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Sin Miedo a Nada por Midori Uchiha Phantomhive

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Louis se aferró a  Karen, su lado racional estaba presente por lo que procuraba no dejarle todo el peso a ella, no quería afectar el desarrollo de su hermano.

-M-mamá está bien, yo, yo puedo llega ¡Arrhg! -Louis cayó al suelo.

-Por qué ahora, por qué cuando estoy sola -se lamentó Karen.

-Alfa, qui-quiero a mi alfa -gimió Louis de manera lastimera.

Karen sintió su corazón agitarse. No sabía que hacer, Claudia no estaba, ella no podía lidiar sola con su hijo; especialmente porque estaba embarazada.

-¡Estefan! -llamó Louis chillando. Los gemidos lastimeros del omega no se hicieron esperar, no solo Louis llamaba a Estefan su lobo interno, su omega necesitaba a su alfa.

-¡Maldita sea! -dijo Karen buscando con apuro el teléfono-. Contesta, contesta.

-¿Karen hay algún problema? -preguntó preocupado Estefan.

Karen apretó los labios sentía su corazón quebrarse lentamente pero Louis lo necesitaba y estaba segura de que también lo deseaba.

-Necesito que vengas a mi departamento, necesito tu ayuda. Antes de que te preocupes no es nada grave pero ven ya.

Colgó el teléfono y miró a su hijo quien tenía una mirada febril, las mejillas rojas y la frente perlada en sudor.

-Me duele, duele mucho. Alfa, alfa -lloraba Louis.

Karen apretó la ropa sobre su pecho el llanto de su hijo inquietaba al bebé.

-Shhh, tu hermano estará bien, s-solo hay que esperar -dijo con suavidad la omega acariciando su prominente barriga.

A los veinte minutos tocaron la puerta. Por suerte, Karen había conseguido llevar a Louis a su habitación, sin embargo podía escuchar los lamentos de dolor del omega de su hijo.

Tocaron la puerta con más insistencia.

Karen se acercó todo lo rápido que pudo. Abrió la puerta y noto el semblante preocupado de Estefan, era de esperarse después de todo era alfa y podía sentir que el ambiente olía a miedo, a nervios y a preocupación.

Karen iba a decir algo pero los ojos rojizos de Estefan la detuvieron, había sentido el celo de su hijo, había sentido el llamado de su omega.

-Llé-llévatelo hasta que d-dure su celo -dijo con voz entrecortada la mujer sintiendo como sus ojos se inundaban de lagrimas.

-No, p-puedo -dijo Estefan luchando por no perder el control-. N-no es… correcto.

Karen tiró de las solapas del alfa sin importarle un pepino su posición de omega.

-No lo marques aun, recuerda que él crecerá. Él te ha elegido y yo permito esa unión, puedes decidir como controlar su celo, no estoy diciendo que te lo folles, solo alivia su dolor -dijo con los dientes apretados la omega.

Estefan asintió sorprendido por las palabras de la omega. Con prisa entró a la casa y siguió el olor dulzón de Louis. Frunció el ceño al ver que el olor no era tan potente como debería ser. Entró a la habitación y vio a Louis aferrándose a las sabanas con dolor pero en cuanto su omega sintió a su alfa se irguió a penas y miró a Estefan suplicante.

-Alfa, necesito alfa -dijo en un quejido el menor.

Estefan sintió su alfa rasguñar su pecho, pugnando por salir y tomar el control para saciarse hasta el cansancio de Louis. Se acercó a la cama y con un agarre posesivo lo alzó en brazos. Louis comenzó a oler el cuello de Estefan con desesperación mientras tiraba de su cabello para tener todo el contacto posible. Donde el alfa tocaba al omega el ardor que corría por su piel se aliviaba. Salió de la habitación y se encontró de lleno con Claudia que era aplacada por                 Karen que la sujetaba y le susurraba al oído.

-Lastímalo y me encargaré de que tu existencia sea miserable -ladró la alfa a Estefan quien asintió ante la amenaza.

