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Secretos en la Academia Hunter por Heartshaoi

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Se que ahora mismo me deben estar odiando por no haber actuaizado como prometí. Lo sé a partir de ahora no seré Lura, ahora me  llamo Juan por haber roto mi palabra...

La verdad (si la verdad porque me da pena mentirles) me quedé sin internet por problemas con mi familia. Ahora estoy actualizando desde la casa de un amigo y espero que no descubra el archivo. :v

No queria que pasaran más dias sin actualizar así que aquí estoy, un dia viernes :/

Peroooooooo aquí les traigo un cap nuevo y largo. Realmente pido disculpas queridos lectores, soy un sin verguenza, he visto que me han dejado unos comentarios esperando a que continue la historia, si me escriben les contestaré, así que sin quitarles más tiempo....

A leer!!!

Nota: Mucho shota xd

Estan advertidos!

Si no fuera porque lo conoció antes no lo hubiera reconocido en ese momento. Hisoka escudriñaba cada una de las curvas que le formaba el vestido, su rostro angelical solo podría ser mejor si no llevara nada. Gon caminaba muy decidido hacia el pelirrojo, su falda imprudente solo hizo enfadar al administrador, este jamás creyó que otras personas pudieran ver a su frutita mostrando medio cuerpo.
 
Killua observaba todo desde su estancia, algo en su instinto le decía que ese hombre no era de fiar.


Hisoka saludó a Gon formalmente, pero por dentro se moría de ganas de arrancarle la ropa y hacerle toda clase de suciedades que alguna vez imaginó – Mi niño… si estuviéramos a solas no podría contenerme – sus pensamientos eran aún más perversos porque la ropa de Gon lo incentivaba a desearlo en ese preciso momento.
 
-  Amo, ¿Cuál va ser su pedido? – Gon estaba metido en su papel de sirvienta, sabia que tenia que impresionar al mayor para poder el ganar el concurso, su dulce inocencia se veía en su morada miel, el pelirrojo casi no se controlaba para dar sus respuestas solo le daba miradas apresantes en cada oportunidad.
 
Todos continuaban con sus quehaceres, Gon sonreía y trataba bien a ese hombre sin siquiera saber que era lo que ocasionaba en el corazón ajeno.
 
Hisoka decidió por un café moka y una tartaleta de frambuesas – Si amo – esa respuesta le produjo un orgasmo auditivo, desde hace un año que anhelaba escuchar eso que solo en sueños pudo imaginar. Aunque tenia deseos enfermizos jamás haría algo para desagradar a Gon, de alguna forma loca quería enamorarlo y hacerlo suyo en el momento preciso, él era consiente de que el niño era muy joven y exactamente la edad era lo único que impedía su avance, y aunque no lograra ese objetivo buscaría la forma de siempre estar cerca y ganarse aquello que solo consiguen los “amigos”. 
 
Las mujeres y hombres nunca lo complacieron, siempre se acercaban creyendo que podrían sacar provecho de él, pero los papeles siempre se invertían e Hisoka jamás salía perdiendo. No quería a nadie, pero desde que conoció a Gon su vida se tornó un poco más dulce por las tiernas sonrisas que el niño le regalaba.
 
FLASH BACK
 
- Ya voy en camino… - “tic” se escuchó el sonido del celular cuando se cuelga una llamada. Hace un año atrás Hisoka regresaba de un “trabajo” que le encargó Netero. Viajaba en su deportivo y era las 7 de la mañana. En aquella época del año se encargaba de tomar vacaciones y como nuevo objetivo trabajaría en la Academia Hunter para estar en contacto directo con el anciano y poder hacer sus investigaciones sin percances.
 
El pelirrojo llegó a la Academia y observó atentamente la cantidad de jóvenes que había, se reía interiormente sintiendo lastima por aquellos que no eran prometedores en el futuro. Nadie mostraba interés por buscar respuestas a tantos vacíos en la historia de la academia, tampoco se preguntaban el motivo de su rápida acogida ni el porqué de tanta popularidad.
 
