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Fiesta de Disfraces por Miku51099

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Notas del capitulo:

Bueno aquí el segundo cao, como lo había prometido un lemon entre Gin y Toshiro.

Espero les guste.

“Maldita Matsumoto” pensaba cierto peliblanco mientras estaba bailando con Gin Ichimaru. El mayor sujetaba la cintura del más más joven mientras este tenía sus manos en los hombros del más alto pero lo que en realidad incomodaba al capitán del décimo escuadrón era que cada minuto Ichimaru hacía que sus cuerpos estuvieran más cerca ¿por qué demonios tenía que sonrojarse?

Mientras bailaban no cruzaron palabra alguna pero la situación se veía relativamente ben para cierta rubia de voluminoso pecho y se sentía muy feliz al ver que a pesar de todo, esos dos aún parecían tener esos sentimientos de los que solo ellos tres eran conocedores.

Antes de la desastrosa traición, ambos peliblancos eran pareja y únicamente Rangiku sabía de este hecho, pero después de los sucesos ocurridos en el Sokyoku, Hitsugaya entro en depresión y aunque nadie parecía notarlo su teniente que se consideraba su hermana mayor si lo hizo.

“Bueno, es momento de arreglar las cosas” pensaba Matsumoto mientras observaba a su pareja favorita. Gin al fin había logrado que el pequeño capitán quedara pegado a él causando que este último se sonrojara. Toshiro miró sobre el hombro de Ichimaru para evitar ver el rostro de este, pero se topó con Rangiku alzándole un pulgar con gesto infantil, Hitsugaya hizo una nota mental para recordar darle más papeleo a su teniente cuando regresaran a la Sociedad de Almas.

-Te ves tan tierno con esas orejitas – dijo Gin acercando su rostro – Y me encanta tu lindo sonrojo, me vuelves loco.

- Cá-Cállate – Toshiro desvió la mirada esperando no ser el único pasando un momento bochornoso.

Primero encontró a los líderes del sexto escuadrón. Byakuya se movía tan agraciadamente que parecía que sus alas de súcubo en realidad lo hacían volar mientras Renji… hacía lo que podía, es decir ¿quién podría bailar con papel higiénico alrededor?

Su mirada siguió paseando por la pista de baile hasta que se topó con los espadas quienes simplemente estaban parados uno junto al otro sin dirigirse una sola mirada. “Se nota que se odian” pensó el peliblanco. Sólo le faltaba encontrar una pareja más…

-¡MALDITO PERVERTIDO!

- Cálmate Ichigo.

- ¡¿Qué me calme?! ¡Primero deja de manosearme!

- ¡Qué culpa tengo yo de que tu disfraz no incluyera una camiseta!

- ¡Aléjate Satán! – dijo Ichigo formando una cruz con sus dedos.

- Parece que se están divirtiendo – habló la pareja de Toshiro.

- ¿Tú crees? – preguntó sarcástico el menor.

- Atención – llamó Matsumoto “Ahora ¿qué?” pensaron todos – Esta canción es para mi querido capitán.

Comenzó a sonar la canción “I need you now” de Lady Antebellum a lo cual el mencionado abrió sus ojos como platos, siempre que oía esa canción se le oprimía el pecho pues recordaba cómo necesitaba que el estúpido zorro estuviera a su lado, pero la frase que más le dolía y que era su favorita era “And I wonder if I ever crossed your mind, for me it happens all the time” (Y me pregunto si alguna vez he cruzado por tu mente, a mí eso me pasa todo el tiempo)

El pequeño comenzó a temblar un poco y bajó la mirada. Ichimaru por otro lado escuchaba atentamente la letra de la canción entendiendo el plan de su amiga de la infancia. “Bien pensado Rangiku”

Cuando la canción terminó, el mayor regresó a ver a su pequeño lobito para notar que este seguía con la cabeza gacha. Trató de alzar el rostro de Toshiro pero este se negaba a levantar la vista del suelo.

-Tengo que tomar aire – Hitsugaya se zafó del agarre de Gin y salió de la tienda de Urahara.

