Desde hacía media hora que le había enviado un mensaje a Furihata, pero este no contestaba. Observó de nueva cuenta su reloj mientras intentaba tranquilizar a su yo más dominante para evitar que hiciera cualquier acción imprudente.
- “¿Por qué no ha respondido? Aún no es su hora de clases, debe haber contestado desde hace varios minutos.” – Él también estaba bastante inquieto al no tener noticias de su castaño, pero tampoco quería llegar a conclusiones apresuradas y arruinar las cosas entre él y su novio.
- Tranquilízate. Puede que se le haya presentado algún imprevisto, quizás en el comité de la biblioteca le llamaron para algún asunto. – Intentó calmar Akashi mientras observaba por la ventana del auto los edificios que quedaban cerca de su escuela. No quería pensar en el peor de los casos en los que se podía encontrar Kouki, pero era incapaz de evitarlo, más aún cuando su otra personalidad no le ayudaba mucho con su inmensa necesidad de ver al castaño. - ¿Crees que… deberíamos ir?
- “Definitivamente.” – La respuesta no le tardó en llegar, deseaba pensar que solo se le había presentado un inconveniente a Furihata y que por ello mismo no haya tenido oportunidad para responderle el mensaje donde decía que quería encontrarse con él después de clases, sin embargo, Furihata no le había confirmado nada.
Akashi soltó un suspiro en frustración, no podía creer lo que haría. – Cambia la dirección a la estación, que sea lo más pronto posible. – Ordenó a su chofer volviendo la mirada a la ventanilla, con su mano derecha cubrió su boca tratando de evitar que la preocupación le invadiera. – Solo espero que esto sea innecesario.
* * * *
- Furihata-kun… Por favor, abre la puerta. – Pidió Kuroko mientras tocaba una y otra vez en donde se había encerrado Kouki.
- No. – La respuesta corta del castaño le desilusionó mucho. Kuroko se alejó de la puerta para sentarse en el lavamanos del baño en el que se encontraban, así fuera todo el día, pensaba esperar a que Furihata saliera por voluntad propia.
- Entonces estaré aquí hasta que salgas. – Sentenció el pelo celeste cruzándose de brazos, miró de reojo la mochila de Kouki que se encontraba a su lado mientras se preguntaba de qué se trataba el mensaje que le había llegado desde hacía un rato. – Solo quiero hablar contigo, Furihata-kun. No hay razón para que me evites de esa manera.
Kouki frunció el ceño, ahora que lo pensaba, desde hacía un tiempo que no se había enojado, pero Kuroko en verdad lo estaba logrando. - ¿Qué no te evite? ¿Cómo quieres que no te evite si acabas de intentar besarme en el gimnasio? – En cierta manera, se sentía culpable por hablarle de esa manera a su compañero de equipo, pero no podía evitar estar enojado cuando Tetsuya intentó acercársele demasiado, aun sabiendo que ya tenía pareja.
- Me disculpo por ello, realmente no tenía planeado eso, pero no pude evitarlo cuando te tuve frente a mí. – La voz del pelo celeste realmente sonaba arrepentida, Kouki se preguntó si enojarse y hablarle de esa manera no había sido demasiado. – Pero no negaré que no siento culpabilidad, quiero decir, si tuviera la oportunidad lo haría de nuevo.
En menos de lo que imagino Furihata, sus pensamientos sobre disculparse por ser grosero se fueron tan rápido que hasta se sorprendió. – Quieres decir que…. ¿No te importa que ya este saliendo con Akashi? – abrió la puerta del cubículo donde se había encerrado minutos antes, tenía los ojos entrecerrados y no sabía si sentirse mal por Kuroko y su obstinación al no quererlo dejar ir, o si sentirse enojado por no saber respetar la decisión que había tomado.
