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Dulces y caramelos por Topo

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Notas del capitulo:

Algunos rw me dieron pánico. ¿Esta cosa mal paría' es fluff? LOL

Enjoy!

II

Cada vez que sonaba el timbre de salida, Jongin se inventaba a sí mismo excusas para tardar más y pasar al pabellón de niños. Se autoconvenció de que solo se aseguraba que el idiota Choi Minho no dejara solo a Kyungsoo a merced de cualquier adulto que pudiera hacerle daño, pero sabía que aunque Kyungsoo parloteara mucho, le caía medianamente mejor que cuslquiera.

Una tarde, justo antes de la hora del almuerzo, los altavoces de los pasillos y las aulas sonaron, dejando escuchar un mensaje del rector del pabellón de secundaria.

Por razones de seguridad, el pabellón de los niños de primaria ha sido evacuado, y sus miembros han sido trasladados temporalmente a nuestro pabellón. Esta totalmente prohibido hacer cualquier tipo de acción que perjudique a los niños más pequeños, de lo contrario, las sanciones para los responsables serán severas.”

Los cuchicheos corrieron rápido, a la par de un par de maestros que, preocupados, corrían hacia el pabellón de primaria para ayudar a evacuar el lugar y brindar ayuda. El pabellón de secundaria sabía que se trataba de un ex-marido de una de las maestras de primaria que parecía querer crear disturbios a modo de chantaje.

El silencio se hizo, dando pie a un conjunto de cuchicheos que dificultaron el proceso de docencia. La curiosidad por ver a los niños de primaria desenvolverse en el pabellón de los de secundaria era motivo de algarabía entre las chicas, quienes maternalmente deseaban mimar y proteger a los más pequeños.

Para algunos chicos, era una oportunidad de fastidiar un poco a los pequeños de primaria y divertirse un poco sin temer represalias como un libro volando hacia sus cabezas, cachetadas, puñetazos, patadas o un casi linchamiento por parte de una masa femenina que acudía a auxiliar una amiga en apuros.

La salida al almuerzo hizo que los miembros de los dos pabellones se examinaran mutuamente. Entre ellos, Jongin intentaba localizar a Kyungsoo.

Tan concentrado estaba que no le importó empujar a las personas que bloqueaban su vista y entorpecían su objetivo.

Para él, sólo tenía que comprobar que el pequeño estuviese bien.

Mientras, los chicos de secundaria empezaron a encontrar infintamente divertido fastidiar a los niños de primaria. Se divertían mucho viendo pucheros, mochilitas arrancadas de las manitas de sus dueños y alzadas muy alto, naricitas rojas, ojos llorosos, quejas infantiles, rabietas, puñitos crispados, saltitos inútiles intentando alcanzar sus cosas, vocecitas quejosas, trenzas tironeadas, bocas pequeñas apretadas, lazos de pelo arrancados, niños frustrándose, cordones sueltos, ceños fruncidos tiernamente, cabecitas con cabellos revueltos, lágrimas y más pucheros.

Las chicas de secundaria sacaron su lado maternal, atacando a los chicos de secundaria que molestaban a los niños. Así, ante la reciente atención del género femenino, gran parte de la población masculina de secundaria empezó a molestar a los niños de primaria, aprovechando el descuido de los maestros y directivos que intentaban resolver lo que ocurría en el pabellón de los de primaria.

Jongin temía que estuviesen molestando a Kyungsoo cuando vio a Choi Minho molestar a una niña pequeña de largas trenzas, buscando atención de las chicas que protegían a los niños pequeños con fiereza. Negó con la cabeza y buscó discreta y velozmente, hasta que lo encontró.

En efecto: cabellos alborotados, ojos llorosos, nariz colorada, ceño fruncido y saltitos desesperados intentando recuperar sus caramelos. Kyungsoo estaba entre dos chicos de secundaria que se divertían poniendo un par de caramelos lejos de su alcance mientras el menor se desesperaba.

Jongin no estaba de acuerdo con que aquello fuera gracioso. De hecho, no le gustaba ni un poco. Caminó a zancadas hasta ellos, parándose tras el que tenía los caramelos lejos del alcance del niño, y dándole un rudo zape en la cabeza, le arrebató los dulces.

