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~A.G.A.P.E~An angel gets an empty promise por kazen_nova17

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─Y tenemos a los seis participantes de esta temporada, en primer puesto el pentacampeón y gran estrella de Rusia, Viktor Nikiforov─

La crítica esta de su lado, su programa fue sencillamente perfecto, recodemos que nos referimos a una leyenda viviente del patinaje artístico, los jóvenes competidores no la tendrán fácil

Y tiene razón, ahora clasificando en segundo lugar tenemos a la joven esperanza del mismo país que Nikiforov, Yuri Plisestky, recordemos que el; para aquel entonces, quinceañero logro hacerse con el oro el año pasado haciendo historia al ganar en su debut como senior

¡Toda una sorpresa! Nadie esperaba que el joven e inexperto ruso le ganara al favorito de la temporada el canadiense Leroy y al rezagado japonés Katsuki, sin duda la GFF del año pasado fue toda una sorpresa. Pero ahora el muchacho tiene rivales para este año, no solo al favorito de Canadá sino también a su compatriota

Hablando de Canadá, en tercer lugar tenemos al talentosísimo canadiense Jean Jacques LeroyObtuvo el bronce...

 

─No deberías estar viendo esto si tanta molestia te causa─

 

─Tch, no es tú problema Otabek, esos comentaristas son unos aduladores─

 

─En vez de estar aquí podríamos salir a dar unas vueltas ─ Levanto la mano derecha dejado relucir las llaves que sostenía.

 

─Así que por eso desapareciste en la mañana ─

 

─Es la primera vez que estoy en corea del sur, quiero hacer algo de turismo, ¿Quieres venir o...

 

─No? ─ Completo la frase logrando sacarle una ligera sonrisa al kazajo─ Claro que quiero ir, estoy aburrido de estar en el hotel─ Contestó mientras se levantaba de la cama, perezosamente se colocó las zapatillas para luego colocarse la casaca de animal print.

 

─Afuera está haciendo frio, ponte algo más─

 

─Ugh─ Cogió la bufanda negra de Otabek que descansaba sobre el velador para luego envolverla en torno a su cuello. ─ ¿Mejor?

 

─Mejor─ El kazajo se dirigió a la salida mientras esperaba al menor con la puerta abierta, después de arreglarse el cabello, el ruso se acercó hacia el mayor con una ceja arqueada. Este solo sonrió dándole paso al rubio.

 

─Tch─

 

─Es la costumbre Yura─

 

Caminaron hacia el ascensor marcando al primer piso, Yuri iba relativamente concentrado en su celular no sin ser ajeno a la sutil mirada que el kazajo tenia puesta sobre él.

 

─Si tienes algo que decirme hazlo Otabek─

 

Y el kazajo iba a responder de no haber sido por las puertas del ascensor abriéndose revelando a las personas que esperaban fuera.

 

─Yurio! ─ El primero en saludar efusivamente fue el ruso mayor, sin embargo su intento de abrazo fracaso al ser evadido magistralmente por el rubio.

 

─Vamos ya Otabek─

 

─Y-yo-o Yurio , O-Otabek─

 

─Tch, katsudon─

 

─Yurio eres cruel, salúdame también, hace tiempo que no nos vemos─ Chillo de forma irritable Nikiforov, si a Yuri le irritaba de cierta forma la actitud del ruso, aquella faceta infantil lo sacaba de quicio.

 

─Cierra la boca de una vez─

 

─ Otabek, ¿Cómo logras vivir cerca de él sin que te grite? Dime! Dime!─Sin duda Yuri no ostentaba de una gran paciencia, claro que no pero trataba de controlarse, más todos tenían un límite y él estaba a nada de llegar a este. Solo ver como Viktor pasaba un brazo por los hombros de Otabek fue suficiente para mandar a la mierda su autocontrol.

Camino hacia el par retirando el brazo de Nikiforov sin delicadeza alguna, si las miradas matasen...

 

Bueno, por suerte no lo hacían.

 

─Oh! ─ Contrario a todo lo que se esperó, la forma en como lo miraba había cambiado y una sutil sonrisa apareció su rostro, una sonrisa estúpida a ojos del rubio. ─ Vaya Yurio, así que Otabek es...

 

─Pégale Beka! ese calvo me está molestando─ Se quejó mientras se acercaba al kazajo y parecía gruñirle a Viktor. Acto que descoloco al peliplata, se esperaba algún intento de asesinato no aquella reacción tan poco usual, más algo pareció hacer corto circuito en él, frunció el ceño notablemente ofendido.

