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Fundashi-kun por FruttiKouki

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Notas del capitulo:

¡Hola! Aquí con un uevo capítulo este Fanfic sin sentido (xD). Quiero agradecer a todas las personitas que me dejan sus lindos reviews y que respondo con entusiasmo (>w<) me animan bastante. Espero que el capítulo de hoy les guste. 

¡Nos leemos abajo!

Capítulo 7:

Su situación en esos momentos se podría denominar como: “Tener la casa llena”. A pesar de que ni sus padres ni su hermano se hallaban en esos momentos, era una suerte que hayan decidido salir de visita con sus abuelos que vivían en el campo, Kagami y Kuroko habían llegado dos horas después para avisar que dormirían en su casa. Furihata se sorprendió ante la presencia de ambos, pero les invitó a que pasarán puesto que era de la idea de que entre más gente sería más divertido.

- Furihata-kun, ¿me prestarías tu baño para ducharme? – escuchó a Kuroko decirle provocando que se sobresaltará por la sorpresa de su aparición en la cocina. Tetsuya se vio embelesado ante la imagen de Kouki con un delantal puesto, además de que cocinaba como si de una ama de casa se tratará. <<El día que nos casemos tendrá que usar un vestido… al menos en la noche de bodas >> pensó el pelo celeste sin quitar la mirada sobre su compañero y que un casi imperceptible sonrojo se instalará en sus mejillas.

- Cla… Claro, adelante – respondió el castaño cuidando que su corazón no tuviera falla alguna al recibir tal susto. Pero, lamentablemente, la mano contraria a la que sostenía el cuchillo no corrió con la suerte de salir ileso.

- Kou-chan, ¿Dónde puedo… ¡Sangre! – Reo había entrado a la cocina buscando una nueva manera de molestar a Kuroko después de que hiciera que Kagami acomodará los futones por ambos. Pero su pensar se detuvo al momento de notar que la mano del castaño sangraba.

Tetsuya, como buen chico estoico e imperturbable, tomó la muñeca de un Kouki tembloroso que miraba con miedo la herida que él mismo se había infligido. – Tranquilo, Furihata-kun – trato de calmarlo para después observar con detenimiento el daño. – No es nada grave, aunque se miré mucha sangre, es normal que en las extensiones del cuerpo las heridas sangren de manera más escandalosa – explicó para tener la atención del castaño y evitar que entrará en pánico. Cosa que obtuvo al instante.

- ¿Dónde está el botiquín, Kou-chan? – preguntó Reo mirando la herida que no dejaba de sangrar haciendo que algunas gotas cayeran al suelo.

- Me parece que está en la sala. En el mueble de la televisión, a un costado de las películas – indicó con rapidez y observó como el pelo negro se iba por ello. Mientras, Kuroko, trataba de limpiar su mano con una servilleta, pero aun así la sangre no se detenía.

- Furihata-kun, si pierdes más sangre te puede dar anemia – sentenció con severidad el chico fantasma produciendo que su locutor palideciera ante aquel hecho.

- Que… ¿Qué hago? – cuestionó Kouki con voz temblorosa y ojos llorosos ante el miedo de que le diera… eso que Kuroko le había dicho. ¿Sería algún tipo de infección? ¿Iba a morir? ¡Oh no, apenas había conseguido unos mangas que se veían prometedores! Maldito karma, de seguro eso le pasaba por haber incluido a Akashi Seijuro en una historia de amor. Seguramente el pelirrojo de Rakuzan se había enterado sobre ello y lo había maldecido para provocar su muerte. ¡¿Por qué tenía que morir tan joven?!

- No te preocupes. No permitiré que eso pase – afirmó Tetsuya, aunque se sentía un poco culpable por haberle mentido, pero solo un poco. – Furihata-kun, haré algo que evitará que sigas sangrando, pero como es un secreto que viene de generaciones antiguas de mis antepasados, necesito que cierres los ojos – dijo con seriedad, como si lo que estuviera hablando fuera algo peor que un nuevo presidente en Estados Unidos.

Furihata le creyó, pues al ver el semblante severo de su amigo, no podía dudar de él. Se vio un poco conmovido ante la idea de que se preocupará de él, así que, asintiendo, cerró los ojos. Sintió como su mano era alzada, mientras le cubrían los ojos, y, de pronto, algo cálido cubría la palma de su mano, que era donde se hallaba la herida. Brincó ligeramente ante la sensación de algo húmedo acariciando el área y le llegó la idea de que quizá, y solo quizá, Tetsuya estuviera usando su lengua. ¡Bah! ¿Cómo podía pensar en eso, cuando su amigo se preocupaba por él?