Salió del departamento y entró al propio. Se apresuró a llegar a su habitación, el olor a excitación del omega estaba comenzando a robarle la cordura. Depositó con suavidad el cuerpo del omega que se dedicaba a gemir y a llorar por contacto y atención de su alfa. Estefan desvistió al menor y cada porción de piel que iba apareciendo la iba llenando de besos, lamidas y ligeros mordisquitos ganándose sonoros jadeos y gemidos.

-Alfa -dijo Louis tomando la mano de Estefan y llevándola a su ingle.

Estefan liberó una risa antes de besar el cuello de Louis quien lo expuso dócilmente para que Estefan hiciese de él lo que quisiera. Desabotonó los pantalones del más chico y con prisa lo quitó junto con la ropa interior dejándolo completamente desnudo. Admiró su hermoso su cuerpo, su sutil cadera, sus pezones rosados, sus piernas, su mirada perdida, todo lo hacia hermoso, perfecto casi prohibido.

Se inclino sobre los labios que estaban ansiosos a la espera de un beso. Cuando sus labios se unieron Louis jadeó con desespero. Estefan penetró la boca del menor con su lengua y se embriagó con el sabor que creía olvidado. Nada se comparaba a los besos que le daba el joven omega. Eran aditivos, dulces pero eróticos con un toque salvaje que lo volvía loco. Al mismo tiempo que besaba a Louis llevó una de sus manos a la zona sur de Louis, ignoró su miembro y pasó directamente al esfínter del menor que al sentir los dedos del mayor separó las piernas para darle mayor acceso.

Estefan empapó sus dedos con el lubricante natural del omega*. Comenzó tantear el orificio del omega quien se dedica a gemir descontrolado pidiendo que continuara. Deslizó con delicadeza el dedo en el interior del chico. Las paredes calientes del omega atraparon el dedo de Estefan quien sintió como su erección comenzaba a doler. Necesitaba penetrar con locura a Louis pero se controlaría no lo haría así, no quería lastimarlo. Le dedicó tiempo a Louis, primero lo penetró con uno de sus dedos, a los pocos minutos utilizó dos, abriéndolos como tejieras, abriendo a Louis. Disfrutando como se retorcía bajo su toque, sintiendo como se llenaba de deseo al verlo gemir sin control, a pedirle más entre gritos, sintiendo como el omega se encontraba complacido por el trato que recibía de su alfa. Pronto se volvieron tres dedos.

Estefan giró el pequeño cuerpo que temblaba como gelatina bajo su toque. Le indicó que colocara el pecho contra la cama mientras se apoyaba en las rodillas exponiendo su entrada, de esa forma pudo llegar más hondo con sus dedos. Aceleró las penetraciones con su mano mientras que recorría la espalada con la otra.

-Más, alfa quiero ¡Mmhgg! Qu-quiero el, el tu-tuyo -dijo entre cortados gemidos el omega.

Estefan luchó contra el alfa que luchaba por salir y cumplir los deseos del omega. Estaba bañado en sudor, por la excitación, los movimientos y sobre todo, por mantener a raya al alfa que luchaba con todo por salir.

Poco faltó para que Louis se deshiciera en gemidos y lamentos. Estaba cerca, y Estefan podía sentirlo, sus dedos cada vez eran más apretados por las paredes calientes de Louis. Cuando el omega encontró la liberación gritó con placer y gozo el nombre de Estefan consiguiendo que el alfa hinchase el pecho de orgullo por haber sido el causante de tal placer en el pequeño cuerpo.

Louis cayó agotado sobre la cama, no pasó mucho para que cayese dormido. Estefan miró su entrepierna y supo que no bajaría con una simple ducha de agua fría. Menos apestando al celo y al lubricante de Louis. Como pudo acomodó al omega sobre la cama para que descansara antes de que llegase otra ola del celo. Por lo general solían durar tres a cinco días.