-Devuélvele sus caramelos, idiota. -gruñó con aspereza.

-¡Jongin-hyung! -Kyungsoo chilló y se abrazó de la cintura de su hyung, en tanto este miraba mal a los dos chicos que lo miraban con molestia.

-¿Y tú que te metes? No es asunto tuyo. -uno de ellos dio un paso adelante, en tanto el otro daba uno atrás, cauteloso.

Jongin entrecerró los ojos, rodando a Kyungsoo con un brazo para mantenerlo lejos del alcance del otro chico.

-Es asunto mío, ¿tienes algún problema con ello? -contestó intimidante, calculando los movimientos del otro.

Abrazado a su cintura, Kyungsoo miraba y callaba.

-Hey, hey, está bien, no pasa nada, solo nos divertíamos. -terció conciliador el que se encontraba mas atrás, viendo la postura agresiva de Jongin y las evidentes ganas de su amigo de buscar problemas- Nosotros ya nos vamos, ¿está bien?

Jongin miró al muchacho agarrar del brazo al otro y llevárselo casi a rastras. Suspiró más tranquilo, girando el rostro para mirar a Kyungsoo, quien parecía estar encantado.

-Jongin-hyung es un héroe, como los de la tele. -canturreó Kyungsoo, enganchando firmemente brazos a la cintura de Jongin y enredando sus piernas a una pierna de Jongin, colgándose como un koala.

-Ven aquí, déjame verte. -Jongin luchó un poco para despegar al menor de su cuerpo y se agachó hasta estar a su nivel, entregándole los caramelos que le arrebató al matón, tomando la pequeña mochila y atusando el pelo revuelto del menor.

Kyungsoo pió y sonrió ampliamente. El mayor usó sus pulgares para retirar el exceso de líquido de los ojos de Kyungsoo, sintiéndose satisfecho.

-¿Puedo quedarme con Jongin-hyung? Los chicos grandes están siendo malos. -Kyungsoo se colgó del brazo de Jongin y no paró de parlotear aunque el mayor no le hubiese dado permiso o no de quedarse con él.

Ante la petición de un gorjeante Kyungsoo, Jongin se vio cargando al niño sobre su espalda, porque según el menor “ver las cosas desde la altura de Jongin-hyung debía ser fantástico”, y Jongin no supo por qué simplemente suspiró y ayudó al menor a subir sobre su espalda.

-¿Cuantos años tienes, Kyungsoo? -la pregunta le llegó de golpe cuando se percató de que no tenía idea de su edad.

-Hm-hm, tengo diez, soy un chico grande, ¿verdad, hyung? -la voz de Kyungsoo estaba justo junto a su oreja, y su aliento le hacía cosquillas.

Jongin se sorprendió. Por su estatura y su complexión menuda, no aparentaba más de ocho.

-Todavía no mucho, pero ya crecerás.-murmuró.

-¿Así como hyung? -Kyungsoo bailoteó sobre la espalda del mayor, emocionado.

-Uh, supongo. -volvió a murmurar quedo- Depende. Hay personas que se estiran mucho a partir de los doce, pero también hay otras que no se estiran tanto. -explicó, intentando imaginarse a un Kyungsoo con voz grave, alto y musculoso. La imagen mental le chocó.

-¿Así como Minho-hyung y tú, hyung? -preguntó el menor, sin parar de bailotear sobre la espalda de Jongin.

-Hm. -Jongin contestó distraídamente, buscando un lugar donde descansar. Buscó con la mirada hasta encontrar una apacible sombra bajo un cerezo alejado del bullicio del amplio patio. El lugar estaba un poco demasiado apartado, y seguramente no iba a ser bueno que los vieran dirigirse allí, pero solo serían por un par de minutos, hasta que acabara el descanso.

Durante el resto de la hora del almuerzo Jongin estuvo viendo a al niño comer, y escuchándolo hablar, hasta que el menor bostezó. Jongin se percató que aun en primaria a los niños les dejaban una hora para la siesta y evidentemente Kyungsoo planeaba tomarla.

Kyungsoo se trepó al regazo del mayor, ignorando la mirada extrañada de Jongin, y se acomodó, sentándose a horcajadas de frente al mayor y recostando su cabeza en el hueco entre el cuello y el hombro de Jongin, murmurando adormilado que “se sentíacómodo porque su hyung era muy bueno y suave” y otras incoherencias antes de quedar dormido.

