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Fundashi-kun por FruttiKouki

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Notas del capitulo:

¡Hola! Les traigo el capítulo 14 de este alocado Fanfic, que poco a poco va tomando forma. En el capítulo de hoy habrá KuroFuri, KagaFuri, un beso y una agarrada... de manos (x'''D). Me gusto mucho escribirlo y lo hice velozmente. 

Muchas gracias a los lindos reviews que me envían y me animan mucho, mucho. Aunque debo decir que cada vez son menos (;-;) no sé si será porque les aburre la historia o algo así (QnQ). 

¡Nos leemos abajo!

- ¡Kouki, ya levántate o se te hará tarde! – le avisó su madre desde el otro lado de la puerta y Furihata se vio obligado a abrir los ojos con pereza deseando dormir un poco más. – Pasa, en un momento estará listo – se escuchó decir a la mujer a la vez que abría la puerta y dejaba entrar a un pelirrojo alto y bastante intimidante.

- Buenos días, F… Furi… - Kagami tartamudeo un poco al observar el rostro sonrojado por el sueño de Kouki mientras se tallaba un ojo sentado en la cama.

- Buenos días, Kagami – dijo el castaño con una sonrisita risueña que hizo al tigre sonrojarse ligeramente. – No sabía que… - bostezo un poco – vendrías, ¿pasó algo? – preguntó quitando las cobijas de encima suyo para levantarse e ir por su uniforme escolar.

- Ah… No, no pasó nada. Sólo pensé que podríamos ir juntos a la escuela – soltó con un poco de incomodidad el más alto al no haber pensado en una buena excusa.

- Me parece bien, pero, ¿no sería más difícil para ti? Digo, vives en el lado opuesto así que caminarías más – Furihata dejó su uniforme en la silla junto al escritorio para comenzar a acomodar su cama. – Puedes sentarte, si quieres – dijo con amabilidad señalando la silla.

Taiga asintió para luego tomar asiento en el lugar indicado. – Quizá, pero quería ver, si tú estás de acuerdo, que fuéramos juntos de ahora en adelante. Y también quisiera invitarte a comer algo cuando salgamos, ¿qué dices?

Kouki, que para entonces ya había terminado de tender las cobijas de su cama, lo volteó a mirar con una sonrisa nerviosa, un ligero sonrojo y rascó su mejilla. – Por mí no hay problema, pero soy un poco perezoso para levantarme.

<< Por mí no hay problema en levantarte cada mañana>> pensó al imaginarse estar cada mañana en aquella habitación inundada del aroma embriagador del 12 de Seirin. – No te preocupes por eso. Así podríamos aprovechar a acostumbrarnos a levantarnos más temprano. Aunque no creí que fueras tan flojo – comentó con una sonrisa divertida y el menor hizo un ligero puchero inflando sus mejillas rosadas.

El pelirrojo tragó saliva y miró a un costado hasta que su compañero de equipo salió del cuarto para cambiarse en el baño. Quizás, y sólo quizás, no había sido tan buena idea pasar por Furihata en las mañanas, no estaba seguro de poder contenerse al verlo despertar de ese modo; pues, desde que entró a la habitación, sintió que su corazón tendría un paro cardíaco o que talvez tendría hipertensión. La imagen con la que le recibió el cachorro era demasiado para él, y tuvo que tensar todo su cuerpo para evitar saltar encima de éste.

<<No, no, no, no. No puedo permitir que Kuroko vea éste lado tan tierno de Furi>> se convenció a sí mismo mientras empuñaba las manos con una sonrisa.

- Kagami, ¿ya desayunaste? – interrumpió sus pensamientos el castaño mientras abría la puerta. – Si no, mi mamá hará de desayunar ahora, ¿quieres comer conmigo?

- Claro, me gustaría

                                               *                             *                             *                             *

Caminaba tranquilamente por la banqueta mientras sostenía con una mano el libro que estaba leyendo. Era temprano, pero quería pasar a platicar con Furihata antes de comenzar las clases. Una persona chocó por accidente con su hombro, lo que lo hizo alzar la vista y darse cuenta que, enfrente al lado contrario de donde venía él, caminaban Kagami y Kouki platicando. El tigre comentado algo que, por la distancia, no alcanzó a escuchar y el castaño riendo de vez en cuando para luego decir algo también.

¿Era ese el plan de Kagami? ¿Pasar por el castaño cada mañana? Eso era realmente inesperado, ya que el pelirrojo solía ser bastante malo para levantarse en las mañanas, sin embargo, ese acto sólo demostraba lo serio que iba con Furihata.

- Buenos días, Furihata-kun, Kagami-kun – saludó al estar delante de ambos. Kouki se sobresaltó al no haberse dado cuenta de su presencia y Kagami le imitó un poco más acostumbrado a esas situaciones.

- B… Buenos días, Kuroko – correspondió con una sonrisa el castaño una vez que tranquilizo el latir rápido de su corazón por el susto.

