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A MERCED DE TU SOMBRA por Aifoss

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Notas del capitulo:

Perdón por la demora de esto días jeje 

Deje la mochila y me acosté en mi cama. No quería estar en casa mientras esos tipos estaban aquí. Recordé el primer día que me senté con Seijuro, él me había dado un papel con su número. Tal vez, no le molestaría una llamada mía. Busqué en los bolsillos de mi mochila el papel, sabía que lo había guardado allí.

 

 

- ¿Akashi-kun, eres tú?- pregunté al escuchar que habían atendido.

 

 

- Sí Tetsuya ¿qué pasa?

 

 

- Nada en realidad, quería saber si tú sabías por qué tus padres se encuentran en mi casa.

 

 

- ¿Están allí?- preguntó, sorprendido-, ¿Esta mi padre allí?

 

 

- Sí- él suspiró y se quejó- ¿te estas aburriendo?

 

 

- Algo así…por qué faltaste hoy- agregué.

 

 

- Nos vemos en el Maggi Burger  del centro- propuso, o mejor dicho, ordenó-, además creo que me tienes que devolver mi chaqueta.

 

 

- Esta bien.

 

 

- Te veo en diez minutos. ¿Sabes cómo llegar?- preguntó.

 

 

- Sí, adió...

 

 

- Espera, no... si puedes no hables con mis padres, por favor- parecía preocupado pero decidí no prestarle demasiada atención.

 

Corté la llamada, me cambie rápidamente de ropa, pues no iría con el uniforme a verlo, y busqué la chaqueta, la había colgado en mi armario para ver si el olor se impregnaba a mi ropa, sí, estúpido lo sé. Había pasos en el pasillo pero supuse que era mi madre. Agarré algo de dinero, las llaves y el celular. Saldría no me importaba si me daba permiso o no.

 

 

- Lo sient...- por el fuerte golpe que me di, sin embargo no era mi madre la que estaba en el pasillo. Era Masaomi, el padre de Seijuro. Eso me recordaba que tenía que cerrar mi habitación con llave.

 

 

- ¿Cómo estas Tetsuya?- preguntó con una sonrisa casi tan falsa como su rostro-, ¿Vas a algún lado?- recordé las palabras que me había dicho el pelirrojo, no debía hablarle.

 

 

- Disculpe, pero eso no le incumbe- le contesté frío-, me pregunto que hace dando vueltas por el pasillo. ¿No debería estar abajo?- comenté mientras cerraba con llave mi habitación.

 

 

- Sí, vine al baño nada más- posó su mirada en la chaqueta-, esa no es de mi hijo?

 

 

- ¿Su hijo?- traté de hacerme el desentendido. ¿Ya les dije que la actuación no era lo mío?-. No, le pertenece a ... Aomine, un compañero de la preparatoria. Justo ahora iba a encontrarme con él- agregué para que no sospeche nada, Seijuro me mataría no debí haber dicho que saldría para encontrarme con alguien.

 

 

- Entonces me confundí- afirmó.

 

 

- Debo irme y creo que usted debe bajar a almorzar, no querrá que se le enfríe la comida.-

 

Con paso decidido baje las escaleras pero atento a que el tipo ese no se meta en ninguna habitación que no sea la del baño. Por suerte mi cuarto estaba con llave, sabía que él no entraría. Caminé hacía la puerta con paso lento, seguramente mi madre me detendría para saber a dónde iba. Tendría que poner la excusa de que me encontraría con Aomine, no me dejaría salir así como así. Decirle que iría a ver a Kise sería entregarme solo, el rubio llamaba bastante seguido a casa y quien dice que no lo haría mientras yo me estoy encontrando con Seijuro.

 

-Espera ahí jovencito- me detuvo mi madre mientras salía de la cocina, al parecer ya habían terminado la entrada-. ¿A dónde crees que vas?

 

 

- Iré a...- no debía decir a donde realmente iría.

 

 

- A...- repitió mi madre para que terminara de completar la frase.

 

 

- A la Biblioteca del centro para encontrarme con Aomine-kun, tengo que devolverle su chaqueta- sonreí y abrí la puerta-, adiós. Llegaré en dos horas.

 

Sin decir más nada cerré la puerta. Cuando volviera me esperaría un larga charla con mi madre, no solo por lo de “Aomine” sino también por no haber saludado. Tendría que caminar hasta el centro. No creo que pueda llegar en diez minutos como me había dicho el pelirrojo. No sabía dónde quedaba el dichoso lugar, pero seguramente me daría cuenta ya que suelen tener esos enormes carteles con el nombre.

 

Después de veinte minutos de caminata aun no llegaba. Tuve que preguntar varias veces ya que no encontraba el lugar, nadie me sabía explicar correctamente donde quedaba. Por suerte divisé a Akashi que estaba parado en una esquina con su celular en la mano.

 

 

- Pensé que no vendrías- dijo riendo. Le dí su chaqueta golpeándole el pecho con la mano.

 

 

- No doy más- me quejé-, veinte minutos caminando. Necesito agua....

