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Olvidando un amor por FruttiKouki

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Notas del capitulo:

El segundo capítulo ha llegado, aunque tiene menos de 20 minutos que publique el anterior (xD) pero espero que este sea de su agrado. 

¡Nos leemos abajo!

El aire lograba despeinar sus ya rebeldes cabellos castaños, la temporada de primavera había ya pasado junto con el invierno y la Winter Cup. El evento que pronto se avecinaba y que estaba a la vuelta de la esquina era el cumpleaños de su compañero peli azul, el cual en el tiempo que llevaban conociéndose había logrado aprender varias cosas de esté. Un suspiro un, tanto frustrado, salió de sus labios y se acomodó la bufanda marrón con rayas azules que le cubría el cuello para protegerlo del frío; no tenía ni idea de que podía regalarle a Kuroko y eso lo hacía temer el no tener un presente para su amigo. Menos mal que había quedado con sus amigos Fukuda y Kawahara para salir a buscar un buen regalo para el cumpleañero próximo.

Llegó a la escuela soltando su aliento en ambas manos para así calentarlas, miró alrededor por si alguno de los demás estudiantes le era conocido, al notar que no fue así se dirigió hacía su salón. Cuando entró notó al profesor acomodando sus cosas en el escritorio y apresuró el paso para llegar a su asiento. Vagamente ponía atención a las clases pues sus pensamientos se encontraban vagando en las preparaciones que necesitaban para la fiesta que le brindarían al ojo azul. Cuando menos lo pensó la hora de la salida había llegado, apresurado salió hacia la puerta de entrada de la escuela, la emoción del inicio de vacaciones de invierno combinada con los nervios de planear la fiesta, hacían que en su estómago se sintiese un cosquilleo parecido a cuando había entrado a la cancha en el último partido de la Winter Cup.

Al recordar los sucesos de ese entonces, que incluso ahora parecían inciertos, le hacían sentir escalofríos provocando que incluso sus manos que tenía frente a su rostro calentándolas con su aliento temblasen. Sacudió su cabeza evadiendo estos recuerdos y logró escuchar su nombre, al voltear se encontró con sus amigos los cuales apenas salían de clases. – Perdona Furi, es que el profesor de química se le ocurrió dejarnos un cuestionario larguísimo y si no lo terminábamos no podíamos salir – se disculpó Fukuda con ambas manos juntas en forma de plegaría. Furihata negó con la cabeza y ambas manos mientras mostraba una sonrisa un tanto nerviosa, cosa natural en él, para demostrar que no le molestaba en absoluto – no te preocupes, no llevo demasiado esperando – Kouki y sus amigos sabían que, aunque se hayan tardado una hora, él los hubiera esperado y daría la misma respuesta. – Bueno, será mejor que nos encaminemos, no quiero estar apresurado escogiendo las cosas solo porque están por cerrar la tienda – comento Kawahara quien posaba sus manos detrás de su nuca al mismo tiempo que caminaba hacia afuera.

 

*                             *                             *                             *                             *

Si bien, el día había llegado, según las noticias que traía Kagami era que Kuroko llegaría hasta en la tarde, por ello tenían tiempo suficiente para adornar el apartamento del pelirrojo. Habían pasado unas horas cuando el tigre fue a atender a algún visitante, cuando menos lo pensó logró escuchar una voz que no reconocía pero que tenía la idea de haberla escuchado en algún momento. Inmediatamente se giró para encontrarse con un Takao saludando a todos bastante animado, detrás de este le siguió Himuro con su típica aura de tranquilidad a la vez que observaba el lugar un poco impresionado por los adornos que, hasta entonces, habían logrado poner. Su extrañeza no tardo ni un momento en pintarse en su rostro y, como si pudieran leer también el de los demás, ambos pelinegros dieron una breve explicación de la situación.

Sin más contratiempos siguieron con las preparaciones para el festejo hasta caída la tarde cuando el timbre de la puerta se logró escuchar mientras los crepúsculos de la tarde noche se asomaban tras la ventana corrediza del apartamento de Taiga.

Más emocionado que de costumbre, Kouki decidió ser quien recibiera al pelo azul el cual ya estaba enterado de la fiesta que tenían preparada para él. Grande fue su sorpresa y, confiesa, miedo que sintió al ver al pelirrojo capitán de Rakuzan tras abrir la puerta. – Hola, debes ser Furihata-kun -  dijo casualmente esté sin notar el impacto y temor que causaba en el castaño, el cual se mantuvo paralizado en la puerta ante la impresión y no queriendo hacer un movimiento en falso para evitar la furia de este. –¡¿A… Akashi?!- logró pronunciar un Kouki bastante tembloroso y sintiendo como sus piernas le fallarían en cualquier momento. -Ya que están todos aquí, los traje también – comento Kuroko bastante emocionado detrás del emperador haciendo que Furihata soltará un grito no tan masculino frente a la generación de los milagros los cuales lo miraban para que los dejase pasar.

