Cuando volvió a Seúl, llamó a KyungSoo y trató de explicarse, pero el llanto lo paró.
BaekHyun realmente lo había echado y tras su llegada a Corea el chico no había hecho más que ignorarlo, por más que insistía BaekHyun no contestaba sus llamadas, o mensajes y tras dos días en la capital se dio cuenta de que su novio tampoco tenía intención de llegar a su apartamento juntos, no, él se había ido a otro lado. Y ni siquiera sabía con quién o en donde había terminado.
Era medianoche del tercer día en Corea y sin rastro de su pareja que alguien irrumpió su hogar, creyendo que tenía el derecho.
—Me deprimes, amigo —la voz de JongDae era ruidosa y ChanYeol gruñó mientras lo escuchaba husmear en su refrigerador.
—Mi novio me dejó, estoy deprimido.
—Y justo cumplían el año...—escuchó un golpe duro y le agradeció a YiFan en esos momentos ser violento—. ¡Me ha dolido!
—Ya cállate, JongDae —y ahí estaba KyungSoo—. ¿Tienes idea de con quién podría haberse ido? Porque a mí tampoco me responde las llamadas.
—Pensé que con su madre, pero la he llamado y me ha contado que ella y su marido se fueron de viaje, también.
—Eso es triste —sus amigos se acercaron y él giro en su sillón, quedando boca arriba.
—Está enojado —afirmó.
—Está herido —le contradijo YiFan y volteó a verlo—. Se siente engañado, ChanYeol.
—Sólo quise que todo fuera perfecto...que, funcionáramos, por eso me dieron el libro en un principio, ¿no es así? —se sentó y se encontró la mirada afligida de sus amigos— ¿Qué?
—Supusimos que se enojaría una vez se enterara —comenzó KyungSoo—Ni siquiera teníamos intención de hacer el libro, JongDae insistió y nos parecía...un buen regalo, pensamos que te ayudaríamos porque bueno, nosotros fallamos, pero mientras el tiempo pasaba él parecía casi alucinar con el hecho de que fueras tan perfecto.
—Sabíamos que debíamos quitarte el libro —agregó YiFan—, pero le estaba yendo tan perfecto que nos partió el alma pensar que una vez que te lo quitáramos fallaras.
—¿No me tenían fe?
—Yo sí —dijo JongDae.
—No era eso, sólo queríamos facilitar las cosas.
—Yo te tenía fe.
—¿Y no pensaron en hablar de esto conmigo? ¿Qué las cosas podrían irse de las manos? ¿Acabar así?
—Yo te tenía fe —repitió.
—JongDae tú eres el idiota que me ha metido en esto, así que has favor de cerrar...
—No cerraré una mierda, te tenía fe he dicho —se giró y ChanYeol lo encontró mirando una fotografía de BaekHyun—. Tenía fe en que tú mismo te dieras cuenta de lo estúpido que era lo del libro, que no lo necesitabas, que no teníamos derecho de arreglarte y que sí eres el maldito novio deberías haber entendido desde antes que se enojaría, que lo decepcionarías y lo harías mierda.
—Era tu jodida idea.
—Sí, y también fui su mejor amigo y mejor pareja, imbécil —JongDae se movió y parecía que ni hablaba con él—. Yo no puse en ese libro porque terminamos, si te disté cuenta sólo puse referencias sexuales.
Yo no necesitaba explicarle a un completo idiota que se tira de buen novio porque mi relación con su pareja actual falló, y de hecho no falló. Compartíamos gustos, risas, ritmo, letra y encajábamos, encajamos. Ni tú ni nadie tiene el derecho de saber porque él y yo terminamos, el punto del jodido libro era que leyeras si eras lo suficiente imbécil para recibirlo y darte cuenta de que no necesitabas una mierda de consejos, porque es tu puto novio, ¿no? Se supone que lo conoces.
—Pensé que no lo conocía bien, los chicos me mostraron que...
