Su uniforme yacía colgado detrás de la puerta para usarlo al día siguiente y él se había sentado en su cama para poder leer un poco de lo que Furihata le había recomendado. Sus ojos celestes no parecían querer parpadear por la sorpresa y su boca se había abierto ligeramente a causa del asombro. No estaba seguro de cómo sentirse, triste, impactado, feliz, decepcionado; pero estaba seguro que lo que más predominaba en él era la decepción.
Al principio no lograba comprender la razón de que lo emparejarán con Kagami, después de todo, ambos eran rivales, pero ahora entendía la razón por la que Kouki le había dicho que lo mejor sería que él mismo leyera en ciertas páginas para enterarse de sus gustos. Kuroko frunció ligeramente el ceño, ¿por qué lo ponían como alguien delicado? Quizá no fuese tan fuerte en presencia y físico como los demás, pero él mismo se consideraba alguien bastante varonil, ¿en qué se basaban para ponerle tan débil y femenino?
¿Esa era la forma en la que le miraba Furihata? Porque si era así, él mismo se encargaría de abrirle los ojos. Chasqueó ligeramente la lengua mientras cerraba su laptop, nada tenía sentido. Y como si no fuera poco, también lo emparejaban con Aomine, eso era completamente ridículo, ellos sólo habían sido amigos.
Sacó su celular y marcó el número de Kagami, si alguien más debía saber sobre eso, ese tenía que ser el pelirrojo.
* * * *
Guardaba la comida que había preparado en el refrigerador y congelador, así no tendría que preocuparse de cocinar en las mañanas o en las noches, le sería más sencillo preparar su almuerzo, si es que lo llegaba a hacer, y podría levantarse más temprano al día siguiente para poder acompañar a Furihata a la escuela.
Kagami sonreía como niño pequeño en navidad con el sólo hecho de pensar en pasar tiempo con el castaño. Con ver aquella linda e inocente sonrisa u observar el brillo en sus ojos cafés que miraban al mundo como algo increíble y asombroso. Y, junto a Kouki, así era.
Su celular le sacó de sus pensamientos al mismo tiempo que limpiaba la cocina, agarró el aparato donde se alcanzaba a leer el nombre de Kuroko en la pantalla táctil.
- ¿Kagami-kun? – le habló el pelo celeste confirmando que fuera el pelirrojo quien respondía.
- ¿Qué sucede, Kuroko? – preguntó el tigre a la vez que se dirigía a su habitación para poder preparar sus cosas para mañana.
- Hoy tuve mi primera cita con Furihata-kun – avisó el otro recibiendo ninguna respuesta de su compañero. Ante el silencio, Tetsuya frunció ligeramente el ceño en extrañeza, se esperaba que el pelirrojo le gritará o tuviera algún tipo de reacción exagerada y ruidosa. - ¿Kagami-kun? ¿Sigues vivo?
- … Perdona, me pareció escucharte decir que habías tenido una cita con Furi – dijo entre risas forzadas el más alto.
- Eso mismo fue lo que dije. Furihata-kun y yo hemos tenido nuestra primera cita.
Y, de nuevo, sólo se escuchó el silencio. Kuroko se preguntaba si era algún tipo de shock, para el As de Seirin, el que haya salido con Kouki, y que por ello mismo no pudiera responder con facilidad. Kagami no hallaba las palabras que debía decir, si Furihata había aceptado salir con el chico sombra quería decir que ya eran algo más que amigos, ¿ya habían comenzado una relación? Pero, ¿desde cuándo? ¿Furihata sentía algo especial por Kuroko?
Sacudió su cabeza ante la abrumada cantidad de preguntas que le aparecieron una tras otra. Su corazón latía con rapidez y un ligero, pero molesto, dolor en su pecho comenzaba a surgir sin permitirle estar tranquilo. ¿Acaso había sido rechazado sin darse cuenta? Su mente era un caos y deseó que todo lo que sospechaba fuera solamente eso, sospechas.
