Pasó más o menos una semana.
No todo es lindo. No todo dura para siempre. Cada vez se notan más las intenciones de Shinoa en acercarse a Yuu-chan, y me entristece saber que no podré besarlo más, que no podré abrazarlo más... pero a fin de cuentas solo es una actuación, ¿no?
—Mika, necesito decirte algo muy importante en el receso—, me dijo Yuu-chan con las mejillas notablemente sonrojadas, después me dio un beso en los labios y se sentó a un lado de mí.
—Claro—, le sonreí, pero no seguimos hablando pues la campana sonó y pusimos atención a las clases.
Se notaba realmente nervioso cuando salimos a almorzar. El sonrojo no desaparecía de su rostro.
—P-primero hay que comer.
Le hice caso y comenzamos con nuestros alimentos, sin embargo no hubo palabra alguna.
Cuando terminamos, Yuu-chan parecía pensativo, pero después de un largo rato con esa expresión, dejó salir un suspiro, tomó mi mano y me llevó al la parte alta de la escuela, en donde casi nadie está.
—Mika, y-yo... qu-quiero decirte algo muy importante.
A decir verdad verlo así de nervioso y sonrojado, me hacía pensar que tal vez querría decirme que le gusto. Pero eso es una tontería, no debo hacerme ilusiones. Sé que le gusta Shinoa.
—¿Si?
Se mordió el labio, parecía realmente nervioso.
—¿Qué sientes por mí?
Esa pregunta me tomó por sorpresa, hasta abrí mis ojos como si fueran dos platos redondos.
—Y-Yo...
—Olvídalo. Antes quiero que me jures que no me vas a mentir, yo también te lo voy a jurar.
Me quedé callado unos segundos, no me moví ni me atreví a hablar. No quiero decirle lo que siento.
—No puedo jurarte eso, no sé si en el futuro tenga que mentirte.
—Al menos prométeme que hoy no me vas a mentir para nada. Sé que hay veces en las que mentimos, es normal, todos lo hacemos, pero prométeme que hoy intentarás no hacerlo.
Asentí con duda.
—¿Q-que sientes por mí?
—B-bueno, eres m-mi mejor amigo, y...
—Eso es lo que se supone que somos, pero dejando eso de lado, ¿Tú qué sientes por mí?
—y-yo...
—¡Yuu!
Shinoa había aparecido.
—Shinoa...—dijo extrañado y... ¿Fastidiado? Yuu.
—Yuu, me rindo, lo siento, s-siento todo lo que te hice, d-dime por favor que no salen, que solo quisiste darme mi merecido, p-por favor... Y-yo...
—No te preocupes, Shinoa, no estamos saliendo—, la interrumpí al momento en que me acerqué a ella, quise intimidarla para decirle todo lo que quería que supiera sobre Yuu-chan—. Él te sigue queriendo, ¿sabes?, pero te diré algo, si v-vuelvo a ver una lágrima en Yuu-chan por tu culpa, te haré la vida imposible...—¿Tartamudee? Muchas veces había dicho ese tipo de oraciones diciendo que si le hacían algo a Yuu-chan, se las verían conmigo, además de haber intentado intimidar a alguien por él.
—Tu... Estás...—Entonces sentí mis lágrimas caer por mis mejillas. Hice un gesto para que guardara silencio. Por suerte Yuu-chan está de espaldas a mí.
—¿Le harás daño?
Ella negó.
A decir verdad este... Plan no sabía si podría funcionar, pero me alegro por Yuu-chan.
—Estás advertida.
Quité con brusquedad mis lágrimas y me acerqué a Yuu-chan, quien tenía una mirada confusa, como si no pudiera creer lo que acababa de pasar.
Me paré justo al lado de él, de hombro a hombro, y tomé su cabeza.
—Me alegro por ti, Yuu-chan...—alboroté un poco su cabello, y me retiré.
—Mika, espe...
—Y-Yuu... Yo...
Ya no escuchaba nada, bajé corriendo hasta llegar al baño.
Mi respiración estaba entrecortada, me miré en el espejo. Me veía notablemente triste; pero no quería llorar. Desde el principio supe que Yuu-chan no me amaba, ¿Por qué me siento así?
Mordí mi labio con fuerza, y no dejé caer ninguna lágrima.
Estuve así un rato, hasta que me sentí seguro de poder retener con más facilidad cualquier lágrima.
Lo que había hecho anteriormente con Shinoa, lo hice porque Yuu-chan me pidió que me comportara con él como lo hacía hace años, e intenté sonar sobreprotector.
Como sea, volví al salón después de cinco minutos cuando el maestro ya estaba allí. Vi que Yuu-chan estaba sentado en el usual lugar donde nos sentamos juntos, guardando el otro, que supe era para mí.
Sin embargo, con la mirada busqué a Shinoa, se le veía enfadada. Me acerqué a ella.
—¿Puedo sentarme hoy aquí? Humm... Sirve que estás con Yuu.
Ella me vio con sorpresa, pero asintió y se paró. No quise mirar si Yuu-chan la veía con felicidad o no, simplemente me recosté en mi lugar, y esperé a que terminaran las clases; por primera vez en mi vida no puse atención alguna.
Al fin sonó la campana, y tomé mi mochila que había dejado en el lugar donde se había sentado Shinoa, me iba a retirar pero sentí que jalaban de mi brazo, era Yuu-chan.
—¿Podemos hablar un momento?
—P-pero deberías de estar con Shinoa.
—Deja eso de lado, ¿si? No te dije lo que quería... Además te prometí no dejarte de lado.
—Es que... M-me siento un poco cansado....—había bajado mi mirada en todo momento. A decir verdad me duele un poco hablar con Yuu-chan.
Pero, a pesar de todo, me dolió más cuando supe de su relación apenas.
Ese día lloré mucho, y me prometí ayudar a Yuu-chan cuando se sintiera mal o tuviera problemas.
—Mika, por favor.
—Mañana podemos hacerlo.
Me fui corriendo.
Tenía tantas ganas de correr, hacerlo me haría olvidar que tenía lágrimas que querían salir despavoridas por mi rostro.
Llegué a un parque... Me senté en una de las bancas, tiré mi mochila por ahí, mi rostro lo apoyé en mis manos, y mis codos en mis piernas.
No quería llorar... solo me puse a pensar, a intentar olvidar todo lo que habíamos pasado Yuu-chan y yo.
De un de repente tapé mis ojos. Las lágrimas estaba aún más afuera.
Y sentí que alguien jalaba mi cabeza, y sentí que la acomodaba en sus piernas, mientras que acariciaba mi cabello.