Nunca le llamó la atención de los incompetentes que no servían para nada más que para hacer perder un negocio. Caminaba lento estudiando cada lugar, memorizando los rincones donde probablemente podría hacer sus fechorías. Cruzando el patio de entrenamiento no pudo evitar sacar su personalidad temeraria con impulso de matar a quien sea que se cruzase en su camino, le molestaba el ruido estruendoso y las risitas de las niñas, odiaba cada cosa que veía por qué en el fondo sabía que era una falsedad, una pantalla…
 
El lugar quedó en silencio solo con su presencia, en cada paso que dada se podía ver su rostro de satisfacción por tener el control siempre. Su expresión cambió al ver que entre todos esos niños había uno que no se inmutaba ni siquiera a verlo. No sabía si el niño era ingenuo o especial, nadie debía pasarse de listo ignorándolo, a un agente de la magia se le debía tener más respeto, pero claro, eso no lo sabía Gon, nadie lo sabía.
 
Se fue a la oficina de Netero dado una última mirada al niño – tsss – chasqueo la boca porque no pudo traer ningún tipo de arma, aunque también podía matar con sus manos prefería torturar a sus víctimas con objetos punzantes de formas exóticas. 
 
Al llegar y encontrarse con Netero lo saludó casualmente. Empezó con su informe:
Hace tres días se encontraron los cuerpos de cuatro agentes muertos en uno de los callejones del desvío central, cerca del casino donde habitualmente se hace las reuniones del comité. Los cuerpos se encontraron llenos de balas y con extremidades cortadas, pareciera que usaron objetos de tortura, las balas fueron tantas que aún no se terminaron de contar. Parece que esto tiene alguna conexión con el atentado en las fronteras del país. Por cierto… me encontré con Illumi – hizo una pausa antes de continuar – me confirmó que su familia solo se encargó del sector enemigo y no se metió con nuestras inversiones – esta vez dio una pausa mucho más larga dando um ligero suspiro.
 
- Como… Como quisiera haber peleado con él… - lo último fue dicho con ansias verdaderas de cumplir su objetivo, ese hombre tenia fetiches extremos en concierne a su trabajo en la mafia, siempre se encargaba de los peces más gordos y tenía cierto interés por el hijo mayor de los Zoldycks.
 
Netero veía a su cómplice de manera inspeccionadora, sabia como era la actitud de Hisoka, pero siempre le sorprendía esos deseos de darle pelea al más fuerte. Sus deseos de estar en constante combate eran casi insaciables, por eso sabía que no debía retenerlo mucho tiempo en la academia si es que no quería problemas mayores ya que no sería fácil deshacerse de él. 
 
- Los Zoldyck no se meterán en nuestros asuntos, aun si el estado los contrata para atacarnos jamás lo harían, ellos dependen de nosotros tanto como nosotros de ellos – el anciano era el más complacido en ese momento, sus planes resultaban como quería, él siempre estaba dos pasos delante de sus enemigos, dándole ventaja a lo que sea.
 

 
Los días pasaron rápido, Hisoka se adaptó a convivir a diario con niños y jóvenes. Por su personalidad escalofriante nadie se le acercaba, todos tenían repelús, pero había un niño que siempre estaba yendo a su oficina para registrar a nuevos integrantes a su club. Era la primera vez que se aprendía el nombre de alguien, le llamó la atención como un niño de doce años podía ser el líder del club de judo, aquel que representaría a la Academia en las regionales.
 
Sin darle más importancia siguió con su rutina diaria, para él era aburrido firmar y organizar papeles, pero lo haría, de todas formas pronto regresaría a su verdadero oficio. Era la salida del dia viernes y como siempre todos los alumnos se querían ir rápido para aprovechar el fin de semana al máximo, en cambio el pelirrojo optó  por hacer su trabajo y no perder tiempo el domingo, así continuar con la investigación de las fronteras.
Eran las 5:30 de la tarde, faltaba muy poco para que cierren la institución, creyó que solo él se encontraría ahí, pero no era cierto… Un niño de shorts verdes entrenaba solo en el medio del patio.
La curiosidad se plantó en él, se detuvo a lo lejos para observar como el niño entrenaba duramente. Le sorprendía esa fuerza sobrenatural, agilidad, sencillez en cada golpe; Gon tenía una concentración inquebrantable. No pasó más de dos minutos e Hisoka percibió que el niño sabia de su presencia, creyó que no era alguien común si podían sentirlo a tanta distancia.


El niño moreno apenas pudo voltear cuando sintió a un hombre detrás suyo, la velocidad con la que se movía Hisoka era inhumana.


- ¡Hisoka – san! – Gon y apenas contenía la impresión, creía que era el último en la academia y pasar de “solo” a “acompañado” no era precisamente agradable para él.

