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VERDAD O RETO....EL COMIENZO DE UNA HISTORIA por Mayuuki

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Capítulo 3: Esto... ¿Qué es?

 

Después de pensar un poco, el rubio removió del cuerpo de Near su camisa, y lo besó; pero esta vez, lo hizo un poco confuso, el otro al notar esto, reforzó el agarre al cuello del rubio, haciendo que el beso se volviera un poco más intenso, algo que volvía locos a ambos jóvenes; sentían como su cuerpo empezaba a calentarse y como deseaban cada juntar más sus cuerpos

-Creo que no deberíamos....-susurró el mayor sobre los labios del otro.

-Mello... ¿Qué es lo que te preocupa?, hace un rato estabas seguro de esto- fue lo que respondió Nate con un tono entre comprensivo, decepcionado y serio.

-Lo que me preocupa....es...Eres tú...-Escupió sus últimas palabras.

-Estaré bien, aunque...-fue interrumpido por un beso el cual correspondió.

-No importa...si los dos estamos seguros de esto...Entonces no hay problema, ¿no es así?- dijo Mello con un tono demasiado seductor, haciendo que el rostro del pequeño enrojeciera.

Near solo asintió.

Los besos del oji-azules  fueron bajando lentamente por el cuello del menor, succionando y lamiendo lentamente cada fracción de piel que su boca encontraba, dejando una que otra marca, y así fue bajando hasta su pecho, en donde se detuvo para ver la cara de Near, la cual estaba sonrosada y un poco sudada, mientras trataba de regular su respiración; después de ver una de las mejores imágenes de su vida, empezó a jugar con aquellos pezones; uno lo atendía con sus labios y el otro con una de sus manos.

Near jadeaba y se retorcía debajo del otro, no podía hacer nada más, ya que, aunque le deba vergüenza,  era más que obvio que se estaba excitando y demasiado.

Mello siguió bajando por su abdomen y empezó a lamer su ombligo, simulando embestidas, también mordisqueo su contorno, un tanto fuerte, haciendo que sangrara un poco, sin duda eso tardaría en quitarse de la sensible piel del albino.

 El menor sentía que se volvería loco, el rubio lo estaba torturando, estaba utilizando mucha paciencia al darle el placer que estaba experimentando, cada que sentía la lengua de él, explorando su cuerpo, se preguntaba; Si esto es sólo el principio, ¿Cómo se sentiría más adelante...?.

-¡Mngh...!-un gemido salió de su boca, Mello había metido su mano debajo de su ropa interior y había empezado a moverla, mientras se entretenía con sus pezones.

El mayor siguió haciendo su trabajo por unos momentos hasta que pensó que tal vez ya debería avanzar más.

-Near... ¿Seguro que puedo seguir?

 Vio como asentía, haciendo que sintiera un poco más de seguridad al hacer suyo a aquel cuerpo debajo suyo. Así que, como siguiente movida, removió toda prenda encima que le quedaba al oji-grises, lanzándola a algún lugar de la habitación.

Nate estaba demasiado sonrojado, se sentía expuesto ante la mirada de Mello, prácticamente se lo devoraba con ella. No podía creer que estaba a punto de convertirse en uno con la persona que decía despreciarlo...

-M-Mello...-llamó a su compañero, haciendo que quitara su vista de su cuerpo, para encontrarse con esos dos grandes ojos grises.

No hubo necesitad de preguntarle que quería, sabía que el otro le estaba indicando que continuara. Y así lo hizo, empezó meter un dedo en su entrada, lentamente.

Near no pudo evitar soltar un quejido, dolía, poco, pero dolía; pronto se fue acostumbrando a esa invasión, cosa que fue notada por Mello, haciendo que introdujera otro dígito en su interior, moviéndolos en tijeras y círculos.

 Los gemidos no se hicieron esperar, como había pensado, el rubio lo estaba haciendo que perdiera la cordura, aparte de que sus dedos lo invadieran, otra mano estaba atendiendo a su miembro y sus labios, estaban en su cuello.

-Es...s- suficiente...continua...

Esa frase lo había inquietado más, estaba desesperado, había un pequeño problema entre sus piernas que necesitaba ser atendido...

-¿Seguro? Sabes que lo que viene te dolerá aún más, ¿no?-dijo con la poca conciencia que le quedaba, sin dejar de hacer su “trabajo” en ningún momento.

-...Claro...no seas tan lento, no creo... que sea justo... que solo yo...reciba placer aquí...- entrecortadamente el albino, le respondió con las únicas que harían que el otro avanzara con ese lujurioso encuentro.

Mello no lo dudó más, removió sus dedos de la entrada del otro, se quitó rápidamente sus pantalones junto con sus bóxers, liberando a su “pequeño” miembro, lo cual, asustó a Near, no quería saber cómo es que eso, podría entrar en algo tan estrecho, así que cerró fuertemente sus ojos, esperando a ser penetrado por el otro.