- Kou-chan, ya lo… ¡Wow! – Mibuchi se detuvo, por segunda vez, ante la escena de Kuroko lamiendo y succionando la mano de un Furihata que temblaba con las mejillas rojizas.

- ¡Oí, Furi!... – las palabras de Kagami se fueron de su mente al observar la misma situación y observar como el de Rakuzan tomaba una que otra fotografía. El pelirrojo se acercó con paso veloz y, tomando el hombro de Kuroko, lo empujó hacia atrás con suma molestia.

Tal acto precipitado hizo que Kouki abriera los ojos topándose con la roja de Kagami, quien lo observaba con enojo contenido. Se preguntó dónde se encontraba Tetsuya, pues segundos antes estaba frente a él. Logró encontrarlo a un costado, sujetándose de la barra, pues intentó evitar que, por el empuje del mayor, se golpeará de lleno en el estómago.

- ¡¿Qué demonios crees que estás haciendo, Kuroko?! – le gritó el tigre volteando la mirada al pelo celeste. Éste, ya mirándolo de frente, le retaba sin decir palabra alguna, y Reo, estando a un lado del desconcertado Furihata, miraba la escena al mismo tiempo que en su mente maquinaba las suposiciones del porqué del enojo del pelirrojo.

- No tengo porque darte explicaciones de lo que hago, Kagami-kun – respondió como si nada el menor. Volteó la mirada hacia el castaño, quien los miraba con temor a ambos, y trato de tranquilizar la molestia que sentía en ese momento por Taiga.

Kuroko se acercó a Kouki, pero fue detenido por Mibuchi, al mismo tiempo que negaba levemente. Furihata estaba asustado, nunca, en el tiempo que llevaba conociendo a Kagami, lo había visto de esa manera. Los brazos del pelo negro de Rakuzan le rodearon por los hombros, lo que hizo que saliera de su asombro y diera un paso hacia atrás, alejándose de sus compañeros.

- Furi… - le llamó el pelirrojo al mirar cómo daba espacio entre ambos. Soltó un suspiro para calmarse, había sido precipitado, pero la imagen de Kuroko tocando a Kouki se repetía una y otra vez en su mente. – Voy a salir un momento, perdona esto, Furi – trato de sonreír, pero solo alcanzó a hacer una mueca de mal intento.

- Yo subiré un rato – agregó Tetsuya con pesar en su voz y ambos desaparecieron de la cocina.

- Creo que ambos están bastante desesperados – pronunció con cierta preocupación Reo. Furihata lo volteo a mirar con confusión y éste negó ante lo ciego que podía ser el castaño. – Nada, Kou-chan. Tú sigue con la cena, yo me encargaré de ellos – alentó con una sonrisa tranquilizadora, puesto que, aunque le gustaba bastante ver cómo se peleaban por cualquier cosa que tuviera que ver con Kouki, le dolía verlos de esa manera, después de todo él mismo se hallaba en la misma situación.

Furihata asintió sin mucha seguridad para luego mirar su mano que había dejado de sangrar. En su mente no podía comprender el cómo habían llegado a esa situación, además de que ver a su compañero pelirrojo tan enojado, por un momento creyó que ambos chicos se pelearían y entonces él no podría haber hecho nada. Mibuchi le tomó de la mano y, luego de sacar un curita del botiquín que había dejado en la mesa, la colocó sobre la herida para que no se llegará a volver a abrir.

                                               *                             *                             *                             *

El sonido de su celular lo sacó de la lectura en la que se encontraba. Volteó la mirada en busca del aparato y alcanzó a encontrarlo en la esquina de su escritorio. Se levantó, sin despegarse del todo de la silla, y lo tomó. Sin mirar el remitente respondió y aprovecho para observar que la noche había llegado sin darse cuenta.

-¡¡Akashi-kun!! – se escuchó desde el otro lado del auricular y Seijuro se vio necesitado de alejar el teléfono de su oreja y se preguntó la posibilidad de quedar sordo por una llamada telefónica.

- ¿Qué sucede, Momoi?

- Fíjate que hoy, cuando cité a Tetsu-kun para que habláramos, me dijo que no podía venir porque tenía que evitar quedarse atrás – rezongó haciendo un puchero - ¿sabes a qué se refería?

- Creo saber una posibilidad – respondió con tranquilidad en la voz, aunque realmente le sorprendía el no saber exactamente a que quería decir exactamente su amigo. – Puede que se le haya presentado algún imprevisto y por ello se vio obligado a declinar tu oferta. Está tarde, cuando hablé con él, me comentó que se encontraría contigo, así que hablaré con él para saber del asunto.