- Toshiro…

- ¿Qué esperas? – Cuestionó una voz femenina a su lado – Ve por él, tigre… ¿o debería decir zorro?

- Gracias Rangiku.

Toshiro estaba afuera observando el cielo estrellado pero una ventisca lo golpeó y empezó a tiritar, su disfraz no era el más abrigado que digamos. Entonces algo cubrió sus hombros, regresó la mirada y se topó con los ojos azules de Ichimaru.

-¿Cómo estás? – preguntó el mayor.

- ¿Tú qué crees? – respondió sarcástico el de ojos turquesa.

- Lo siento.

- ¿Por qué?

 - Por haberme ido con el capitán Aizen y haber traicionado a la Sociedad de Almas…

- ¿Crees que eso es lo que me molesta?

- ¿Eh?

- No me molesta que hayas traicionado a la Sociedad de Almas pero… ¿sabes qué se siente que te abandonen sin ninguna explicación? ¿Alguna vez te preguntaste cómo me sentía yo? – Unas lágrimas comenzaron a caer de los bellos ojos turquesa – Todos los días estabas en mi cabeza y… por más que tratara de olvidarte y… y… odiarte… NO PODÍA. No paraba de pensar en ti, preguntándome por qué te fuiste, qué hice mal, si todo lo que me dijiste era… era… mentira.

Gin abrió sus ojos por la sorpresa. Nunca creyó que su partida llegaría a afectar de esa forma al pequeño capitán, él pensó que el capitán Hitsugaya lo superaría, lo olvidaría y que cuando se volvieran a encontrar solo vería odio en sus ojos, pero los ojos del pequeño lobo solo reflejaban tristeza.

Gin abrazó al lobito mientras este lo golpeaba en el pecho diciéndole idiota hasta que se rindió y lloró en el pecho del zorro. Esa era una hermosa escena que permanecería a salvo en manos de ciertas fujoshis que estaban escondidas en un árbol. Ambos peliblancos se vieron a los ojos y se dieron un tierno beso que poco a poco fue intensificándose hasta volverse uno bastante pasional. Sus lenguas danzaban lentamente volviéndolos a ambos locos.

Cuando se separaron por la falta de oxígeno ambos jadeaban, Toshiro estaba con las mejillas sonrojadas y Gin abrió sus ojos para dirigirle una mirada llena de ternura.

EL pequeño lobo volvió a lanzarse sobre los labios del zorro rodeando con sus brazos el cuello del mayor mientras este lo sujetaba por la cintura, sus abrazos eran sumamente fuertes como si no quisieran dejar ir al otro. Gin lamió los labios de Toshiro a lo que este abrió su boca para dar paso a la experta lengua del mayor para comenzar a jugar con la suya haciendo que el pequeño capitán gimiera en su boca.

Mientras tanto en un árbol todas las chicas trataban de hacer todo lo posible para evitar desangrarse pero con lo siguiente seguramente no podrían evitar caer desmayadas.

Cuando el fogoso beso de los peliblancos terminó, el menor de ellos soltó un desvergonzado gemido y abrió sus ojos llenos de lujuria, esa imagen sobreexcitó al mayor quien no estaba seguro de poder contenerse si recibía otro de esos besos.

-Ohhh… - comenzó a hablar seductoramente el mayor - ¿Por qué esa mirada Shiro-chan?

- Quiero hacerlo…

- No creo que…

- No me importa – interrumpió el menor – Sé que piensas que soy un niño y que aún no estoy listo, pero recuerda que soy un shinigami y he vivido por muchos años Ichimaru, además… - comenzó a sonrojarse – si esta es la última noche que estaremos juntos, quiero que sea la mejor.

- Shiro-chan…

Ichimaru volvió a besar a Hitsugaya y lo cargó sosteniéndolo de la cintura mientras el menor se sostenía de él con sus brazos y piernas. El astuto zorro quiso hacer una pequeña travesura y bajo sus manos hasta el trasero de su pequeño amante diciendo que de esa forma sería más fácil cargarlo.

