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~A.G.A.P.E~An angel gets an empty promise por kazen_nova17

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Notas del capitulo:

Hola~

Gracias a todas por comentar, que bonito que hay muchas nenas que apoyan a Yuri bebe >w<

VAMOS POR EL ORO!

Viva las yuri angel's!

Nuevo cap, espero les guste

Abrió los ojos levantándose de golpe.

 

 

Un dolor en su parte baja hizo que jadear. No estaba en su habitación, miro a la persona que dormía a su lado y se asustó.

 

 

Las pruebas de lo que había ocurrido anoche eran obvias.

 

 

Yuri Plisetsky se levantó con rapidez de aquella cama colocándose su ropa que yacía tirada en el suelo. Cerró la puerta y corrió a su habitación.

 

 

Una vez dentro, las lágrimas resbalaron sin aviso por sus mejillas. Se desvistió y se metió en la bañera abriendo el grifo con agua fría, se quedó ahí abrazando sus piernas mientras liberaba sus sentimientos.

 

Los jadeos iban cobrando fuerza, no podía ahogar su llanto, se abrazó a su mismo tratando de consolarse.

 

 

¿Cómo había podido ser tan imprudente?

 

 

No midió las consecuencias, ahora se daba cuenta de que había entregado algo sumamente importante en una noche que se pasó de tragos.

 

 

Se lavó hasta que sintió su piel arder, salió de la bañera, se colocó un camisón y se ocultó bajo las sabanas, en posición fetal  reclamándose su accionar.

 

 

 

 

 

**

 

 

Yakov estaba molesto, llevaba una hora esperando al engreído de su, quería al muchacho, pero una cosa era quererlo y otra consentirlo.

 

 

─Oh, Buenos días Yakov─

 

 

─Viktor─

 

 

─¿A dónde te diriges? ─

 

 

─A por Yuri, me recuerda tanto a ti con su niñería, llevo esperándolo una hora─ Refunfuño. Las puertas del ascensor se abrieron en el piso seis ─Bueno nos veremos en cualquier otro momento─ Yakov avanzo, Viktor se quedó pensativo, vio la silueta alejarse y las puertas próximas a cerrarse cuando lo recordó.

 

 

─Te acompañare Yakov─ Su ex-entrenador no dijo nada y avanzo.

 

 

Golpeó la puerta, dos, tres veces.

 

 

─¿Quién es? ─ Respondió una voz desde el interior.

 

 

─¡Yuri! ¡Tenías entrenamiento hoy! ─ Regaño molesto. ─ Abre la puerta─

 

 

Silencio.

 

 

─¡Yuri! ─

 

 

─No quiero─ Yakov estaba perdiendo la paciencia, creía que era otro de sus caprichos, pero Viktor noto el tono apagado de voz del menor. ─Me siento mal─ A final contestó.

 

 

─¿Puedes abrir Yuri? ─

 

 

La puerta fue abierta, el menor se asomó cabizbajo. Entonces el aroma golpeo a Viktor, ese aroma era el mismo que el de anoche, solo que era mucho más intenso, pero no venía solo, había otro aroma mezclado y sabia a quien le pertenecía.

 

 

Yuri no espero encontrarse con Viktor junto a Yakov, por lo que trato de cerrar la puerta, siendo detenido por la mano de Nikiforov.

 

 

─Yuri estas en celo─ Afirmó el peliplateado con asombro.

 

 

─Yakov, quiero a Lilia─ Contesto el menor ignorando a Viktor.

 

 

─Este aroma…¿Acaso Jea─

 

 

─¡Déjame! ─ Este solo se quedó mirando como el menor volvía cerrar la puerta con seguro.

 

 

─Viktor─ Llamó Yakov al ver el semblante molesto de este.

 

 

─Ve por Lilia, Yakov y que compre supresores─

 

 

─¿A dónde iras? ─

 

 

─A resolver un asunto con Leroy─

 

 

 

**

 

 

Jean despertó con un gran dolor de cabeza, se levantó perezosamente, había bebido demasiado. Llevo ambas manos a su rostro cuando la imagen de cierto  ruso gimiendo bajo él llegó a su mente. Con el corazón en la mano se levantó notando su desnudez, las sabanas poseían cierta mancha oscura.

 

 

Se había acostado con Yuri, un virgen Yuri Plisetsky.

 

 

Rápidamente se vistió y saco las sabanas, mientras su mente iba rememorando lo acontecido.

 

 

Si Isabella se enteraba iba a matarlo

 

 

Los golpes en la puerta interrumpieron su intento por limpiar la habitación. Abrió la puerta sin preguntar, gran error.

