“¡Gracias por la nueva historia, FuriKou!”
“Me alegra que por fin uses a Akashi como uno más de la historia en la parte amorosa. Me gusta mucho como lo describes”
“¡No creí que de verdad hayas usado a Akashi Seijuro en el ámbito amoroso! Definitivamente está será una gran historia”
- Yo tampoco puedo creer que lo haya utilizado para un fanfic yaoi – murmuró para sí Furihata y continuó leyendo los mensajes que dejaron los lectores fieles y le agradeció a cada uno en general. Una sonrisa que mostraba su emoción al recibir tan buenas críticas sobre la historia que comenzaba surcaba sus labios y procedió a continuar la historia donde la había dejado. Abrió el documento donde se avistaba el primer capítulo de su reciente fanfic para leerlo y saber con certeza como debería seguir. El nombre de la historia: “Aunque sean tres, yo solo amo a uno”. Bastante gracioso le parecía la absurda idea de que una persona pudiera enamorar a tres personas de personalidades tan distintas y por ello se pelearán por su atención, pero después de todo era solo fantasía, así que por ello se daba el lujo de incluso alterar ligeramente el ambiente en el que se desarrollaba.
Tenía bastantes historias en espera en su cuaderno de apuntes. Pero la idea le había abordado tan imperiosamente que no pudo evitar hacer notas mentales de inmediato después de haber escuchado la conversación que había tenido Kuroko con Akashi. Ese día, en cuanto llegó a casa, se encerró en su habitación para comenzar a anotar como procedería su historia y el modo en que culminaría. Obviamente tuvo problemas para saber cuál sería la pareja al final. Si bien, para Kouki no había preferencia por alguna, él creía fielmente en que todos se merecían una oportunidad en el amor ya sea en la vida real o en sus fanfics, pero el saber también que los demás que amaban con igual intensidad saldrían dañados no le agradaba en absoluto. << Unos ganan, otros pierden. Pero al final todos hallarán el amor de alguna manera>> era el pensamiento que alentaba a Furihata para poder continuar en las escenas tristes.
Soltó un suspiro al recordar que la pareja que finalizaría unida sería Akashi con Kuroko. Le asustaba la idea de utilizar a el pelirrojo de Rakuzan como personaje en sus fanfics y por ello mismo solo se había limitado a ponerlo como alguien a quien no le interesará esos sentimientos. Al menos así era como funcionaba en su mente, Akashi era una persona de actitud serena, seria y un poco controladora, pero él también merecía que tuvieran en cuenta sus sentimientos, que también comprendieran que a pesar de sus errores del pasado podía llegar a tener algo tan complejo como el amor que afloraría en su pecho. Sin embargo, el plasmarlo en la historia sin haberlo hecho nunca antes era completamente distinto, no sabía cómo podía hacer que Seijuro mostrará el amor que sentía, además de que lo conocía muy poco y apreciaba lo suficiente su vida como para querer acercarse a él.
- Bueno… - soltó con pesadez alargando la palabra que hizo sonido casi nulo en su habitación – será mejor depender de mi imaginación – añadió resignado ante la idea de no ver, aunque sea de lejos, a Akashi Seijuro y las distintas facetas de su personalidad.
* * * *
La luz que se metía por entre las cortinas daba de lleno en su rostro provocando que se despertará con molestia arrugando el entrecejo. De apoco abrió los ojos tratando de que se amoldarán a la luz cegadora del sol y se sentó sobre su amplia cama King size, estiro sus manos dando un bostezo antes de levantarse y dirigirse al baño para lavar su rostro. Al salir del sanitario miró alrededor en busca de su laptop que se hallaba abierta en su escritorio. Soltó un suspiro pesadamente y sobó sus sienes con su mano derecha, el desvelo de la noche anterior le pasaba factura haciéndolo sentir ardor en los ojos, pero se acercó a su escritorio aún con el pijama puesto. Encendió el computador y mostró la fotografía que se había tomado meses atrás en una cancha con sus amigos de Teiko después de un juego de básquet callejero. Sonrió al recordarlo, pero desapareció después de haber entrado a la página de internet donde se había quedado en su velada anterior.