El rubio no notó las acciones del otro, estaba un poco perdido pensando en que tanto le iba a doler al otro, pero, no se contuvo más y se introdujo en el menor de una sola estocada, haciendo que este gritara un gemido.

-¡Eres...un bruto...!-reclamó el oji-grises tan violenta embestida.

-Shh...Pasará...

Si antes la imagen del chico debajo, le pareció única, esto era mejor; un Near con la respiración entrecortada, muy sonrojado y con pequeñas lágrimas en los ojos, no se veía todos los días.

Para distraerlo del dolor, empezó a atender el miembro del albino, moviendo su mano de arriba a abajo, rápidamente. Lo cual funcionó ya que empezó a sentir como el menor empezó a mover su cadera, así que Mello empezó a moverse con un lento vaivén.

Near gemía y se aferraba a la espalda del rubio, todavía dolía, pero esto estaba desapareciendo, haciendo que el otro decidiera moverse más rápido, sin dejar de mover su mano.

Aumentando la velocidad y fuerza, el oji-azul encontró aquel punto que haría que el albino llegara a la cima, haciendo que las uñas de Near se enterraran en su espalda. La habitación completa estaba sumergida con aquellos sonoros gemidos, hasta que un sonido extraño los sacó de su transe.

-¿Quieres que vaya a ver?-preguntó el rubio, con la intención de salir del interior del menor.

Near negó.

-Si llegara a ser...un ladrón, lo sabríamos, ya que...-Mello no quiso saber más así que para silenciarlo lo besó de una forma hambrienta y desesperada, haciendo que sus lenguas se entrelazaron y pelearan en sus bocas.

Y así se la pasaron hasta que ambos, besándose y sumergiéndose en el placer hasta  llegar al clímax, dejándolos completamente exhaustos.

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Los primeros rayos del sol empezaban a entrar por las ventanas; aún con la cortina cubriéndolas, haciendo que el albino se despertará y viera el atractivo rostro durmiente del rubio, mientras lo abrazaba fuertemente, haciéndolo sonrojar al recordar lo que había pasado aquella noche, se movió bruscamente al intentar separes, acto que hizo que Mello se despertara.

-¿Qué pasa?- preguntó Mello con la voz adormilada.

-P-perdón- se disculpó, algo que se sentía extraño ya que era la primera vez que lo hacía.

El oji-azules solo lo volvió a abrazar nuevamente.

-Será mejor que nos metamos a bañar-susurró el albino cerca del oído del mayor.

-¿Eh?

Near no respondió, solo agarró a Mello del brazo y lo jaló hasta el baño donde lo encerró.

Después de hacerlo, fue rápidamente a buscar ropa para él y su compañero, mientras este último le gritaba para que lo dejara salir.

-Ya voy, ya voy-fue la única respuesta del oji-grises antes las súplicas (gritos).

Ya que tuvo lo necesario regresó al sanitario.

-Pequeño enano...-susurró el rubio, molesto-¿¡Por qué me encerraste!? Aunque... no importa, de todas formas, tendré que castigarte...- con una mirada picara y a la vez cruel, tomó las manos del menor con una de él y las puso arriba de su cabeza,  empezando a hacerle cosquillas a Near mientras lo besaba, de esa forma, haciendo que empezara a quedarse de aire.

 -¡Eso no fue justo!- reclamó el albino como un niño pequeño haciendo un leve puchero.

A Mello le dio gracia  ver a Near haciendo esa cara, luego recordó que estaban en el baño, así que lo jaló hasta la regadera mientras la abría y dejaba que los mojara volviendo a juntar sus labios, pero, Debían bañarse rápido ya que sus amigos llegaban cuando se les diera la gana.

-Date la vuelta, por favor- dijeron ambos al unísono, haciéndolos sonrojar, al mismo tiempo que  se volteaban y bañaban.

Se sentía raro el estar juntos y a la vez no, al momento de enjabonarse se voltearon al mismo para darse otro beso pero este fue más largo y apasionado que el primero que se habían dado cuando entraron al baño.

Se secaron y vistieron, mientras estaban a punto de darse otro beso, escucharon el timbre haciendo que se separen, saliendo a recibir a quien sea que haya llegado, aunque la respuesta era obvia.

Mello miró por el picaporte y sí, estaban en lo correcto, eran ellos.

-Hola-saludó el rubio a sus cuatro amigos, un poco enfadado por la interrupción.

-¡Hola!-respondieron los jóvenes con tono energético.

-¿Porque tardaron tanto en abrirnos?- preguntó el oji-rojos.

-Es que me estaba bañan...- fue la respuesta de Mello y Near, pero al darse cuenta de que estaban a punto de decir, se callaron rápidamente.

-Pero... ¿Aquí no es solo sala, cocina, 3 recámaras y un baño?

-Entonces.... ¿Se estaban bañando juntos?

-¿Están saliendo?

Las preguntas de sus amigos estaban haciendo que se pusieran nerviosos y sonrojarán tanto que sería detestable a kilómetros de distancia.


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