Toshiro, quien seguía con los ojos cerrados, sintió como era depositado sobre una superficie suave. Al separarse de los labios de Gin, abrió sus ojos y vio que estaba en una habitación completamente blanca con una gran cama sobre la cual se hallaba recostado.

-¿Dónde…? – murmuró confundido.

- Bienvenido a mi habitación – el zorro se acercó al oído del menor para susurrarle – Shiro-chan.

Gin mordió el lóbulo de la oreja de Toshiro causando que corrientes eléctricas viajaran por todo su cuerpo. La forma en que su amante había pronunciado su nombre llenó al pequeño capitán una sensación que era difícil de explicar. El mayor siguió bajando con besos por el cuello del menor hasta llegar a su clavícula donde se dedicó a mordisquearla consiguiendo un delicioso gemido de parte del menor.

Comenzó a deshacerse del disfraz de lobo de su niño mientras seguía encontrando los puntos erógenos de este y fue así que sin darse cuenta Toshiro ya se encontraba completamente desnudo. Ichimaru paró todos sus movimientos para observar detenidamente el cuerpo que se encontraba bajó él, cómo deseaba internarse ya en su Shiro-chan y que este le rogara por más.

Ante la falta de las caricias que Gin le estaba propinando, el menor reaccionó dándose cuenta de su situación encontrándose como dios lo trajo al mundo frente a un hombre que lo miraba como si quisiera devorarlo.

-De-Deja de… de verme así idiota.

- ¿Entonces cómo quieres que te mire?

- Yo… yo…. No sé.

- Bien te seguiré viendo así.

- ¡ICHIMARU!

- Ok ok, calma fierecilla – alzó las manos Gin como si no hubiera hecho nada – Sólo quería grabar cada parte de tu HERMOSO y SEXY cuerpo.

- To-Tonto ¿por qué no me quitaste las orejas?

- Yo te lo dije: te ves tierno con esas orejitas de lobo – su mirada cambió a una maliciosa – Además eso me excita.

Toshiro juraba que en esos momentos un tomate sería menos rojo que su cara, pero ese era un juego para dos y si Gin pensaba que él se quedaría con toda la acción, estaba muy equivocado.

-A mí también me excitan tus orejas de zorro… Gin.

Ichimaru abrió sus ojos con sorpresa y trataba de concentrarse porque esa actitud juguetona del menor acabaría haciendo que se desangre. Toshiro se colocó frente a Gin y comenzó a retirarle lentamente sus ropas pues no sería el único que estuviera desnudo esa noche. Gin sentía como las manos del menor le quitaban algo inseguro su ropa pero por supuesto que el orgullo de Toshiro no le permitiría admitirlo.

Cuando ambos estuvieron desnudos Gin se abalanzó sobre el cuerpo del menor comenzando a atacar sus pequeños y rosados pezones. Con una mano se dedicó a pellizcar el uno mientras su lengua delineaba el contorno del otro causando estremecimientos en Toshiro pero cuando su amante decidió morder su pezón no pudo evitar soltar un desvergonzado gemido mientras arqueaba su espalda debido a las corrientes placenteras que recorrieron por todo su cuerpo.

El mayor volvió a atacar el cuello del niño y con sus manos puso los brazos del otro sobre su cabeza. Ichimaru soltó sus manos pero el menor no las bajo, Gin comenzó a descender con besos y mordidas por el pecho y el abdomen del ojiturquesa hasta llegar al despierto miembro de este donde abrió su boca para metérselo y comenzarlo a chupar arrancando gemidos cada vez más fuertes y más sensuales de su pequeño amante.

Toshiro estaba tan concentrado en el placer que sentía que no se dio cuenta de que Ichimaru había atado sus manos al cabecero de la cama cuando había puesto sus brazos sobre su cabeza, solo cuando quiso bajar sus manos para acariciar el cabello plateado del mayor se percató de eso. Aunque eso antes que molestarlo solo logró excitarlo más al sentirse completamente a merced del otro hombre.