 

─ ¡No estoy calvo! ─ Grito este de manera infantil.

 

─Otabek, puedo escuchar gente muerta─ Ignoró olímpicamente al mayor que hacia una rabieta a su lado.

 

─ ¡No digas que estoy muerto! ─ Señalo al menor que hacia un teatrillo frente al kazajo.

 

─Recemos juntos para darle descanso a su alma─

 

Muy al contrario de lo que alguna vez imagino, Otabek había juntado sus manos en forma de oración, Viktor no de lo esperaba.

 

─ ¡No le sigas el juego! ─ Reclamo ignorando los vanos intentas de Katsuki por detenerlo.

 

─Lamento no poder seguir con esto Viktor─ Por fin hablo Otabek con su característica seriedad─ Yuri y yo íbamos de salida, con su permiso─

 

Y sin esperar a que alguno de los dos rusos iniciara una nueva riña, avanzo hacia la salida mientras su mano derecha sostenía firme la mano izquierda del menor, no era un gesto romántico, no como internamente lo hubiese deseado Yuri, era más un acto desesperado. Acto que le extraño en demasía al ruso menor, era conocedor de la falta de sociabilidad de este, pero no pensaba que era tan grande como para no querer permanecer en compañía de otras personas, claro a excepción de sí mismo.

El frio aire invernal de Corea le dio de frente al rostro cuando salieron al exterior del hotel, permanecieron afuera aún con las manos juntas pero sin mucho que decir. Yuri evaluaba cada gesto en el rostro contrario tratando de adivinar que estaría pasando por su mente.

 

─Otabek...

 

─Sabes que suelo hablar mucho─

 

─Conmigo la haces perfectamente─

 

─Contigo es diferente y lo sabes─

 

No pudo evitar sonreír sintiendo cierto regocijo en su interior, nadie más conocía aquel lado de Otabek que solo él tenía el privilegio de conocer y nadie más tenía por qué conocerlo, no iba a permitirlo.

 

─Y bien, ¿A dónde deseas ir? ─ Pregunto alcanzándole el casco.

 

─A donde me lleves estará bien, no conozco Seúl─

 

─Podríamos ir al Mercado Dongdaemun, escuché que si en ese lugar no encuentras lo que buscas es porque no existe─

 

─Puede haber muchas cosas para comprar─ Una sonrisilla cruzó los labios de Yuri ─ Espero que no te arrepientas de haber sugerido ir allí─

 

Otabek capto la indirecta del menor, se acercó despeinándolo mientras sonreía con calma.

 

─No creo que gastar un poco este de más─

 

─Tú lo has dicho Beka─ El menor se acercó a la motocicleta palmeándola con diversión ─ Bonita moto─ Comento ─ Vamos ya, el dia pasa rápido─

 

─Cuanta ansiedad─ Comento subiendo a la motocicleta y comenzando a encenderla, más casi pierde el equilibrio cuando el menor, raudo subió con brusquedad, no pudo reclamar pues inmediatamente la risa de Yuri interrumpió cualquier queja.

 

─Pensé que ya podía subir─

 

─Si vas a apoyarte tienes que avisarme Yura, pudimos caer─

 

─Sé que no dejarías que eso pase─

 

Ah, cómo lidear con aquella belleza rubia que sabía dominarlo tan bien.

 

Porque si, Otabek sabía que no podía ir en contra del menor, tan frágil y delicado como se veía hacia un contraste con su fuerte personalidad, una de las cosas que tanto amaba de él.

 

─Sujétate Yura ─

 

Arranco la moto cuando sintió los finos brazos de Yuri envolverlo.

 

 

**

 

 

─Mira esta ─

Yuri se acercaba al mayor con una chaqueta de cuero negra, arqueo la ceja al notar que no había rastro del animal print que tanto gustaba de usar el menor, soltó un suspiro cansado mientras miraba a los ojos contrarios, estos se mostraban completamente firmes en su decisión, volvió su rostro hacia las bolsas que traía consigo desde el rato que llegaron. Vaya que Yuri no bromeaba cuando sugirió que no se arrepintiera y ahora comenzaba a hacerlo. ¿Cuánto tiempo ya llevaban en la misma tienda? Lo ignoraba, pero sabía que era mucho tiempo. No conocía aquel lado de comprador-obsesivo que ostentaba el menor, era una nota mental que tendría en cuenta a partir de ahora.