Una vez acomodó al chico se dirigió al baño para encargarse de su problema. Se deshizo de sus vestimentas y abrió el agua de la ducha. Cuando su caliente piel fue rociada por el agua helada confirmó su teoría, la erección no bajaría con un simple remojón, debía encargarse de manera “manual”. Sin mucho preámbulo Estefan llevó su mano diestra a su prominente erección y comenzó a bombear con furia. Cerró los ojos y el recuerdo de Louis lo llenó por completo. Mordió su labio inferior, esa paja estaba resultando más placentera de lo que esperaba. El olor de Louis lo rodeaba, la imagen del omega retorciéndose de placer lo tenia grabado en la retina, los jadeos, las suplicas, su nombre pronunciado por esos deseosos labios. Toda esa combinación consiguió que Estefan consiguiese su liberación más rápido de lo esperado.

Dejó que el agua recorriera su cuerpo mientras calmaba su respiración. Liberó un largo suspiro cuando se sintió más calmado. Cerró la llave del agua, tomó una toalla, la enrolló en su cintura y salió de la ducha. Se dirigió a la habitación busco un bóxer negro y sin pensarlo mucho se acostó junto al omega para descansar. Louis al sentir la presencia del alfa inmediatamente buscó su contacto y se acurró en su pecho con la cara metido entre el hueco del cuello y el hombro aspirando el característico aroma del alfa.

A la mañana siguiente Louis despertó cansado pero satisfecho. Los recuerdos del día anterior fueron llegando como flashes hasta el momento en que estuvo con Estefan. Su rostro pasó de pálido a todas las gamas de rojo. Miró su cuerpo y descubrió que aun permanecía desnudo. Con prisa salió de la cama y entró al baño. Liberó un jadeo al ver numerosos chupetones en su cuello y a lo largo de su pecho, especialmente cerca de sus pezones. Siguió recorriendo su cuerpo con la mirada, maldijo muchas veces a su omega, el desgraciado había disfrutado más que él. Libero un suspiro. Repentinamente se sintió sucio así que se dispuso a usar la ducha para refrescarse. A los pocos minutos salió sin molestarse en secarse. Buscó entre las gavetas de Estefan algo que usar pero no encontró nada que pudiese quedarle, al final, opto por una franela de algodón negra. La franela le quedaba enorme y le llegaba a la mitad de sus muslos. Sin preocupaciones el chico salió de la habitación para buscar a Estefan y lo encontró donde esperaba, en la cocina, martillándose la cabeza contra el refrigerador.

-Por más que insistas el refrigerador no podrá borrar el recuerdo -dijo el omega sentándose frente a la barra de la cocina.

Estefan giró demasiado rápido consiguiendo un tirón en su cuello.

-¡Maldita sea! -se quejó el alfa por el dolor que comenzó a nacer en su cuello.

-Estás tenso -dijo el chico levantándose de nuevo para acercarse al refrigerador ignorando completamente a Estefan.

Sacó tocino, pan, leche y huevos.

-Siéntate, aguarda y calla. -Fueron las simples palabras que le dedico el omega al alfa.

Louis con bastante agilidad preparó un desayuno simple. Colocó el plato frente a Estefan con tostadas, huevo y tocino junto a un vaso de leche.

El alfa comenzó a comer en silencio una vez Louis se sentó junto a él.

-Por qué actúas tan… distante -preguntó extrañado el alfa.

-Cada vez que me acercó a ti sales huyendo como si tuviera la peste ¿qué esperabas? Nada más al despertar que me abalanzara a tus brazos y te jurara amor eterno -dijo con ironía el menor.

En otro momento lo hubiese hecho, pero Estefan lo había hecho dudar y si ahora quería que el menor volviese a sus constantes acosos debía ganárselo, y a pulso.

-Estas bien ¿t-te lastimé anoche? -preguntó Estefan sintiendo como la culpa caía fuerte y pesada sobre sus hombros.

-Podrías por favor dejar de culparte, puedo oler tu incomodidad -dijo el chico dolido por la actitud de Estefan.

-Claudia y Karen de seguro me odian.

-Si hablas correctamente con ellas, hasta te dan el cielo -dijo Louis encogiéndose de hombros.

-¿Qué tienes Louis? -preguntó ya preocupado el mayor por la actitud del omega.