-Llegas tarde, senpai… - pronunció apenas Kagami cuando se notó a cierto moreno con aire desinteresado entrar al departamento del pelirrojo, -vives en un buen lugar- comentó con su ya conocido tono aflojerado mientras miraba alrededor. Sorprendiendo a los presentes, los milagros entraron observando los adornos festivos en las paredes de la habitación, llevándose a Furihata entre los brazos del más alto de ellos. Su cuerpo yacía inmóvil y pareciera que había dejado este mundo desde el momento en que abrió la puerta. Como siempre, el primero en estar lo bastante emocionado y despreocupado era Kise quien saludo a todos con una sonrisa.  

-Capitán, Izuki-senpai. Realmente me sorprendieron, vinieron también – dijo Kuroko mirando a sus compañeros de grados más altos, - estamos sorprendido también, incluso trajiste a la generación de los milagros- le observó Hyuga con tono precavido quien estaba a lado del pelinegro ojo de águila. Al escuchar esto, Akashi inmediatamente dio dos pasos delante a la altura de Tetsuya – Lamento la intromisión, soy Akashi de Rakuzan – comento con una tenue sonrisa haciendo una inclinación hacia estos intentando hacer que lo recordarán - ¡Eso ya lo sabemos! - le reprochó sin llegar a lo grosero, Izuki, dándole a entender que era más que obvio que supieran de su existencia.

Después de que Murasakibara entregará a el castaño, medio muerto, a Kawahara y Fukuda, todos tomaron asientos a excepción de estos tres últimos. Cuando Riko, Kiyoshi, Mitobe y Koganei llegarán quedaron bastante sorprendidos al ver a los invitados inesperados - ¿Qué… es esta situación? – pregunto una Riko bastante impresionada - ¿Todos los de la generación de los milagros… están aquí? - terminó de decir con el mismo gesto.

El ladrido conocido de Nigou provocó que un escalofrío bastante familiar recorriera por la espalda de Kagami. Todos inmediatamente se acercaron al pequeño cachorro adulando su ternura. En cierta manera a todos le recordaba a alguien, pero ninguno estaba seguro de quien se trataba. – ¿Así que Nigou es su nombre? ¿entonces, donde está Ichigou? – interrogó Akashi mientras miraba a los demás después de haber acariciado el pequeño perro, Hyuga e Izuki miraron al pelirrojo para después, con aire despreocupado, señalar con ambas manos a Kuroko – Allí – a lo cual Tetsuya se limitó a decir – Hola. Soy Ichigou – con su rostro estoico ya conocido. Sin poder evitarlo Kawahara, Fukuda y Furihata rieron divertidos al escuchar como los milagros reconocían el parecido de su compañero con el cachorro.

Al cabo de varios minutos transcurridos todos se encontraban cada uno en su asiento, Kouki se hallaba sentado entre sus dos amigos y había evitado hablar con alguno de los milagros, no es que fuera groseros o tuviera a algún tipo de resentimiento hacia estos, pero el hecho de temblar cada vez que simplemente cruzaba miradas con uno de ellos no le agradaba. Mientras platicaba con sus amigos, notó como su entrenadora junto con la manager de Too servían las bebidas, pero nadie se acercaba a repartirlas sin más se disculpó con sus compañeros para dirigirse a ellas. – ¿puedo ayudarles en algo? – preguntó de manera tímida con una sonrisa, las chicas soltaron un suspiro aliviadas de que alguien se acercará en su ayuda, - ¿podrías repartir las bebidas, Furihata-kun? – cuestionó la castaña mientras unía sus manos en forma de ruego. El castaño se limitó a asentir con una sonrisa seguido de un “por supuesto”.

-Con permiso – avisaba Kouki a la vez que se abría paso entre las conversaciones amenas de los demás jugadores. Prácticamente pasaba desapercibido entre los jóvenes que, metidos en sus pláticas, solo le daban el suficiente espacio para pudiera dejar los vasos llenos y se retiraba sin interactuar. Kuroko se encontraba platicando con Seijuro lo supo al dejar sus vasos los cuales eran los últimos en repartir – Furihata-kun también es un excelente jugador – el comentario lo tomó completamente desprevenido haciendo que volteará a ver al chico peli azul al mismo tiempo que ambos lo miraban, - estoy de acuerdo, fue bastante increíble ver como acertaba en un tiro de tres puntos a pesar de los nervios que se le notaban – comentó el capitán de Rakuzan. Furihata, en ese momento, tenía el deseo de que la tierra se lo tragara. Sus mejillas dieron un muy leve sonrojo junto con su sonrisa nerviosa ya característica para el equipo de Seirin.

Kuroko realmente estaba buscando la manera de hacer que su compañero Furihata conociera a sus ex compañeros de Teiko, puesto que el castaño había recibido un trauma bastante grande, notó como este evitaba a diestra y siniestra el tener alguna conversación con estos. Y que mejor manera de comenzar por el causante de tal trauma, Akashi Seijuro, por ello, una vez que hubo hecho un comentario al pelirrojo en alusión a Kouki se levantó para tomar asiento con el rubio de Kaijo y la peli rosa ex manager de Teiko dejándolos para que estos cruzaran algunas palabras. Conocía a su amigo heterocromático y por ello estaba al tanto de lo buen conversador que esté podía ser.

