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Fundashi-kun por FruttiKouki

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Notas del capitulo:

¡hola! He vuelto. Hoy les traigo un nuevo capítulo con parte de la primera cita del KuroFuri. Espero sea de su gusto (UwUr).

Muchas gracias a todos aquellos que me han dejado sus reviews que siempre me animan mucho además de que me dan muy buenas idea (xD). 

¡Nos leemos abajo!

Perezosamente abrió los ojos y sonrió un poco para apegarse al cuerpo cálido de la persona de al lado. Le sujetaba con fuerza por la espalda y cintura haciéndole sentir protegido y descansado. El castaño arrugó el entrecejo un tanto confundido, ahora que lo pensaba, ¿quién era el que le abrazaba? Intentó alejarse un poco del cuerpo grande que le sostenía con fuerza, pero no pudo lograrlo. Levantó el rostro encontrándose con el rostro, apacible y descansando, de Reo.

- Mi… Mibuchi-san – llamó Kouki removiendo al mayor. ¿Cómo habían terminado así? Bueno, eso realmente no era lo importante. – Mibuchi-san – volvió a hablar sin obtener respuesta alguna. Deseaba levantarse, sentía su cuerpo un poco adormilado por la posición pidiéndole a gritos que se moviera.

- No parece que quiera despertar aún – escuchó decir a alguien a sus espaldas. Su cuerpo dio un respingo y logró reconocer la voz del pelirrojo de Rakuzan. – Kagami ya ha preparado el desayuno- avisó acercándose mientras Furihata contenía un ligero sentimiento de inquietud. Cuando, Akashi, estuvo lo suficientemente cerca, ayudó al chihuahua a lograr escapar, de una vez por todas, de los brazos del mayor.

Kouki observó, sin mucho detenimiento, el semblante relajado que tenía Seijuro. Era distinto. ¿Eso quería decir que el loco de las tijeras se había ido? Su pecho tuvo una momentánea opresión, ¿se habrá olvidado de su charla en la noche anterior? La verdad es que el castaño se había visto bastante entusiasta a escucharle y preguntar sobre los distintos temas que podía conllevar el pelirrojo. ¿Cómo debía tratar a éste?

- ¿Sucede algo? – preguntó Akashi al sentir las miradas furtivas y cortas que recibía por parte del de Seirin. Kouki negó lentamente desviando su vista, él quería poder conocer más a Seijuro y a Mibuchi. Ambos eran personas bastante extravagantes, cada uno a su manera. ¿Por qué no ser amigo de ellos? Eran amables y atentos. Aunque lo demostraban de distinta forma.

Ambos chicos bajaron, dejando dormir a solas a Mibuchi, hasta llegar al comedor.

– Buenos días, Furihata-kun – le saludó cortésmente Kuroko con una ligera sonrisa. – Buenos días, Akashi-kun – el ex emperador sonrió por la diminuta diferencia en su tono de voz, después de todo, no lo hacía con el mismo entusiasmo que con el castaño.

- B… Buenos días, Kuroko – correspondió el saludo para luego dar un ligero bostezo que cubrió con su mano izquierda e hizo que sus ojos se pusieran llorosos. Los otros dos se deleitaron con esa vista, uno más que otro.

- ¿A mí no me piensas saludar, Kuroko? – preguntó el tigre saliendo de la cocina con los platos en las manos para colocarlos en la mesa.

- Contigo aquí, no creo que sean buenos días, Kagami-kun – respondió el pelo celeste con simpleza y recibiendo un gruñido de molestia por parte de Taiga, quien, casi de inmediato, sonrió al ver el rostro adormilado del castaño y se acercó para despeinarle sus suaves hebras cafés.

- Buenos días, Furi – le dijo de manera cariñosa bajando su mano hasta la mejilla del castaño.

- Buenos días, Kagami – le respondió con una tímida sonrisa dejándose hacer. <<Quizás, de esa manera, se saludan en América>> pensó desviando la mirada tras unos segundos.

Kuroko, molesto por la escena, dio un manotazo al brazo de Taiga para que le soltará. – Demasiadas confianzas, ¿no crees, Kagami-kun? – comentó en tono amenazante y cortante mientras caminaba a su asiento en la mesa.

- Pues no parece que a Furi le haya desagradado – contestó el otro con provocación al mismo tiempo que tomaba asiento frente al chico fantasma.

Furihata, sin desvanecer su pequeña sonrisa, dio a mostrar la confusión que tenía por la situación, ¿siempre se habían llevado tan mal sus compañeros? No lo creía, siempre los miraba juntos, y por su mente había pasado, más de una vez, que ese par tenía una relación más allá que solo amigos. Aunque ignoraba que la razón, por la que casi todo el tiempo permanecieran uno a lado del otro, era porque se vigilaban mutuamente para evitar que les fuera robado el cachorro.