- Oh… Ya veo, y… - dio un carraspeo para aclarar su garganta por lo incomodo que le parecía la situación. - ¿Y cómo les fue?
- Bastante bien, hablamos de varias cosas. Lo llevé a comer unas crepas y pidió una muy dulce – comentó con una pequeña sonrisa.
Taiga sonrió de lado al escucharlo, siempre había pensado que Kouki gustaba de los dulces, pero esto sólo lo confirmaba. Hubiera deseado tener, al menos, una cita con él. Su puño izquierdo se cerró en impotencia y enojo por no haber logrado dar a conocer por completo sus sentimientos. Sin embargo, respetaba a Furihata y si esa era su decisión, él lo aceptaría. Quizás no le olvidaría, pero no querría interferir logrando que Kouki le odiará, eso no podría soportarlo.
- Me lo imagine, supongo que se nota que le gustan las cosas dulces – comentó intentando sonar lo menos afectado posible, cosa que no paso por alto por el pseudo ojo de emperador.
- Kagami-kun, Furihata-kun y yo no estamos saliendo aún. Sólo lo invite a salir después del entrenamiento – explicó, aunque no queriendo, a su compañero de equipo.
- … ¿Qué quieres decir?
- Que Furihata-kun y yo no estamos en una relación, aún – volvió a repetir comenzando a arrepentirse por ello.
- Kuroko… En un momento te llamó – y colgó sin esperar respuesta. Taiga dejo el celular en la mesilla de noche que se hallaba a un costado de su cama. Salió de la habitación, al igual que de su apartamento, y bajó las escaleras que eran iluminadas por las diminutas luces del techo. Caminó con paso tranquilo hasta la mitad de la calle que era poco transitada. Miró a ambos lados para cerciorarse de que nadie le viera. Tomó aire y lo soltó en un grito fuerte. - ¡¡No puede ser!! ¡¡Me estás matando Kuroko!!
Soltó otro poco de aire y regresó a su departamento para volver a llamar al pelo celeste.
- ¿Kagami-kun? – volvió a hablar Kuroko desde el otro lado del teléfono.
- Perdona, tenía que ir a hacer algo – se excusó el más alto mientras tomaba asiento en su cama. – Entonces… me decías que tuvieron su primera cita y que no eres el novio de Furi porque yo o seré, ¿cierto?
- No exactamente, pero creo que entiendes más o menos la situación – dijo con cierto descontento al escucharle.
- Bueno… ¿Y sólo me llamaste para presumírmelo?
- En parte – reconoció Tetsuya causando irritación en el pelirrojo. – Pero no sólo eso, también quiero decirte que Furihata-kun nos empareja.
Kagami entrecerró los ojos con confusión, ¿qué le estaba diciendo Kuroko? – ¿Qué quieres decir con eso?
- Que Furihata-kun piensa o pensaba que éramos pareja…
- ¿Nosotros?
- Así es.
- ¿Tú y yo?
- Exacto… - respondió con irritación.
- Ya veo… - soltó un resoplido. ¿Cómo era posible cansarse más en una conversación por teléfono que por el intensivo entrenamiento? Sólo Furihata lograba eso sin proponérselo. – Hablaré con él. Mañana pienso… - calló al darse cuenta que cabía la posibilidad de que Kuroko le arruinará sus planes.
- ¿Mañana? – le incitó el otro a seguir.
- Quiero decir, mañana veré a Furi durante el almuerzo o el entrenamiento, así que aprovecharé para decirle que se equivoca totalmente.
- Ya veo… En ese caso, creo que yo también debería ir – comentó Kuroko queriendo interrumpir el momento en el que se encontrarían ese par.
- N… ¡No! – se negó rotundamente de pronto. – D… Digo… Es que quiero… aprovechar para pedirle salir…
<< Kagami-kun es un tonto>> se dijo la sombra de Seirin y sonrió ante lo inocente que era el tigre. – Ya veo, en ese caso no interrumpiré…
La llamada terminó y Kagami tuvo un mal presentimiento del asunto. Pero el pensamiento duró poco al pensar en donde llevaría al chihuahua.