- ¿No es muy tarde para estar entrenando? – su pregunta iba con intenciones de hacer que el otro se vaya a casa, el tono de voz que usó era imperativo, le molestaba darle importancia a alguien… aunque fuese solo un poco, pero él estaba más molesto consigo mismo por no lograr intimidar a un niño de doce años. 

- Pronto será el campeonato y quiero ganar Hisoka – san – el pelirrojo no sabía si le molestaba la cara de Gon al decir esas palabras o que lo tratara con tanta confianza como si fuese su igual. Aun así, le pareció interesante ese comportamiento, no todos los días se podía encontrar con una promesa como ese niño. 
A partir de ese momento decidió darle un poco de atención, lo vigilaría para ver sus avances, tal vez en un futuro ese niño se podría convertir en un agente igual que él…


Hisoka sonrió siniestramente, ahora tendría un nuevo juguetito del cual sacar provecho para sus propios beneficios, él mejor que nadie podía reconocer el potencial de alguien con solo verlo. Se retiró del lugar dando una última mirada a Gon que se encontraba quitándose la ropa sudada y sonriendo ampliamente.


Tal vez Hisoka podía medir el potencial físico, pero nunca podría saber las intenciones del corazón de una persona y ese sería su gran error y perdición.



Los días transcurrieron y Gon seguía entrenando hasta ser el último en quedarse. Hisoka en cambio se limitaba a espiarlo de lejos, lo suficientemente lejos para no ser percibido. Ni siquiera él podía justificar su comportamiento, pero se excusaba a si mismo diciéndose que era parte de su plan.
Gon sabía perfectamente que estaba siendo observado, pero no sabía quien lo hacía, ni donde estaba esa persona, no le daba importancia para no revelar sus pensamientos y así continuar tranquilo con su entrenamiento.

Todo el plan de Hisoka se fue al agua cuando el niño lo llamó…
 
- ¡Hisoka – san! ¡Sé que está ahí! – el administrador se impresionó por haber sido descubierto, su instinto le decía que debía matar a ese maldito niño por ser irrespetuoso. Gon miró a su dirección y en un parpadeo el mayor ya se encontraba a su lado. El niño retrocedió como una reacción de defensa y se pudo muy nervioso porque sintió el deseo de sangre del mayor. 
 
- ¿Cómo supiste que estaba ahí? – su expresión siniestra causaba en el niño un pesar en el estómago. Hisoka se encontraba enojado más consigo mismo por ser idiota y subestimar a su presa, no creyó que su frutita aún tuviera más cualidades que desconocía.
 
- Umm… sentía que me observaban, pero no sabia su ubicación, hasta que sentí una corriente de aire con un olor particular proveniente de su dirección, reconocería donde fuese su perfume porque es el más embriagador de todos, por eso supe que estaba ahí Hisoka – san – el niño describía su hazaña con emoción como si hubiera encontrado un tesoro.
 
El pelirrojo se quedó mudo, sus ojos se abrieron hasta el límite y empezó a reír logrando perturbar al niño. Se sentía bien al no haberse equivocado en escoger a su presa, sentía que había encontrado algo muy particular, pero… su corazón se detuvo unos segundos, observar al niño mientras le decía que su perfume era embriagador lo hacia sentir incomodo. Si no fuese un niño pensaría que fue un coqueteo, las personas no andan por ahí diciendo que tu aroma les gusta.
 
Su risa de detuvo al ver que Gon lo miraba atentamente como buscando comprender la situación, de alguna forma sus ojos miel lo cegaban al hacer contacto con él y el sudor le daba un brillo ligero en todas las partes desnudas de su piel.
 
Hisoka lo observó más detenidamente, hasta ese momento no se dio cuenta de los delicados rasgos que tenia el niño, por primera vez en su vida se dio tiempo a contemplar los ojos de otra persona. El niño de shorts verdes le sonreía esperado una respuesta, pero no escuchó nada… solo vio como su mayor se iba lentamente a la salida sin despedirse ni hacer nada por el estilo.
 

 
Hisoka se sentía confundido, nunca antes le habían gustado los niños para ninguna cosa, pero sentía algo especial por Gon, tal vez por como lo trataba o porque su inocencia lo llamaba sugiriendo ser arrebatada.
 