- No lo hagas sonar como si fuera tan egoísta, Furihata-kun. Es más bien, mi manera de decir que deseo tenerte a mi lado y la única manera que puedo es llegando a tu corazón. – De un salto bajó del lavamanos para acercarse al castaño, Kouki dio un paso atrás sin saber qué hacer exactamente. – Te amo, Furihata-kun. Soy consciente de que no puedes corresponderme en este momento, pero me gustaría otra oportunidad, que me dejarás acercarme a ti y poder probar que realmente mis sentimientos son sinceros. – Con su mano acarició la mejilla de Furihata, quien hasta el momento no había dicho nada, temía que sus palabras hubieran sido incorrectas y que al final Kouki se alejará de él.
Furihata bajo la mirada, se sentía avergonzado ante tal confesión, pero era más que obvio para él que tenía que declinarla. Con una de sus manos retiró la de Kuroko para evitar que siguiera acariciándole el rostro. – Kuroko, estoy enterado de tus sentimientos, pero… - Furihata le miró por algunos segundos antes de poder seguir, debatiéndose en la manera en la que debía proceder. - No puedo corresponderlos, no porque no seas lo suficiente, sino porque…
- “Furihata Kouki, se le solicita en la oficina del director. Furihata Kouki, se le solicita en la oficina del director.”- El anuncio los tomó desprevenidos a ambos, Furihata alzó la mirada hacia afuera del baño antes de tomar su mochila y salir.
- ¡Espera, Furihata-kun! – le detuvo Kuroko de un brazo. No quería que las cosas se vieran interrumpidas de ese modo, ya había sido rechazado, pero no estaba en su naturaleza el rendirse. – No me entrometeré entre tú y Akashi-kun, pero si en algún momento él te llegase a lastimar, definitivamente yo me aprovecharé de ello.
La manera en la que lo dijo Tetsuya hicieron que por un instante el corazón de Kouki se acelerará al verlo decir tales cosas de manera tan varonil, parpadeó un poco antes de poder decir algo, tratando de regresar a la realidad. – Lo comprendo, Kuroko. Además… - El castaño se separó del agarre que mantenía Tetsuya en su brazo para luego dar una inclinación en su dirección. – Gracias por… por haberte amm enamorado de… mí – su rostro comenzó a tomar color ya que sus palabras eran bastantes sinceras, pero no creyó que fuera tan vergonzoso decirlas, en su mente había sonado mucho mejor. – Yo… ¡ya me voy!
Caminó con pasos rápidos antes de que el otro logrará ver su sonrojo, cosa que no logró, pero apresuró el paso dejándose llevar por la incógnita del llamado a dirección, no recordaba haber hecho algo para que lo castigaran, pero aun así estaba nervioso; quería convencerse que probablemente era una equivocación, o que le estuvieran llamando desde casa, anteriormente su madre se había confundido y llamó al director en lugar de la oficina de maestros.
- ¿Buenos… Días? – Kouki entró no muy convencido, la secretaria del director no estaba en su escritorio de siempre, y no pareciera que hubiera alguien más en el lugar. – So… Soy Furihata Kouki, me… me llamaron a que me presentará. – No había sonido alguno proveniente del lugar, tragó saliva y se arriesgó a entrar para acercarse a la oficina del director.
- Buenos días, Kouki. – Se sobresaltó al escuchar que le hablaban desde uno de los asientos cerca de la puerta. Volteó hacia la procedencia de la voz para enterarse de quién se trataba, lo cual lo sorprendió en demasía al darse cuenta que era Akashi el que estaba en su escuela. – Lamento venir sin avisar.
- A… A… ¿Akashi-kun? – la sorpresa se pintó en el rostro de Furihata dejándolo casi sin palabras de la impresión. Se acercó al pelirrojo, quien se levantaba para acercarse a Kouki. – Q… ¿Qué haces aquí? – Aunque quería disimularlo, Furihata estaba feliz de ver a Seijuro en su escuela, cosa que no pasó desapercibida por el de Rakuzan, quien al ver que cierto brillo en los ojos del castaño se iluminaba, con su mano acarició su rostro.
- No habías contestado mi mensaje, por ende, me preocupe que te hubiese ocurrido algo malo. – Akashi lo hacía sonar como algo bastante normal, pero para el 12 de Seirin le pareció un tanto extremo que se presentará en su escuela solo porque no había respondido. – Espero no te moleste.
