“Despiertas de tu sueño en un mundo desconocido, donde eres un niño perdido caminando en la interminable nieve, admirando la belleza del blanco que posee y del frio que provoca”
Desde que abrió los ojos lo primero que vio Tony fue una cabellera rubia y unos ojos de color verde que lo miraban con una inmensa alegría, al principio no tenía idea de quien se trataba pero aun así, vio como esa persona lloraba con mucha felicidad, poco a poco los recuerdos con aquella persona llegaron como una fuerte ola llena de emociones pero no dejaba de sentir una gran tranquilidad, y el nombre de ese niño llego de forma tan natural como si nunca se hubiera ido, entonces escucho como era llamado por alguien más, poso su mirada en aquella dirección y noto que habían bastantes personas que lo miraban con felicidad y miedo, sentimientos muy contradictorios por lo que no dudo en preguntar quiénes eran, vio como uno de ellos se acercaba claramente asustado por su pregunta e intentando que dijera que era una broma, miro a esa persona pero no sintió nada, solo cuando escucho como se llamaba un intenso dolor lo embargo, sentía como su cabeza podría explotar en cualquier momento, y al final fue tragado por la oscuridad.
Cuando despertó por segunda ocasión solo vio a Fenrir, este le explico lo sucedido, y simplemente acepto lo que hizo el menor, aunque no recordara a esas personas algo en su interior le decía que no estaba preparado para verlos, con el pasar de los días aquella sensación iba disminuyendo aun cuando no tenía idea de quienes era, de algo estaba seguro esas personas habían dejado una marca muy profunda en su ser.
Anthony Stark siempre había sido alguien que ocultaba sus emociones porque Jarvis solía decirle que si no lo hacia las personas podrían tomar ventaja de su buen corazón, pero en su estado actual y en la forma en como ellos se comportaban había olvidado por unos momentos ocultar su verdadero ser, y noto que lo miraban sorprendido, quiso remediarlo pero había sido demasiado tarde al parecer conocer esa faceta de él, los hacia felices. Cuando el Dr. De apellido Banner lo examino, le comento que estaba un poco preocupado por su amnesia ya que casi no recordaba nada de él, pero aun así recordaba ciertas cosas como su nombre, Jarvis, a Fenrir, a esos dos mercenarios, al dios Loki e inclusive a Vision, no le encontraba explicación a este fenómeno pero al menos lo aliviaba, hubiera sido peor no tener ningún recuerdo.
-¿Interrumpo? –Wanda entro a la habitación un tanto insegura.
-Descuida, solo estaba perdido un poco en mis pensamientos.- Dejo de mirar a través de la ventana. – ¿Necesitabas algo?
-Yo… -de forma lenta se sentó en el sillón que estaba frente al castaño y lo miraba un tanto insegura. –Quería disculparme. Quizás tú no lo recuerdes pero yo te odiaba, siempre acusándote de un crimen que tú no cometiste, y aun cuando formamos parte del mismo grupo no podía superar mi odio hacia ti.
-¿y qué cambio? –sentía una opresión en su pecho al escuchar las palabras de la joven muchacha en momentos como estos es que se lamentaba no poseer sus recuerdos.
-Tu muerte, eso cambio.- sonrió de manera triste, mientras bajaba la mirada. –Al principio creí que eso había sido lo mejor, pero con el pasar de los días aquella idea sonaba tan horrible en mi mente. No lo comprendía pero sin darme cuenta rememoraba todas las veces en las que me ayudabas, los consejos que me dabas y aun cuando te trate de manera fría, no dejaste de protegerme.- las lágrimas mojaban sus mejillas había sido doloroso aceptar que realmente nunca odio a ese hombre, el odio que siempre tuvo fue el no haber tenido la fuerza para salvar a su familia, pero escogió tomar el camino más fácil, y lo culpo a él.
El castaño miro a la chica, quiso decir algo, pero exactamente que podría decir, así que simplemente la abrazo, era todo lo que podía hacer en ese momento, vio como la muchacha tomaba su camisa aferrándose fuertemente como si temiera que desapareciera mientras la mojaba con sus lágrimas, acariciaba su cabeza esperando a que la joven se calmara.
Afuera de la habitación escuchando todo lo sucedió estaba Anya, quien en un principio había tomado la decisión de interrumpir la conversación pero al saber de qué trataba decidió callar y escuchar, quizás para algunos sonaría algo cruel, pero ella estaba feliz con el sufrimiento de aquella mujer, pensar que los recuerdos serian su verdugo aunque estaba segura que era el mismo para los demás vengadores los recuerdos eran una poderosa arma de doble filo, y ella lo sabía mejor que nadie.
-Quien diría que el odio que tenía por Tony se iría cuando “murió”- comentaba en voz baja Wade, quien también había escuchado la conversación.
-El odio nació para proteger al amor.- respondió sin mirar a su acompañante. –Quizás en un principio solo le guardaba rencor por lo sucedido con su familia pero ella lo confundió con odio, pero cuando lo conoció y empezó a tratarlo aquel odio aumento, porque inconscientemente se negaba a aceptar que lo amaba.
-¿Lo ama?
-Tú sabes que hay diferentes tipos de amor, no es necesariamente el de una pareja.
Ninguno hablo solo se dedicaron a ver el atardecer que se colaba a través de las ventanas.
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Fenrir se encontraba como cada tarde afuera de la casa, mirando el atardecer, agradecía que los vengadores no estuvieras, con excepción de Wanda y Thor.
-¿Puedo hablar contigo? –Se acercaba el dios del trueno de forma lenta y con un poco de duda.
-Creo que se lo había dicho antes, no le diré dónde está mi papa. – respondió observando como el atardecer se veía de un color rojo como la sangre.
-Descuida no eh venido a preguntarte eso, solo quería saber si él era feliz.
-Durante este tiempo ha sido muy feliz.
-Tu padre debe amarlos a Loki y a ti muchísimo.- A pesar de que sonreía, la realidad es que se sentía herido y traicionado por dentro pero no podía entender el motivo.
-Mi padre no sabe de mi existencia, y aun cuando supiera de mi creo que no le importaría, así que no me interesa.
-Si yo fuera tu padre, estaría muy feliz de tener un hijo como tú. Que es fuerte, leal y entregado a quienes ama.
-Debo salir por un momento, podría decirle a Anya que mi tío tiene que dormir una pequeña siesta.
Thor miraba aquellos orbes verdes tan parecidos a los de su hermano, en los cuales reflejaban un sentimiento que el comprendía a la perfección, por lo que simplemente asintió a la petición.
-Te esperaremos para cenar, trata de no tardar.
-Hare el intento.- sonrió mientras lo observaba adentrarse a la casa. –Parece que es hora de recibir a las visitas.
Fenrir se internó en el bosque, había sido buena idea poner un campo de fuerza que le avisaba de los intrusos, caminaba con toda la tranquilidad a sabiendas de que Tony estaría bien protegido, quizás aún no tenía la fuerza para derrotar los vengadores, pero era hora de demostrar de lo que era capaz. Cuando estuvo frente a una docena de soldados que pertenecían a Hydra, solo pudo darles una de las mejores bienvenidas.
“Si para proteger a mis seres queridos es necesario volverme un demonio que así sea.”