir del taller y dormir un rato.
Llego a su habitación y se acostó en su cama. Se estaba quedando profundamente dormido, hasta que sintió una leve caricia y por un momento la imagen de Anya apareció en su mente la cual se desvanecía mientras le regalaba una sonrisa.
Se levantó con algo de miedo, pronto rompió en llanto.
A los pocos minutos Steve apareció preocupado, quien fue llamado por viernes.
-¿Tony que pasa? – el rubio se acercó al genio, pero no espero que este lo abrazara. – ¿Dime que pasa? – empezaba a preocuparse.
Pero él no podía hablar, porque con tan solo decirlo sería como admitir que su mayor temor se hizo realidad.
-No p-ude pro-tegerla.
Steve escucho esas palabras sin entender y tan solo abrazo con más fuerza al castaño, esperando al menos poder aliviar parte de su dolor.
<…>
Era de noche en Asgard, Loki, Thor, Clint, Bucky y los reyes conversaban sobre su regreso a la tierra, mientras que Wanda y Fenrir aun dormían, mientras se recuperaban de sus heridas.
Caminaba por un enorme sendero, al principio todo el paisaje lo confundió pero no tardo en deducir que estaba en un sueño. El camino se veía interminable pero no dudo en seguir avanzando, hasta que llego a un rio, el cual no parecía tener ni principio ni fin.
-Tardaste mucho cachorro.
Su sorpresa fue enorme al ver a Anya al otro lado del rio, sonriéndole con cariño, diversión y lo que parecía ser nostalgia, sentimientos algo contradictorios en su opinión.
-¿Qué haces aquí?
-Tan solo venía a despedirme.
-¿De qué hablas? Esto no es gracioso.- por primera vez se percató que ella llevaba un vestido blanco, sencillo pero hermoso. Lo cual era raro debido a que ella no era adepta a ese tipo de ropa. Además de que llevaba su cabello suelto.
-Lamento no poder estar más con ustedes. Pero espero que sean felices.- se dio la vuelta, para marcharse.
-¡Espera! – trato de cruzar el rio, pero algo le impedía avanzar. – ¡Anya!
Ella se detuvo y miro al rubio quien con desesperación quería alcanzarla. – Adiós Fenrir. – dándole una sonrisa, para luego reanudar su marcha.
-¡NOOOOO! – se levantó agitado.
Fenrir estaba llorando sin percatarse, mientras trataba de regular su respiración. Ni siquiera noto a su padre, a sus abuelos ni siquiera a los vengadores que habían corrido preocupados.
-¿Qué pasa? – Loki miraba con preocupación a su hijo.
-Ellos me la arrebataron.- murmuro, sin que ninguno pudiera escucharlo. – Ellos me la arrebataron.
Ninguno entendía lo que el adolescente decía pero al parecer no dejaba de repetir algo y aquellos los empezó a preocupar, cuando sintieron que el palacio temblaba.
-¿Qué pasa? – expreso preocupado y un poco asustado Clint.
-Es Fenrir, sus poderes están fueran de control.- explico Thor.
-Hijo que pasa.- Loki intentaba acercarse.
-Ellos me la arrebataron.- hablo más fuerte haciendo que todos por fin pudieran escucharlo, entonces notaron que sus ojos tenían un destello dorado, además de que su mirada era sumamente fría.
-Fenrir.- James al igual que Loki intentaba acercarse, no lo costó mucho saber, de que el chico hablaba de la mercenaria.
-Ellos me la arrebataron, por lo tanto yo les arrebatara la vida.
Fenrir abrió un portal mientras que los demás preocupados intentaban acercarse pero les resulto imposible, la magia del chico era tan fuerte en esos momentos que creo un campo de fuerza provocando que ninguno lograra acercarse.
Tan solo pudieron ver como este desaparecía del lugar. Mientras que el, ignoraba los gritos de su familia, el tan solo caminaba por ese oscuro agujero con la clara intención de matar.
“Las alas que me fueron arrebatadas las obtendré de vuelta aunque eso signifique ser consumido por al abismo profundo de la desesperación.”