Seijuro observaba la escena con semblante tranquilo, aunque por dentro se hacía demasiadas cuestiones. ¿Cómo fue que permitió que su otro yo apareciera de nuevo? Aunque no podía negar que en parte fue aprobado por él mismo para lograr proteger a Furihata. Pero si era así, ¿por qué su otra personalidad aceptó sin peros de por medio? Era algo que no lograba entender.

Tomó asiento a un costado de Kuroko, que ya había comenzado a comer, mientras que Kouki se sentaba a lado de Kagami que no había esperado nada para devorar su desayuno. ¿Cómo ese castaño había olvidado todo lo sucedido la noche anterior? Podría ser que fuera más despistado de lo que aparentaba o que simplemente no tenía mucha naturaleza auto-protectora.

- Esto sabe delicioso, Kagami – halagó Furihata provocando un ligero sonrojo en el As de Seirin. El castaño comió tranquilamente siendo observado por dos pares de ojos que notaban la felicidad de éste.

Definitivamente ese chico era una persona despistada, lenta y sin un poco de naturaleza auto-protectora. Fue la conclusión a la que llegó Akashi.

                                               *                             *                             *                             *

- Continuando con la siguiente pregunta – habló el profesor de biología siendo interrumpido por la campana que anunciaba el final de su clase. – Bueno, esto quedará de tarea para la próxima clase junto con lo que ya les había dejado antes – la inconformidad grupal no se hizo esperar por parte del salón, pero poco le importó al hombre.

- Furi – le llamó Fukuda acercándose a su asiento. – Mira lo que compré el fin de semana – dijo con emoción en la voz y rostro mientras se sentaba en la silla de enfrente para mostrarle su nuevo video juego.

- ¡Oh! Debemos jugarlo cuanto antes – dijo Kouki dejando de lado guardar sus útiles escolares para tomar la caja que exponía el nombre del juego.

- ¿Te parece en tu casa? – preguntó el pelo negro sabiendo que no se negaría.

- Furihata-kun – interrumpió la conversación Kuroko, provocando que ambos chicos se sobresaltarán por la repentina aparición.

- K… Kuroko, p… Perdona, no te vimos entrar – se disculpó el castaño dejando el juego en su mesa. - ¿En qué puedo ayudarte?

Tetsuya miró de reojo a Hiroshi, quien entendió de inmediato la petición silenciosa que le daba. El pelo negro agarró la caja de plástico y se levantó del asiento. – Mejor jugamos otro día, ¿te parece? – y sin esperar respuesta se alejó de ambos con paso apresurado.

<< ¿Qué le sucede? >> se preguntó Furihata con rostro confundido mirando por donde se había, casi, esfumado su amigo y compañero de clases. Se encogió de hombros restándole importancia y volvió su atención al pelo celeste que seguía parado a su lado.

- ¿Estás ocupado hoy después del entrenamiento? – Kouki negó con una sonrisa que hizo saltar el corazón, siempre apacible, de Kuroko. Sintiéndose aliviado por poder lograr su cometido. – Pensaba que… si querías, podríamos ir a comer algo luego – invitó Tetsuya dándose cuenta que sus manos sudaban por el nerviosismo.

- Por supuesto – respondió con alegría el chico. Sin saber el porqué de que su amigo fuera tan formal.

- Seríamos sólo tú y yo – avisó con cierto temor de ser rechazado. Aunque Furihata no se había comportado de manera distante, luego de haber recibido la noticia del amor que profesaban la luz y sombra de Seirin por él, Kuroko no estaba seguro si podía permitirse el acercarse con más libertad a éste, pues ahora que conocía sus sentimientos, no veía razón para no intentar avanzar su amistad a algo más profundo.

- ¿Sólo nosotros? Por mí no hay problema, pero ¿y los demás? – Furihata ladeó ligeramente la cabeza con un poco de preocupación.

- Mientras tú estés a gusto, no tienes que preocuparte por los demás, Furihata-kun – indico el pelo celeste mientras acariciaba la mejilla del castaño con ternura. – ¿Nos vamos al entrenamiento?

Kouki asintió con vergüenza por el hecho de ser tratado de esa manera. Estaba consciente de lo que sentía su compañero por él, pero no quería ser grosero. Cargó su bolso al hombro para seguir a la sombra de Seirin. ¿Cómo debía comportarse ahora? No quería dañarlos, pero él no estaba seguro de que sintiera algo por algunos de los dos, nunca los había visto de esa manera.

                                               *                             *                             *                             *            

- Bienvenidos a la crepería, ¿qué desean ordenar? – habló con amabilidad la chica con una sonrisa a la vez que sacaba una pequeña libreta y un lapicero para anotar los pedidos del par.

- Yo quiero una crepa de queso mozzarella con crema batida y fresas, ¿tú que pedirás, Furihata-kun? – preguntó con interés el pelo celeste al castaño que sacaba su celular.

- Me gustaría una crepa dulce con Nutella, mermelada de mango y crema batida, por favor – pidió con una ligera sonrisa, para luego bajar la mirada a su teléfono que había estado sonado insistentemente. La chica anotó los pedidos y se retiró para prepararlos. – Perdona, Kuroko, en un momento vuelvo, debo hacer una llamada – avisó levantándose y saliendo del local.

