Killua llegó a casa después de haber pasado la noche anterior afuera, no era la primera vez que lo hacía, pero si era la primera vez que no lo hacía por trabajo. Él estaba contento de participar en ese evento con Gon, si no fuera por su amigo él jamás haría algo como eso.
Se dirigió a su cuarto con el deseo de enviarle mensajes al moreno hasta quedarse dormido como siempre. Al llegar se dio cuenta que la tapa estaba sin seguro, cosa que le pareció extraño, no creyó que haya olvidado ponerle el cerrojo antes de salir, así que decidió entrar para encarar al intruso. Al entrar el ambiente era tenso, la imagen con la que se topó le dio escalofríos; vio a su hermano echado en su cama sin camisa. Se acercó sigilosamente como si estuviera rodeando a un animal salvaje.
- Aniki… ¿Qué haces aquí? – su voz se entrecortó al sentir la mirada de su hermano encima de él.
- No me ves en un mes y es lo único que vas a decir- contestó Illumi mientras se sentaba en el borde de la cama acomodando su largo cabello negro.
- Sí, no entiendo que haces acá y porqué estás sin ropa – rebatió el menor con algo de enojo, le molestaba que no le dieran su privacidad.
- ¿Acaso no puedo extrañar a mi hermano? Y bueno… estoy sin ropa porque hace calor – sonrió sarcásticamente el moreno mientras se paraba y acercaba lentamente al menor, aunque no dijera nada al respecto le molestaba que le contestaran de esa forma tan altanera.
- Ya me viste ahora déjame descansar – al parecer Killua se dio cuenta de que Illumi no sabía de su ausencia en la noche anterior, cosa que era motivo para ponerse a la defensiva, después de eso se quedó tranquilo y ya no tenía motivos para ser reacio. Él solía cerrarse y no mostrar simpatía cuando veía el peligro. Además desde hace un tiempo que había perdido conexión con el mayor.
- Otra vez estás así Kill… dime que te pasa, últimamente ya no eres el mismo de antes – Illumi tenía razón, desde que Killua conoció a Gon era más apático con su familia, era como si se hubiera dando cuenta del error en que vivía, sentía que toda lo bueno que había conocido era una falsedad, pero el hermano mayor no sabía eso; además sumando la constante ausencia de Illumi, no ayudaba a que siguieran siendo cercanos.
- Solo estoy cansado y quiero descansar Aniki… lo siento si te trato mal – contestó cambiando su actitud repentinamente, cosa que tomó por sorpresa al mayor. A veces se preguntaba que pasaba en la mente del niño, quería saber si seguía siendo ese mismo niño amable y bondadoso o alguien rebelde y cruel.
- Lo pasé una vez pero no dejaré que vuelva a su suceder Kill, unas disculpas no son suficientes – Illumi quería sacar provecho de la situación, decidió entonces acercarse lo suficiente al albino y lo cargó desde su cintura hasta la altura de su pecho, el niño por reflejo se a ferró con las piernas a las caderas de su hermano y se cogió de los hombros para no caerse. El menor se sentía avergonzado y nervioso, ya sabía lo que venía a continuación. El mayor llevó a Killua a la cama y se sentó sin quitárselo de encima.
- Vamos Kill… hazlo – sonrió ansiosamente esperando el actuar de su hermanito que se encontraba sonrojo por la posición. No podía desear una mejor escena, aquello lo llenaba de emoción y lo hacía imaginar muchas cosas.
- Pero Aniki esto es muy vergonzoso, ya no soy tan pequeño… – dijo el menor tratando de huir de las manos que apresaban si cintura.
- Te soltaré cuando lo hagas – el mayor por poco y no controlaba lo que hacía, lo único que impedía que se descontrolara era saber que ese niño era su hermano.
- Te quiero Aniki… - fue lo único que se escuchó por parte del albino que se quedó mirando el pecho desnudo del otro, aun el cuerpo del menor extrañaba el contacto con Illumi; los músculos eran totalmente marcados y suaves, aunque ya no tuvieran la misma confianza no pudo evitarlo, pasó sus manitas por el torso delicadamente y con curiosidad.
- Kill, no hagas eso… - se estremeció como si hubieran mandado una descarga eléctrica a su cuerpo. No creyó que pudiera suceder algo como eso, solo quería escuchar el “te quiero” del menor para sentirse tranquilo.
-Lo siento Aniki, solo sentí curiosidad por saber cómo se sentía tu piel, realmente eres muy guapo ¿tienes novia? – lo que decía Killua tampoco ayudaba mucho en mantenerlo calmado, aunque le gustara escuchar su vocecita de esa forma no lo podía dejar pasar.