 

 

- Ya veo que te gusta el deporte- lo ignoré olímpicamente-. ¿Deseas comer o beber algo?

 

 

- Si, porfavor…

 

-Entonces vamos al Maggi Burger.- es cierto, aun no estábamos en el lugar.

 

 

 - Pero…Akashi-kun ¿a cuántas calles queda?- pregunté, no quería caminar más.

 

 

- Dos calles, vamos no es mucho- trató de animarme.

 

Comenzamos a caminar hacía el fast food. Me resultaba raro estar con Seijuro fuera de la escuela, más bien me resultaba raro salir con él de día. No es que crea que es un vampiro pero jamás me lo imagine paseando a la tarde.

 

 

- ¿Qué deseas ordenar?- preguntó mientras nos sentábamos en la mesa-, déjame decirte que no tengo ni la menor idea de lo que sirven aquí.

 

 

- ¿Nunca has venido?- pregunté sorprendido.

 

 

- No, conozco el lugar pero jamás me ha llamado la atención- respondió-, bien dime ¿qué se toma aquí?

 

 

- No lo sé, yo siempre ordeno un batido de vainilla- dije con una leve sonrisa imaginando mi batido-, puedo pedir uno así lo pruebas.

 

 

- Lo que tu pidas eso pediré yo- Akashi hizo una seña para llamar a la camarera, la cual se acercó con gracia al ver que quien la llamaba era bastante atractivo.

 

 

- ¿Qué van a pedir?- preguntó con la mirada clavada en Akashi. El me miró, yo era quien decidía. La chica le quito la mirada de encima para dirigirse a mí, no parecía muy contenta ahora.

 

 

- Dos batidos de vainilla - contesté. Dedicándole otra fugas mirada se dio media vuelta y se fue a preparar el pedido- ¿Y bien?- pregunté una vez que estaba segura de que nadie nos escuchaba.

 

 

- ¿Y bien qué?

 

 

- ¿Por qué tus padres estaban en mi casa?- pregunté-, no quiero que lo tomes a mal pero la verdad he intentado alejar a mi madre lo más posible de tu padre, hay algo en él, y tú lo sabes, que no está bien.

 

 

- Y no está mal que lo hagas- comentó. Dejándome sumamente sorprendido, otra vez las sospechas de que él sabía algo comenzaron a asomarse. 

 

 

- Akashi-kun ¿Tú sabes algo?- me quedé en silencio para luego agregar:- Sé que te lo he preguntado antes pero necesito saber, sé que existe una relación con el asesinato de mi padre, estoy muy seguro de ello.

 

 

- Tetsuya, no creo que sea un tema para discutir. No todavía, tu madre está segura y tú también lo estas, por ahora ¿por qué alterar las cosas?

 

 

- Eso significa que tengo razón- parecía más una afirmación que una pregunta-, tú lo sabes.

 

 

- No, no sé nada- dijo de repente, seguramente se había dado cuenta de que había hablado de más-, tema cerrado.

 

 

- Esto no quedará así- le advertí-, créeme.

 

 

- Ya sé que no quedará así pero si las cosas están tranquilas o bajo control no hay porque alterarlas.

 

Esto me perturbaba, entonces significaba que en algo tenía razón. "Tu madre está segura y tú también… por ahora" por ahora, no para siempre. Entonces las amenazas eran verdad, alguien quería hacernos algo pero alguien lo estaba evitando, alguien sabe todo lo que está pasando. La información que tenía más la que creía tener me hacía confundir más, estaba tratando de encajar todo para que me quede la respuesta a todo esto, pero no podía. Era como un rompecabezas y me faltaban algunas de las piezas más importantes para poder terminarlo.

 

 

- Aquí están sus pedidos- la chica dejó los batidos sobre la mesa y se fue. Akashi agarró el suyo y bebió un poco.

 

 

- No es tan mal- opinó-, por lo menos se puede tomar. ¿Y dime, que hicieron hoy?

 

 

- Nada interesante- contesté mientras revolvía la bebida con el sorbete-, Kise-kun me ha comentado que está saliendo con Kasamatsu-kun… ¿Sabes a quién me refiero verdad?

 

 

- Kasamatsu... Kasamatsu- parecía saber quién era pero no lo recordaba-, ah, hablas de Yukio. Sí, sé quién es. ¿Qué tiene de interesante?

 

 

- Nada para ti- respondí-, pero ya que intentas hablar de algo te lo cuento. ¿Qué has hecho tú?

 

 

- Tuve algunos problemas por haberme ido ayer- respondió-, al parecer a Kotaro no le gusto que me haya desaparecido contigo.

 

 

- ¿Te hicieron algo, te golpearon?- pregunté, preocupado- ¿te encuentras bien Akashi-kun?

 

 

- Sí- contestó el pelirrojo con una sonrisa-, estoy bien. Logré arreglarlo con palabras- suspiré, no me perdonaría que lo hayan golpeado por haberme sacado de allí.