 

─¿Esa te gusta? ─

 

─¿A ti no? ─

 

─Yo no voy a usarla─ Contesto tratando de restarle importancia más el ceño fruncido en el rostro del pequeño no ayudaba. ─ ¿Qué pasa? ─

 

─hum esta chaqueta, no es para mí─ Contesto este desviando la mirada ─ Pero está bien la devolveré ─

 

─Espera─ Sujeto de la muñeca al joven ruso, oh cuan mal se sentía en ese momento. Un gesto que Yuri le regalaba y él lo echaba a perder. ─ Pensé que era para ti, sin embargo a mí me gusta y más si tú la escogiste─

 

─No trates de arreglarlo ahora Beka─ Contesto con un tierno puchero, pues su orgullo había sido lastimado de cierta manera, más esto se disipo al sentir los labios del kazajo sobre su frente.

 

Normalmente ambos evitaban mostrar aquellos afectos en público, no porque les molestara, de hecho les parecía algo tan íntimo que preferían mantenerlo solo entre los dos, por lo que aquel beso frente a las dependientas de la tienda logro sonrojarlo.

 

─Yura─

 

─ ¿La llevamos o no? ─ Contesto ahora con una fina voz denotando su nerviosismo.

 

─La llevaremos─

 

Salieron a fin, después de casi tres horas de aquel centro con muchas bolsas de compras, no iba a negar que quizás si habían excedido con ello, pero la satisfacción en el rostro del rubio hacia que le restara importancia al hecho de haber gastado en un día lo que gastaría normalmente en dos meses.

 

─Deberíamos regresar al hotel y guardar todas estas bolsas, nos será incomodo─

 

─No quiero volver─

 

─Será rápido, podemos entregarlas al portero y que él lo guarde, soluciones simples Yura─

 

─Está bien, pero que sea rápido ─

 

─Sube─

 

 

 

**

 

 

─Este lugar es realmente grande─ Hablo con notable asombro impregnado en la voz. El palacio Gyeongbokgung era enorme y sin lugar a duda muy hermoso, el solo estar ahí transmitía la sensación de pertenecer a ella, oh claro eso pensaba Otabek, pues no muy lejos de ahí Yuri aprovechaba cada cosa para tomarse una foto y subirla a su instagram, sonrió al ver que le menor parecía disfrutar de aquel paseo, distraídamente saco su celular, tecleo unas cuantas veces, marco el palacio para luego deslizar la pantalla a lo que sería su nuevo paradero.

 

Aún era temprano, por lo que lo siguiente a hacer seria ir a almorzar.

 

─Hey Beka ven, tomémonos unas fotos junto al lago─

 

Obedeció con rapidez a la petición, llego al lado del menor que, acercándose a su cuerpo le indico que sonriera a la cámara, el click le aviso que la foto había sido tomada, por lo que se retiró un poco apreciando el paisaje. No se esperó el oír nuevamente la cámara sonar y esta vez cerca, se volvió topándose con el menor que le sonreía mientras sostenía el celular entre olas manos enfocándolo.

 

─Te ves bien Beka─

 

Y no pudo evitar sonreír.

 

 

**

 

 

─No crees que es un poco caro...

─Está bien, no siempre viajas a Corea del Sur─ Comento despreocupadamente.

─Si, pero estaría bien con un restaurante menos lujoso─

─Está bien Yura, solo será por hoy─

 

La carta no se hizo de esperar, Yuri miro los símbolos que se suponían eran palabras con suma concentración, como si de esa forma podría comprender lo que decía, acto que divertía al kazajo, él solo levanto la mano y comenzó a hablar en inglés con la mesera, que para sorpresa del menor parecía entender muy bien al mayor.

 

─Es un restaurante de carnes, muy bueno en Seúl─ Hablo por fin ─ Recomienda que pidamos Beef Tartare, Aubergine Pepper─

 

─Si lo tú lo dices...

 

*

 

─Woah! Esta delicioso! No tengo idea de qué es, pero sabe bien─

 

─ ¿Te parece bien si pedimos un postre? ─

 

─Claro─

 

Amuse.

 

Un exquisito postre que degustaron con satisfacción, sin lugar a duda el precio lo había valido, salieron renovados y con más energías del restaurante, aún faltaban muchos lugares a los que hubiese querido llevar a Yuri, pero el tiempo parecía escapársele de entre las manos. Tecleó el móvil buscando lugares cercanos que recorrer, al menos hasta la noche.