Gin guio una de sus manos hacia el pecho del menor para volver a acariciar su pezón mientras la otra se dirigió al agujero virgen del pequeño capitán quién se estremeció al sentir la intromisión del primer dedo en su agujero. Al cabo de unos segundos se integró un segundo y sin esperárselo un tercero entró de golpe causando un gran dolor que combinado con el placer de la mamada y las caricias en su botón de Ichimaru lo llevaron al clímax derramando su semilla en la boca del mayor quien se lo tragó todo y lamió sus labios mientras veía a Toshiro de manera sensual avergonzando a este de sobre manera.

-Parece que te gusta estar atado – hablo Ichimaru cerca de los labios del pequeño - ¿No es así, Shiro-chan?

- No… no bro-bomees – jadeaba el capitán del décimo escuadrón tratando de recuperar el aliento.

- ¿Confías en mí, Shiro-chan?

- ¿Y me lo preguntas cuando me tienes atado de manos?

- De esa forma te ves más sumiso – sonrió malicioso – Además los pequeños lobos rebeldes como tú tienen que ser controlados, su tierna imagen puede ser engañosa.

- ¡Y TÚ ERES UN ZORRO ASTUTO Y TRAMPOSO! ¡A TI ES A QUIEN DEBERÍAN CONTROLAR!

- Confía en mí, Shiro-chan – susurró Ichimaru en su oído para después proceder a morder el lóbulo de su oído. Toshiro asintió con la cabeza ya que no dejaría salir esas palabras de su boca - Cierra los ojos.

Toshiro obedeció a Ichimaru y sintió como una sueva tela era colocada sobre sus ojos, entonces se dio cuenta de que Gin quería privarlo de su visión y así quería que confiara en él ¿en serio? Pero entonces Gin comenzó a acariciar nuevamente su cuerpo y se dio cuenta de que disfrutaba más de esas caricias y como quemaban en su piel.

-Creo que es hora de jugar, Shiro-chan.

- ¿Qué…?

Sintió como Ichimaru se separó de su cuerpo y escuchaba los pasos que daba por la habitación para poner algo junto a la cama, pero no sabía que era y la curiosidad lo estaba matando. Sintió como el antiguo capitán se volvía posicionar sobre él pero no lo tocaba cuando sintió una gota fría de agua caer sobre su pecho.

-Tengo entendido que te gusta el frío ¿no es así Shiro-chan?

Acto seguido Hitsugaya sintió un cubo de hielo sobre cada uno de sus pezones causando que comenzara a jadear pues su piel quemaba de pasión y el frío de los cubos causo que varias corrientes eléctricas viajaran rápidamente sobre su cuerpo para causar un tirón en su entrepierna.

Ichimaru satisfecho con la reacción de su pequeño comenzó a deslizar los cubos por todo el cuerpo del menor sin cansarse de escuchar los deliciosos gemidos de este. Cuando los cubos terminaron de derretirse por el calor del cuerpo bajo suyo, volvió a tomar otros dos guiándolos esta vez más cerca de su intimidad a lo que el cuerpo de Toshiro se comenzó a estremecer.

-¡AHHHH! – No pudo evitar que ese sonido saliera de su boca cuando Gin puso el hielo en la punta de su miembro – Ahhh… ahhh…. No… ahhhh… pa-para… Gin.

- ¿Po qué? – Dijo “inocentemente” – Se nota que te gusta.

- No… ahhhh… no juegues… con-conmigo… ahhh.

Los jadeos no paraban de salir de la boca del pequeño hasta que Ichimaru colocó lo que sobraba del hielo sobre la palpitante entrada del menor para proceder a introducirlo ahí causando que el menor se agitara y quisiera zafarse de su agarre pues el dolor era lo de menos pero el placer era demasiado para soportarlo. Y para colmo el antiguo capitán decidió introducir nuevamente sus dedos junto con el hielo moviéndolos hasta llegar a topar un punto que hizo que Toshiro lanzara un gemido más fuerte.