Louis dejó la tostada en el plato, bajó las manos hasta su regazo y las miró esperando encontrar la respuesta. Ciertamente se sentía diferente, fuera de sí. No tenía muchas ganas de quejarse o de discutir con el mayor, solo quería que lo abrazase y lo hiciera sentir suyo, especial y querido. Pero no, el alfa solo lo había ayudado para que aplacara su celo y no sufriese.

-No soy suficiente para ti, no me anudaste, solo me ayudaste con mi celo por lastima -dijo Louis sintiendo como las lagrimas comenzaban a caer como cascadas por sus mejillas.

Ahora que tenía el celo estaba más sensible y le era complicado controlar sus emociones.

Estefan sintió como su corazón se partía. Se apresuró a tomar la mano del menor y arrastrarlo hasta el sofá para acostarse en él con Louis sobre su regazo. El omega ponía empeño en ocultar su rostro, Estefan respetaba eso pero quería aclarar las cosas rápidamente, detestaba ver llorar a Louis, especialmente si era por su culpa.

-Muéstrame tu rostro -ordenó Estefan usando la voz*.

Louis no pudo resistir la orden. Miró a Estefan con el ceño fruncido, el alfa nunca había usado la voz en él. Se sentía pequeño e indefenso. Su omega estaba aterrada ante la idea de que había hecho enojar a su alfa, tenía la entera necesidad de recompensarlo por su mal carácter.

-No te anudé porque crea que eres menos o que no vales -comenzó con delicadeza Estefan-. No lo hice porque no quería lastimarte.

-Pero…

-Shhh, estaré contigo, solo contigo, en una relación; como tú quieres, pero a cambio no me pidas que me anude contigo. Nos anudaremos cuando crea que estés listo o que ya estas suficientemente grande para recibirme.

Louis miró al hombre incrédulo por unos segundos antes de que su cerebro hiciese click y colocase una expresión soñadora, sin embargo frunció el ceño de pronto.

-Me haré viejo esperándote -refunfuñó Louis haciendo puchero-. Conociéndote ni siquiera me dejaras tocarlo.

-Louis… -dijo en tono de advertencia el mayor.

-Vamos, déjame por lo menos chupártela de vez en cuanto -pidió con un puchero infantil Louis.

-Louis -dijo esta vez en un ronco gruñido el alfa, la imagen de Louis tratando de abarcar su virilidad con su boca se le antojo de una manera bastante fuerte-. Será mejor que regre…

Estefan detuvo sus palabras cuando sintió a Louis encogerse sobre si mismo mientras comenzaba a temblar. El olor a lubricante no tardo en llegar mientras que el característico llamado del omega salía a relucir reclamando la atención de su alfa.

Estefan tiró del cuello de Louis para besarlo fogosamente. Deslizó sus labios hasta su cuello donde mordió con algo de fuerza, sonriendo ante el hecho de que aquello dejaría marca. Deslizó una mano por una pierna de Louis hasta arriba descubriendo con fascinación que el chico no llevaba ropa interior. Sin esperar mucho, Estefan, desde un principio utilizó tres dedos en Louis quien casi gritó al sentirse lleno, aunque su omega quería sentirse aun más lleno, quería a Estefan, lo quería dentro de él.

-Estefan tú…

-No me pidas que te folle -habló Estefan con voz grave y ronca, usando la voz del alfa.

Louis gimoteó lastimeramente, sin embargo asintió, conformándose con lo que su alfa le daba. A los pocos segundos Louis sollozaba incoherencias mientras se balanceaba sobre los dedos de Estefan quien miraba con una sonrisa de lado la desesperación del omega por llegar al clímax. Cuando alcanzó la cima del placer arqueó la espalada y liberó un mudo jadeo antes de caer sobre el pecho del alfa agotado.

-¿Estas bien? -preguntó Estefan acariciando la espalda del menor.

-Estoy tan adormilado que me es difícil pensar o recordar con claridad -balbuceó el menor.

Estefan rió suavemente.

-Es normal, es tú primer celo y no sabes como controlar lo que sientes.

-Te quiero… -susurró el chico antes de quedarse dormido.