 

                 

El puño de Nikiforov se estrelló en su rostro con tal violencia que lo hizo retroceder.

 

 

─Te lo advertí Leroy─ Este se recompuso del golpe mirando entre sorprendido y asustado al ruso. Este no tuvo que pedir explicaciones, el olor de Yuri estaba impregnado en aquella habitación. ─ ¿Cómo pudiste hacerlo? ─

 

 

─Viktor no lo malinterpretes─

 

 

─Lo seguías a todo lugar y te avisé ─

 

 

─¿A caso estas celoso Viktor? ─

 

 

─Leroy─

 

 

─No tengo por qué darte explicaciones ─ La pose egocéntrica de Jean solo logro enojar más al mayor.

 

 

─No vuelvas a acercarte de Yuri en tu vida─

 

 

─¿O sino qué? ─ Lo próximo que sintió fue su cuerpo ser estrellado con fuerza contra la pared, Viktor destilaba rabia, muy en el fondo guardaba cariño y aprecio por el rubio.

 

 

─Un reino se quedará sin su bufón que se cree Rey─

 

 

─Si tanto te interesa Yuri ¿Por qué no lo marcaste? ─ Viktor no respondía─ Tú ya tienes al japonés─

 

 

─Estas advertido Leroy─ Y de un sonoro portazo salió de aquella habitación.

 

 

Diez años no se borran de la noche a la mañana, no solo había roto la promesa que le hizo al menor, ahora había fallado al protegerlo.

 

 

Estaba furioso, pero consigo mismo. Su mente viajo a la época en que Yuri era un infante que sonreía con genuina alegría, tan delicado que se juró siempre protegerlo. ¿No se lo había dicho? Que nunca soltase su mano.

 

 

Yuri nunca falló,  fue él mismo quien la había soltado.

 

 

Sus pasos lo había llevado a su habitación, la que compartía con su incondicional japonés.

 

 

─¿Viktor? ─

 

 

─Yuuri─

 

 

─¿Estas bien? ¿Necesitas algo? ─ El japonés se acercó al ruso con la preocupación en el rostro, el mayor lucia alterado.

 

 

Atrajo al menor envolviéndolo en sus brazos.

 

 

Ahora tenía a Yuuri en su vida, no podía negar cuanto lo quería, realmente lo quería, pero Yuri siempre tendría un lugar especial en su corazón.

 

 

**

 

 

Lilia ni bien se enteró de la situación corrió a la habitación del ruso, Yakov le había pedido que lo cuidase y si necesitara cualquier cosa lo llamara.

 

 

Toco la puerta.

 

 

─Yuri ─ Esta fue abierta.

 

 

Ingreso a la habitación asegurándose de cerrarla, pudo ver un bulto en la cama, dejo la bolsa con supresores en la cómoda y se sentó en la patiadera de la cama.

 

 

─Yuri ─ Volvió a llamar ─ Si no sales de ahí no poder ayudarte ─ El menor se removió bajo las sabanas debatiéndose entre salir y contarle todo a su entrenadora o callar. ─ Sabes, sé que llegué a tu lado para pulir tus habilidades, pero con el tiempo te he cogido gran cariño, como al de un hijo ─ El menor escuchaba atentamente. ─ Puedes confiar en mi Yuri, si realmente te sientes mal cuéntamelo, tengo más años, más experiencia sé que de alguna forma poder ayudar ─

 

 

─Lilia ─ Yuri salió de entre todas las sabanas lanzándose a los brazos de la rusa, realmente Yuri se sentía mal, fuera de un dolor físico era uno más sentimental.

 

 

─¿Qué te duele? ─ Era la primera vez que la voz de Lilia sonaba tan suave pero alarmada, Yuri sollozaba en su pecho, ella atino a acariciar la espalda y hebras tratando de calmarlo.

 

Se quedaron ahí, lentamente los sollozos habían acabado, Lilia acariciaba la espalda del menor esperando una explicación, algo le había sucedido para que terminase llorando de tal manera. Yuri no deseaba hablar en ese momento, pero sabía que Lilia esperaba una explicación.

 

 

─¿Me contarás que te ocurrió? ─ Yuri yacía sentado al lado de la rusa mirando sus manos, se mordía el labio inferior sin saber bien que decir.