Gin siguió topando ese punto que estaba volviendo loco al menor pero los gemidos de este lo estaban volviendo loco y no puedo resistir más. Sacó sus dedos de la entrada del otro recibiendo un jadeo de molestia y colocó la punta de su miembro en el dilatado agujero del pequeño capitán listo para entrar.

-Entraré ahora – le avisó a su pequeño – Seré suave.

- Na-Nadie te pidió tu consideración.

- Entonces no me responsabilizo por lo que pasé.

- No… no me importa… ahhh… sólo entra… ahhh.

- Como quieras.

De una sola estocada Ichimaru introdujo su miembro completo en la estrecha entrada del joven desvirginándolo y consiguiendo un grito de dolor pero mezclado con el placer. Tal parece que su niño era todo un masoquista.

Sin poder esperar más, el ojiazul comenzó con embestidas fuertes que llegaban cada vez más profundo en el interior de Toshiro volviendo loco al menor, el placer los sacó de control a ambos sacando sensuales gemidos de la boca del menor y pasionales gruñidos del otro.

-Ahhh…. Ahhh… Gin… nhg… ahhh…. Más… más…

- Ahhhh…. Que travieso eres… ahhh. Shiro-chan…

- Gin… Gin… ahhh… no… no me… dejes… ahhh…

- Nunca…

Esa palabra fue suficiente para que el agitado corazón del joven capitán se quitara un peso de encima. Con sus piernas rodeó las caderas del otro incitándolo a entrar más profundo, más salvaje, más pasional. Gin subió una de sus manos para tomar una mano de Toshiro y apretarla con fuerza mientras la otra se dedicó a masajear el miembro del menor.

Hitsugaya se encontraba con la boca abierta intentando regular su respiración, cada nueva embestida le daba su amante le proporcionaba del más grande placer pero al mismo tiempo le quitaba el aire.

Ichimaru por otro lado se sentía en el paraíso, el interior de Toshiro era tan cálido y estrecho que sentía que moriría de placer, sintió como el esfínter del menor lo apretaba más y supo que estaba cerca.

-Ahhh… Gin… no… ahhh… me voy a…

- Yo… yo también…

- Ahhh… ahh… nhg… GIN…

Toshiro se corrió en sus abdómenes mientras Ichimaru seguía internándose en él. La entrada del menor estrechó el miembro del mayor y después de unas cuantas embestidas este se vino en el interior del ojiturquesa mientras besaba sus labios ahogando un gemido de parte de este.

Cuando se separaron del beso Ichimaru cayó sobre Toshiro y ambos intentaban regular su respiración pues el clímax los había dejado sin aliento y sin fuerzas. Cuando Ichimaru se recuperó tomó la venda de los ojos del menor y procedió a soltar sus muñecas. Vio que los ojos de su pequeño se encontraban cerrados, al parecer lo dejó exhausto como para que cayera rendido apenas habían terminado.

Acomodó el cuerpo de Toshiro junto al suyo y los cubrió a ambos con la sábana. Inconscientemente el menor se acurrucó en el pecho del mayor y este los abrazó y dándole un beso en la coronilla cayó profundamente dormido como su pequeño lobito.

 

 

ENCICLOPEDIA FUJOSHI

Mientras tanto en la tienda de Urahara los chicos se dieron cuenta de que la pareja de peliblancos y todas las chicas habían desaparecido. Decidieron salir a buscarlos pero apenas estuvieron fuera de la tienda vieron al grupo de chicas tiradas junto a un árbol sangrando por la nariz y con una cámara en su poder.

-¿Qué carajos pasó aquí? – preguntaron Renji e Ichigo.

- El mejor momento de nuestras vidas – habló Matsumoto.

- ¿Qué? – preguntaron todos.

- YAOI EN VIVO – respondieron eufóricas las chicas mientras escondían la cámara con las fotos de los peliblancos guardadas en ellas.

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado.

Muy bien que ya tengo preparadas otras dos parejes a quien quieres?

Renji y Byakuya

o

Grimmjow y Ulquiorra

Bueno me despido, bye


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