Jongin se acomodó, pegando su espalda al tronco y asegurando a Kyungsoo para que no resbalara o despertara con molestas en el cuello. Estiró las piernas ante él y miró el follaje sobre su cabeza. La apacible respiración de Kyungsoo empezaba adormecerlo, y producto de lo poco que durmió la noche anterior, sintiendo el olor dulzón que emanaba el menor, se dejó llevar, cerrando los ojos por un momento.

Cuando abrió los ojos, lo primero en notar fue el silencio total del lugar. El cielo presentaba débiles líneas que avisaban la próxima llegada del anochecer y el inminente ocaso. Jongin se despertó definitivamente, y se percató del peso de un Kyungsoo aún dormido.

Precariamente y maldiciendo muy bajo para no despertar al niño, se levantó, tomando la mochilita que se encontraba a su lado y caminó hasta los casilleros, tomando sus cosas. Fue difícil equilibrarse al principio teniendo su mochila, la pequeña mochila del infante, y a un dormido Kyungsoo apoyado junto a su pecho con la cara escondida en su cuello.

El portero lo miró entre divertido y confuso cuando vio al mayor con el pelo algo revuelto y cara de sueño caminar pesadamente con un niño dormido en brazos y dos mochilas al hombro. Jongin lo maldijo y echó el camino hacia la casa de Kyungsoo.

Ni siquiera quería pensar lo expuestos que estuvieron ambos al dormirse de aquella forma tan imprudente, saltándose las clases y olvidando dónde estaban. Eso fue responsabilidad suya.

Cuidar de Kyungsoo no era tan fácil, realmente.

Como la primera vez, volvía a casa de los Choi, excepto que esta vez el menor estaba dormido y Jongin solo quería seguir durmiendo teniendo el tranquilizante peso de Kyungsoo sobre él, haciéndolo conciliar el sueño.

Choi Minho fue el que atendió a la puerta y lo miró divertido.

-Sabía que estabas con él. ¿Qué acaso no tienes un hermano menor que cuidar? -bromeó, apartándose y dejándole entrar, caminando escaleras arriba y conduciendo a Jongin para que dejara a Kyungsoo sobre su camita.

Jongin frunció el ceño cuando notó lo descuidado que era Minho. ¿En serio se ponía a bromear en vez de desconfiar de Jongin como debería ser? Dejó a Kyungsoo con suavidad sobre la cama y se dirigió abajo con los labios fruncidos.

No entendía por que Minho no apreciaba a su hermano menor como debería. Kyungsoo parloteaba mucho y a veces era muy molesto, pero Jongin hubiese querido que el hermanito que no nació sí lo hubiese hecho, y que ese fuera Kyungsoo. Pero no nació, y a Jongin le dolía recordar que el no pudo proteger a su hermanito, ni pudo proteger a su madrastra tampoco.

Estaba condenado a ver aquella familia resplandeciente y morir de envidia y culpa. Envidia, porque nunca tendría algo así, y culpa, porque alguien tan miserable como él intentaba robar un jirón de amor de aquella familia.

Estaba condenado a ver a su hermano mayor hundirse en un mundo de fantasía creado por drogas y sexo para no pensar, para no buscar los responsables de la rotura.

Estaba condenado a ver a su padre ahogarse con litros y litros de soju y jerez, gastándose los ahorros de su vejez y deseando morir en medio de su felicidad ficticia para no pensar en cómo destruyó lo que amaba en poco tiempo, para no ver el desprecio en los ojos de sus hijos y el resto de la sociedad.

Quizás, estaba condenado a convertirse en su hermano, luego a convertirse en lo que era su padre. Convertirse en un adulto, en uno de los adultos a quienes aborrecía.

Y gracias a un pequeño niño molesto, de nombre Choi Kyungsoo, su condena sólo era un quizás, no un irremediable futuro.

Choi Kyungsoo era molesto, muy molesto...



Notas finales:

Gracias a las lindas personitas que dejaron sus rw, me dieron penco ataque de feels ;u;

Disculpen si se me ha escapado algún error, y me hacen el favor de señalarlo, pls ;--;

Ah... pues... nos leemos c:


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