Furihata sintió su rostro arder al observar el bicolor en los ojos de Seijuro, ahora sabía el porqué de esas acciones, pues se trataba de la otra personalidad de su novio, aunque tenía bastante poco que habían comenzado una relación, Furihata notaba ciertas cosas que hacían diferenciar a ambas personalidades; un claro ejemplo sería ese tipo de acciones extremistas que denotaban la personalidad absoluta del pelirrojo, seguramente había tomado control de su cuerpo cuando Kouki no había respondido.
- Cla… Claro que no me m… molesta. – Las mejillas de Kouki se enrojecieron un poco mientras su mirada evadía los ojos del otro. Su cuerpo se sobresaltó cuando Akashi se acercó a su rostro dejando sus labios cerca de los suyos logrando sentir el aliento del pelirrojo sobre estos.
- En ese caso, ¿por qué no me muestras la escuela? – La sonrisa en los labios del capitán de Rakuzan hicieron estremecer el corazón del castaño, quien sentía que en cualquier momento su corazón se detendría de tan rápido que estaba latiendo.
- P… Pero, ¿y tus clases?
- Ya he arreglado todo, no tienes nada de qué preocuparte, inclusive tú estás exento de las tuyas. ¿Deberíamos aprovechar este tiempo para conocernos mejor? – La voz de Seijuro sonaba un poco juguetona, al menos desde la perspectiva de Furihata. Por ello mismo alzó la vista para observar como el color de su ojo izquierdo se volvía del mismo color que el otro. Los ojos de Kouki se abrieron en sorpresa, más aún al recibir un corto beso en los labios por parte del pelirrojo. – Por alguna razón se vuelve impaciente cuando se trata de ti. – Añadió Akashi al hacer referencia a su otra personalidad.
- Perdonen que moleste… pero estaba preocupado por Furi. – Furihata se separó de inmediato al escuchar a alguien desde la puerta, giró la mirada hacia la entrada, encontrándose con Kagami asomándose desde está. – Pero parece que todo está bien aquí. – Parecía apenado, no obstante, también podía sentirse un poco dolido al haber encontrado al castaño en los brazos de Akashi. – No creo que sea buena idea que esté coqueteando en la oficina del director.
Akashi chasqueó la lengua mientras soltaba el rostro del castaño, quien se mantenía mudo de la vergüenza que sentía al verse descubierto en ese tipo de situación. – En ese caso, no debiste interrumpirnos, ya que es notable que te molesta vernos juntos. – Seijuro alzó la ceja en forma de reto hacia Kagami, el pelirrojo más alto frunció el ceño al verse completamente descubierto.
- No es como si los hubiera estado espiando, solo me preocupé por el chico que me gusta. – Taiga alzó una de las comisuras de sus labios en una media sonrisa, tal confesión hizo que Kouki logrará sentir aún más vergüenza. – Que tú hayas estado a punto de comerlo en un lugar para nada apropiado es una cosa completamente distinta.
Seijuro entrecerró los ojos en molestia por tales palabras. Su enojo se acumulaba en su pecho al pensar en que, ciertamente como lo había dicho Kagami, había perdido la noción del lugar donde se encontraban, aunque realmente para él no le importaba, pero no por ello permitiría que el As de Seirin se burlará de esa manera. – Ciertamente no ha sido nada prudente hacer esto en tal lugar, pero no puedo resistirme a mi NOVIO cuando se presenta tan dócil ante mí. Ante tal acto, me veo forzado a querer tocarlo, sabiendo de antemano que lo permitirá.
Kouki deseaba desaparecer en ese mismo instante, además de que a su mente volvía el recuerdo de cuando habían quedado a dormir a su casa de improviso. Sin embargo, esta situación parecía aún peor, sus nervios estaban a flor de piel al pensar en lo que podía suceder, ya que con solo estar en medio de aquellos dos se podía sentir la tensión y furia que ambos emanaban.