Hoy, jueves, Yuu-chan se atrevió a besarme en los labios entre clases. Siempre habían sido solo abrazos o besos en la mejilla. Solamente eran en los labios cuando salíamos de la escuela.
Pero me dejé llevar.
Tomó mi mano y salimos, costumbre se hizo. Me besó, pero no alcancé a ver salir a Shinoa; tal vez quiere hacerlo parecer más real.
Puse mis manos en su mejilla correspondiendo al beso.
Nos besamos varias veces más, hasta que después de unos minutos nos separamos.
—Y-yo... ¡Vamos a m-mi casa!—él... estaba sonrojado...
Por un momento llegué a pensar que me había besado porque le había nacido, pero estoy seguro que solo lo hace por Shinoa; me gustaría saber que se siente que Yuu-chan quisiera besarme o abrazarme.
Siempre he sido yo quien lo abraza, desde niños lo he hecho, también, recuerdo que le daba besos en la mejilla y cosas así, pero le molestaba y conforme crecíamos dejé de hacerlo.
Estábamos en su casa, comimos allí, pero Yuu-chan no quitaba su mirada de mí.
—Mika, deberíamos de hacer la tarea—. Estábamos en su cuarto, estaba prendida la televisión.
Comencé a reír—, ¿Yuu-chan quiere hacer la tarea?—mi risa se hizo más escandalosa. Adoro verlo enojado, con un puchero en su rostro. Es realmente adorable.
—¡Que no te rías y mejor ayúdame!—me lanzó una almohada.
—Está bien—, dije sobándome en donde me había pegado y sacando lo que ocupaba de mi mochila. Yuu-chan hacía lo mismo.
—Oye, Mika...—. Teníamos rato sin hablar. Creí que tenía duda en algo, pero lo que me preguntó me sorprendió—, ¿Nunca te ha pasado... que quieres ser alguien mejor por una persona que siempre ha estado contigo?
—Claro, yo quiero ser una mejor persona para Yuu-chan—, dije sin pensar. Me sonrojé—. E-es decir... e-eres mi mejor amigo, y quiero que estés contento de tener a un buen mejor amigo...—No... en realidad me gustaría que estés orgulloso de mí, y que por mi actitud contigo, y mi voluntad, te fijes en mis sentimientos; quiero que estos lleguen a ti, Yuu-chan.
—Mika, me siento feliz de tenerte a mi lado—, Yuu-chan pasó su brazo por mi cuello.
—Eso me alegra mucho—, respondí.
Nuestras miradas se conectaron por unos largos segundos, yo podría haber visto sin aburrirme los ojos de Yuu-chan por más de dos horas; pero sentí la mano de Yuu-chan en mi mejilla.
—¿Puedo... p-puedo besarte?
Eso me tomó por sorpresa, y sentí mis mejillas arder, pero en cuanto tuve el valor de hacer algo, me atreví a asentir.
Sentí los labios de Yuu-chan en los míos, brindándome un beso duradero, pero que después se convirtieron en varios besos, y donde Yuu-chan pasó sus manos a detrás de mi cabello, mientras que yo lo tomaba en un abrazo.
Así podríamos haber seguido, pero me separé porque noté que comenzaba a oscurecer, y mi mamá podría enojarse.
Sentía mis labios hinchados, y los de Yuu-chan estaban igual, además de rojos. Se veían apetecibles.
A decir verdad nunca me esperé que Yuu-chan y yo nos besáramos por tanto tiempo; siempre pensé que sería un sueño imposible. Pero, es que ni siquiera sentía el tiempo al roce de sus labios con los míos.
—L-lo siento... n-no sé lo que me pasó—, Yuu-chan bajó la mirada.
—No te preocupes, no me ha molestado—, sonreí; lo que me molestó fue lo que acababa de escuchar. No es que me haya molestado, más bien me ilusioné para luego recordar que solo somos amigos.
Yuu-chan abría la boca y luego la cerraba. No sabía que decir, era notable, al igual que era notable su nerviosismo.
—Mañana nos vemos, que descanses, Yuu-chan—, revolví sus mechones rebeldes, y me dispuse a ir; pero sentí que Yuu-chan jalaba de mi camisa, y me daba un abrazo. Me sorprendió. Hoy me sorprendió mucho. Claro, al sentir sus brazos rodearme, le correspondí.
—Tú también descansas, Mika—, Yuu-chan se separó de mí, pero volvió a tomar mi camisa—. Mañana quiero hablar de algo importante contigo.
—Bien, ¿Qué te parece si mañana vamos a la cafetería que está a dos calles de la escuela?
Yuu-chan asintió con la cabeza. Volví a despedirme y me marché a mi casa.