Y es que es extraño darte cuenta que alguien tan diferente a ti puede llegar a parecerse tanto
¿Cómo es posible que esas pequeñas semejanzas se mantuvieran ocultas por tanto tiempo?
Nada como el calor de medio día en la Aldea de la Arena, Incuso el gran Lee, maestro del trabajo duro y uno de los hombres más resistentes al dolor ya se sentía muy fatigado, pero era mejor hacer rondas a pleno sol por si mismo que estar encerrado con Hinata y Shikamaru esperando que le dijeran a donde ir.
“¿Me pregunto sí aquí habrá albercas? Sería un negociazo a estas horas” se decía el moreno limpiando por vigésima vez el sudor de su frente.
En un rápido movimiento notó entonces algo moverse de forma inusual a lo lejos.
- ¡A trabajar! – gritó antes de correr al objetivo.
En la oficina principal del Lord Kazekage todo parecía marchar casi normal.
- Oye Gaara finalmente me llegaron las… ¿Qué haces allí?- dijo Temari viendo su hermanito metido casi por completo en un cajón de documentos.
- Busco algo.- dijo sin salir de donde estaba.
- Oh bueno, te ayudo, ¿Qué es lo que…?
- Puedo encontrarlo solo.- a Temari le pegó un poco la respuesta pero después de un rato decidió insistir.
- Gaara, sabes que no debes sofocarte con las presiones y puedes pedir ayuda ¿No?
- …
- Bueno, de cualquier modo te dejo los papeles de los pagos que enviaron de la administración.- ponía los papeles mientras notaba al pelirrojo cada vez más desesperado por su aparente falta de éxito en su búsqueda, sabía lo que pasaría y sonrió para sí.
- …
- Compermiso.- Se retiró lentamente y empezó una cuenta regresiva 3..2..1...
- Am…Temari. – dijo con voz tímida pero audible para su hermana.- ¿Sabes dónde están los perfiles de los shinobis de Konoha que solicitamos?
- Sí, claro- se acercó triunfante y luego con un sonrojo dio un brinquito recordando a cierto “problemático” en esos perfiles.- ¿Por qué los estas buscando? ¡¿Acaso es Kankuro quien…?
- Quiero saber cuáles son los horarios de que les asignamos y ver que tanto se adaptan a sus habilidades, es…algo estratégico.
- Ah, sí …y este ¿Por qué de pronto la duda? ¿Eh?- Decía aún dudosa la rubia.
- …-se cansó de responder y volvió a hundirse en el cajón.
- Está bien, ya mismo te los doy tu solo, siéntate y revisa los otros que dejé en la mesa que son más importantes.
Después de un lapso de tiempo corto él terminó de revisar y sellar lo que su hermana le había dado y ella enseguida le dio un folder con lo que necesitaba, mientras ellas pedía con todo su ser realmente los pidiera por lo que había dicho.
- Bueno, ya me retiro, estaré cerca por si me necesitas.
- Sí, gracias.
Y tras eso sus ojos se hundieron primero curioseando los papeles en general de todos pero se concentró completamente al llegar al perfil que realmente le interesaba, su contenido era tan particular como su dueño, mientras que Gaara recortaba que en su perfil propio tenía el diagrama de habilidades casi completamente equilibrado y simétrico el de Lee era una forma llena de picos exagerados con puntos completamente vacios o muy bajos y otros rosando por completo el nivel máximo.
- Taijutsu ++10, Genjutso 0, Ninjutsu 0, Uso de armas +9, Resistencia +8, Ataque +10, Técnicas de espionaje 3, Infiltración 2, Fuerza +10,Velocidad +10.- decía en un hilo de voz- No podrían estar más a los extremos estos datos. ¿Será que eso lo afectó en su pasado?
Luego vio un poco el historial general de sus misiones notando que en sus inicios no destacó absolutamente nada, de hecho sin temor a ser severo era malo, de pronto mejoraron en rango y en resultado de forma exagerada, entre “parientes que se destacaran por su carrera shinobi” había un espacio completamente vacío caso completamente contrario al de “lesiones pasadas” que apenas parecían entrar de modo apretado en el espacio, pero sorprendentemente en ninguna había un numero “3” que normalmente era un indicativo de que de algún modo esto afectaba su nivel y desempeño, la mayoría tenían un cero o un “1” si acaso como indicativo de cicatriz notable sin mayor problema.
“Hice mal en busca esto, me trajo más dudas que respuestas”
- ¿Pues qué respuestas buscas?- decía Kankuro entrando con otro tipo y sorprendiendo a Gaara que no se percato de que eso último lo había dicho en voz alta.
- N..nada, solo decía.
- ¿Qué observas? – se acercó muy rápidamente Kankuro y acto reflejo la arena de Gaara lo empujaron lejos de sí, no agresivamente pero si con fuerza.- ¡Hey! ¿Por qué la rudeza?
- Lo siento, involuntario.- realmente no entendía por qué lo había hecho.
- No hay problema, solo no lo hagas frente a los nobles o se asustarán.
El día tras su algo fallida búsqueda se fue rápido por lo que decidió regresar pronto a su casa y al salir casi de allí pudo percibir un aroma familiar, volteó al suelo para ver unas gotas de sangre, era una estupidez lo que estaba dispuesto a hacer pero, no perdía nada, siguió el rastro de sangre hasta la puerta principal del hospital. No se decidía por entrar o detener su nada útil rastreo de sangre, algo en ese olor le resultaba súper familiar, entonces sabiendo que se quedaría con la inquietud, hiso lo más prudente, entrar y preguntar de forma casual a la enfermera de recepción.