“- No estoy seguro de qué es lo que quiero para mí futuro, esté ya se encuentra sellado desde el día en que nací y mi padre lo escogió sin habérmelo consultado. Pero a pesar de ello, puedo decir que me he decidido al tenerte el resto de mis días. No me importa si Daiki o Taiga no serán felices con ello, deseo que siempre estés a mi lado – la seriedad en la voz de Akashi concordaba con exactitud a lo profundo de sus sentimientos y la mirada que le dirigía a Kuroko parecía transmitir el amor que desde la secundaria se había acumulado.”
Los ojos de Akashi se abrieron desmesuradamente dando a notar lo sorpresivo de aquel pequeño trozo de la historia que había actualizado la noche anterior. Parpadeó un par de veces tratando de enfocar de nuevo sus ojos en la pantalla y tratando de convencerse que aquello que había leído era un completo error.
“- Akashi-kun… Yo no sé qué es lo que siento en estos momentos, no sé si puedo corresponder los sentimientos que tiene hacia mí, pero si me pudiera dar un poco de tiempo. De esta manera podré acomodar mis pensamientos y saber qué es lo que realmente siento por Akashi-kun, Kagami-kun y Aomine-kun – la voz suave de Kuroko parecía acariciar el agitado corazón de Akashi. Sonrió ladino con cierta decepción y asintió ante la petición que le había pedido Tetsuya. – Está bien, solo trata de tardar demasiado. No me gustaría que Daiki y Taiga quieran tener ventaja – soltó con molestia que no pasó desapercibida por el otro. “
Negó ligeramente sin poder creer que el escritor pensará que él era de esa manera a la hora de enamorarse, aunque realmente ni siquiera él mismo sabía cómo sería su comportamiento si alguna vez albergaba esa clase de sentimientos. Bloqueo de nueva cuenta su laptop y se levantó para cambiarse, faltaban cinco horas para encontrarse con Kuroko en Tokio y apenas eran las seis de la mañana. Con los dedos índice y pulgar se talló los ojos dirigiéndose a su amplio guardarropa para escoger que portar ese día.
Por su mente paso el recuerdo de haberle enviado el mensaje a Tetsuya acerca de que deseaba citarlo el siguiente fin de semana, esté le respondió que estaba en completo acuerdo ya que también quería hablar con él, pero que seguramente Kagami le acompañaría. Akashi no se negó ante la compañía del tigre y de hecho le era más satisfactorio, y conveniente, para así dar por terminado el tema de la confusión sobre la amistad tan apegada que tenía. No es que le importará en demasía, pero el hecho de que fueran parte de las fantasías de uno de sus compañeros de equipo no le agradaba en absoluto. Mucho menos ahora que había leído aquel pasaje que decía que él estaba enamorado de su ex compañero Kuroko.
Una vez que sacó la ropa por la que se había decidido, conectó la computadora para que se cargará y poder utilizarla, si era necesario, para mostrar aquello. Sus decisiones nunca las dudaba, pero por esta ocasión pensaba con cautela los movimientos que haría. Estaba por demás decir que le molestaba el saber que lo habían usado para unir el amor entre dos hombres y aún no lograba entender la razón, pero por otro lado le carcomía el pecho un agudo presentimiento de que debería de abstenerse de ello y mejor pedirle directamente al chico que no siguiera con ello.
De nuevo, un suspiro salió de sus labios y se sintió cansado por tal batalla que se hallaba en su mente. Se cambió y se dirigió al baño para terminar de arreglarse. Cuando terminó, bajo las escaleras para desayunar algo ligero y aviso a los empleados que saldría, además de que probablemente regresaría tarde. Salió del lugar un tanto arrepentido por su decisión, pero sabía que si su mente se lo decía era por algo. Subió al auto negro que estaba aparcado afuera después de que el chofer le abriese la puerta. - ¿Algún equipaje? – preguntó con voz monótona el hombre un tanto mayor y Seijuro se detuvo antes de entrar por completo al asiento trasero, miró de reojo a las ventanas del segundo piso y negó. << Puede que me arrepienta de esto>> pensó para sí al haber dejado la laptop en su mismo lugar en aquella habitación.
* * * *
- ¡Kagami, Kuroko! – habló con voz fuerte Furihata mientras los saludaba con entusiasmo y una sonrisa que hacía que los aludidos se sintieran recompensados por la espera. – Per… Perdón por haber tardado – dijo una vez que estuvo frente a ellos, bajo la mirada sintiéndose culpable cosa que notaron los otros dos.