Una vez fuera, el castaño marcó el número desconocido del que había estado recibiendo llamadas ese mismo día. Dos tonos se escucharon y Furihata estuvo a punto de colgar, pero se detuvo al darse cuenta que respondían.

- ¿Kou-chan? – respondió Reo desde el otro lado del teléfono. – Perdona que te haya estado llamando, seguramente estabas en medio de tu entrenamiento.

- No te preocupes, Mibuchi-san. Hasta ahora tuve tiempo para llamar, ¿se te ofrecía algo? - <<No, creo que lo primero que debería preguntar es cómo consiguió mi numero>> pensó Kouki mirando por la ventana del local que Kuroko le leía esperándolo.

- ¡Por supuesto! – dijo Mibuchi con entusiasmo. – Verás, para el fin de semana me invitaron a una reunión. Va a ir Momoi-chan y quería saber si quieres acompañarnos.

Furihata, atentó a lo que decía el pelo negro, asintió al mismo tiempo que respondía. – Claro, me encantaría. Además, así podríamos tener tiempo para platicar, ya que no pudimos la vez pasada.

- Lo sé, lo sé. Fue una verdadera pena, aunque debo decir que fue bastante entretenido. ¡Oh! Por cierto, invité también a Sei-chan ¿y adivina qué? ¡Aceptó! – el castaño no sabía cómo reaccionar a ello. ¿Acaso le estaba diciendo que el gran Akashi Seijuro aceptó asistir a una reunión de fujoshis y fundashis? Tenía que ser una broma. No obstante, ahora que recordaba, Seijuro no se había visto incomodo por la noticia. Más bien parecía bastante tranquilo.

- Me parece bien. Creo que es mejor cuando hay más hombres, ya sabes, luego las chicas se emocionan y quieren emparejarnos con quien sea – comentó Furihata entre risas. Si Kouki hubiera estado a lado de Reo, seguramente hubiera notado que éste planeaba algo, pero como siempre había sido bastante despistado, ignoró por completo las artimañas que pensaba el mayor.

- En ese caso, avisaré a Momoi-chan sobre tu asistencia. Al rato te paso los detalles. Adiosin, Kou-chan – canturreó con felicidad, dejando al menor con una sonrisa para luego colgar.

El de Seirin entro de nueva cuenta al lugar donde le esperaba el pelo celeste. – Perdona la espera – se disculpó éste a la vez que tomaba asiento y llegaba la misma chica que les atendía con sus pedidos.

- No te preocupes, Furihata-kun. ¿Con quién hablabas? Parecías muy feliz – Kouki no logró notar el pequeño enojo en la voz de Kuroko, quien comía tranquilamente de la crepa.

- Con Mibuchi-san, me invitó a una reunión y está muy emocionado – dijo antes de dar un bocado a su crepa. – Esto sabe delicioso – comentó con una sonrisa y un ligero enrojecimiento de mejillas que hizo a Tetsuya olvidar su anterior molestia.

- Me alegra que te guste. Furihata-kun, ¿cuál es tu comida favorita? – cuestionó interesado, Kuroko.

- Amo el omelette de arroz – respondió con cierto brillo en los ojos. Cosa que no pasó desapercibida por su acompañante. - ¿Y el tuyo?

- Las malteadas de vainilla – contestó sin vacilar, ganándose una risita por parte del castaño. - ¿Qué es tan gracioso?

- Es que las malteadas no son comida, Kuroko.

- Pues eso es lo que me gusta – dijo Tetsuya, con un ligero puchero. - ¿Tienes algún pasatiempo?

- Sí. Leer, comprar y estudiar ferrocarriles… entre otros – habló dubitativo mientras jugaba con un trozo de su comida.

- ¿Qué otras cosas?

- Pues… ya… Ya sabes… cosas – contestó mientras sus mejillas tomaban un poco de color y evadía la mirada del pelo celeste.

- Sí, pero que cosas. De verdad quiero conocer más de ti, Furihata-kun.

- So… Sobre el… Yaoi, me gusta escribir y leer sobre eso – respondió con rapidez en casi un susurro. Kuroko sonrió ante aquel gesto y se inclinó ligeramente hacia Kouki.

- Si es algo que te gusta, no deberías preocuparte por ser mirado mal – le aconsejó, tomando de sorpresa al otro que le vio con una pequeña sonrisa. Asintió al ver que el castaño se relajaba un poco más. – Mibuchi-kun me comentó que escribes de la generación de los milagros, ¿puedo saber cómo los describes? 

Notas finales:

¿Kuroko se enterará de las otp´s del pequeño chihuahua? (:0) ¿Qué reacción tendrá? Ya me la imagino (xD). Espero que les haya gustado el capítulo de hoy. 

Como ya saben, pueden dejarme un lindo review aca abajo donde pide nombre (pueden poner anonimo si quieren) y abajito dejan su mensaje (>u<!!). 

Nos vemos en el siguiente capítulo OwO)/"


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