 

 

**

 

 

─Ya hemos recorrido muchos lugares, para no haber venid ante sabias muy bien a donde ir─

 

─Digamos que me he informado─

 

─¿Volveremos ya al hotel? ─ Sus manos jugaban con la chaqueta nueva de su kazajo, el aire frio ahora se sentía con fuerza, sin embargo amaba la sensación de pasear en moto y más la seguridad de tener a Otabek como conductor.

 

─Aún queda un lugar al que podemos ir, solo cierra los ojos hasta que lleguemos y sujétate fuerte─

 

Así lo hizo, apoyando su rostro en la ancha espalda y pasando sus brazos por el marcado abdomen, Yuri cerró los ojos sintiendo su corazón acelerarse al escuchar el motor rugir y la velocidad aumentar. Respiro profundo llevándose el varonil aroma a los pulmones, aroma que lograba calmarlo, un aroma único del cual gustaba.

Le parecía asombroso lo rápido que había logrado tener aquella relación con Otabek y sobre todo de como este había permanecido siempre a su lado, por más que Mila dijese que su relación era envidiable, no conocía los problemas que en ocasiones se cernían sobre ellos, la mayoría a causa suya. En los nueve meses que ya llevaban juntos, Otabek se había quedado a dormir varia veces en su departamento, más por petición del menor, le gustaba sentir el calor que emitía el cuerpo del kazajo, después de una cena preparada por el mayor y de ver películas ambos se dirigían a la cama del rubio, para luego de unas charlas triviales dormir. Y era en esas noches que Otabek escuchaba al menor susurrar el nombre de otro con dolor, Yuri aún sufría e inconscientemente solo por las noches lo dejaba relucir.

Cuanto se avergonzaba de las veces que tuvo que ser despertado por el mayor debido a su incesante llanto.

Aun a pesar de todo es tiempo habían heridas que tardarían en cerrar.

Lo sabía y aquello le preocupaba, ¿Otabek llegaría a cansarse de eso? ¿Lo abandonaría?

Eran dudas que surcaban su mente cada que aquellos episodios se daban.

 

─ ¿Estas bien? ─

 

─Lo estoy─

 

─Ya puedes mirar, llegamos─

 

Aquello era hermoso.

 

Ya la noche había caído plenamente, y allí, desde aquel puente se daba un espectáculo de luces que no había visto antes. Miro a Otabek que le sonreía como si esperara alguna respuesta.

 

─Estamos en el Puente Banpo, se aprecia bien el rio Han desde aquí─

 

─Esto es hermoso─

 

─Y no es todo─

 

Iba a preguntar cuándo, sobre el cielo estrellado comenzaron a estallar fuegos artificiales, podía verlos todos con detalles, tanto en el cielo como su reflejo sobre el rio. La noche era iluminada por aquellas luces en formas y bajo aquellas luces, dos jóvenes unían sus labios a vista y paciencia de las estrellas.

 

Yuri tenía muchas dudas, dudas que se disipaban con cada gesto que el kazajo tenia para con él, siempre lograba sorprenderlo y cada vez sentía que aquel cariño que sentía crecía. Con Otabek no eran solo palabras, eran sus actos lo que con él tiempo habían hecho que terminase enamorándose de él.

 

Porque Yuri estaba cayendo, caía presa de aquel sentimiento.

 

Si era a manos de Otabek, estaba bien.

 

 

**

 

 

─ Debemos volver a salir─ Comento mirando por el espejo el rostro del kazajo. Iban rumbo al hotel y de seguro Yakov lo requintaría por la hora, la media noche les había dado el alcance aun en el puente, por lo que luego de soltar una maldición le pidió al mayor que regresaran con rapidez.

 

─Cuando quieras podemos volver a salir─

 

─Hum, podrías ir más rápido, es realmente tarde Beka y con mi celular muerto y el tuyo fuera de señal Yakov debe estar histérico─

 

─ Yuri, no creo que...

 

─Solo un poco más─

 

Vaya a saber cuándo dejara de doblegarse ante esas esmeraldas, acelero la motocicleta ahora poniendo máxima concentración en su entorno.

 

─ ¡Una estrella fugaz! ─

 

Todo sucedió demasiado rápido.