- Buenas, Kuroko – dijo Kagami un poco molesto porque le interrumpiera en su tiempo con Furihata.

- No sabía que vendrían juntos a la escuela – comentó el pelo celeste de camino a los casilleros, donde se hallaban sus zapatos, siendo seguido por los otros dos. – Me ha sorprendido bastante el saber que Kagami-kun se levantó temprano. Seguramente pronto será el fin del mundo.

Furihata río divertido, ignorante de las miradas furibundas, y que parecían echar chispas, que se daban la luz y la sombra. – No es para tanto. Yo también batallo para levantarme en las mañanas – consoló al tigre.

- Pero la diferencia es que Furihata-kun debe ser lindo al despertar, en cambio, Kagami-kun pareciera un oso después de la hibernación – explicó el pseudo ojo de emperador después de cambiar sus zapatos.

- ¡Oí! Yo no parezco un oso – se quejó el pelirrojo para luego voltear a ver a Furihata, quien se divertía por las peleas de ambos. – Nos vemos, Furi – le dijo mientras le despeinaba un poco. – Al rato hablamos.

Kouki asintió con un ligero sonrojo por los actos del mayor. – Nos vemos – se despidió de ambos chicos para luego caminar a su salón de clases, encontrándose en el camino con Fukuda.

*                             *                             *                             *

- Te estaré esperando afuera – avisó Kagami al terminar de cambiarse y estando a solas con Furihata en los vestidores. Se sentía emocionado, quizá no podría llevarlo a alguna parte alejada, ya que era bastante tarde, pero tendrían un tiempo a solas para platicar y conocerse mejor.

El pelirrojo salió dejando al castaño sólo en el lugar. Furihata, intentando no hacer esperar mucho a su amigo, comenzó a desvestirse, pero el sonido de un casillero cerrándose le hizo brincar del susto. Miró alrededor sin lograr ver a nadie, tomó su playera blanca para cubrirse un poco y con paso tembloroso caminó hacia los últimos casilleros. – H… ho… ¿Hola?

- Hola, Furihata-kun – escuchó detrás de él y soltó un grito de miedo mientras caía al suelo de sentón. – Perdona por asustarte, ¿estás bien? – Kuroko se acercó con preocupación al menor que yacía en el suelo.

- S… Sí, es sólo que me… sorprendí – dijo Furihata un tanto cohibido por la cercanía que comenzaba a tener el pelo celeste con él. Miró a un costado de manera nerviosa, haciendo que Tetsuya tomará su mentón para que le viera.

- ¿Seguro que estás bien? No me lo perdonaría si te lastimarás, Furihata-kun – le dijo con un susurró en la silenciosa habitación. Los demás se habían ido y sólo quedaban ellos dos, no sería malo que se asegurará que Kouki pensará en él el resto de la semana.

Por ello, usando su dedo pulgar, acarició el labio inferior de Furihata, lo miró a los ojos notando el enrojecimiento en las mejillas del menor. Se relamió los labios de manera casi imperceptible, y se inclinó hacia el rostro de Kouki y, con suavidad, besó los labios rosados de éste.

Furihata se había quedado quieto por completo, no tenía ni la menor idea de que hacer. Así que, lo único en lo que pensó fue, cerrar los ojos mientras su cuerpo temblaba ligeramente por el nerviosismo. Dio un ligero respingo cuando Tetsuya mordió ligeramente su labio, logró interceptar la lengua del otro queriendo meterse a su boca y fue entonces que el pánico le inundó. Cerró sus labios con fuerza y su cuerpo tembló con más ahínco, sin darse cuenta ya estaba casi recostado en el suelo mientras que el pelo celeste estaba sobre él.

Kuroko, al notar la resistencia del castaño, dio otro corto beso en sus labios antes de alejarse para darle el espacio suficiente para que se levantará. Tal vez había sido demasiado para Furihata, lo más seguro es que aún se sentía inseguro y perdido por lo que ellos sentían por él. Y él lo comprendía. Antes de levantarse, acarició la mejilla rosada de Kouki y vio aquellos orbes castaños que daban a entender la vergüenza que sentía. – Perdón, no pude resistirme – se excusó levantándose y ayudando al otro.

Definitivamente la sensación de los labios de Furihata era la mejor de todas, deseaba más, que se olvidarán de Kagami y se fueran a otra parte más privada; pero no quería presionar a Kouki, no deseaba confundirlo más, así que, una vez que limpió su uniforme, dio un corto roce de labios al menor y le sonrió. – Será mejor que me vaya, o no podré retenerme.