—No te mostraron nada, jodidamente nadie conoce a la perfección a nadie, imbécil. Claro que no conocerías a BaekHyun de pies a cabeza, llevan un año no la vida juntos y en cualquier caso ni su madre ha de conocerlo totalmente, joder.
—¿A dónde quieres llegar JongDae?
—Quiero ver a dónde vas tú, ChanYeol —la cara de su amigo era seria por primera vez, sin rastro de su gatuna sonrisa—. Estás aquí de marica, pero no veo movimiento. Estás tirado, sufriendo cuando deberías pararte, asegurar tus huevos y buscar a tu novio, si es que quieres que siga siendo tu novio.
JongDae sacó una cerveza de su refrigerador luego de dejarlo callado y buscó unas galletas, después sacó su celular y mientras hablaba con Minseok salió de la casa y los dejó ahí tirados. ChanYeol se sentó mejor y Yifan se pasó la mano por la cara con cansancio.
—Lo peor de todo es pensar que sí...probablemente JongDae fue su mejor novio y tiene razón.
ChanYeol salió a pasear luego de esos días y era deprimente, cada cosa le parecía horrible e insípida, no le encontraba color al mundo que lo rodeaba, sólo veía matices oscuros en el aire y ni siquiera era capaz de ir con Yixing y pedirle que le devolviera a sus mascotas porque sabía que no tenía ni el ánimo de ver a sus cachorritos, mucho menos a su corgi, porque era su pequeño BaekHyun, su delicada versión.
Había hablado con varios de los que escribieron el libro y ninguno tenía idea de BaekHyun, TaeHyun se había escuchado tan jodidamente decaído por la línea cuando le dijo que parecía haberlo bloqueado luego de la sexta llamada, que le hizo perder aún más las esperanzas.
Su pareja no quería verlo, no quería saber una mierda de él y sentía que el pecho se le hundía porque no quería acabar como SeHun, no quería terminar deprimido, negro y lleno de humo, sin BaekHyun alumbrando sus días. No quería acabar así.
Mientras estaba vagando por los alrededores se detuvo en una tienda de bebidas, no eran buble tea, pero eran parecidos de cierta manera, había entrado y estaba tomando su orden cuando se lo topó. LuHan brillaba entre las personas de ahí, siempre había sido jodidamente atractivo, el chino tenía algo que lo hacía verse como un ángel, era refinado, esbelto y su rostro parecía esculpido, y mientras lo veía en ese momento supo que con los años solamente se hacía más guapo.
—¡Hey, ChanYeol! —su sonrisa era blanca y sus pequeños ojos brillaban. Siempre brillaban, aunque, y no sabía si era el cansancio o algo más, pero vio un matiz, ligero como si lentamente se estuvieran opacando.
—Hola LuHan, ¿qué tal? ¿Cómo has estado? —hacía tiempo que nadie de su grupo tenía pista del muchacho frente a él, LuHan era alguien que no tardó en volverse popular, comenzó con los vídeos que su academia de baile y ¡bom! Un día firmó con una agencia en China.
—He tenido días mejores —se burló de sí mismo—. ¿Qué hay de ti?
—Digo lo mismo —y la duda le brincó, ¿LuHan sabría que era novio de BaekHyun? No pensaba que fuera así, después de todo LuHan salió pintado apenas se enteró de la relación de SeHun con su pareja actual y que al entender que no debía meterse ahí China fue su refugio y el trabajo su excusa—. ¿Qué ha sido, eh? Digo, he oído que te está yendo bien en el trabajo y todo eso.
—Sí claro —una sonrisa triste cruzo su precioso rostro—. Estoy solo, ChanYeol. El trabajo y todo esto, solo. No sé, he visto a SeHun y BaekHyun y sólo me recordé de cuan solo estoy.
—¿Viste a SeHun con BaekHyun? ¿Juntos? ¿Dónde? —probablemente sería declarado como el peor bastardo, porque un viejo amigo estaba diciéndole lo mal que se sentía y él solamente podía pensar en su novio, en su pareja con otro.
