Su caída fue casi a 4 patas, se dio cuenta que cayó en nieve, no sabía dónde estaba, pero realmente no le importaba, soltó un gruñido de dolor mientras sujetaba su cabeza con dolor, gruñendo por lo bajo y cada vez mas y mas alto…
Trata de enfocar a algún lado… no le agrada simplemente no ver nada más que un Snowdin que sabe, no es el suyo, camina lentamente, le cuesta trabajo poder estar de pie y erguido, así que comienza a apoyarse de los árboles para poder avanzar, viendo a todos lados, gruñe cada que siente el dolor punzante de su cabeza incrementar terriblemente como si se tratase de un golpe nuevo
Al final, en lo más profundo del bosque se tele transporta para subir a la copa de un árbol, recargándose en este, se permite liberar lentamente los recuerdos que odia y que no quiere recordar pero que, ahora no tiene de otra más que asimilar…
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¿Cuánto había pasado? Realmente no me interesa pero…
Recuerdo aun su voz, hagg es asqueroso volver a recordarlo después de tanto tiempo… el… “Gaster” solía ser alguien fastidiante…
**Hace mucho tiempo, humanos y monstruos vivían en armonía… hasta que un día, una guerra entre ambas razas comenzó**
En ese tiempo… Gaster, quien ya era científico real de Asgore y algo más que un amigo fue llamado por su “amigo” el rey de los monstruos…
-tenemos que hacer algo para evitar más derramamiento de sangre inocente- le dijo aquella vez Asgore, cuando aún era un rey cuerdo y no cegado por la sed de sangre y venganza… Gaster, ese bastardo solo accedió, por la petición y… porque quería experimentar mas allá de lo permitido… la guerra, solo fue el pretexto que necesitó para experimentar libremente sin que alguien le dijese o se entrometiera en su camino.
Trabajo algún tiempo… y por fin, después de mucha investigación en la cual, la guerra se intensifico… el gran científico Gaster creó algo sin igual… me creó a mi
… … …
-vamos… despierta de una buena vez…- escuche a lo lejos su voz… abrí entonces por primera vez mis ojos, viendo a todos lados, confuso, me encontré con un lugar metálico y oscuro… era una habitación en su laboratorio secreto
-hasta que abres tus ojos- escuche una voz a mis costados, gire confundido, encontrando al primer ser vivo en toda mi existencia y a quien yo mejor que nadie conocí como mi… “papá”
Gaster fue un ser de ciencia, que solo podía pensar en descubrir y crear… pero no era alguien que viera por un futuro brillante, el solo ambicionaba el poder y el respeto, sus ideales iban mas allá de lo que debía de estar bien o de lo moralmente correcto, él, solo quería seguir con sus investigaciones, no importando si estas afectasen algo mas o a alguien más y de sus investigaciones, finalmente obtuvo el resultado que deseo… yo, fui su primera creación viva y perfecta…
-¿Para que nací?- pregunte aquella vez mientras me enseñaba a caminar… yo aun era inocente, ajeno a la guerra y al mundo que nos rodeaba… solo a él conocía, solo su deseo era mi inspiración para hacerlo… su aceptación, su amor… por eso… por obtener aquello, era capaz de lo que fuera, aun si no llegaba a comprender realmente mi misión…
-eres un arma creada específicamente para asesinar humanos- me dijo con la voz fría y sin sentimientos que siempre mostro delante de mi
-¿Qué es un humano? ¿Qué es arma?- “¿Qué era asesinar?” eran unas cuantas de las tantas preguntas que en ese momento pregunte inclinando mi cabeza lleno de confusión, el solo poso sus ojos penetrantes sobre mi unos segundos para después, continuar con mis entrenamientos… aquella vez, no me respondió nada mas
Pero soy un monstruo, algo peor que eso, soy un demonio, una abominación creada por los enfermos pensamientos de un ser que nunca debió de existir… yo no lo supe sino hasta mucho, mucho después… y aun así, yo…