Illumi no respondió nada, sus ojos se nublaron y en un acto reflejo dejó al menor en la cama. Se fue de la habitación dejando confundido a Killua, después de todo al menor no le importaría mucho esa actitud, él ya estaba acostumbrado a esos repentinos cambios de actitud por parte de su hermano.
El albino ya solo tomó su celular y empezó una conversación con Gon, olvidando rápidamente lo vivido con el otro.
Mientras él hacía eso Illumi escapaba por los pasillos de la mansión, caminaba hasta su cuarto buscando una manera de huir de sus pensamientos, un deseo incontrolable crecía en su pecho, cada vez estaba menos seguro de poder contenerse. Estaba cansado de buscar oportunidades para tenerlo cerca o tocarlo.
Al entrar a su habitación el mayor de los Zoldycks se echó en su cama boca abajo, no prendió la luz y no hizo nada, su pecho se aceleraba por cada pensamiento, un calor que lo quemaba le ardía hasta llegar a su boca, quería llorar por la emoción y la impotencia de no poder tener lo único que deseaba en la vida: su hermano.
Él sabía que estaba mal pero no podía evitarlo, creyó que era momentáneo y que se le pasaría, por eso optó en hacer trabajos que demandaran meses, pero lo único que hacía era alimentar ese deseo de ver a su hermano, el deseo de tenerlo solo para él y para siempre.
FLASH BACK
Era un invierno horrendo, la niebla no dejaba ver nada alrededor, las calles tenían luces de faroles amarillos que apenas permitían ver las puertas de los hogares.
- Hey Illu- ni ¿ya nos vamos a casa?- un niño de 8 años hablaba cariñosamente al que parecía ser su hermano mayor.
- Si Killua, pero guarda silencio, tu voz es molesta – contestó el mayor con claro rechazo, algo no estaba bien con esos hermanos, se notaba a distancia el repudio que emanaba el moreno por el otro.
El niño no dijo nada, solo sonrió como si fuese lo más normal del mundo ser tratado así, lo que no sabía es que era eso lo que más le molestaba al mayor. No importaba cuantas veces lo tratara mal, ni las veces que le quitara los derechos de un niño propio de su edad, al menor no le importaba nada, él era feliz con todo lo que le daba su hermano mayor, sin tener en cuenta la crueldad de las peticiones.
…
Dejaron la espesa niebla para tomar un avión de regreso a casa. Killua estaba emocionado, había visto trabajar a su hermano por primera vez asesinando con sus propias manos a una familia. Illumi era su admiración, su guía, era su único compañero en el mundo, más que su hermano él era su mentor.
Cuando viajaban en el avión de primera clase el albino decidió hablar creyendo que ya había terminado su orden anterior.
- Illu – ni es increíble – sonrió ampliamente mientras dirija su vista por la ventana para ver el paisaje desde lo alto. Su hermano lo quedó observando, quería analizar cada movimiento que hacia el de ojos azules, su mirada mostraba alegría, sus manos estaban ansiosas, sus pies jugaban de arriba abajo porque no tocaban el suelo.
- ¿Por qué dices eso Killua? – esa simple frase había despertado la curiosidad del mayor, queria respuestas, quería que su hermanito sea el demonio y lo odie, no quería palabras bonitas y por más que se negara a la atención su corazón quería más halagos de ese tipo, aquellos halagos que no recibió de su padre ni de nadie nunca antes.
- Porque es la verdad, tú eres genial Illu -nii – el niño no se percataba de la incomodidad del ambiente. La expresión de su rostro estaba llena de orgullo, como si lo que dijese fuese lo más raro del mundo, pareciera que estuviera describiendo un tesoro.
El moreno no dijo nada, su corazón de detuvo unos segundos solo para tener una taquicardia mucho más fuerte que cualquier otra que haya tenido antes, con algo de temor a la respuesta preguntó:
- Kill… ¿Qué estas tratand – no pudo continuar porqué el niño lo interrumpió mientras lo miraba a los ojos.
- Quiero ser como tú…
La gota que derramo el vaso fue esa simple respuesta, cuatro palabras bastaron para ablandar un poco ese corazón endurecido por 18 años. Su expresión cambió a una de asombro, trató de ocultar sus reacciones ante la presencia del albino y entonces se paró de su asiento huyendo a los baños, se encerró y comenzó a llorar sin comprender sus emociones, sin encontrar alguna lógica, por primera vez se permitía mostrarlas sin miedo a ser juzgado.
Treinta, cuarenta, sesenta minutos pasaron y el mayor de los Zoldycks no salía d los baños, cosa que empezó a preocupar al menor, su instinto le decia que algo no andaba bien. No lo dudo por más de 2 segundos y salió a ver si su hermano aún estaba ahí y no se había lanzado de un paracaídas, él queria que su primera vez sea con Illumi.