- Espero que no haya sido nada malo, ya que cuando me avisó que no podría llegar se escuchaba bastante molesto.

- ¿Molesto? ¿A qué te refieres? – interrogó impresionado por el hecho de que su amigo, quien se hallaba tranquilo casi todo el tiempo, hubiera sido tan notorio en su enojo como para que la peli rosa se diera cuenta.

- Es que cuando me habló de nuevo sonaba muy enojado. Además, a lo poco que alcance a escuchar, se encontraba con Kagami-kun - avisó la chica al mismo tiempo que recordaba cuando, en la llamada que había tenido con Tetsuya, Taiga le decía al pelo celeste que se apresurará.

- Ya veo. En ese caso me comunicaré de inmediato con él y después te informaré que ha pasado – contestó dándose una idea de lo que podría haber sucedido, si bien, sabía, por la experiencia que había tenido en el centro comercial, que por lo único que Kuroko lograba dejar de tener la pasividad que le caracterizaba era si algún asunto concernía al castaño con el número 12 de Seirin.

Finalizó la llamada y sobó el puente de su nariz, sus ojos ardían por el efecto de haber estado tanto tiempo frente al computador leyendo las historias que Furihata había escrito. Obviamente eso no quería decir que le gustaban, claro que no, o al menos de eso se quería convencer el pelirrojo. Tenía desde esa misma tarde que había comenzado a leer uno de los one-shot que había escrito FuriKou, pero notó que, entre los comentarios, en ocasiones se encontraban personalmente en algún punto de Japón. Fácilmente pudo deducir que cuando se había encontrado con Furihata en la cafetería se trataba de una reunión. Sonrió ladino al darse cuenta de ello, ya que eso le ayudaba a poder contactar con el escritor.

Cerró su laptop y escuchó que tocaron la puerta de su habitación. Después de un “adelante” de parte de él, se adentró en el cuarto oscuro una de sus mucamas para avisarle que tenía visita de Midorima. Pidió que lo llevarán a la sala de estar mientras él hacía una llamada y, después de que la mujer se retirará, busco entre sus contactos el de su amigo pelo celeste para marcarle.

- ¿Akashi-kun? – respondió Kuroko después de dos timbres.

- Kuroko, ¿dónde te encuentras en estos momentos? – preguntó el emperador y por el otro lado de la línea alcanzó a escuchar un ruido fuerte, como si alguien hubiera caído, lo cual lo puso más en duda la ubicación del fantasma.

- Ya basta, Kagami-kun – se escuchó por parte de Tetsuya, quien trataba de cubrir el micrófono del celular para después volver a prestar atención a la llamada. – Estoy en la casa de Furihata-kun.

- ¿Acaso dormirás ahí?

- Así es. No podía dejarlo solo, en una casa vacía junto con el compañero pervertido de Akashi-kun

Seijuro alzó una ceja en duda. << ¿Compañero pervertido?>> se preguntó el pelirrojo y trató de buscar en su mente a algún conocido suyo que estuviera dentro de esos estándares de descripción. Nada. No tenía idea de quien le hablaba Kuroko, así que optó por preguntar directamente. - ¿De cuál compañero pervertido hablas, Kuroko?

- De Mibuchi-kun – respondió con el tono molesto que, seguramente, había usado para hablar con Momoi esa misma tarde.

- ¿Mibuchi se halla en casa de Furihata-kun? – esa respuesta definitivamente estaba fuera de sus estándares. ¿Qué estaba haciendo Reo en casa del castaño? Y más importante aún ¿Cómo es que el pelo negro se conocía lo suficiente como para quedarse en su casa?

- Así es. Pero no quiere decirme sus motivos y se apega demasiado a Furihata-kun… - una pequeña pausa se dejó posar para luego volver a escucharse la voz de Tetsuya hablando con calma – Akashi-kun, ¿tienes a alguien que pueda sustituir a Mibuchi-san en el equipo?

La pregunta lo descolocó y se dio cuenta, por la amenaza que alcanzo a detectar en el tono de Kuroko, que éste pensaba deshacerse de su superior. – Kuroko, primero que nada, tranquilízate. Mibuchi tiene la costumbre de hacer mucho contacto físico a los demás, no creas que gusta de Furihata-kun – avisó el pelirrojo y alcanzó a oír la voz de Reo al otro lado.

- ¿Estás hablando con Sei-chan? ¡Pásamelo! – dijo el mayor con emoción al mismo tiempo que recibía el celular por parte del pelo celeste. - ¿Sei-chan?