-tú fuiste creado para matar- sentencio cuando por fin estuve preparado para salir a matar… aun sin comprender realmente sus palabras, asentí, deseaba su aceptación, que me reconociera como algo bueno, que se sintiera orgulloso de mí, no importaba bajo qué circunstancias, estaba dispuesto a hacer sentir orgulloso a mi padre, yo solo quería… que él me sonriera gentilmente… que me amara solo a mí, pero… fue un lindo sueño que nunca se realizó
Solo me saco, a mitad de una batalla me tele transportó, me dijo que debía de matar humanos, que lo llevaba en mi ser, que había sido programando para aquello…
No le importo si estaba realmente listo, no le importo si tenía miedo o si estaba bien con esta idea… él solo, me lanzo a la batalla y yo…
Recuerdo que ellos me llamaron aberración, monstruo y fenómeno… pero también recuerdo, que reaccionando a mi verdadera razón de ser… ataque sin piedad…
La sangre cayó sobre mis manos y mi cuerpo, una lluvia de sangre y viseras nació sobre mi cabeza, yo no podía parar, fui creado para matar y aun cuando no comprendía lo que hacía, era el mejor en mi deber… ellos, los humanos me llamaron monstruosidad… y los obligue a callar y a arrodillarse ante mí con terror antes de ver su muerte en mis huesudas manos manchadas por su sangre
Pero la sangre no es algo que se pueda quitar… pronto, comprendí realmente lo que hacía, la guerra se volvió aun mas fuerte y desgarrante que en un principio… y yo, solo a mi padre pude correr para refugiarme…
-eres un arma asesina, solo sirves para matar humanos, para eso fuiste creado Sans- me dijo con desprecio mientras me apartaba de su lado y me obligaba a volver a la guerra que yo jamás desee pertenecer…
Fue entonces que comprendí, mis ojos se abrieron ante una verdad aun más cruel que la misma guerra que aprendí a presenciar sin vomitar… ese hombre, ese ser que me había creado, a quien yo lleno de esperanza me había aferrado como mi única razón de vivir… únicamente me utilizaba para sus fines egoístas, ni siquiera lo había hecho por el bien de las criaturas, no lo había hecho por que el rey se lo pidió… el solo lo hizo para sus propios intereses y yo, ciegamente lo había obedecido sin mas
Pero incluso yo tenía un límite al cual había llegado por fin
-no quiero seguir matando- le dije cierto día mientras me regalaba un poco de comida, el solo me observo unos segundos y siguió como si nada hubiera pasado, aun cuando ambos sabíamos lo que yo había dicho, ninguno hizo algo al respecto…
En otra ocasión similar, volví a decirle que no deseaba seguir matando gente, pero de igual modo, no solo me ignoró, sino reafirmo su orden de asesinato… al parecer, en ese momento no tenia escapatoria
En la última ocasión, a mitad de guerra, me encontraba contra un único humano, viéndolo fríamente, las lagrimas comenzaron a caer cuando vi que simplemente se arrodillaba y me mostraba una tranquila sonrisa, aun cuando no fuera para mi, el solo sonreía tranquilo mientras se tomaba un hombro, aun no lo había herido de gravedad, pero aunque cierra sus ojos, solo baja levemente su cabeza… al parecer, se ha resignado a morir
-lo siento humano- susurre desviando mi mirada de la suya, el me miro y me sonrió amable, la primera sonrisa llena de amabilidad que pude apreciar en mi corta existencia de crueldad
-e-entiendo… tu tampoco quieres matar- me dijo, yo sorprendido regrese mi mirada a la suya, nos vimos unos momentos, el no era diferente a otro humano, no era muy alto, de hecho, Gaster podría ser fácilmente más alto por una cabeza que este humano, su piel es acanelada, sus ojos son verdes y la armadura plateada que porta esta manchada con sangre, polvo y abollada… pero lo más extraño, es ver que su alma muestra un color verde, tan verde como la misma naturaleza que rodea el campo de batalla
-ósea que… ¿Ustedes no quieren matar?- pregunte confundido al observarlo, el me sonrió aun de ese modo gentil y desvió su mirada a todo el lugar, al campo de batalla que nos rodeaba