 

Yuri había gritado mientras apuntaba a la estrella, el semáforo estaba en verde, Otabek solo se distrajo un instante añorando ver la sonrisa que de seguro el rubio mantenía en los labios, sintió unas luces próximas, al regresar la vista se dio cuenta del auto que amenazaba con chocarlo, actuó con rapidez girando la dirección de la moto y gritando en el acto al menor para que se sujetara.

 

La moto derrapo unos cuantos metros mientras ellos quedaron sobre la pista.

 

─¡Yuri! ─ Otabek se levantó con velocidad realizando un gesto de dolor, su pierna derecha dolía, pero como le importaba pues el delgado cuerpo del menor yacía más arriba. Se asustó al verlo quieto.

 

La delgada mano se levantó.

 

─Estoy bien─ Exclamo sentándose sobre la pista algo aturdido.

 

Solo entonces Otabek sintió a su corazón volver a latir con normalidad.

 

─Estaba en verde ¿no? ─

 

─Lo estaba, pero no siempre respetan los semáforos, dime ¿Te duele algo? ─

 

─Solo me golpee la rodilla, pero estoy bien. ¿y tú ? te lastimaste ─

 

─No es nada─ Se acercó al delgado cuerpo abrazándolo, se había asustado y mucho. ─ Lo siento, en verdad lo siento...

 

─No fue tu culpa Beka, estamos bien, ahora, solo, solo vamos al hotel sí, quiero dormir─

 

─Está bien, vamos─

 

 

**

 

─ ¡Concéntrate Yuri! ─

 

Grito exasperado Yakov al ver a su patinador volver a caer sobre el hielo. Estaban solo a horas de la competencia y el rendimiento del pequeño ruso no era el adecuado. Cabizbajo se acercó a Yakov saliendo de la pista.

 

─Agua ─

 

─Espera aquí ─

 

Después de aquel incidente con la moto habían llegado al hotel y para su suerte Yakov no los había estado esperando. Sin embargo lo que lo tenía ido era que al momento de despedirse pudo notar que Otabek cojeaba, sabía que el mayor trataba de aparentar que estaba bien, pero lo había visto y eso le preocupaba.

Bufo molesto.

Si no se hubiese comportado de manera tan infantil, Otabek no se hubiese distraído y aquel accidente no habría pasado.

 

─Con ese ánimo dudo mucho que vengas a por el oro ─

 

─No quiero empeorar mi día Leroy ─

 

─Solo pasaba por aquí pero al ver esa desastrosa rutina no pude evitar detenerme ─ Hablo el canadiense de manera despreocupada. ─ ¿Problemas con Altin? ─

 

─¿Ah? ─Eso no se lo esperaba, ¿Había escuchado bien?

 

─Bueno ya sabes, de pareja─

 

─¿Qué mierda está diciendo? ─

 

─¿No lo son? Estaba seguro de que si─ Fue más una reflexión que un comentario ─ Como sea, con ese nivel en la pista no llegarás al podio Yuri─

 

─No tienes que decírmelo─

 

─Es solo una opinión, pero bueno parece que solo tendré que preocuparme de Nikiforov, hasta la noche Yuri-chan─

 

Bufo con molestia.

 

Debía concentrarse de otra manera él...

 

No, no era hora de ser negativo, ganaría y demostraría que la era de Nikiforov había llegado su fin.

 

 

**

 

 

─Escucha bien Yuri, no saltes en el calentamiento, practica tu secuencia de pasos, solo si te sientes seguro has salto cortos─

 

La noche del programa corto había llegado y a pesar de sus múltiples esfuerzos, Yuri no lograba concentrarse en lo que tenía al frente. Lilia terminaba de colocarle el brillo labial y de peinar su cabello en una cola y coloca plumas negras al lado derecho de su cabeza. Contemplo su traje completamente negro, ceñido y con plumas en el hombro izquierdo mientras el mismo brazo estaba descubierto.

El programa que presentaría era uno de los más difíciles que Lilia había coreografiado, incluso tuvo que modificar algunos pasos del ballet para llevarlo al hielo. Si, sin duda era un reto, pero tenía que poder. Yakov también lo había apoyado con la música, aunque al inicio no parecía muy convencido, si en el Ballet aquello era un reto para las bailarinas lo sería aún más en el hielo. Por suerte Lilia estaba de su parte, por lo que ambos se esforzaron en una coreografía que diera el mismo impacto que el baile.

Todos salieron a la pista, pudo oir los murmullos del público, patino con rapidez alejándose del resto de patinadores, ensayando sus pasos a conciencia, pudo notar que Otabek patinaba cerca, pero como siempre sabia mantener una distancia cuando era necesaria y eso lo agradecía, cosa que Viktor y Yuuri no conocían pues podía sentirlos siguiéndolo a todos lados.