 

 

─Lilia… ─ Apretó con fuerza sus manos, tomo aire reuniendo valor para lo que estaba  a punto de decir. ─ Ayer yo salí ─ La rusa sobaba la espalda del menor incitándolo a seguir ─ Yo me ac…yo….anoche comenzó mi celo ─

 

 

─Traje unos supresores para controlarlos, al ser tu primera vez es duro y ─

 

 

─No estaba solo ─

 

 

─Yuri ─ Lilia toco el cuello de menor a lo que este negó. ─¿Te forzaron? ¡¿Quién?! ─

 

 

─No deje que me mordiera, yo…anoche salí con los demás patinadores, bebí demás y el celo empezó en ese momento, yo…no ─ Los brazos de Lilia lo envolvieron.

 

 

─¿Quién fue? ¡Debemos tomar acciones al respecto! ─ El menor negó.

 

 

─No Lilia, no hagamos un escándalo, no quiero hacer uno ─

 

 

─Pero esto es algo que no puedo permitirlo ─

 

 

─Confié en ti ─ A su pesar Lilia asintió, sus ojos se abrieron con demasía al percatarse de un asunto muy importante.

 

 

─¿Se protegieron? ─Al inicio la pregunta le pareció rara, pero cuanto más la repasó su rostro se llenó de horror, Lilia comprendió que no, por lo que tomando su cartera y diciendo que ya volvía salió cual alma que lleva el diablo.

 

Yuri volvió a ocultarse bajo las sabanas, no sabía si había hecho bien en contarle a Lilia, pero se sentía mucho mejor y las palabras de su entrenadora lo habían hecho sentir querido, suspiro con pesar, escucho la puerta ser abierta y un peso sobre la cama, en el mismo lugar.

 

 

─Lilia, no se lo cuentes a nadie, que sea un secreto ─

 

 

Aun bajo las sabanas se   deslizo hasta llegar al lado de la mayor y se liberó de las sabanas, pero esa  cabellera peliplata le pertenecía a una persona que no hubiese querido ver.

 

 

─Yuri ─

 

 

El menor se alejo del mayor llegando a la cabecera de la cama, cual gato que fue asustado y se erizaba a la defensiva.

 

 

─¿Qué haces aquí Viktor? ─

 

 

─Lo sé todo Yuri, Leroy se aprovechó de tu estado, ¿Te marcó? ─

 

 

─Vete Viktor, esto no te incumbe, vete con Yuuri y déjame en paz ─

 

 

─No puedo dejarte, Yuri, a pesar de todo quiero cuidarte ─

 

 

─¿Te estas escuchando? ¿Cuidarme? Cuando fuiste tú quien me daño primero… ─

 

 

─Yuri ─

 

 

─No Viktor, ve con esas palabras con el cerdo, no conmigo, todo lo que sentía por ti no ahora no es más que rencor y deseos de superarte, voy a ganar y te demostraré hasta donde puedo llegar ─  Su voz sonaba firme, pero sus ojos brillaban, rojos, llenos de un gran tristeza que pesaba en Viktor.

 

 

─Yuri, sé que te dañé, pero a pesar de que no te amo, siempre voy a quererte, porque te vi crecer, yo ─

 

 

─¡¿Y CREES QUE YO NO TE LLEGUÉ A AMAR?! ─ Gritó ─ TODA MI VIDA A TU LADO, DESDE QUE TENGO USO DE RAZÓN, SIEMPRE TÚ ESTABAS AHÍ…CÓMO….cómo crees que me sentí cuando aquello que era lo  más importante para mi desapareció. ¿Por qué? Qué hice o no hice, era un desastre total, me sentía perdido, lloré y fui a  Japón por ti, ¡solo por ti! ¿Y te importó? ¡No!, lo elegiste a él sobre mí─

 

 

─Déjame que ─

 

 

─No me lo digas, lo elegiste a él por qué lo  que sentías por mí fue tan poco que no pensaste en cómo me sentiría y no quieras venir ahora en son de paz, no lo necesito─

 

 

Yuri estaba dando rienda suelta a todo aquello que llevaba arrastrando desde hace meses atrás, Viktor solo podía observar el resultado de su accionar. No tenía como defenderse, Yuri tenía toda la razón.

 

 

Había roto su promesa.

 

Lo había abandonado.

 

Lo dejó por alguien más.

 

Fue egoísta.

 

Le rompió el corazón.

 

 

─Aunque te disculpes ahora, nada podrá borrar lo que me hiciste ─ Sentencio Yuri mirándolo a los ojos. ─ Vete Viktor, entrénalo, por qué el oro es mío ─

 

 

Lilia ingreso a la habitación cruzándose con Viktor quien la abandonaba, no cuestionó la presencia del pentacampeón, se acercó a la cama con una botella de agua y unas pastillas.

 

 

─Yuri, tómatelas ─ El menor miro desagrado las pastillas de diferente colores, con pesar las dos pastillas terminaron en su estómago mientras otras tres eran dejadas en su mesa de noche.