—Pues sí —se extrañó el chino—. Mi hotel queda enfrente de unos departamentos, los he visto salir, ni idea de que vivían juntos ya...sabes, pensé que habían terminado o algo —se rio. Burlándose, como si su propia esperanza fuera estúpida. Bajó la cara entonces.
—¡Pero ellos si terminaron! —gritó llamando la atención y cogió a LuHan de la mano entonces lo arrastró fuera de la tienda con una sonrisa torcida porque al fin tenía una pista de donde estaba su novio—. ¡Terminaron! ¡BaekHyun es mi novio, pero peleamos y supongo que por eso se fue con SeHun!
Arrastró por las calles al bailarín y cuando consiguieron un taxi lo montó y le contó fugazmente a LuHan lo que había pasado. Lo encontró abochornado con tanta información y un poco culpable al saber que a su causa BaekHyun había acabado su relación con el menor, no pasó de alto el hecho de que igual sonrió cuando le contó que SeHun si lo había extrañado y no había encontrado la valentía de buscarlo o escribirle.
Cuando llegaron a la calle donde vivía el menor se les acabó la valentía ambos, ChanYeol se vio recibiendo un golpe mental muy duro. ¿Y si BaekHyun ya no lo quería? ¿Si le daba otra oportunidad a SeHun? Le daba nausea pensarlo.
LuHan le brindó apoyo y dándole un apretón en el hombro hizo que ambos entraran al lugar. El portero preguntó por quién buscaban y cuando vio que marcaba a la casa de SeHun sintió el nudo formarse en la parte baja de estómago. Tenía todo el derecho de mandarlos al diablo si quería, pero fue grato cuando los dejaron subir.
Cada número nuevo en la pantalla del elevador fue un dolor, pero cuando llegaron al cuarto y salieron del pequeño espacio las náuseas reales los ahogaron. Su puño apenas tocó la puerta cuando SeHun la abrió. Demás estaba decir que no esperaba a LuHan ahí y el chino se sonrojó y se sintió un poco tonto estando ahí.
—ChanYeol
—SeHun
—LuHan
—Hola...—LuHan se vio tensándose ante la mirada de su exnovio y SeHun suspiró cogiendo una sudadera después.
—Saldremos, él está descansando.
ChanYeol asintió y observó a sus compañeros marcharse, incómodos el uno con el otro. Con manchas grises en el aire, SeHun y LuHan sólo eran sombras de lo que una vez fueron; no eran niños y los recuerdos de ojos brillantes y sonrisas resplandecientes parecía ser lo único que quedaba de sus memorias. Lo único que los mantenía día a día.
ChanYeol sintió con pesadez como su corazón latía, lo escuchaba en sus oídos y cuando se adentró en el departamento sus manos sudaron, su boca se secó y una vez en el cuarto encontró sentado contra la cabecera de la cama a su novio. Piernas cruzadas, ceño fruncido, y lágrimas secas. BaekHyun era un desastre en la cama y aun así lucía tan hermoso como la primera vez que lo vio.
Sus ojos se conectaron y la bilis subió por su garganta; su novio no lo miraba como hacía, sus ojos no eran de cachorro, no se vio reflejado en amor, sino que encontró una aplastante decepción, una furia que se mezclaba en la confusión y la tristeza que llegaba a su corazón roto y ChanYeol no supo si podía arreglarlo.
Era mi mundo y más. Quizá no éramos perfectos, tal vez pelearíamos en el futuro, a veces más duro que otras; haríamos el amor y en ocasiones sólo follaríamos, ¿cuál era el problema? BaekHyun representaba cada pequeña cosa que yo amaba, era ideal en mis manos y encajaba en mi corazón con destreza. Me había perdido y encontrado en sus ojos cuando me sonrió la primera vez. Nunca sentí algo así. Nunca fui uno y a la vez yo por separado. Pero esa era la paradoja del amor, ¿sabes? "En el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos”
Pero yo me sentía de BaekHyun, no lo extrañaba simplemente, extrañaba lo que hacía de mi vida, extrañaba lo que significaba amarlo y extrañaba que él me amara.