Luego de quince tortuosos minutos pro fin pudo volver a al lado de sus entrenadores, había desobedecido e intentado hacer un luzt triple cayendo al suelo. Yakov se veía molesto pero no dijo palabra alguna, acto que agradeció internamente. Todos habían realizado saltos en el calentamiento menos Otabek y eso lo tenía inquieto, quería hablar con él pero simplemente no lo hallaba.

Excusándose se dirigió al baño, si no hallaba ahí a Otabek no lo hallaría después.

Camino el largo recorrido mordiendo ligeramente su labio inferior, había voces ahí dentro, más cuando hecho un vistazo grande fue su decepción al no encontrarlo.

Por otro lado Otabek al fin lograba zafarse de su entrenador, con respeto se hacer a la rusa que entrenaba al rubio preguntando por este, más la respuesta de la prima ballerina fue negativa, tarde fue cuando intento ir hacia los baños, pues su entrenador ya le había dado alcance, se despidió para luego oir el anuncio del inicio del GPF.

Se dejó hacer mientras observaba a Nikiforov hacer su entrada triunfal, soltó un suspiro que no paso por desapercibido a su entrenador, que al fin conmoviéndose lo dejo ir en búsqueda de su omega.

 

*

 

Aquella puntuación era asombrosa, no solo eso su rutina había sido perfecta, Viktor tenía a los jueces rendidos ante él. Quedo solo a decimas de marcar un record mundial, decimas de arrebatarle su record.

 

─Yuri, que su puntuación no de afecte, lo superaste el año pasado, hazlo mejor ahora─

 

─Coordina tus pasos, levanta el rostro, debes mantener la elegancia como el cisne que eres, lo dominas solo debes creer en ti─

 

Volvió a mirar a su alrededor.

¿Por qué sentía que su corazón saldría de su pecho en cualquier momento?

 

Esto no era normal, debía espantar aquellos nervios.

 

 

Se dirigió al centro de la pista, mientras es presentado hablaba, el público quedo en silencio. Y su melodía, A Swan Song, se preparaba para sonar.

 

   

 

Alzo sus brazos, con las manos cruzadas y extendidas hacia el lado derecho mientras doblaba el torso hacia el lado izquierdo y botaba la cabeza hacia atrás.

 

El primer sonido y sus patines se deslizaron sobre el frio hielo, con lentitud pero sin perder la gracia dio un sencillo giro. Un pie delante de otro, para luego levantarlo e inclinarse extendiendo los brazos; una Pirueta camel, freno y comenzó la preparación para un triple loop que aterrizo sin problemas, dio un giro para luego cruzar los pies y deslizarse hacia un lado usando solo la punta de los patines al mismo tiempo que batía los brazos cual alas, levanto un brazo mientras que con el otro extendido a la altura del pecho daba unos giros.

Sin querer se desvió la vista, entre giros, lo vio, Otabek estaba mirándolo patinar. Entonces estaba bien, aquel accidente no lo iba a afectar, ¿Verdad?

Dejo caer ambos brazos ahora impulsándose al primer salto, una combinación 3S + 2T, casi cae al realizar el triple Salchow, más supo mantener el equilibrio e ir por el doble Toe Loop.

Ahora realizo una Pirueta camel atrapada para luego entrar en una pirueta biellmann. Bajo la pierna patinando mientras movía los brazos como alas para luego hacer una Pirueta camel saltada y una Pirueta de techo clásica.

Dio unos cuantos pasos con la punta de los patines para saltar con las piernas perfectamente separadas en 180 grados, al tocar el hielo comenzó a girar en una Pirueta Cruzada.

El público lo ovacionaba, sin embargo el solo buscaba a una persona en especial, una que ya no estaba en donde la vio, siguió con una secuencia de pasos a la que no presto atención pues sus ojos estaban fijos sobre el público. Se preparó para un 4Lo + 3A.

Salto no con la fuerza que hubiese deseado y mucho menos con la concentración que requería, el primer salto lo dio a penas para luego impulsarse por el triple Axel, a último momento pudo ver la silueta del kazajo pasar por la entrada, una distracción fatal.