- Mibuchi, ¿qué haces en la casa de Furihata-kun?

Reo sonrió con emoción ante la atenta mirada de los tres chicos que se hallaban en la sala. Kagami había dejado de mirar la televisión estando aún recostado sobre el sillón y Kouki se dedicaba a estar en su laptop para poder subir el siguiente capítulo que había prometido subir días antes, solía atrasarse en algunas ocasiones. Kuroko se hallaba sentado en el suelo dándole la espalda al tigre de frente al televisor.

– Pues verás… - respondió sonriendo de manera coqueta y se levando del sillón individual donde yacía para dirigirse hacia el castaño, cosa que hizo que tanto el pelo celeste y el pelirrojo se levantarán. – La verdad es que Kou-chan y yo comenzamos a tener una relación bastante estrecha y a Kuroko y Kagami se les ocurrió venir el mismo día en el que tendría a Kou-chan para mí solo. Pero no te preocupes, aquí me dan todo el fanservice que deseo – comentó entre risas y observó a Furihata concentrado en la pantalla de su computadora. – Además, de este modo lo cuidaré para ti, definitivamente no dejaré que ellos le pongan una mano encima al pequeño Kou-chan – agregó sin escuchar sonido alguno del otro lado de la llamada.

Tetsuya se acercó con paso rápido para arrebatarle el celular al pelo negro, quien se lo entrego con una media sonrisa pintada en sus labios para después volver a sentarse en el sillón.

- ¿Qué quiere decir con eso, Akashi-kun? – el ceño de Kuroko se hallaba fruncido y el tono de su voz se oía con cierta furia. Kagami se acercó pues para él también había sonado sospechoso aquel comentario, pero no se dejaría llevar de nuevo por sus instintos, no quería asustar de nuevo a Kouki.

- No sé a qué se refiere Mibuchi con ello. Pero debo decirte que no hagas ninguna tontería, debes evitar que Furihata-kun se asuste – avisó con severidad cual padre enseñando a un hijo. Puede que Akashi no tuviera experiencia en el sentido amoroso, pero si bien había investigado y, como había leído en las historias de Furihata, el chico del número 12 le gustaba que todo fuera con calma. <<Que los sentimientos florezcan siendo sembrados con tiempo, calma y paciencia>> había leído en uno de los comentarios de presentación de Kouki.

Una vez se calmó el pelo celeste, se despidieron y, tanto Kagami como Kuroko, se giraron para ver Mibuchi leyendo sobre el sillón. – Si tienen algo que decirme, háganlo.

Ambos chicos se acercaron al mayor para sentarse en el sillón compartido que yacía delante de éste, donde anteriormente se encontraba Kagami.

- ¿Cómo es que conoces a Furi? – preguntó con seriedad el tigre al mismo tiempo que inclinaba su cuerpo hacia adelante recargando sus codos sobre sus rodillas.

- Eso no es algo que tenga que decirles – refutó el pelo negro y, al mirar que los otros iban a reclamar, alzó la mano para detener sus palabras. – Sin embargo, creo que debo darles una explicación. Kou-chan y yo tenemos gustos similares, a él le gusta escribir al igual que a mí. De hecho, yo admiro sus historias y viceversa. Es por eso mismo que cuando nos presentaron ambos nos sorprendimos, pero aun así me alegra el que nos hayamos conocido. Les diré de una vez por todas que no estoy enamorado de él – añadió para poder aclarar las dudas – pero eso no quiere decir que no me sienta atraído por él. Si él quiere…

- Deja de jugar con eso, Mibuchi-kun – le cortó el pelo celeste con semblante serio.

Mibuchi río ante ello y asintió. – Está bien, está bien. Sólo quería que supieran que no dejaré de pegarme a él – soltó como si nada el mayor provocando un gruñido por parte de Taiga. – Supongo que se preguntarán qué clase de gustos tengo en común con Kou-chan, pues eso se lo deberán de preguntar ustedes mismos a él – terminando de hablar se acercó de nuevo a Kouki que se hallaba ensimismado frente al computador.

La curiosidad les carcomía por dentro. Tenían que hablar con el castaño, pero no lo harían hasta que Mibuchi se fuera.  

Notas finales:

¡¡Matenme plox!! (x'''D) ¡Lo sé! el chiste del presidente estuvo del asco, pero no me pude resistir (x'''''''D). 

Sinceramente no estaba muy segura si hacía correctamente a Mibuchi, pero me alegra que les agrade, en esta ocasión permitíun poco de pista sobre cual es la ship de Reo (espero y ya sepan cual es :u). 

Nos vemos en el siguiente capítulo OwO)/"


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