 

 

- ¿Qué pasó al final con el auto de Nebuya-kun?- pregunté, con cierto interés.

 

 

- Makoto lo ha perdonado, por así decirlo, se vengará de alguna manera no tan cruel.

 

 

- No me quiero imaginar que significa no tan cruel para ustedes- comenté.

 

 

- Tampoco te conviene- me recomendó con una risa.

 

 

- Me pregunto por qué todavía estamos a mitad de año y no nos han tomado ni un examen- comenté tratando de continuar con la charla.

 

 

- ¿Piensas que es malo?

 

 

- No, claro que no, pero no es normal. En América teníamos un examen todas las semanas.

 

 

- En lo personal, los exámenes es lo último que me importa.- dijo el señor “absoluto”

 

 

- Pues…disculpa señor “sabiduría absoluta”- br 

 

 

- Señorito aburrido.

 

 

- ¿Aburrido yo?- estaba apenado-. Bueno sí, perdón por no ser divertido- comenté algo angustiado.

 

 

- Tetsuya, estaba bromeando- dijo, sincero-, eres muy ingenuo.

 

 

- Sí, me lo han dicho varias veces- contesté-, pero no es de preocupación, nunca lo vi como un punto débil.

 

 

- Porque nunca te han engañado con nada grave, te preocuparía si fuera importante el asunto- aseguró.

 

 

- Tal vez- tomé lo último que quedaba en el vaso y lo dejé de lado. No me había dado cuenta que Akashi ya había terminado el suyo.

 

 

- ¿Vamos?- preguntó mientras se levantaba de la silla.

 

 

- ¿Por qué preguntas si ya te levantas?

 

 

- ¿Te quieres quedar aquí?- preguntó, confundido al ver mi reacción.

 

 

 

- No gracias - contesté mientras me levantaba.

 

 

- ¿A dónde quieres ir ahora? Dudo mucho que mis padres se hayan ido ya de tu casa- sacó su mano del bolsillo y se fijó la hora.

 

 

- No lo sé, jamás he venido aquí- confesé-, vendría el sábado con los chicos.

 

 

- Oh cierto, supongo que ellos querrán mostrarte lo que es el centro. Entonces ¿qué quieres hacer?

 

 

- ¿Qué quieres hacer tu Akashi-kun?- pregunté ya que no sabía que responder- ¿No hay un parque por aquí?- El pelirrojo se quedó pensativo unos minutos, al parecer no recordaba.

 

 

- Sí, hay uno a unas calles de aquí pero tenemos que ir en el auto.

 

 

- ¿Tienes el auto aquí?- pregunté sorprendido. Una ola de alivio recorrió mi cuerpo algo me decía que no tendría que caminar hasta mi casa de nuevo.

 

 

- Sí, te has salvado- comentó riendo-. Me pregunto por qué eres tan perezoso, no te hará mal caminar otros veinte minutos de vuelta.

 

 

- Nada que se relacione con deporte es bueno para mí.-

 

Caminamos unas calles hasta que encontramos la camioneta. Por suerte la calefacción había quedado prendida y no hacía frío dentro. Me abroché el cinturón, intentaba mirar cada lugar por el que pasábamos pero íbamos bastante rápido. El parque no quedaba tan cerca como había dicho Akashi pero creo que sabía a cuál íbamos. Nos dirigíamos al parque queda a cinco calles de la preparatoria. Jamás había caminado por allí pero había pasado varias veces.

 

 

- Aquí es- Akashi estacionó el auto en la esquina del frente y me abrió la puerta para que bajase. 

 

 

- Gracias- dije, mientras desabrochaba mi cinturón. Habían varias personas en el parque pero dudaba que alguna de ellas sea de la escuela. Creo que les resultaría bastante raro ver a Akashi caminando por allí y más si veían que se encontraba con un chico como yo.

 

 

- ¿Has venido aquí antes?- preguntó, me estaba dirigiendo directamente hacía los columbios.

 

 

- No pero he pasado, me propuse venir pero nunca tenía ánimos. Ya sabes... caminar veinte calles para venir aquí no me entusiasmaba mucho.

 

 

- Debí de haberlo pensado. Tendrías que comprarte un auto, no crees?

 

 

- Déjame decirte que lo pensé seriamente pero tampoco me entusiasma la idea de tener que conseguir un trabajo de medio tiempo. Trabajar no es algo que se me dé muy bien- dije.

 

 

- ¿Has trabajado antes?- preguntó, me senté en uno de los comlubios y él se quedó mirándome-, no creas que me subiré a una de esas.

 

 

- Por lo menos empújame Akashi-kun- pedí ingenuamente-. Y si, cuando vivía en América conseguí un trabajo de medio tiempo para despejarme, la primera semana lo hice bastante bien pero luego me di cuenta que todavía no servía para trabajar.

 

 

- Al parecer eres un perezoso de primera Tetsuya- reconoció. Akashi caminó hasta ponerse detrás de mí y comenzó a empujarme.

Notas finales:

nos leemos :)


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