Todos aplaudían al campeón de la Grand Prix Final, las noticias se extendieron por todo el mundo.
En el podio Yuri bajo la cabeza mientras le colocaban la medalla de oro.
Esa medalla representaba mucho para el menor, más que un título, representaba su arduo esfuerzo.
─Ganaste gatito, debo admitir que esta vez, el Rey admite su derrota─ Comento JJ al lado suyo, con la medalla de bronce colgando en su cuello─ Felicitaciones ─ El canadiense le extendió la mano, al inicio el menor dudó, sin embargo apretó aquella mano viendo como el mayor le sonreía.
─Yurio─
Una vez ya sobre el hielo Yuuri se acercó al ruso quien recibía su bandera para pasearla por toda la pista.
─¿Qué? ─ Sin embargo no se esperó que el japonés se inclinara en ciento veinte grados.
─¡Lo siento mucho! ─ Casi grito ─ Yo realmente lo siento tanto, no sabía de su relación. Realmente espero que también me perdones por lo que paso─
Yuri incomodo por las miradas que se iban posando sobre ellos poso una mano sobre el hombro del japonés.
─Levántate ya tazón de cerdo─
─¿Yurio? ─
─¿Te gané el oro no? ─
─Gracias─ El japonés se lanzó abrazando al ruso quien hacia lo posible por escapar de aquel asfixiante y bochornoso agarre. Yuuri se separó volviendo a inclinarse ante el ruso para ir hacia Viktor que lo esperaba con la bandera japonesa, la pareja le sonrió y agitaron sus manos sonriéndole.
Tsk, eran molestos.
─Yuri─ Pero todo atisbo de enojo se disipo en cuanto reconoció aquella voz a sus espaldas.
─Otabek─
─Felicitaciones─ El kazajo le entregó al menor un gran y hermoso ramo de rosas de distintos colores junto con su emblemático oso. Yuri sonrió ante tal gesto y conmovido, sin previo aviso abrazo al kazajo.
Este al inicio sorprendido sonrió enternecido para luego envolver sus brazos en torno del delgado cuerpo ruso.
─Gracias─
─No hay de que, vamos debes ondear esa bandera. ─
De esa manera la Grand Prix festejaba a su nuevo ganador. Después se siguió con las presentaciones de gala.
La Yuuri presento “Stay close to me” mientras que Yuri se lució con un estilo completamente nuevo, “Welcome to the madness”, el público enloqueció con la presentación y acompaño con las palmas.
La Grand Prix concluyo lo cual significaba que los patinadores podían tomarse un descanso y regresar a sus respectivos países.
Durante el banquete Yuri había permanecido cerca del kazajo en todo momento, pues este viajaría a Kazajistán por la mañana. De cierta manera ello lo había entristecido, o tendría con quien hablar como la hacía con el mayor en quizás unos dos o tres meses.
Se hallaban los más apartados posible de la sofocante reunión, Yuri le dio el ultimo sorbo a su jugo de naranja, al contrario de él la copa del kazajo seguía llena.
─¿Ocurre algo? ─ Pregunto el menor.
─¿Recuerdas lo que te prometí? ─ Cuestionó girándose al menor, este frunció el ceño pensativo, abrió la boca para contestar, sin embargo la cerró frunciendo aún más el ceño.
─Tsk, con todo esto de la competencia creo que lo olvide, Otabek si me la dices─
─¿Quieres aprender a manejar mi moto? ─ El menor se dio un golpe mental al recordar, asintió sonriente.
─Con tal de huir de este lugar─
Ambos caminaron a la gran mesa dejando sus copas para luego dirigirse a la salida.
─¡Yurio! ─ La espesa voz de Viktor era inconfundible. ─¡Tu Otabek! ¿A dónde crees que llevas a mi Yuri? ─ Reclamo mientras atraía al menor.
─Suéltame viejo─ Reclamo abochornado por tener a un Viktor Nikiforov borracho sobre su persona.
─¡Yuuri! ¡Yurio ha crecido tanto que hasta ya se va con alfas! ─ Gimoteo el ruso mayor. Oh, el menor no podría de estar menos sonrojado que en ese momento, tenía unas inmensas ganas de pegarle en ese estúpido puchero que ostentaba el ruso.
─Cierra la boca maldito Viktor─ Se apresuró a salir empujando al kazajo.