- No te preocupes, Furihata-kun – respondió Tetsuya con tranquilidad, <<podría esperarte toda la vida >> pensó a la vez que le dirigía una casi imperceptible sonrisa.
- Además, creo que llegamos demasiado temprano – soltó Taiga a la vez que rascaba su nuca un tanto nervioso, <<aunque me hubiera gustado pasar por ti>> caviló mientras baja su mano para despeinar levemente el cabello del castaño.
Furihata se sentía afortunado al tener amigos tan comprensivos, les dedicó una sonrisa en agradecimiento por su amabilidad. Pero para ambos chicos pareciera que Kouki les invitaba a que saltarán sobre él, cual leones hambrientos.
Kuroko se aclaró la garganta para reprimirse ante su deseo primitivo y también llamar la atención de sus acompañantes. – Furihata-kun, espero no te moleste. Pero primero quisiera hacer una parada cerca de aquí – avisó un tanto temeroso de que el otro se negará a acompañarlo (aunque en realidad también Kagami iría) a pasear. Eran pocas las veces en las que el club de baloncesto tenía el día libre y por ello él y Kagami hacían una tregua para poder salir con el castaño.
- No te preocupes, Kuroko – respondió con alegría el otro y con una de sus manos tomó la orilla de la playera del pelirrojo – Kagami… - lo llamó mientras halaba la camisa para llamar su atención. Esté le miro a la vez que apretaba sus dientes ante aquel gesto tan tierno - ¿podrías esperar conmigo mientras Kuroko se desocupa? –
<< Creo que ahora puedo morir en paz>> fue el pensamiento del tigre al notar el nerviosismo de Furi, aquellos ojos con los que le miraban parecían decirle que silenciosamente Furihata le rogaba que respondiese afirmativamente. – Por supuesto, Furi – respondió mirando la felicidad que causaba en su compañero.
<<Los días de Kagami-kun están contados…>> se dijo a sí mismo Kuroko al mirar la escena y que le invadieran los celos casi por completo. – En ese caso, será mejor que nos apresuremos, así podremos tener más tiempo para andar por ahí – habló con voz neutra utilizando el poco autocontrol que le quedaba.
Los tres chicos se dirigieron a paso calmado al centro comercial de Tokio, adentrándose en una de las plazas la cual tenía una gran variedad de tiendas. Furihata miraba a cada lado al pasar por los locales y se acercaba con emoción cada vez que miraba al que le llamaba la atención como si de un niño pequeño se tratará. Kagami y Kuroko lo miraban con tranquilidad al ver el brillo característico del castaño cuando algo le interesaba.
Al llegar a cerca de una de las dos fuentes que se hallaban en el primer piso del lugar, Kuroko les avisó que, si querían, podían acompañarlo o pasear por las tiendas mientras esperaban. Obviamente el pelo celeste no deseaba que ambos chicos se quedarán solos, pero tuvo que resignarse al escuchar que Kouki deseaba comprar algo que había visto en una tienda anteriormente, aunque realmente ni Taiga ni Tetsuya sabían con exactitud de que se trataba ya que Furihata se había acercado a varias tiendas a ver lo que exponían para las ventas.
Una vez que se alejaron, tanto el castaño como el pelirrojo, Kuroko se encaminó hacía la fuente que se levantaba majestuosa en el centro de las diversas escaleras automáticas del centro comercial. Era blanca, al igual que las columnas del lugar, tenía una diversidad de tubos bien decorados y sin mucha altura, pero con diferencia de tamaños en cada uno, el agua salía por la parte de arriba provocando el que salpicará al caer al suelo si alguien se acercaba demasiado. Tetsuya observó la fuente con seriedad, su mente se hallaba perdida en lo que hablaría con su ex compañero Akashi, le había tomado de sorpresa el mensaje del pelirrojo, pero no negaría que él también quería hablar con esté. Desde la vez que había recibido la llamada le tomó desprevenido el saber que había cruzado palabras con Furihata y no negaría que la molestia en su pecho se hizo presente llenándolo de un sentimiento que comenzó a florecer cuando se enamoró de Kouki.
