Extra:
Cita con Furihata: KuroFuri.
El humeante café le humedecía los labios cada vez que acercaba la taza a sus labios, sus ojos no habían dejado de ver al castaño sentado frente a él, quien no paraba de contar lo que le había parecido el último libro que le había regalado. Por su mente, la idea de haberlo perdido por un año, y su intento por ganar el corazón de Furihata, le pasó recordándole que deseaba cuidar del chico.
- Pero, muy aparte de las parejas que había, ¡la trama también estaba interesante! Realmente me encantó – la voz de Kouki sonaba emocionada por haber recibido uno de los libros yaoi que más añoraba tener en sus manos. – Aunque está un poco basada en la saga, creo que también tiene mucha originalidad. ¿Tú ya la leíste?
Kuroko observó la mirada brillante e ilusionada del cachorro, como si esperase que respondiera afirmativamente, obviamente él ya había leído el libro, puesto que estaba más que seguro que el castaño estaría feliz al saber que compartían intereses.
- Así es. A mí también me gustó mucho, no creí que el Insidioso Humdrum terminaría de ese modo, o que fuera eso. – Furihata sonrió feliz por escucharlo, puesto que él pensaba igual, además de que el libro le ayudaba a tener nuevas ideas para poder escribir.
Desde que había comenzado a salir con Kuroko, este no pareció desagradarle la idea de que siguiera escribiendo fanfics, sin embargo, el pelo celeste le dejó en claro que no le gustaba que lo pusiera a él como el que iba “abajo”; algo que le demostró meses después.
Furihata bebió de su chocolate caliente, tomó el libro que yacía en la mesa con la portada en blanco, azul y amarillo, lo admiró unos segundos más, aun sin creerse que por fin lo tenía en sus manos y que era de su pertenecía. Sus ojos parecían brillar con intensidad por la emoción de recordar cuando lo leyó y las manos le carcomieron por volver a hacerlo.
- ¿Debería sentirme celoso por la manera en la que ves ese libro? – Bromeó Kuroko, aunque en realidad también quería que Kouki le prestará atención.
- Para nada, tú eres igual de importante. – Respondió Furihata guardando el libro en su mochila para luego mirar al chico fantasma de Seirin.
- ¿Igual de importante? No sé cómo tomar eso. – Kuroko sonrió admirando la mirada chocolate de Furihata, recargó sus codos sobre la mesa que los separaba y con su mano derecha acarició a mejilla de su pareja. – Ahora tendré que competir contra un libro, eso no me lo esperaba.
Kouki río por sus palabras mientras se dejaba acariciar, aun cuando Tetsuya no era alguien que contará chistes, lograba hacer reír a Furihata por sus ocurrencias o también lo entretenía con los trucos de magia con lo que solía pasar el tiempo.
- ¿Hoy te quedarás en casa? – preguntó el pelo celeste con más seriedad en la voz. Las mejillas del castaño se colorearon un poco y sus ojos evitaron los contrarios, asintió susurrando afirmativamente sintiéndose avergonzado. – Que bien. – Kuroko se acercó un poco más al rostro de Furihata para susurrarle. – Hoy no habrá nadie en casa.
* * * *
La puerta se cerró con fuerza y la mochila de Kouki cayó al suelo casi de inmediato al recibir los besos demandantes de Kuroko al mismo tiempo que lo empujaba contra la pared para poder acorralarlo. La respiración de ambos se mezclaba y sus lenguas jugaban una con la otra dejándoles disfrutar de estar cerca el uno del otro, el pelo celeste recorría con sus manos todo lo que alcanzaba por sobre la ropa deseando que ésta desapareciera. Furihata se sujetaba de la camisa de Tetsuya mientras intentaba poder corresponder el beso que lograba nublarle la mente.
- Es… Espera… Kuroko… - Kouki intentaba separar a su pareja sin poder lograrlo del todo. Con ambas manos lo alejó y bajó la mirada tratando de evitar que siguieran, sus manos temblaban cada vez que lo hacían, pero ese era uno de los encantos que tanto amaba Kuroko. – Kuroko, tranquilízate.
Tetsuya tragó saliva, estaba demasiado impaciente por poseer al castaño, puesto que, gracias al festival de la escuela, no había podido tenerlo cerca. Asintió y dejó caer su frente sobre el hombro del otro. – Lo siento, creo que me descontrole. – Reconoció sin mucho entusiasmo, pero no podía evitar estar tranquilo cuando del castaño se trataba.
- No te preocupes, es solo que… que hacerlo amm en la entrada... – Kouki se encogió de hombros apenado por la sola idea de que alguien más pudiera escucharlos. Kuroko río.
- Tienes razón. No creo que sea muy agradable que alguien más nos escuchara, además de que no me gustaría que otra persona escuchara los lindos sonidos que haces. – Susurro lo último entrelazando su mano con la del otro y tomando la mochila de éste con la otra mano. – Vamos a mi habitación.
Furihata lo siguió con el rostro enrojecido por las palabras que lograba decir su novio, se sorprendía bastante de que alguien tan calmado y serio, como Kuroko, fuese tan pervertido y dijera cosas tan vergonzosas.
Al llegar al cuarto, Tetsuya cerró el cuarto para después girar sobre sus talones y atacar los labios rosados de Kouki, el castaño le abrazó por el cuello dejándose llevar por el otro mientras caminaban hacia la cama.