─¡Otabek te tengo vigilado! ─Chilló.
─Uf, Ignóralos Otabek─ Para sorpresa del menor el kazajo sonreía divertido.
─Tiene razón, no deberías salir solo a media noche con un alfa─ Comentó divertido.
─Eres mi amigo ¿no? Confío en ti─ El mayor negó mientras despeinaba las rubias hebras. ─ Bien, ¿dónde lo haremos? ─ Paso unos minutos antes de que menor procesara lo que acababa de pronunciar, el sonrojo corrió a sus mejillas mientras evitaba la mirada contraria─ Hum, quiero decir, dónde me enseñaras a manejar─
─Podríamos ir al parque que queda a unas cuantas cuadras, a estas horas me imagino que habrá pocas personas─ La Harley se encontraba estacionada fuera, le entrego el casco al menor, limpio el roció con un trapo que luego guardo y subió colocándose los lentes y cascos.
─No hay sol─ Comento subiendo a la moto.
─Los lentes tienen más usos que solo proteger del sol, cubre mis ojos y a la velocidad que voy sería un problema si algo entrara o salpicara sobre ellos. ─ Explico mientras iniciaban su camino. El menor se limitó a admirar la ciudad de noche, muchas luces la iluminaban y para su suerte las calles estaban casi desiertas.
─Bien, aquí podrás practicar─ Ambos bajaron de la moto, Otabek comenzó a indicare la función de cada botón, manija y demás cosas que poseía aquel vehículo. ─ ¿Prefieres manejar solo conmigo sosteniendo la moto o subo contigo? ─
El menor yacía sobre la moto, Otabek sostenía el volante y parte de la canastilla, no podía hacerlo con el kazajo ahí, ¿Y si aceleraba por error?
─Sube─ Murmuro bajo.
─Bien─ Pudo sentir el cambio, sin duda el alfa pesaba más que él. ─¿Listo? ─
─Umm..si─
─Coloca tus manos sobre el volante Yuri─ El menor obedeció─ Voy a encenderla ahora─ El motor de la moto comenzó a rugir ─ Por el momento yo controlaré abajo y tu arriba─
El rubio asintió, ¿No podía ser tan difícil verdad?
─Ahora─
Escucho el motor, las luces se encendieron y la moto comenzó a avanzar, se asustó la sus brazos eran débiles y mantener firme el volante era todo un reto, podía ver como la trayectoria el vehículo iba en diagonal, directo a una zanja. Sintió pavor y volteo, sintió su respiración parar al notar lo cerca que se hallaba su rostro a la del kazajo.
─Tranquilo─ Murmuro este con la vista fija al frente, sintió la presión sobre sus manos, Otabek se había pegado a él y tomaba el control del volante, sintió un picor en la nariz, el aroma del kazajo, era una olor como a madera, se sintió nervioso por lo que volvió su vista al frente. ─ Continua ─ Hablo mientras le devolvía el mando a Yuri.
─De acuerdo…pero no me hago responsable si terminamos en alguna zanja─
─Eso no pasara, yo estoy aquí─
Y eso era tan confortable para el rubio.
**
Yuri se levantó ni bien escucho su alarma sonar, no le importo haber dormido solo cuatro horas, debía de despedirse de su mejor amigo.
Su celular marcaba las seis y dos, Otabek abandonaría el hotel a las siete y treinta.
Se apresuró a meterse a la ducha, su cabello era un desastre total, completamente tieso y sucio.
No era para menos, ayer realmente se había divertido.
─¿Estás seguro? apenas llevamos media hora─
─Lo estoy, me duelen los brazos ya ─
─De acuerdo─ Ambos bajaron de la moto. El menor pareció estirar la piernas y los brazos, manejar no era, para nada, sencillo. Se quedaron en silencio apoyados en la moto, admirando el, ahora, desolado paisaje.
─¿Quieres tomar algo caliente? ─ Pregunto el kazajo mientras apuntaba a una carreta. Yuri asintió.
─Buenas noches joven, ¿Qué puedo ofrecerle? ─Hablo una señora al lado de quien suponía era su hija─ Oh, parece que son extranjeros, Mónica ─ La joven se acercó traduciendo al inglés lo que su progenitora había dicho.