Los labios del pelo celeste se curvaron en una media sonrisa al recordar al castaño, quien solo lo miraba como amigo y eso le dolía, pero no por ello se daría por vencido. Tomó asiento en una de las bancas que se hallaban alrededor de la fuente, pero que tenían suficiente distancia para evitar que uno se mojará. Encorvó su espalda y recargó sus codo y antebrazos en sus piernas. Soltó el aire que llevaba aguardando sin darse cuenta e hizo su cabello hacia atrás para poder relajarse. Sin saberlo, se había vuelto muy monopolizador cuando de Furihata se trataba, no se arrepentía, pero el solo saber que SU Kouki conocía más personas con las que les mostraba esa sonrisa que lo había enamorado le molestaba, además de que en ese momento se hallaba a solas con su rival ya que no deseaba que Seijuro viera de nuevo al castaño, suficiente tenía con los celos que le provocaba Taiga al estar cerca de Furi como para dejar que también su amigo de Rakuzan se incluyera.
- Buenos días, Kuroko – saludó una voz bastante conocida para la sombra y sonrió irónico por el hecho de que estaba pensando en él en ese mismo momento. Levantó la mirada para encontrarse con los irises rojos del emperador mientras esté tomaba asiento.
- Buenos días, Akashi-kun – correspondió con amabilidad y se hizo a un lado para darle el suficiente espacio entre ambos. Volvió su mirada hacia el suelo con mosaicos blancos y cremas esperando a que el otro diera continuación con la charla.
- Me alegra que hayas podido presentarte – habló Seijuro una vez que tomó asiento y fijó la mirada a los lados sin mover la cabeza, como si buscará algo. – Creí que Kagami nos acompañaría – dio al fin cuando no notó al As de Seirin.
- Kagami-kun está paseando entre las tiendas con Furihata-kun, un compañero de equipo – respondió con cierto tono de molestia, pero relajándose a los segundos al saber que no tenía la culpa pues había sido Kouki quien lo había pedido. El cuerpo de Seijuro se tensó de manera casi imperceptible, pero que no pasó desapercibido por su acompañante, quien se enderezó fijando la mirada sobre él. Akashi carraspeó un poco mientras cubría con su puño derecho su boca. - ¿Sucede algo? – cuestionó con extrañeza ante el comportamiento de su amigo.
- Sí – respondió Akashi recobrando su porte serio y dirigiendo su mirada a algún punto frente a él. – Sobre ese chico, Furihata Kouki – frunció ligeramente el ceño tratando de formular una de las tantas preguntas que tenía y sintió la fuerte mirada del otro sobre su persona. Giró su vista hacia esté y observó la tensión que delataba el casi inexpresivo rostro de Kuroko - ¿cómo es? – preguntó con cierta curiosidad pues antes de hablar sobre el tema principal quería saber si su amigo estaba al tanto de lo que el castaño escribía.
Las arrugas en la frente de Tetsuya eran casi invisibles, pero por la cercanía que había entre los dos, Akashi las alcanzó a notar. Miró como Kuroko fruncía ligeramente el ceño en molestia y confusión antes de responder. - ¿Para qué quieres saberlo? – interrogó el pelo celeste con enojo que comenzaba a acumularse en su pecho. No le agradaba para nada el que el pelirrojo se interesará por Kouki, pero quería saber si sus sospechas eran correctas.
- No me respondas con otra pregunta – sentenció con un leve tono autoritario el pelirrojo.
- En ese caso primero debería responderme Akashi-kun para que así yo pueda contestar- dijo Tetsuya empuñando sus manos que se hallaban sobre sus piernas. La decisión se miraba en sus ojos y Akashi se vio sorprendido ante tal actitud de su compañero.
Con su mano derecha se sobó las sienes, definitivamente el desvelo de la noche anterior le estaba costando pues había estado batallando para dormir a causa del estrés. Cerró sus ojos por un momento y siguió su masaje a la vez que respondía – Mira, Kuroko. No tengo idea del porque te comportas de esta manera cuando solo te estoy preguntando por un compañero de equipo, pero si de verdad quieres saber, te lo diré. Furihata…-
- Me gusta Furihata-kun – le cortó Kuroko. Su voz se escuchaba seria e tranquila, como si en lugar de confesar que le gustaba su amigo le dijera que hacía buen clima. Akashi abrió sus ojos sin poder evitar que la sorpresa se pintará en su rostro ante tal declaración. – Desde hace tiempo que me gusta y no pienso cederlo a nadie. Él no lo sabe, pero aun así no pienso dejarlo. Así que si piensas decirme algo que no me agradará será mejor que te lo guardes, Akashi-kun – el tono se volvió cada vez más potente, aunque sin llegar a alzar la voz. La mirada que su amigo celeste le dirigía era de furia contenida, como si fuera un animal defendiendo sus terrenos e manera celosa, nunca lo había visto de esa manera, ni siquiera en los partidos.