Empezó a recordar todas las veces que hablaron en su oficina, los saludos llenos de energía que le daba, su constante sonrisa que nunca desaparecía, su juventud, su inocencia, todo lo que era diferente a él lo llamaba y de alguna manera lo estaba moldeando, porque cada día hacia lo mismo, siempre lo esperaba a la salida solo para verlo entrenar. 
 
No comprendió sus pensamientos hasta que vio a su niño ser acariciado por otra persona, sintió en ese momento que estaban contaminando a su presa quitándole la pureza del cuerpo, aunque solo fue un alago por parte de un profesor que le acariciaba la cabeza; sintió ganas de asesinarlo y entregar su cuerpo a los perros, pero se arrepintió al instante al ver a Gon sonreírle ampliamente, el moreno dejó lo que hacía con el resto y se dirigió a Hisoka. 
 
- ¡Lo estaba buscando Hisoka – san! – gritó el niño mientras corria para darle el encuentro, se detuvo antes de chocarse y extendió la mano que llevaba un papel. El pelirrojo correspondió el saludo sonriéndole como nunca antes creyó hacerlo, recibió el papel y antes de que pudiera hablar el niño le ganó la palabra…
 
- Hisoka – san, hoy se ve muy bien – él no conocía la magnitud de sus palabras ni mucho menos como serian interpretadas, él solo creyó que en aquel momento su mayor estaba radiante y diferente a las otras veces. No se equivocó en hacer su especulación, pero jamás podría adivinar que era él quien ocasionaba esas reacciones.
 
Hisoka se puso de rodillas para estar a la altura de Gon y dirigió su mano a la cabeza del niño, acariciando de la misma manera que lo habia hecho el otro hombre – Gracias … - fue lo único que dijo para seguir disfrutando del suave contacto, el niño se sentía muy tenso y quería correr para escapar de esa mirada afilada que le estrujaba el estómago, por alguna razón que no llegaba a comprender se sentía en peligro.
 
El mayor notó su reacción pero no le dio importancia, en cambio le gustaba verlo contrariado, además solo quería borrar la marca que otra persona había hecho en el cuerpo del niño, sintió que solo él podría darle la correcta atención, que podría enseñarle el arte de matar como nadie más podía porque Hisoka quería que Gon sea su alumno para tenerlo siempre y vigilarlo sin restricción, pero también quería conservar su inocencia y belleza natural.
 
En su mente se creaba un conflicto por no saber que era exactamente lo que quería de Gon. Se levantó de su posición y se fue caminando otra vez sin decir nada, muy metido en sus pensamientos buscaba comprender sus verdaderas intenciones. 
 
Tal vez solo quería las sonrisas o su cuerpo ¿Quién sabe? En una mete tan compleja como la de Hisoka se podría espera cualquier cosa retorcida.
 

 
Esa noche fue como una tortura para el administrador, por más que quería no podía quitar de su mente a Gon; lo imaginaba desnudo a su merced mientras lo castigaba y lo hacia llorar por dejarse tocar por otro hombre; en su fantasía el niño lo esperaba siempre a la salida solo para decirle que lo extrañaba. En ese momento comprendió que no sería nada sencillo lo que deseaba, pero aun así lo conseguiría, cueste lo que cueste, mate a quien mate…
Pensó que si saciaba su capricho se le pasaría, pero se equivocó, Gon no era un simple objeto el cual podía usar y botar, lo quería para él, para siempre…
 

 
Los días siguieron pasando, quería decirle y hacerle todas esas cosas que anhelaba, pero no podía, sabia que si intentaba hacer suyo al niño solo conseguiría arrancarle la sonrisa del rostro, cosa que nunca se perdonaría por qué era eso lo que más deseaba de Gon, deseaba todas y cada una de las sonrisas del niño solo para él. Pero también le excitaba la idea de verlo sufrir, quería ser odiado por que estaba más seguro de que eso fuera a suceder que lo contrario, su deseo de someterlo y marcar con sus manos ese delicado cuerpo lo llevaba a la locura, quería ser culpable del llanto del niño y también ser su consuelo. (Hisoka loquisho :v ) 
 
Llegó el campeonato y Gon se llevó la medalla de oro, sentía que gracias a sus días de esfuerzo pudo conseguir el primer puesto, quería buscar a Hisoka para darle la noticia pero nunca lo encontró, aunque el administrador nunca le dijo nada ni le dio su apoyo, siempre estaba ahí cuando entrenaba y eso le subía los ánimos cuando más cansado estaba.
 