Estefan sonrió cuando escuchó los pequeños ronquido que liberaba el menor. Buscó su teléfono con la mirada y agradeció que estuviera en la mesita de la sala. Estiró el brazo y lo tomó. Marcó a su trabajo para informa que no podría asistir a su trabajo porque su omega estaba en celo. Después de un par de bromas de su jefe terminó la llamada. Bostezó y decidió descansar también, no sabía cuando sería la siguiente oleada de celo de Louis así que sería mejor estar preparado.

Los siguientes dos días Estefan la pasó acariciando y besando el cuerpo de Louis quien se retorcía de placer bajo sus caricias. El alfa cumplió su palabra y no fue más allá que solo complacer a Louis olvidando su propia necesidad de penetrar al omega.

Cuando el celo de Louis terminó el omega estaba radiante. Era el último día que pasaría en el departamento de Louis y estaba deprimido, pero se consolaba al pensar que ahora Estefan intentaría tener una relación con él. Unos ligeros toques en la puerta lo sacaron de su ensoñación, pensando en que podría ser alguna de sus madres se apresuró a abrir la puerta mientras Estefan terminaba de ducharse.

La sonrisa de Louis se borró en el mismo instante que se topó de frente con la rubia que recientemente frecuentaba el departamento de Estefan.

-¿Qué haces tú aquí? -preguntó la chica rechinando los dientes.

-Eso debería preguntarlo yo -respondió Louis sintiendo como un gruñido intentaba escapar de su garganta.

La rubia empujó a Louis para entrar al departamento.

-¡Estefan! -chilló la omega.

Louis miró furioso a la omega desde el suelo.  Se levantó y cerró la puerta con un sonoro portazo. Fue detrás de la omega y la hizo girar para encararlo.

-Sal en este mismo instante, antes de que te eche a patas -dijo el chico furioso.

La rubia dejó escapar una ligera risa y miró sardónica al menor.

-Por que debería salir del departamento de mi prometido -dijo con orgullo la mujer.

Louis sintió como algo dentro de él se rompía. Sin poder evitarlo su omega liberó un potente sollozo. La rubia miró impresionada al meno, el chica usaba el llamado, el llamado a su alfa.

Estefan salió del corredor apenas con un pantalón. Se acercó a Louis y lo revisó como desquiciado por todos lados. Louis se aferró a Estefan en cuanto tuvo oportunidad sin parar de sollozar. El alfa miró a la fuente de la angustia de su omega. La rubia tembló en su sitio, Estefan tenía los ojos rojos del alfa.

-¿Qué le dijiste? -preguntó en un potente gruñido.

La chica retrocedió un par de pasos temblando de pies a cabeza.

-L-la ve-verdad, que s-soy tu prome-metida -dijo la chica con miedo sintiendo como su omega se encogía en si misma temiendo por su integridad.

-Lárgate, no aparezcas ante mi presencia. Esa es una estúpida idea de mi padre, yo no me casaré con nadie que no sea el ¿¡quedó claro!?

-S-sí.

La rubia salió tan rápido como entró.

-Louis, pequeño. Olvida lo que dijo Estefany. Yo no quiero estar con ella, no quiero estar con nadie que no seas tú. Me muero antes, ya e probado tu piel, tus besos, e escuchado tus gemidos ¿Cómo podría estar con alguien?

-¿D-de verdad? -preguntó en un sollozo el chico.

-Sí, de verdad. Ahora, será mejor que te lleve a tu casa, hoy iré a trabajar.

Louis intentó caminar pero sus piernas temblaban. Su omega aun estaba nervioso, por un momento creyó que jamás estaría con Estefan.

-Creo que necesito ayuda -dijo Louis con las mejillas rojas.

-Ven -dijo Estefan tomándolo por la cintura para ayudarlo a incorporarse.

Louis dejó que el mayor lo guiase con cuidado fuera del departamento del mayor. Cruzaron el pasillo y se plantaron frente al departamento del omega.

El menor se aferraba al brazo de Estefan, se sentía débil y el pánico que había pasado recién aun no abandonaba por completo su cuerpo. Después de unos ligeros toque en la puerta por parte de Estefan a lo pocos minutos  Karen abrió la puerta.