Salió dejado en solitud a el castaño de Seirin. Su rostro enrojeció coloreando su cuello, mejillas y orejas de un rojo que cada vez iba subiendo más de tonalidad. ¿Qué había sido eso? Su primer beso había sido robado por un chico. ¡¿Acaso se hallaba en algún tipo de manga yaoi y ahora sólo faltaba que hubiera un trío?! Kouki negó reiteradas veces, eso era imposible, y realmente no lo deseaba. Él era del pensamiento de que sólo estaría con una persona en su vida y que la amaría con todo el corazón, puede que sonará cursi y ridículo, pero ese era su pensamiento.

Cerró los ojos, estando aún nervioso, se tocó los labios con las yemas de sus dedos y se dio cuenta que la sensación de los labios de Kuroko persistía en los suyos. Nunca pensó que su compañero tuviera los labios tan suaves, aunque tampoco pensó que lo descubriría de esa manera. Soltó el aire que estaba reteniendo en un intento de tranquilizarse, Kagami aún lo estaba esperando afuera, así que debía apresurarse. Cambió su ropa sin poder quitarse la imagen del rostro de Kuroko cerca de él, ¿iba en serio con él? Bueno, si no fuera así, no hubiera besado a otro hombre, pero eso quería decir que Kagami también sentía algo por él.

Kouki cerró el casillero azul y recargó su cabeza en éste. Hasta ahora se daba cuenta de lo que significaba la confesión de ambos. Él les gustaba a los dos en el sentido amoroso. ¡Él! ¿Qué debería hacer ahora? Lo mejor sería tomar distancia, pero no podía decir que le incomodaba el estar con ellos, de hecho, se sentía bastante a gusto. ¿Entonces? Tal vez debería darles una oportunidad, ¿no? Obviamente verlos de esa manera sería un poco difícil, no obstante, podría comenzar con cortas salidas los fines de semana.

- ¡Ah!... ¿Entonces la de ayer fue una cita? – se preguntó en voz alta, confuso. Eso quería decir que la de ese mismo día también contaba como una cita. ¡Ni siquiera se había dado cuenta! Tomó su mochila y pasó su mano por su cara tratando de quitar el bochorno. Le preguntaría a Kagami, eso sería más sencillo.

Salió con paso rápido hacia la entrada de la escuela, puesto que el pelirrojo tenía rato esperándolo. Al verlo no pudo evitar que sus mejillas se colorearán y bajará la mirada al estar frente a éste.

- P… Perdona la… espera – se disculpó mirando de reojo al más alto.

Kagami tragó saliva ante la vista que le proporcionaba el castaño. Sonrió, o eso intentó, y negó con la cabeza. – No te preocupes, no fue mucho lo que tardaste - Kouki se sonrojo al recordar el porqué de su tardanza y Taiga se preguntó si era posible que Furihata se viera más lindo, carraspeó un poco ante su propio nerviosismo, pues había decidido avanzar más con el menor esa noche. – N… ¿Nos vamos? - Furihata asintió y le siguió con una pequeña sonrisa. - ¿Quieres que te ayude con tu mochila? – preguntó el pelirrojo mientras caminaban, según había investigado, a las chicas les gustaban los tipos caballerosos, aunque Kouki no fuera una chica suponía que ser amable no estaría de más.

- Ah… N… No, así está bien, pero gracias – contestó el castaño sintiéndose avergonzado por ser tratado de manera tan amable. – Por cierto, ¿a dónde iremos?

- Al Magi Burger, ¿o quieres ir a otro lugar? – Taiga se percató de que no había pensado en que talvez Kouki deseará ir a otra parte. ¿Estaría bien llevarlo a comer ramen? ¿O quizás al restaurante que hacía poco le había llevado su padre? Pero para ese tenía que hacer reservación, puede que en un futuro lo llevará ahí.

- No, creo que está perfecto ir ahí – le informó Furihata. Kagami sonrió dentro de sí por lo fácil que era hacer feliz a Kouki, y su corazón se agito cuando, de forma lenta y como si la cosa fuese común, agarró la mano del menor.

- Espero no te moleste – dijo el tigre mirando a un costado y Kouki bajó la mirada con vergüenza. <<Es bastante lindo>> pensó el castaño al ver los pequeños, pero significativos, gestos del pelirrojo.

Tal vez no sería malo darles una oportunidad. 

Notas finales:

Y............ Así están las cosas (Bv). Planeaba dar su primer beso con Akashi, pero creo que un poco de salseo para aclararle la mente a Furihata no estaría mal. Ahora el pequeño chihuahua verá con otros ojos al par de luz y sombra. 

¿Cómo reaccionará Kagami al enterarse? ¿Kuroko lo raptará y se lo violará? ¿Mibuchi aparecerá en el próximo capítulo? ¿Por qué Kouki pensó en tríos? (x'''D) Supongo que lo último es porque es un fundashi y es imposible que no piense de manera pervertida, ¿o sólo yo pienso en eso? (:'c). 

Bueno, espero sus reviews que pueden enviarme si escriben acá abajito. (Mi cora duele porque ya casi no me dejan sus comentarios ;-;). 

Nos vemos en el siguiente capítulo OwO)/"


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