Siguió buscándolo, pero nunca apareció… Hisoka ya había vuelto a su verdadero oficio…
 
FIN FLASH BACK
 
Gon terminó de atender a Hisoka perfectamente como lo había ensayado, estaba dispuesto a usar los consejos de su tia para conseguir el primer puesto otra vez, si su papel era ser una sirvienta, una sirvienta seria. El brillo de sus labios era llamativo para quien sea que lo viese, aún más con el rubor natural que tenia por estar avergonzado ante tal situación.
 
- Hisoka- san… ¿Lo está disfrutando? - dijo inclinándose hacia su amo con las manos hacia atrás. El administrador lo observaba mientras tomaba u sorbo de su café, tenia ganas de acercarse y borrarle el labial con un desenfrenado beso, pero no podía, solo se limitó a contestar con un simple “si”. No quería acaparar la conversación con su voz, prefería escuchar la risita del niño cuando se alegraba.
 
- ¿Quiere algo más amo? La casa invita – fue lo último que dijo antes de sentir los dedos de Hisoka encima de sus labios. Se quedó sin decir nada ni se movió, solo centro sus ojos en las frías orbes ámbar de Hisoka. Todos miraban de reojo la situación, pero nadie hizo nada. Killua echaba humos desde su esquina, había escuchado la pregunta que hizo Gon y comprendió que en ese gesto, que el perlirrojo quería los labios de su amigo, fue una respuesta indirecta pero él lo comprendió.
 
El administrador puso presión en sus dedos para quitar un poco del brillo labial, se miró los dedos y luego miró al niño que se encontraba sonrojado, sin quitar la abrumadora mirada de su presa se llevó los dedos a la boca para limpiarlos y saborear el dulce sabor de la saliva ajena.
 
Ese gesto no pasó desapercibido para la sirvienta, por más ingenuo que sea comprendía que eso era un beso indirecto, se preguntaba si fue a propósito o no, o si fue una prueba para calificar su reacción, no lo sabía pero aun así lo incomodaba.
 
Hisoka se paró de su asiento y echó un vistazo rápido al lugar, todos se quedaron quietos por una razón inexplicable, se retiró dándole una ultima sonrisa al niño moreno que no pudo evitar sentir escalofríos. 
 
Todos sintieron un gran peso salir de sus espaldas, pronto terminara la jornada y podían descansar. Cuando llegó el final del día se dispusieron a limpiar y a dejar todo tal y como estaba, el líder del club cambió su vestimenta lo más rápido que pudo para volver a ser el mismo niño rudo de siempre. Killua le enseñaba las incontables fotos que le tomó y que usaría como soborno algún dia, a pesar de haber trabajado todo el dia aún tenían energías suficientes para corretearse, los compañeros mayores los envidiaban sanamente por tener tantas fuerzas.
 
- Si tienen tantas energías deberían limpiar solo ustedes dos – se escuchó que provenía del fondo del lugar. Empezaron los murmuros de los que ya querían irse y el líder tomó la decisión de darles el resto del dia libre. Como si hubiera sido una amenaza salieron corriendo directo a sus hogares para poder descansar.
 
El dúo de amigos se quedaron solos en unos cuantos minutos, Leorio y Kurapika fuero los últimos en despedirse, ya solos se quedaron mirando por varios segundos…
 
- ¡El último en terminar de limpiar su parte pagará la cena! – gritó Killua tirándose a correr para tomar ventaja de Gon.
 
- ¡OSU! – contestó energéticamente antes de limpiar con todas sus fuerzas. Tenían un nuevo reto, el juego acababa de comenzar.


El albino le arrojaba las colchonetas para impedirle avanzar y Gon se las devolvía con más fuerza; el club se volvió en su zona de jugos por un largo rato. Cuando terminaron de limpiar se tiraron encima del cuadrilátero, cansados de tanto ajetreo aquel momento les recordó el primer dia que se conocieron, la vez que pelearon hasta quedar sin energías.
 
Killua lo miraba sintiendo nostalgia por los recuerdos que venían a su cabeza, su mente se detuvo al recordar lo que sucedió en la azotea ese mismo día, sintió vergüenza y nervios porque otra vez estaban a solas sin hacer nada.
 
Gon se acercó a su amigo para verlo de más cerca  y todavia echado en el piso tomó un impulso descontrolado  abrazandose encima de él. Quería tenerlo cerca, no sabía porque pero tenía miedo de perderlo, algo le decía que pronto lo perdería...
 