La mujer miró a ambos sorprendida.

-¿Qué…

-¿Mamá, puedo ir a mi cuarto? -preguntó con la mirada baja el omega menor.

Karen asintió confundida. Louis dejó que el mayor lo guiase. Cuando cruzaron la sala Claudia se abalanzó sobre Estefan.

-¿¡Qué le hiciste a mi hijo!? ¿¡Por qué huele a miedo!? ¡¿Dime que mierda le hiciste a mi hijo?!

Estefan colocó detrás de sí a Louis quien se aferró al saco de Estefan asustado, sintiendo como su omega quería esconderse, el aura que emanaban ambos alfas solo conseguían ponerle los pelos de punta.

Estefan y Claudia tenían los ojos rojos, ambos sacaban a relucir a su alfa. Claudia le gruñó amenazador a Estefan. Louis soltó un gruñido bajo en protesta, estaba amenazando a su alfa, su alfa quien lo había aceptado. Asomó la cabeza y miró con los ojos del omega a su madre.

-Aléjate de él -dijo con una voz suave pero amenazante.

Estefan giró la vista y al ver el estado alerta del Louis se relajó. El chico acababa de pasar su primer celo y no era bueno que tuviese tantas emociones diferentes en poco tiempo.

-Lou, calma -dijo el hombre con voz calmada. Ignoró a Claudia y giró para abrazar a Louis-. Shhh, tranquilo, todo esta bien.

-Alfa, mi alfa -sollozó Louis enterrando su cara en el pecho de Estefan llenando sus sentidos de su olor.

-Sí, ya, calma -dijo el hombre antes de inclinarse y besar la coronilla del más bajo.

El hombre volvió a encarar a Claudia que miraba la escena sorprendida. Karen estaba a unos pasos mas atrás inspeccionando a su hijo desde la distancia.

-Ve con Karen -dijo con suavidad a Louis.

-Pero…

-Ella esta preocupada…

-Pero mis piernas… aun tiemblan -dijo Louis con un puchero.

-¿Por qué tiemblan sus piernas?. No has podido contenerte, es solo un niño -siseó amenazante Claudia.

-El no hizo nada malo -dijo Louis con el ceño fruncido a su madre-. El solo… el solo…

-¿El solo qué? -preguntó Karen acercándose a su hijo.

-Solo usos sus dedos -dijo en un susurro a Karen cuando estuvo frente a él.

-¡Oh! -gesticulo la castaña formando una perfecta “o”-. ¿De verdad? -Louis asintió-. Ya veo, vamos te acompañaré a tu cuarto, tienes dudas ¿no?

-Sí, p-pero Estefan ha respondido lo que podía.

-Yo responderé lo que él no pudo -dijo Karen con una sonrisa genuina por primera vez desde que le había entregado a Estefan su hijo.

Claudia esperó a que Karen se marchara con Louis para hablar con el alfa que estaba frente a ella.

-Habla antes de que te mate.

-No lo e marcado ni lo he anudado, de ahora en adelante lo cortejaré como es debido y cuando este en celo lo ayudaré -dijo el hombre directo.

Claudia apretó los labios. Era lo mejor que podía esperar. En el interior agradecía que fuese Estefan porque otro hubiese sido totalmente diferente con su hijo.

-¿Qué pasará con tu padre? -preguntó la mujer mirando al hombre con dureza.

-De él me encargaré a su tiempo.

-No pongas en peligro a mi hijo.

Estefan asintió antes de acercarse a la puerta.

-Estefan… -llamó la mujer al hombre quien giró-. Gracias por no romperlo -dijo entre dientes.

El alfa solo asintió antes de salir del departamento. Caminó hasta el ascensor y cuando entró en él pasó sus manos por el cabello. No faltaría mucho para que los problemas llegasen, dudaba que Estefany se quedase callada. Pero recordar la hermosa sonrisa de Louis cuando le dijo que lo intentaría le daba las fuerzas necesarias para seguir. Salió del ascensor y se encontró con Eliot. Sintió un gruñido nacer desde el fondo de su garganta, detestaba al alfa era obvio que estaba interesado en Louis.