─Dos cafés─
─Oh, café, ahora mismo─ La señora sirvió dos vasos─ Una para el apuesto muchacho─ La hija traducía cada palabra que salía de los labios de la señora ─ Y otra para su novio─ Claro que con cierta gracia la muchacha tradujo.
Yuri pudo sentir su rostro arder, estaba a punto de gritar e incluso de insultar a la chica por aquella sonrisita que había mostrado al hablar, sin embargo el kazajo se le adelanto como si conociera lo que pasaba por su mente.
Otabek pago los cafés para luego agradecer y alejarse con Yuri siguiéndolo.
─Ten─ Extendió el vaso al rubio, este agradeció y tratando de obviar otro bochornosos momento en lo que iba de la noche soplo la bebida para después darle un sorbo. El calor ingresando a su cuerpo era muy gratificante. ─ ¿Quieres regresar al hotel? ─
Sus manos se envolvían en torno de la taza, sintiendo el calor de esta sobre sus frías manos, no quería regresar aún, no tenía sueño, una idea surco su mente cuando vio unas motos pasar con gran velocidad frente a donde se hallaban.
─¿Puedes manejar así? ─
─De poder puedo, pero no suelo hacerlo─
─Hum, debe ser refrescante sentir el viento a esa velocidad─
─¿Quieres intentarlo? ─
─¡Si! ─ Chillo cual niño que recibía sus regalos en navidad. Otabek pareció dudarlo un momento, miro la pista, era muy poco probable que sufrieran un accidente, por lo que suspirando derrotado se subió a la moto.
─Sube─ Colocándose el casco Yuri subió emocionado. Asegurándose de que el camino estaba libre Otabek comenzó a conducir, primero lento para luego acelerar.
Era realmente placentero. La sensación del viento frio sobre su rostro, le encantaba. Por seguridad se aseguró de cogerse bien de la ropa del mayor, a pesar se sentir la adrenalina se sentía seguro. Cerró sus ojos sintiendo como su cabello ondeaba salvajemente.
Habían regresado al hotel pasadas las dos de la mañana, con una rápida despedida y la hora de partida del kazajo ambos jóvenes partieron a sus respectivas habitaciones, presa del sueño, Yuri durmió ni bien su cuerpo se derrumbó en la cama.
**
Peino sus hebras medio húmedas, miro el reloj de su celular, aún faltaba veinte minutos, cogiendo su preciado celular y las llaves decidió bajar al living, grande fue su sorpresa al encontrarse ahí ya al kazajo.
─¡Hey! ─ Llamo mientras alzaba una mano.
─Buenos días Yuri─ Saludo este desviando su mirada del celular.
─¿Qué hacías? ─ Pregunto sentándose al lado del kazajo mirando la pantalla del celular, se sorprendió al ver que estaba en la aplicación de Instagram. ─ Oh, pero si ya te estas familiarizando más con la tecnología─
─Ya estaba familiarizado con ella─
─Si claro…─ El menor quedó en silencio por un momento, justa caía en la cuenta de que no tenía el número de Otabek. ─ Hum…¿Por cuánto tiempo iras a Kazajistán? ─
─No lo sé, un mes o dos, después creo que iré a Rusia ─
─Debes llamarme cuando llegues─ El kazajo asintió ─ Pero no tengo tu número y tampoco tienes el mío─
─Cierto─ El mayor saco su celular entregándoselo al rubio─ Anótalo─ El menor tecleo rápidamente los dígitos para luego guardarlo.
─Ahora díctame el tuyo ─ Tecleo igual de rápido los dígitos para luego guardar el nuevo número, Otabek era muy largo para su gusto, sonrió cuando se le ocurrió un apodo.
Beka.
Contacto guardado.
─Ya es hora─ Comento el kazajo al ver a su entrenador acercarse. ─ Nos vemos pronto Yuri─ El kazajo extendió su mano, el rubio rápidamente la estrecho.
─Nos vemos luego Otabek─
Intercambiando sonrisas ambos se despidieron
Cierto calorcillo se instaló en el pecho de Yuri, sin embargo le restó importancia.
No había de qué preocuparse. Dentro de unos meses estaría de nuevo junto a su amigo.
**
Ya en el avión Otabek deslizó su dedo hacia arriba sobre su celular, los nombres de sus contactos iban subiendo, sin embargo no encontraba el que buscaba, siguió bajando hasta que cierto contacto llamo su atención, sonrió al leerlo.
Yuratchka