El día anterior ha sido uno de mis días favoritos, si no es que el favorito. No puedo comparar nada el escuchar de la boca de la persona que amo desde siempre, decirme que también me ama; esa declaración si bien fue demasiado larga, y extraña, es la mejor. Bueno, a fin de cuentas se trata de Yuu-chan.
Caminaba hacia la escuela, no sabía si esperar o no a Yuu-chan, así que me fui directo.
No me puedo creer aún que Yuu-chan y yo seamos novios, es uno de mis más profundos y hermosos sueños hecho realidad.
Cuando llegué al aula, me senté en mi lugar usual, donde me siento al lado de Yuu-chan.
Esperé un rato a que llegara, y me di cuenta cuando Yuu-chan estuvo en la escuela pues es muy dado a hacer escándalos.
—¡Mikaela, no me esperaste!—gruñó sentándose en su lugar—. Llevamos un día como pareja y ya me dejas—, hizo un puchero. Me encantó esa oración, joder, podría vivir siempre escuchando a Yuu-chan decir que somos algo más que simples mejores amigos.
—Lo siento, Yuu-chan, no sabía si esperarte o no.
—Es que me gusta venir contigo tomando tu mano—, mencionó sin dejar de hacer su puchero tierno y con un lindo sonrojo.
No pude resistirme y pellizqué sus mejillas—. Eres tan tierno—. Deposité en sus labios un casto beso, y luego comenzamos a conversar un rato.
Las clases comenzaron. A la hora del recreo. Yuu-chan hablaba con sus amigos, al parecer le dijeron a Yuu-chan si podían hablar un momento. Me decidí también a ir con mis amigos.
A la mitad de la hora del almuerzo, Yuu-chan me buscó, así que me despedí de René y Lacus para ir con Yuu-chan.
Ellos me agradan, son con los únicos que he hablado sobre mi amor hacia mi Yuu-chan, y a pesar de que casi no nos juntamos, no me hacen de menos cuando les hablo.
—Mika, ¿Quieres ir al cine hoy?—me preguntó Yuu-chan mientras nos dirigíamos a la parte alta de la escuela.
—Claro.
—Me han invitado Kimizuki y Yoichi, pero como apenas hemos comenzado a salir, también quiero pasar tiempo contigo.
Solté una pequeña risa, y abracé a Yuu-chan.
—No te preocupes por eso, tenemos aún mucho tiempo para nosotros dos.
—Pero quiero ir contigo.
Besé su frente.
—Eso cambia todo, y también me hace feliz—, ambos nos sonreímos mutuamente—. ¿Qué película es?
Hubo un corto silencio que me hizo entender que Yuu-chan no sabía.
—Lo siento.
Reí—. Está bien, no te disculpes.
Después de eso, nos besamos hasta que el descanso terminó. Adoro tanto besar a Yuu-chan.
Cuando nos dirigíamos al salón, pude notar que Shinoa se veía un poco triste, pero una chica rubia de otro grupo hablaba con ella, haciendo que tuviera una sonrisa en su rostro; eso me alegra. A pesar de haber tenido todo un año a Yuu-chan para ella, no le deseo el mal.
Después de sonreír viendo aquella escena, puse atención a las clases que faltaban, para cuando saliéramos de la escuela, ir a mi casa y pasar por Yuu-chan a su casa, de donde partiríamos al cine.
Una vez que llegamos al cine, pasó un horrible imprevisto para mí... era una película de terror. Pensé seriamente en hacerme el enfermo, pero también quería pasar tiempo con Yuu-chan.
—Mika... si quieres podemos venir otro día.
Negué con la cabeza, tomé su mano, y me adentré a la sala correspondiente, donde los amigos de Yuu-chan ya habían entrado.
—Joder—, murmuré después de quince minutos viendo la pantalla grande.
—Mika, podemos irnos si quieres.
Negué con la cabeza—. S-solo habla con tus amigos, no te preocupes por mí Yuu-chan—, le intenté sonreír.
Él me vio inseguro, pero hablaba con sus amigos. Según lo que me contó Yuu-chan, le ayudará a sus amigos a declararse, ya que sabe que ambos sienten lo mismo; ademas Kimizuki le pidió ayuda para eso.
Otros quince minutos pasaron, ya ni siquiera comer palomitas me mantenía a raya. Gritaba cada que sentía que pasaría algo malo, y luego sentí que tomaban mi mano, por ende casi salto y me caigo, pero era Yuu-chan.
—Mika, tranquilo.
Me acomodé y le miré. Sus ojos me tranquilizan mucho.
Puso sus manos en mis mejillas—. Solo mírame a mí—, no querría ver otra cosa que sus esmeraldas. Luego de eso, sentí sus labios en los míos, y hubiera seguido correspondiéndole de no ser porque se escuchó ese típico ruido de que algo malo ha pasado.
—Lo siento, sé que estoy arruinando tu estadía aquí—, mencioné tartamudeante, poniendo mis manos en mis oídos.
—No digas eso, en dado caso debería de pedirte disculpas yo, ya que sé que no te gustan estas películas.
—Pero no sabías que—, hice una pausa—que sería una película de terror.
—No importa, debí de poner atención... ¿Sabes? Mejor hay que irnos—, acarició mi mejilla y se paró, a lo que lo imité.
Se dirigió a Kimizuki y Yoichi, quienes platicaban amenamente.
—Chicos... me tengo que ir, lo siento...—comenzó Yuu-chan—. Pero, bueno... Yoichi, a ti te gusta Kimizuki, ¿no es así?—sonrió con diversión mi lindo azabache.
Yoichi no dijo que sí, pero tampoco lo negó, por lo que causó que Kimizuki se sonrojara levemente.
—Y, bueno, a Kimizuki también le gustas, véanse a los ojos y díganselo ya—, rió. Ambos chicos cruzaron su mirada, y cuando lo hicieron Yuu-chan empujó sus cabezas, causando un beso entre ellos. Posterior a eso, tomó mi brazo y salió corriendo junto a mí. Una vez fuera de la sala, me atrajo a su cuerpo y me abrazó.
—¿Sigues sintiéndote incómodo?—él sabe que tardo en recuperar mi compostura después de ver una estúpida película así, por ende agradezco este gesto de él. Me aferré a Yuu-chan, asintiendo con la cabeza
—Gracias—, le dije.
—No me agradezcas, más bien discúlpame.
No dije nada, solo quería olvidar lo que había visto; odio temerle a ese tipo de cosas cuando nunca me ha pasado algo paranormal. Yuu-chan acariciaba mi cabello, así estuvimos unos largos minutos, hasta que me separé de él para darle a entender que ya estaba normal.
—Ven, vamos a caminar un rato—, tomó mi mano, para después comenzar un camino a donde fuera.
Me alegra tanto haberle ayudado a Yuu-chan, creo que jamás podré negarme a ayudarle en otra cosa.
Gracias por haberme dado una oportunidad de demostrarte mis sentimientos, Yūichiro. Más feliz no puedo estar, pese a esa película que no terminamos de ver. Te amo.