***

-¿Por qué tienes las piernas tan débiles? -preguntó Karen sentada junto a su hijo en la cama de él.

-Antes de venir, Estefany fue al departamento de mi alfa -dijo Louis-. Ella dijo que era su prometida.

Karen asintió y miró a su hijo preocupada.

-¿Y… y qué dijo Estefan?

-Él se puso furiosos con ella… d-dijo que era idea de su padre no de él.

Karen liberó un suspiro no estaba segura de contarle lo que sabía a Louis sin el consentimiento de Estefan. Acarició su abultado vientre con una mano mientras que con la otra toma la de Louis. “al diablo Estefan” pensó antes de tomar una decisión.

-Louis, el padre de Estefan es alguien con mucho poder, es un sexista terrible, cree que las omegas solo sirven para parir alfas para su casa y detesta sobre todas las cosas a los omegas.

-Mamá…

-escucha, Estefan, por suerte no es el hijo mayor y por ello no es el heredero por lo tanto no recibe tanta atención de su padre, pero en cuanto sepa que uno de sus hijo mancha el apellido saliendo con un omega y no con la perfecta omega que escogió para él se enojará.

-¿Crees que intenté algo contra mí? -preguntó con miedo Louis.

Nunca había comprendido porque Estefan lo rechazaba a causa de su padre pero ahora que su madre le contaba la verdadera razón comenzaba a entender las razones de Estefan.

-Es probable, creo que sea es una de las muchas razones por las cuales no te…

-No me a aceptado antes, no me ha marcado ni se a anudado conmigo -completó Louis.

-Yo no te he dicho nada de esto, Estefan no debe saber que… bueno sabes esto. Quiero que tengas mucho cuidado con quien hablas sobre tu relación con Estefan. Ya me has dicho que el intentará cortejarte, se que te protegerá pero… pero eres mi niño, mi dulce omega y no quiero… -Karen se cortó para dejar salir un sollozo.

Unos golpes en la puerta hicieron enmudecer a los omegas.

-¿Karen? ¿Corazón? ¿Todo está bien? Siento tu angustia -dijo Claudia al otro lado de la puerta.

La castaña acarició la mordida que estaba sobre su cuello y suspiró para calmar sus emociones antes de hablar.

-Sí corazón, es solo que mi pequeño ya tiene alfa pronto me abandonará -dijo con voz resuelta.

Claudia se marchó cuando estuvo segura de que nada malo pasaba dejando a los omegas nuevamente en su conversación.

-Estaré bien mamá. Estefan me protegerá…

-No dudo de él, no después de lo que me has contado. Para un alfa resistirse a un omega en celo es un trabajo imposible.

Louis dejó que su madre lo abrazase mientras se llenaba de su olor a frutilla y flores. Cerró los ojos pensando en Estefan, en las cosas que recordaba de su celo, las palabras de su madre. Se preocupó pero no pudo evitar sentirse feliz, ahora sí tenía una oportunidad con Estefan y nada ni nadie se la arrebatarían; de eso estaba seguro.

 

Información del capitulo:

*Lubricante: Ya lo señalé en la guía omegaverse que coloque al principio pero no quiero gente perdida así que aclaró de nuevo. Los omegas segregan su propio lubricante, esto sirve para que no sientan una gran magnitud de dolor cuando son penetrados o el nudo del alfa expande su interior, aunque también es una zona muy erógena, que reacciona al más mínimo estimulo (dependiendo de la sensibilidad del omega).

*La voz: cuando los alfas usan la voz tiene como reacción la entera sumisión del omega, incluso de betas y alfas más jóvenes o de menor poder.

Notas finales:

N/A: Sé que muchos queréis lincharme pero bueno, la vida real reclama mucho mi atención. Especialmente los exámenes u.u

Bueno, no diré mucho por aquí más que pasen una semana santa especial mientras que yo debo estudiar como loca (¿Por qué yisus? ¿Por qué?)

Gracias a mis amados lectores por estar aquí con esta irresponsable (gomeeen).

Sin más que decir, se despide MidoriUP


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