 

 

─¿Por qué no tome esas tres? ─

 

 

─Las supresoras las tomaras después del desayuno junto con una desinflamante ─

 

 

─¿Y qué acabo e tomar? ─

 

 

─Unas pastillas que evitaran que un niño cuide de otro ─  Apartó los mechones del rostro del menor ─ Pediré que traigan el desayuno aquí, y cambiaremos los horarios para tu entrenamiento, los pasaremos para la noche ─

 

 

─No será necesario, en la tarde puedo ir ─

 

 

─Yuri ─

 

 

─Lo haré bien ─

 

 

La  rusa asintió para luego retirarse. Mañana era la copa de Rostelecom, no podía seguir en cama sin entrenar.

 

 

**

 

 

Revisaba su celular sin mucho interés pero evitaba que sintiera el dolor en su espalda baja, era claro que las pastillas iban a ayudarlo pero no hacían milagros. Su pierna a penas la levantaba en un ángulo de 100 grados, normalmente en el calentamiento la levantaba unos 180 grados, su cuerpo aún se hallaba resentido. Lilia antes de retirarse le había pedido que no se sobre esfuerce en el entrenamiento y guardase fuerza para la competencia. Mila a su lado había quedado como su supervisora hasta el regreso de los mayores, aunque estaba más ocupada mirando su celular.

 

 

─¡Oh pero que linda pareja hacen! ─Chillaba viendo las publicaciones de Instagram ─  

 

 

─Puedes callarte Mila ─

 

 

─¡Mira, mira! ─ Se acercó obligándolo a ver su celular ─ No sabía que tenía novia, ah que suerte tener a alguien como JJ de novio─ Yuri no dijo nada, se había quedado mirando a la pelinegra de la foto ─ Oh llego Sala, ¡Nos vemos! ─

 

 

Se quedó solo en la pista, cierto punzar comenzaba a tomar fuerza, llevo una mano a su pecho, el lugar de donde provenía esa sensación, aquel sentimiento que le tenía a Leroy solo podía ser rabia.

 

 

¿Acaso había sentido algo más?

 

 

No, ya no sentía nada.

 

 

Decepción tras decepción, su corazón cada vez se blindaba más su coraza crecía,  siempre que se involucraba con alguien salía lastimado.

 

 

Tragó como si con eso tragase la rabia que se acumulaba en su ser, levanto la mirada recordando su rutina, se deslizó sobre el hielo, tan hermoso, tan frio, tan fuerte. Si tan solo su corazón fuese así.

 

 

Llegó al centro de la pista para comenzar a patinar, tenía cerrado los ojos tratando de solo sentirse  deslizándose  con fluidez, siendo uno con la pista, alejaba todo lo que le dañaba, no quiera pensar en ello, necesitaba solo lo bueno si quería que su ágape fuese perfecto.

 

Quien cree que patinar es fácil no sabe cuan equivocado esta.

 

 

Triple tloop.

 

 

Su cuerpo cayó en un sordo sonido. Su cadera y brazo recibieron el impacto,  jadeo soportando el dolor y se quedó recostado sobre el hielo controlando sus latidos, volviendo a su respiración normal.

 

 

Estaba por cerrar los ojos cuando escucho esa melodía, cada vez más  cerca. Se levantó y patino fuera de la pista, ni tiempo de ponerse los protectores tuvo pues la persona que ahora detestaba estaba frente a él.

 

Ni bien llego frente al canadiense su mano actuó como si poseyese vida propia, su puño se estrelló contra la mejilla de Leroy  con furia pero sin tanta fuerza como para desequilibrarlo.

 

 

─Bastardo ─Masculló con ira. ─ Maldito ─

 

 

─Anoche estábamos pasados de copas Yuri ─ El mayor resentía el golpe del menor, hace unas horas Viktor había golpeo esa mejilla.

 

 

─¿Eso le dirás a tu novia? ─ Refuto con cólera, Jean por un momento se mostró sorprendido para luego volver a esa pose narcisista que tanto odiaba Yuri.

 

 

─Ella no tiene por qué enterarse, lo de ayer no debió suceder, fue un error ─

 

 

─¿Error? ─ Era como si todas las personas que conocía solo se preocupaban por su bienestar sin importarles a quienes herían en el camino.