Tras tomar asiento bajando la mirada intentando que el temor no lo invadiera, un silencio absolutamente incómodo llenaba el espacio entre ambos; - ¿gustas una bebida? – cuestionó Akashi al tembloroso Furihata, el cual asintió un tanto sorprendido de la manera amable con la que le hablaba tomando el vaso que este le ofrecía – sería genial si pudiéramos enfrentarnos de nuevo – comentó mirando a Kouki quien hacía lo mejor posible para no demostrar los nervios que tenía – ¡s… sí! d… definitivamente – trato de hablar el ojo marrón intentando sonreír.

 Pasadas las horas Kouki miró su teléfono, sin haberse dado cuenta había estado hablando de diferentes temas en cuanto al básquetbol con el emperador, ya era tarde y miró con un poco de preocupación su celular - ¿sucede algo? – interrogó el pelirrojo quien había notado el semblante de Furi – n… no, es solo que… planeaba irme temprano. Pero al parecer me tendré que quedar en casa de Kagami – respondió guardando el aparato, - ya veo, ¿vives muy lejos de aquí? – dijo para después observar también la hora en su respectivo reloj de mano – no podría decir que lejos exactamente, más bien que no se si cuando llegué estará alguien despierto – contesto con un deje de preocupación, aunque no en demasía. – Sabes, yo igual ya debo retirarme junto con Murasakibara, si gustas podríamos encaminarte a tu hogar. De esta manera también podrías darnos indicaciones del camino hacia el hotel que nos hospedamos, ya que no teníamos planeado el presentarnos a esta convivencia – sin duda el castaño se asombraba de la fluidez con la que hablaba Seijuro. Atinó a asentir provocando una sonrisa en los labios de Akashi como agradecimiento, esté se levantó para acercarse al alto peli morado que se encontraba comiendo.

Furihata se acercó a sus amigos para poder despedirse de cada uno al igual de con sus superiores y, por supuesto, del cumpleañero. – Me alegra que hayas podido conversar con Akashi-kun, Furihata-kun – comentó este con una casi invisible sonrisa, - es bastante amable y sabe sobre diferentes temas, me quedé muy sorprendido al ver lo natural que podía conversar con él – dijo en respuesta con semblante alegre. – Debo aceptar que también me ha tomado de sorpresa al encontrar a Furihata-kun bastante conocedor de distintos temas – observó Akashi detrás de Kouki, el cual se sobresaltó al no haber notado cuando este se acercaba.

Al haberse despedido de todos, se encaminaron hacía la dirección que le indico el emperador de Rakuzan, le había mostrado con anterioridad la dirección del lugar donde se hospedaban y Furihata lo reconoció de inmediato. Una vez que llegaron al lugar donde sus caminos se separaban, el castaño se despidió de sus acompañantes, es decir, Murasakibara, Himuro y Akashi – ha sido un gusto hablar con usted, Akashi-san – comentó con cierta alegría al haber, de algún modo, superado el trauma que esté le había causado. – El gusto ha sido mío, sin más me ha agradado el haber tenido una conversación tan amena contigo, Furihata-kun. Me gustaría que siguiéramos en contacto, si no es mucha molestia – indicó al contrario provocando que este negará rápidamente tanto con su cabeza como con sus manos – yo estoy de acuerdo, desde hacía mucho que no hablaba tanto con alguien de cosas que me gustan – confesó al mismo tiempo que rascaba su mejilla con cierto nerviosismo. – Si es ese el caso, ¿te molestaría el darme tu número telefónico? Para así poder seguir hablando en nuestros ratos libres, e incluso podríamos quedar un día para comer fuera y hablar más amenamente -. Kouki no estaba muy seguro del significado de esta última palabra, pero sin más, sacó su celular para mostrarle el número al otro, el cual no guardo en su lista de contactos bajo el nombre de Furihata Kouki. Se despidieron por última vez, prometiendo que pronto se volverían a contactar e inclusive, quizás, jugarían un uno contra uno si es que llegaba la oportunidad.

Al llegar a casa, tal y como lo había predicho, nadie estaba despierto, con las luces apagadas como confesor de ello. Entró sigilosamente hasta llegar a su habitación con bastante precaución ya que no quería despertar a nadie. Tomó un rápido baño para, después de haber apagado la luz, correr hasta su cama y dar un salto, una costumbre que tenía al temer que algo o alguien le jalará los pies desde debajo de está. Soltó un suspiro fuerte aún sin creer que haya incluso intercambiado números telefónicos con el emperador que anteriormente le había causado pesadillas. Sonrió ante la idea de que podrían ser muy buenos amigos, aunque le parecía bastante iluso. Y con este mismo pensamiento se dispuso a dormir.

 

Notas finales:

Bueno, ojala les haya gustado y pues espero que sigan la historia. Si hay algún tipo de errores de ortografía (o quizás horrores de ortografía) me pueden decir con toda confianza. Así tendré la oportunidad de mejorar.

¡Gracias por leer y espero sigan el siguiente capítulo que subiré en pocos minutos (tengo hasta el capítulo 7 así que a aprovechar)!


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