Por ningún motivo esperaba tal confesión y mucho menos hacia el castaño. Tragó saliva pesadamente y asintió dando a entender que comprendía. – Bueno, si ese es el caso no te lo diré – se agradeció a sí mismo por haberse decidido a no traer su laptop, pero le preocupaba que el malentendido que se hacía en la cabeza de su amigo siguiera. – Pero lo que si deseo aclarar es que yo no siento nada en particular por Furihata Kouki –
La mirada de Tetsuya se halló siendo sorprendida por tales palabras, aunque no lamentaba haberle dicho lo que sentía por Kouki. De hecho, era como si se le hubiese quitado un peso de encima al decirlo en voz alta por primera vez. – Lamento el haberme precipitado, Akashi-kun – se disculpó de manera sincera al haber acusado mentalmente a su amigo, se acomodó en el banco recargando sus manos a los costados para inclinarse hacia atrás y poder estirar los pies cual gato.
- Tranquilo – respondió con una sonrisa Seijuro mientras recargaba sus codos en sus piernas y entrelazaba sus dedos mirándolos. – Pero debo aceptar que me sorprendió el saber esto, no esperaba verte alguna vez comportarte de manera tan celosa por alguien – continuó sin desvanecer aquella sonrisa que poco a poco se hacía más presente. Por alguna razón ese extraño sentimiento llamado “amor” comenzaba a invadir la vida su amigo y él no podía comprender ese sentir. - ¿Se lo has dicho? – cuestionó ladeando su cabeza para ver de reojo al pelo celeste que se hallaba a su lado.
Esté negó con una sonrisa como si fuera ridículo el tan solo pensarlo. – Furihata-kun es muy tímido. Por eso mismo no quiero asustarlo con mis sentimientos monopolizadores, además de que tengo un rival que también gusta de él. No puedo descuidarme por mucho ya que actúa rápido y puede dejarme en desventaja en cualquier momento – soltó con cierta pesadez mientras recordaba que se encontraban solos aquellos dos, contuvo el aliento por algunos segundos para después exhalarlo soltando aquellos celos que lo invadían.
Akashi río llamando la atención de Kuroko que le miraba interrogante. – Supongo que ha de sentirse bien estar enamorado – aclaró con voz suave volviendo la vista a sus manos y jugando con sus dedos.
- No del todo. Siempre estoy con la incertidumbre de si seré correspondido por pequeños detalles que hace. Además de que temo que pueda perderlo cuando menos lo esperé. Siempre debo estar atento a él para evitar que mire a alguien más – una leve risita salió de sus labios y bajo la mirada a sus pies que continuaban estirados – pero todo vale la pena cuando puedo mirar la hermosa sonrisa que me dedica, puede que suene ridículo, pero…. Es como si solo lo hiciera para mí –
Seijuro le escuchó atento a cada palabra y sonrió aún más al escuchar el cariño impregnado en las últimas palabras de Tetsuya. Definitivamente nunca podría sentir aquello, no se lo permitiría a sí mismo. Obtener aquel sentimiento lo frustraría y suficiente tenía con el trabajo que ya le había impuesto su padre. Se alegró porque su compañero podía ser tan feliz con el simple hecho de estar con la persona que amaba y por un segundo sintió envidia por ello. Envidia porque él mismo no se sentía capacitado para albergar aquello, pero la idea se borró a los segundos. – Trataré de ayudarte – soltó en automático antes de que su cerebro terminará de comprender la idea y se permitió el pequeño capricho de ser testigo del florecimiento de la pareja.
- Te lo agradecería mucho, Akashi-kun. Aunque debo pedirte que sea de manera indirecta y discretamente, después de todo no quiero espantar a Furihata-kun – dijo con gracia el pelo celeste al conocer bien al castaño que amaba. Observó cómo su compañero asentía y eso le brindo una tranquilidad que le relajaba el cuerpo.