"En este mundo, hay cosas que no puedes recuperar por mucho que te esfuerces. Y también no hay desconsuelo del que puedes escapar."
-Recuerdo esa frase, fue del primer libro que te leí.- hablaba un castaño, que se encontraba sentado en su cama.
-Lo sé, llevaban 3 días encerrados en esa habitación sin dejar que nadie se me acercara y simplemente tú te sentaste y empezaste a leer.
-¿Entonces?
-¿Que?
-Cuanto más permaneceremos en esta habitación.
Llevaban 2 días encerrados en ese lugar, mientras que los vengadores aún se encontraban en la casa, de alguna manera habían logrado mantenerse ahí, pero sabía que en la condición de Tony, eso no duraría mucho, maldecía el momento en su padre tuvo que salir al igual que Vision.
-Ellos aún siguen aquí ¿verdad?
-Lo lamento tío.- Fue lo único que pudo decir, realmente estaba decepcionado por no poder hacer algo más.
-Descuida.- Le acaricio los cabellos, mientras le sonreía.
-¿Enserio no recuerdas a ninguno de esas personas?
-Creo haberte dicho ya, que no. Se me hacen levemente familiar pero no los recuerdo.
-¿Y cómo es que recuerdas a Vision y a Padre?
-No lo sé. Pero ya es hora que abras esta habitación.
-¿Que? ¿Por qué?
-Tú lo sabes mejor, no podemos estar encerrados además dudo que recuerde a esas personas rápidamente.
-Pero… Pero no quiero que se te acerquen.- Respondió haciendo un puchero.
-Descuida niño, tú estarás conmigo en todo momento.
Fenrir asintió ante aquellas palabras, aun cuando estaba en contra de todo esto sabía que sería lo mejor, así que en voz baja murmuro otro hechizo, y minutos después se vio como alguien habría la puerta.
-¿Cómo es posible?- Estaba sorprendido, sus compañeros estaban en la parte de abajo tristes y cansados, habían intentado de todo y no había funcionado, a pesar de eso, el no quiso renunciar y decidió tratar otra vez.
-Usted es el Dr. Banner.
Bruce veía al niño de forma precavida, pero trato de no mostrarse asustado. Se acercó lentamente hacia ellos, mientras en sus manos sostenía una bandeja.
-¿Qué es eso?- Fenrir veía curioso y un tanto desconfiado aquel objeto.
-Traje un poco de sopa, creí que tendrían hambre.- Puso la bandeja encima de aquella mesa, le entrega un plato a cada uno.- Descuiden esta tibia.
El rubio veía fijamente la sopa con desconfianza, cosa que Bruce noto.
-Descuida no le puse nada, solo es sopa.- Respondió a la pregunta no formulada que tenía el niño.
Sin decir otra cosa ambos empezaron a comer, Bruce solo los observaba con una sonrisa, le aliviaba que ellos comieran, más en el estado de Tony, mientras terminaban su alimento, él se dedicó a mirar la habitación, no le sorprendía todo el lujo que veía, aunque estaba seguro que esa no era algo que Tony escogería pero no podía negar que el ambiente era acogedor, entonces noto que en la mesa donde estaba la bandeja había un libro, sino mal recordaba era lo que tenía el niño en sus manos momentos atrás.
-¿Puedo verlo?- Por alguna razón, le pregunto al niño sentía que si no lo hacía algo malo podría suceder y no deseaba arruinar lo poco que había avanzado.
Fenrir lo observo por unos instantes, quería decirle que no, pero estaba seguro que su tío lo regañaría por su mala educación, pero también, aquel hombre no salió corriendo a avisarles a sus compañeros cuando la habitación quedo desprotegida, sino que entro y les dio de comer a los dos sin dudar, por lo que asintió levemente para luego seguir comiendo. Banner no dudo en agarrar el libro cuando el niño dio su consentimiento, jamás había visto un libro así, a pesar de que parecía como nueva por fuera, se podía notar que ya tenía años. Se sorprendió que aun estuviera bien conservada, sin dudar empezó a leer aquel libro.
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Miraba todo de forma analítica, le había costado un poco localizar a esos tipos, pero no había sido tan difícil como esperaba, menos cuando aquella mujer llamada Sharon la había llevado hacia ellos, sonrió para sí misma que tan estúpida podía ser aquella mujer, pero sabía que el amor te volvía ciego y te hace cometer tantas locuras, incluyendo el destruir la vida de alguien sin dudarlo. Pero ella había cometido el error de meterse con quien no debía, se metió con el hombre a quien considera un padre y eso no podía perdonarse, pronto ella sabría que ese hombre al que tanto desprecio e intento matar no estaba solo, ya no más. Por ahora solo esperaría, hasta que sea el momento de actuar y hacer pagar a todos y cada uno de ellos.