 

 

─Traté de ayudarte ayer, pero entraste en celo en mi habitación, gemías en mi cama, traté de controlarme, pero después de todo mis instintos me dominaron, ¡mi mente estaba en blanco! Soy un alfa Yuri y tú un omega, al final los instintos nos dominan, tú te dejaste hacer ─

 

 

─¡No estaba bien! Era la primera vez que me sentía así, era lógico que no sabía cómo actuar!  ¡Y tú tenías que estar siempre cerca!¿Por qué me seguías?! ─

 

 

─Me llamaste la atención, no negare que eres unos de los omegas más hermosos que he visto pero yo tengo una novia, una vida solo sentí curiosidad por ti, por lo arisco que eras, es divertido molestarte, pero todo se me fue de las manos ─

 

 

─¿Cómo puedes decirlo con tanta facilidad? ─ Su rostro estaba rojo de molestia e impotencia.

 

 

─No lo malentiendas, no es cómo si yo lo hubiese querido ─

 

 

─Es tan fácil para ti decirlo Leroy─ 

 

 

─Me haré responsable de cualquier posible consecuencia ─

 

 

─No te me vuelvas a acercar ─ Sentenció con frialdad, sus orbes de encontraron una última vez,  giró para salir de aquel lugar.

 

 

 

**

 

 

 

Lilia terminaba de echarle un poco de polvo en el rostro. Katsuki estaba por terminar su rutina. Sin embargo n podía evitar estar ansioso, no veía a su abuelo por ninguna parte, su abuelo era su ágape,  quería verlo, quería que lo viera en la pista, que viese cuan bueno era su nieto.

 

 

─ Yuri, ya es la hora ─ Yakov lo trajo de vuelta a la realidad, el público aplaudía despidiendo al japonés.

 

 

─A un lado cerdo ─ Sintió la vista de ambos sobre  su cuerpo, los ignoro e ingreso a la pista, pudo verlos mientras esperaban los resultados, Viktor besó los patines del cerdo, eso lo molestó y más aún cuando los escucho animándolo. Irritado se dirigió al centro de la pista ignorando los llamados de sus entrenado.

 

 

Estaba irritado, molesto, sabía que con esa actitud su ágape no sería perfecto, necesitaba calmarse. La música comenzó a sonar, su cuerpo se movía con esta, pero no la sentía. Primer salto,  maldijo mientras se recuperaba de aquel error, continuó su rutina, quería que ya terminara.

 

 

Levanto las manos mientras regulaba su respiración, el público lo aplaudía y  lanzaban regalos, mientras salía de la pista unas graciosas orejas de gato cayeron en su cabeza, frente a él, Leroy esbozo una risa.

 

 

Si había alguien que le caía peor que Viktor y Yuuri sin duda era ese tipo.

 

 

─Las damas primero ─ Pasó con molestia por su lado dirigiéndose al Kiss and Cries a la espera de sus resultados.

 

 

 

Estaban por retirarse cuando Viktor corrió hacia Yakov, Yuri y Lilia se acercaron al par interesados por lo que el peliplata estaba a punto de pedir.

 

 

─¿Podrias de Yuuri hasta que regrese?

 

 

 

**

 

 

Quería estar molesto, pero no podía, su abuelo había ido a visitarlo y con él había traído unos deliciosos piroshki, su sorpresa fue grande cuando dentro de estos  sintió el sabor del katsudon.

 

 

─¿Te gusta? ─

 

 

─Está delicioso ─ Volvió a probar un bocado. ─¿Estas tomando tus medicinas verdad? ─

 

 

─Claro que si Yuratchka ─

 

 

Su abuelo despeinó sus hebras con cariño, beso la frente de su nieto y se despidió deseándole toda la suerte del mundo.

 

 

Caminó de regreso  al hotel feliz mientras comía cuando en medio del camino vio al cerdo mirando hacia la ciudad,  por su semblante supo que estaba pensando demasiado por lo que salto sobre este pateándolo.

 

 

─Y-Yurio ─

 

 

─Ten ─ Le extendió uno de los preciados piroshki. Miro cada reacción del japonés al comerlo.

 

 

─¡Es delicioso! ─ Sonrió.

 

 

─¿Verdad que sí? Mi abuelo los preparó, sus piroshki son los mejores ─

 

 

─Son realmente deliciosos, ¡Y tienen katsudon! ─

 

 

Yuri sabía que Yuuri no era una mala persona y aunque en ocasiones le irritaba la actitud de este y de cierta manera lo culpaba por lo ocurrido con Viktor, no podía odiarlo.

 

 

─Gracias Yurio ─

 

 

A veces las apariencias nos engañan, los prejuicios nos dominan, sin saber de ellos, sin conocer sus historias, juzgamos a quiénes quizá, son las mejores personas.

 

 

─De nada ─

Notas finales:

Proximo cap lo subo mañana!

bai bai 7u7


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