Dio dos giros y medio pues aterrizo antes de tiempo de manera demasiado abrupta, una agudo dolor pareció martillarle el tobillo, mientras por la fuerza y velocidad su cuerpo caía de espaldas imposibilitando que ponga los brazos para protegerse, por lo que su espalda es la que recibe todo el doloroso impacto, tan estrepitoso que lo hizo rebotar en el hielo mismo golpeándose la cabeza.

Se puede escuchar el asombro y susto en el público, Yuri yace sobre hielo respirando agitadamente pero aun consiente, el rubio intenta levantarse más vuelve a caer al hielo toscamente emitiendo un quejido. Terco como solo él puede llegar a serlo vuelta a intentar mantener el equilibrio esta vez siendo presa del hielo cayendo en un ruido seco. Pequeñas gotas de sangre manchan al pulcro hielo, gotas que caían de su cabeza y esta vez simplemente no pudo levantarse.

 

Dolía, como nunca hubiese imaginado su tobillo dolía horrores induciéndolo a un llanto que acallaba mordiéndose el labio.

 

─ ¡Yuri! ─

 

Vio a los paramédicos llegar a su lado mientras con sumo cuidado lo colocaban sobre una camilla. Oia a su grupo de fans llamarlo, a Lilia y Yakov pero sobre todo a Otabek.

 

─Debemos llevarlo a un clínica, su tobillo debe ser tratado, con suerte no llego a una torcedura─ Hablo el paramédico que lo atendió.

 

─Iremos ahora mismo─ Afirmo Yakov con una voz que nunca antes había oído.

 

─Yo también iré─

 

─Pero aun no has participado, esto va a perjudicarte─

 

─No importa, déjenme acompañarlos por favor─

 

─Otabek, no puedes perder esta oportunidad yo iré si─

 

─No Viktor, debes quedarte al lado de Yuuri─

 

Los paramédicos llegaron a la zona mixta, la ambulancia esperaba fuera de la pista, tras ella Yakov y Lilia iban en un taxi mientras Otabek, iba en la ambulancia junto al rubio que no paraba de soltar quejidos de dolor.

 

─Yuri, estoy contigo─

 

Y es que Otabek había sentido el corazón rompérsele al ver a su omega caer de aquella manera sobre el hielo, a sus ojos había pasado tan lento que se sintió completamente inútil. Había intenta ingresar ni bien lo vio sobre le pista, sin embargo fue detenido por Leroy y Nikiforov que le pedían que se tranquilice y es que en ese instante no atinaba a otra cosa que correr al lado del menor temiendo lo peor.

Más al verlo levantarse cierta calma pareció llegar, calma que se fue tan rápido como llego pues el delgado cuerpo había vuelto a estrellarse contra el duro hielo, molesto grito por los paramédicos, quienes atinaron a socorrer al menor.

 

Cuan asustado había estado en ese instante.

 

Apretó la mandíbula.

 

─Yuri─

 

Cuanto le afectaba aquel pequeño.

 

Su omega.

 

**

 

─Por suerte no estamos frente a una torcedura─ Hablo el doctor a los presentes ─ Tiene un esquince de grado uno, el golpe en la espalda es lo que me preocupa, le recetaré diversos desinflamantes y constante chequeo, pero no tiene nada roto, al igual que con su cabeza, tiene un pequeño corte pero entre estos días puede presentar dolores por lo que tendrá otro receta más. ─

 

─Estará bien entonces...

 

─Por dos días debe mantener reposo absoluto con el pie en alto, de preferencia lo vendaremos, y deberá tomarse los desinflamantes ahora, si el menor coopera en un mes podrá caminar con normalidad. Por favor pasen a mi oficina para poder enseñarles el tratamiento. ─

 

─Quédate con Yuri─ Hablo Yakov siguiendo junto con Lilia al doctor.

 

Otabek ingreso al cuarto donde el menor reposaba, su pierna derecha se hallaba levantada, su tobillo ostentaba una hinchazón amoreteada.

 

─No es para tanto─

 

─Yuri─

 

─ Quiero irme de aquí, la competencia aún...

 

─¿La competencia? Tienes un esquince y por suerte es de grado uno─

 

─Tú lo has dicho, de grado uno, si logro bajar la hinchazón y tomo suficientes desinflamantes entonces yo...

 

─¡No! ─ La voz de Otabek había sonado tan ronca y fuerte como nunca antes la había oído.

 

─¿Qué? ─

 

─No permitiré que hagas tal locura, guardarás reposo tal y como el doctor lo sugiere─

 

─ No puedes mandarme, yo...