Entro, el lugar estaba vacío y callado ¡Gracias a Kami-sama! Porque Gaara no quería ser visto como lo solían voltear a ver los aldeanos, con cierto aire de admiración que no sentía que mereciera.
La única allí era una enfermera ya de años con gafas enormes y rostro amable.
- Buenas noches Lord Kazekage, ¿a qué debo su visita?
- Esto, iba pasando, ¿sabe usted a quien pertenece esa mancha de sangre de la entrada?
- ¿Mancha? – Se levantó de su asiento y camino hacía ese punto.
- Oh no se preocupe, es de un ninja, es extranjero la verdad no me fije de que aldea, pero vino por su propio pie y está fuera de peligro, ahora mismo descansa completamente alegre en la sala 3.
“¿Extranjero?¿Completamente alegre?”
- ¿Puedo?
- Pues…no veo por qué no.
Abrió la habitación para encontrarse justo con quien imaginaba.
- ¡Uh! Gaara ¿Qué haces aquí? ¿Te lastimaste o algo?- preguntó como si nada el pelinegro sentado en una de las camillas mientras bajaba la libreta que leía
El pelirrojo respondió negativamente con la cabeza mientras se acercaba con movimientos tímidos.
- Me alegro.
El pelirrojo lo recorrió a Lee con la mirada en busca de la herida y fue hasta que llegó a el tobillo derecho, que en lugar de tener su característico calentador naranja llevaba una venda que mantuvo la vista allí.
- Ah sí, eso, una bola de rufianes que asaltaban cerca de la entrada de la aldea, todo iba bien pero un sexto que no estaba allí me atacó y como parecía aldeano y no salteador no lo había notado, me pilló. Pero fue un rasguño solo que mis piernas sangran dramáticamente cuando las hieren.
Gaara aún tenía un rostro de desconcierto.
- Pero no hay de qué preocuparse.- continuo Lee ante el silencio del chico.- Todo al final se resolvió, los chicos están tras las rejas y la aldea segura, aparte de este pequeño imprevisto no hubo ningún daño a nadie.
- Está bien.- se redujo a contestar después de un rato.
- Oye ¿Quieres sentarte?- Dijo Lee incomodo por el silencio y preguntándose ¿Por qué eL Kazekage estaba allí?, solo, sereno y silencioso. El joven de ojos jade se sentó en el banco al lado de la cama en la que estaba el cejudo.- Y ¿Cómo va tu día?
- No muy ocupado.
- Ya veo, ya debes estar acostumbrado, a mi me gusta mucho leer informes y esas cosas pero no me gusta mucho lo de tomar decisiones, supongo que es parte de ser alguien con sangre caliente, suelo pensar que mis decisiones pudieran ser demasiado extremas.
- Tampoco a mí se me da muy bien en realidad.
- Pero por fortuna tienes a tus hermanos, ellos se ven buenos estrategas, a decir verdad yo siempre quise tener hermanos.
- ¿No tienes ninguno?- preguntó agradecido en su mente de que Rock Lee fuera tan bueno llevando una plática con alguien con él, porque francamente eso quería, conversar con alguien sin sentir la presión de participar demasiado.
- No, no lo tengo, pero bueno, supongo que mamá se habría vuelto loca con más chicos con tanta vitalidad como yo.
- ¿Tu familia se parece a ti?
- Bueno, no me parezco físicamente en nada a mi madre más que en lo obscuro del cabello, me parezco mas a mi abuelo materno, y en personalidad, creo que solo en la sensibilidad de mi madre.
- ¿Y de tu padre?- se volvía más participativo Gaara tocando un tema que casi nunca había abordado con tanta ligereza.
- No tengo, bueno, mi mamá decía que murió antes de que yo naciera pero no lo conocí.
- Pero el hombre en los exámenes…
- ¡Hahaha! ¿Guy –sensei? Sí tal como lo dije es mi querido sensei, nos parecemos un poco pero mayormente por que yo intento copiar su estilo, no somos parientes ni nada, aunque admito que fue como un padre.- decía Lee con una sonrisa que opacaba al sol.
Gaara se quedó pensativo e internamente con un tanto de sorpresa.
- ¿Sabes? – continuo el cejudo.- Yo debo mis habilidades a mi instructor, la verdad es que por mi cadencia de habilidades en algo más que no fuera Taijutsu nadie en la Academia tenía fe en mi, jejeje me parece que ni aún cuando salí de ella, pero es cuento pasado.
- Lo sé.- respondió de forma involuntaria.
- ¿Cómo?- respondió perplejo.
- Nada, quiero decir, comprendo eso de que la gente no tenga fe en uno.
- Sí, Guy –sensei dice que esas heridas duelen pero con la fuerza apropiada te ennoblecen.
- Es raro, la primera impresión que me diste es muy diferente de lo que me dices. Pensé que no podías ser más opuesto a mí.- pronuncio sorprendiendo a Lee.
- Te creo.- empezó a bufar el moreno entrando en confianza.- Tus ojos son súper pálidos y los míos súper obscuros, tu mirada es rasgada y la mía redonda, tu cabello es rojo y alborotado y el mío lacio y negro, mis cejas muy llamativas y las tu…ups!- se detuvo el moreno sintiendo que su broma se había pasado un poquito y se sonrojo.
Gaara no pudo hacer más que reírse, de forma discreta y cubriéndose la boca ante aquello, era algo que nunca había hecho, se reía de si mismo.
Por otro lado Lee después de asimilar la idea de que Gaara, sí ¡El mismísimo serio y sepulcral Gaara se estuviera riendo de su descuido! También hecho a reír con él.
Y así esa tarde sin sospecharlo se convertía en el inicio de algo especial