Tocó la puerta tres veces y no halló respuesta, se aventuró a abrirla y la voz de su hermano lo hizo detenerse.
- Detente Killua… - su voz sonó apagada y algo quebrada, eso no pasó desapercibido para los oídos del menor que rápidamente comprendió que no debía contenerse, su hermano estaba mal y debia hacer algo al respecto. Abrió la puerta y en un parpadeo se subió a los brazos de su hermano, no le importaba que lo castigara después, él queria consolarlo y de alguna manera comprender el motivo de sus lagrimas.
- Dije que te detuvieras…- el cuerpo del mayor se tensó por el contacto, no esperaba que su hermanito pudiera ser tan arrebatado para desobedecerlo y mucho menos para darle un abrazo.
- perdóname Illu-nii dije algo que te puso así ¿no? Ya no llores tus ojos se van estropear – su vocecita estaba llena de ternura, su tono de voz fue suficiente para calmar el mar de emociones que producia su corazón.
- Kill… - el motivo de sus lagrimas no eran un tema sencillo, sentia celos, odio, temor a muchas cosas que lo hicieron vivir por el trabajo. Le costaba creer que ha pesar de todo lo que habia hecho para ser odiado no lo conseguía., entonces se sintió como un completo idiota al no darse cuenta del maravillosso corazón de su hermano
- Te quiero Illu-nii, perdóname ¿si? Cada vez que me equivoqué te diré que te quiero para que no olvides lo mucho que estás presente en mi vida – el menor de los Zoldycks sonrió ampliamente contagiando de felicidad al otro y apretando el cuello ajeno se recostó en el hombro de Illumi.
- Ya cállate Kill..- fue lo único que se escuchó en el ambiente, acto seguido apretó con sus fuertes brazos el cuerpo del niño, estrujándolo, buscando un poco más de esa hermosa paz que le estaba regalando.
...
Los dias pasaron, su relación fue cambiando poco a poco, Killua confiaba más en su hermano y ahora sus demostraciones de cariño eran más frecuentes, solía darle besos en la mejilla y abrazarse a su pierna.
Illumi regresaba de un trabajo con ansias de ver a su hermanito, aunque no lo mostrara lo sentia profundamente. Se dirigía al jardín de la mansión ya que el mayordomo le habia dicho que alli se encontraría el albino. No entendió la razón por la cual u corazón empezó a latir rápido, se asustó pero no se detuvo, sus ganas de ver a Killua eran más fuertes que cualquier otra cosa en el mundo.
Al llegar ocultó su presencia tras un árbol , no creía lo que hacia pero ahí estaba él espiando a su hermanito que se encontraba jugando con el agua. El albino no tenia polo y su short mojado se pegaba deliciosamente a su cuerpo.
El corazón de Illumi se volvió una locura, sus manos temblaban, queria acercarse más, oler el aroma de la piel tierna de su niño y tocar la suavidad de su abdomen aun no formado. Al darse cuenta de su deseo salió corriendo del lugar con miedo de que alguien lo descubriera.
Le parecía irreal que él pudiera desear algo tan enfermizo, su hermano apenas tenía 8 años y desconocia las perversidades sexuales que habia en el mundo y el era el menos indicado para enseñarle, aunque se lo decia una y otra vez su mente no dejaba de imaginar la escena de Killua jugando inocentemente con el agua, le pareció bastante tierno e insinuador.
…
Los dias pasaron, los nervios aumentaban, las ganas de estar cerca del menor lo hacian perder la cordura y lo peor era que Killua no ayudaba porque siempre buscaba la oportunidad de abrazarlo.
Trataba de quedarse a lo lejos y limitarse a dar ordenes estrictas, no pasaba tiempo innecesario a su lado, ya no, ni mostraba sus emociones por temor a dejarse llevar por la sonrisa del niño. Cosa que solo hizo crear distancia entre ellos, el menor se iba acostumbrando y a su frialdad a tal punto de creerlo normal, le pareció bien que un día sea tratado con amabilidad y otro dia ni le hablara, pero muy pronto se cansaria de eso.
Vivio así por 4 años hasta llegar a comprender que no ganaria nada alejándose y siendo tosco en e trato. Decidió entonces estar a su lado y compartir momentos felices con Killua y luego marcharse durante varios meses, preferia hacer eso para poder vivir tranquilamente, queria tener recuerdos bonitos con el albino aunque solo sean momentáneos.
Ademas no tenia opcion, si se quedaba mucho tiempo cerca no sabria de que cosas seria capaz, pero al tomar esa decision su relación no volvería a ser como antes, nunca más…
FIN FLASH BACK