 

─¡Yuratchka! ─

 

Por primera vez Otabek le había levantado la voz.

 

Por primera vez en su vida se sintió incapaz de responder, por primera vez sentía una sumisión indescriptible por él que se hallaba frente a él.

 

La voz pareció habérsele ocultado, quería refutar e imponerse como solía hacerlo, pero simplemente su cuerpo no respondía su órdenes.

 

¿Esto era el poder que tenía un alfa sobre su omega?

 

Se mordió la mejilla mientras cabizbajo apretaba la sabana de la camilla, esto era insultante para su orgullo, pero sobre todo nunca había esperado una reacción de esa manera por parte del kazajo, no de quien mostraba siempre un perfecto auto control.

Y si, de cierta manera aquello lo había asustado.

 

─Yuri─ Otabek pareció percatarse de lo que había hecho, pues su tono de voz había bajado a una más suave, aquella que solía usar solo son el ruso. Por un momento su lado alfa le había ganado. En cuanto Yuri volvió a hablar de volver al hielo rememoro aquel suceso, su instinto le gritaba que protegiera a su pareja aun si debía protegerla de sí misma.

 

Se sentó al borde de la camilla, admiro a su rubio quien ahora tenía la cabeza vendada y el rostro cabizbajo, evitándolo.

 

Estaba haciéndolo todo mal.

 

¿Acaso era estúpido? 

 

Otabek se reprendía mentalmente.

 

 

─Lo siento, no quise hacerlo, realmente no era mi intención tratarte así. Pero debes entender, tienes estar en recuperación por un mes, solo así el esquince podrá sanar Yuri, si vas ahora a intentar hacer una locura arruinaras tu carrera para siempre. ─ Pero el menor se negaba a verlo, estiro la mano, atrapando la del menor que para su alivio no rehuyó del agarre ─ Quiero verte triunfar Yuri, que demuestres a todos lo que eres capaz de hacer, quiero verte feliz cumpliendo tus metas, quiero darte todo lo que pueda para asegurar que nunca sufras otra vez. No solo eres mi omega, Yuri, eres mi persona destinada, el ser a quien entregue mi corazón, desde ese momento solo procuré estar a tu lado y ahora quiero hacerlo aún más. No me veas como un alfa al que debes obedecer cada orden que da. Amo tu rebeldía, es tu esencia, pero esperes que no haga nada cuando es tu seguridad la corre riesgo─

 

Levanto aquel rostro lloroso con ambas manos acunándolo, cuan mal se sentía de ver a Yuri llorar. Deseaba ser aquel que solo le regala sonrisas, no llanto.

 

─No llores, por favor─ Trato de sacer aquellas lágrimas. ─ Lo siento, Yuri, realmente yo...

 

─¿Puedes prometer todo lo que dijiste? ─ Por fin hablo con voz llorosa. ─ ¿Puedes prometer tanto? ─

 

Otabek se encontró con las acuosas esmeraldas, era como si ambos se perdieran en las orbes ajenas, solos en su mundo, apartados del resto, solo ellos juntos.

 

─Puedo─ Hablo firme a la par que se acercaba aún más a ese rostro de porcelana. ─Puedo prometerlo, tú eres lo más importante que tengo─

 

─Otabek─

 

Se fundieron en un abrazo, uno en el que el menor lloraba el susto, el dolor, la alegría y el sentimiento de sentirse protegido.

 

El sentimiento de sentirse amado.

 

Porque al lado de Otabek iba descubriendo tantas cosas que nunca creyó conocer, cada error, cada victoria, cada detalle. Yuri sabia que ambos estaban descubriendo esto juntos.

 

Solo los dos.

 

 

Notas finales:

Pues bueno vaya señor capítulo que acabo de escribir, MAMA MIA!


Espero de esta manera compensarles el tiempo de retraso de la actualización, lo sé desgracia, deshonra!


Intente hacerlo dramático, pero este fic es demasiado rosa, no puedo XD! la diabetes que me da cada que lo escribo, sin duda se lleva el título al fic más romántico que he escrito en lo que respecta a animes.


Otabek demostró su lado alfa! ven que si es un semental, pero vamos lo hizo para proteger a Yuri.


Espero les haya gustado tanto como a mi, he leido nuevas personitas que se han unido a este fic, espero no decepcionarlas!


 


9K ya ¡Qué emoción!


 


Muchas gracias por su apoyo


<3


Nos leemos pronto.


Bai Bai


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