- Te extrañe… tanto – decía entre besos el pelo celeste. Metió sus manos por la espalda haciendo estremecer al castaño al sentir el toque directamente, su temperatura subió cuando Furihata besó su cuello descendiendo hasta su clavícula.
- Yo… Yo también… - susurró Kouki sin dejar de atender el blanquecino cuello, succionó cerca del hombro de su pareja logrando sacarle un pequeño gruñido entre dientes.
La respiración de ambos se encontraba agitada, Kuroko dejó caer al castaño en la cama, con una de sus manos alzó la playera de éste para comenzar a besar su abdomen logrando que Furihata temblará debajo de él. Sus labios ascendían en besos y lamidas que hacían estremecer el cuerpo de Kouki, al llegar a los botones, que se le presentaron erectos frente a sus ojos, se dedicó a lamerlos y chuparlos haciendo que Furihata dejará salir uno que otro jadeo de sus labios. Con su mano libre comenzó a desabotonar el pantalón para poder meterla en la ropa interior que traía para lograr acariciar la erección que empezaba a hacerse presente en el castaño.
Las piernas de Furihata temblaron al sentir la caricia en su miembro, con sus manos se sujetaba de las cobijas bajo él y sentía su cuerpo y rostro arder por las poco pudorosas atenciones que le daba el pelo celeste a su cuerpo. Su playera fue quitaba con rapidez, y su pantalón junto con su ropa interior fue retirada sin haberse dado cuenta, su cuerpo se estremecía aun cuando ya no tenía las manos y labios de Kuroko sobre él, pero su temperatura había subido hasta el punto de hacerlo temblar bajo la atenta mirada de su pareja.
- N… No me… veas. – susurró sintiéndose abochornado, siempre que tenían sexo, Kuroko se tomaba un tiempo para admirar su cuerpo, cosa que le hacía avergonzar y encender extrañamente.
Tetsuya sonrió un poco tras el pedido del otro y se acercó a las piernas morenas de Kouki para besarlas, de debajo de su almohada sacó un pequeño frasco de lubricante, el cual vació en la erección del castaño logrando que descendiera hasta su entrada. Tras acomodarlo mejor en la cama, inserto uno de sus dedos en el interior de éste mientras sus labios se encargaban de besarlo, comenzó a hacer pequeñas embestidas que fueron aumentando al igual que los dígitos en el interior de Furihata. Una vez que logró dilatar la entrada por donde estaría pronto, sacó sus dedos y con sus manos separó las piernas del castaño para lograr que éste las sujetará.
Con ambas manos sujetó sus piernas, casi dejando su cadera al aire y mostrándole su ano al pelo celeste, observó como Kuroko se relamió los labios con anticipación y abrió su pantalón dejando ver la notoria erección que tenía. Furihata tragó saliva, nervioso y ansioso por sentirlo dentro de él, sus pies se estiraron mientras de su garganta salía un gemido fuerte cuando Tetsuya se adentró lentamente en él. Apretó el agarre de sus piernas al sentir que volvía a salir de su interior para luego arremeter con un poco más de fuerza.
- ¡Ah! – su espalda se arqueó ante el placer y Kuroko recargó sus manos a cada lado suyo para poder continuar con aquellas embestidas lentas y certeras. Sus rostros se encontraban tan cerca que decidieron fundirse en un beso donde dejaron ahogados los gemidos y jadeos de placer que recibían con cada embestida.
Kuroko aceleró los movimientos de cadera que llevaba a cabo, y Furihata gimió por ello al notar el cambio de ritmo en su entrada. El pelo celeste colocó las piernas de Kouki sobre sus hombros para que, de ese modo, Furihata pudiera sostener sus manos en las sabanas de la cama, antes tendida. El cosquilleo en el abdomen bajo de ambos les dio aviso preliminar de su orgasmo, las embestidas aumentaron logrando dar de lleno en el interior del castaño, Tetsuya gruñía con cada descarga de placer que le daba cuando lograba entrar en su novio, y más aún cuando éste disfrutaba de sus atenciones.
- Y… Ya no… puedo. – Avisó Furihata entre gemidos que le impedían hablar correctamente, sin poder remediarlo, se corrió entre ambos mientras de sus labios dejaba salir un fuerte gemido de placer al llegar al orgasmo.
El cuerpo del castaño se tensó haciendo que sus paredes interiores apresaran con fuerza su erecto pene haciéndole sentir más placer. Soltó su semilla en el interior de Furihata y continuó con lentas embestidas antes de salir y dejar descansar a su novio. Se recostó a su lado para poder tranquilizar su respiración y admiró el rostro sonrojado de Kouki.
- Eres hermoso. – Susurró sin quitarle la mirada de encima. Las mejillas de Furihata aumentaron de color y se cubrió el rostro sintiéndose avergonzado.
- N… No digas tonterías. – Murmuró abochornado y Tetsuya río por las inocentes reacciones de su pareja.
- No son tonterías – aclaró mientras lo acercaba a él en un tierno abrazo para luego depositar un corto beso en su frente. – ¿Quieres que veamos una película al rato?
Furihata sintió con una sonrisa tímida, logrando entibiar el pecho del otro. Se dieron un corto beso en los labios y se dedicaron a escoger la película que verían y las cosas que haría por el resto del día.
Y parte de la noche.