Killua sintió ansiedad por apretarlo fuertemente pero no lo hizo, otra vez sentía que si hacia algo no terminaría tan bien como en la azotea, pudo notar que su amigo no estaba del todo tranquilo ya que sentía contra su pecho la aceleración desvariada del moreno.
 
- Gon ¿Estás bien? – por más que quería no podía controlarse, sus manos le temblaban al corresponder el abrazo, todo porque Gon estaba encima suyo.

No volvió a preguntar nada, solo se quedó quieto disfrutando el abrazo, le gustaba sentir ese calor y aroma dulce que solo su amigo tenia, el olor a manzanitas frescas que desprendía el cabello de Gon lo hacia fantasear, sus manos rodeaban esa cintura delgada que ya no llevaba tanta ropa, ahora solo tenia una camiseta blanca que se adhería a la piel remarcandolo con sutileza.
 
- No te separes de mi Killua… Nunca lo hagas por favor… - contestó después de un largo rato para poder despegarse del agarre y mirar muy de cerca a su amigo, la distancia de sus rostros era de apenas unos milímetros. El albino se quedó sin aliento y no entendía ni quería entender por qué Gon actuaba así, pero le gustaba, le gustaba que tuviera tanta facilidad de mostrar lo que siente.


Ninguno de los dos pudo evitar sonrojarse por la posición, especialmente el de shorts verdes sentía sus mejillas arder por haber actuado con descaro y haberse colocado en una posición sugerente. De todas formas no se movería hasta escuchar la respuesta, los segundos eran eternos cuando observaba esos hermosos ojos azules que tanto le gustaba. En cambio, Killua ya no aguantaba más la respiración entrecortada de Gon, su aliento a fresas le parecía tentador.
 
- N-Nunca me iré de tu lado… - sus labios rosaban los ajenos cuando hablaba, Gon no se movió, se contentó al escuchar esa respuesta y cerró los ojos lentamente.
 
- ¿Puedo darte un beso? – dijo sin mirar la reacción que provocaría, no tenia malas intenciones y tampoco creía que estaría mal, solo tenia muchas ganas de besarlo y sin medir las consecuencias de sus actos sintió los labios húmedos de Killua encima de los suyos. Un inexperto beso los juntó, apenas y se movían con vergüenza, aquello era nuevo para los dos y querían que su juego sea el mejor.
 
El Zoldyck sintió calor en todo su cuerpo, especialmente en su abdomen, se sentía tan bien aquello que apretó con sus delicadas manos la ropa de su amigo , Gon abrió su boca levemente para darle mayor facilidad de ingreso y así disfrutar el roce de sus lenguas, poco a poco se quedaron sin aire y sus labios desbordaban la saliva ajena.
 
Se separaron apenas con un poco de aliento, sus agitados pulmones rogaban por oxigeno pero a ellos no les importaba su estado físico, solo podían deleitarse con la escena del otro, sentían que podían morir de felicidad en ese momento. El ojimiel estaba a punto de continuar con la degustación, pero los brazos de Killua lo detuvieron aprisionándolo contra su pecho. 
 
- T-Te daré t-todos los que quieras…- contestó el albino tras el tierno beso compartido. Se levantaron de sus posiciones y sin mirarse terminaron sus quehaceres.
 
Killua sabia muy bien que eso no era correcto entre hombres, pero no sentía culpabilidad al haberlo hecho con Gon, creía que estaría bien si de esa forma podía demostrar sus sentimientos, aunque no lo comprendía del todo, su amigo era el único que lograba ponerlo así, ni siquiera las películas de adultos lo había puesto de esa manera, sabía que esas reacciones eran normales porque lo había conversado con su padre, pero Gon nunca ha hablado con otro varón acerca de su sexualidad o de lo que tenga que hacer cuando sus sueños húmedos no lo dejen dormir y ya faltaba muy poco para que eso ocurriera…
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Notas finales:

Chan Chan CHAAAN! 

Ya les dije que amo el HisoGon tanto como el IlluKill?

Realmente no estamos bien de la cabeza, sí, "estamos" ,porque yo sé que les gusta también ;)

Bueno, si alguien quiere más de estas ship's solo diganmelo, podria agregar una que otra cositas solo para ustedes.

Un abrazo para ti querido lector :)

 

-Heart


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