-nadie quiere hacer daño… hay gente mala en este mundo, no es algo que este a discusión, pero… habemos personas que no deseamos lastimar, nosotros, somos las personas a las que envían para matar, somos, a los que buscan callar con nuestras muertes- menciona con melancolía, lo miro confuso…
-¿De verdad son capaces de eso los seres humanos?- le pregunto algo asustado… los humanos de verdad son crueles si se matan entre ellos, aunque no haya mucha diferencia entre ellos y mi padre Gaster, el solo ríe suavemente y me guiñe el ojo
-los humanos somos los verdaderos monstruos, chico, ustedes son tan inocentes como mis hijas- se rio levemente, yo parpadee confuso
-¿Tienes hijos?- pregunte rápido, el solo asintió y de entre su armadura saco un trozo de papel que me extendió, desconfiado, lo tome solo para ver una mujer humana, el mismo hombre sin armadura y finalmente un grupo de 2 humanas más pequeñas… aquellos que llamaba hijos, parpadee confuso al ver las grandes sonrisas en los presentes
-ellos… ellos lucen…- susurre pasando mis dedos huesudos a través de la imagen, delineado las mejillas de los menores
-felices… lo sé… lo somos- susurro el tranquilo, alce la mirada, colindando entre ambos, el me sonrió sin malicia, solo con esa amabilidad que caracterizaba su alma y que yo nunca había conocido hasta ese momento
-seguro que en algún punto, tu también serás feliz chico- me dijo asintiendo, yo parpadee confundid una vez más, esta vez, no tuve que preguntar, el solo siguió
-en tu mirada puedo ver la tristeza y soledad, no te apures, la felicidad nos llega a todos… incluso a ustedes les llegara- me dijo como si nada, como si de verdad tuviera esperanzas porque ese tan famoso momento llegase… yo aun me pregunto ¿De verdad nos llegará a nosotros los monstruos un momento de paz y felicidad? Ni siquiera yo lo veo posible en la actualidad
-malo- no sé porque… fue todo lo que pude decir… el me miro sorprendido, era su turno para mostrar un rostro confundido mientras sentía por primera vez caer lagrimas en mis mejillas, a lo lejos, un nuevo ataque mágico salía de alguno de los que se encontraba a mitad de batalla, iba directo al hombre que seguía en el suelo. Asustado, inconscientemente corrí hasta el humano, tomándolo del pecho, nos tele transportamos tan rápido pude…
Todo fue tan violento en el viaje, que realmente no estuve seguro de lo que ocurrió… el mundo se había vuelto en oscuridad para mí y entre ese mar de confusión, solo una voz escuche
/Iniciando proceso de adaptación/ estaba confuso, no había comprendido nada, sin embargo, sentí gran calidez rodearme, gustoso, abrí mis ojos, era la primera vez que me sentía tan bien desde que había despertado y fue entonces que vi algo confuso…
Era un techo de piedra con algunas telarañas, por un momento llegue a pensar que estaba cercas de donde Muffet comenzaba su puesto de comida, sin embargo, al sentarme, me di cuenta que estaba en una habitación, sentí dolor en uno de mis brazos y al bajar la mirada me encontré con un gran camisón que no me quedaba e incluso con vendas en mis brazos y mi cabeza…
La puerta se abrió y de ella entro una mujer que de cierto modo, se me hacia familiar, ella, en cuanto me vio me sonrió gentilmente y me saludo mientras terminaba de acceder a la habitación, portaba un montón de telas que no podía distinguir, me senté en ese momento en la cama y ella solo rio suavemente
-tranquilo, no te aremos daño- menciona gentil, no sé si creerle, solo desvió mi mirada a las sabanas que cubren mi cuerpo
-¿En dónde estoy?- pregunto seco, ella me mira por unos momentos y finalmente me sonríe amablemente
-es normal que no sepas, pero estas es nuestra casa, mi esposo te trajo aquí después de aparecer en la puerta de nuestra casa ayer- me dijo ella, yo gire confundido una vez más observándole, ella volvió a reír suavemente y antes de que se acercara a mí, un hombre entro en la habitación llamando a la mujer, fue solo entonces que creo comprender lo que sucede…
-ho, es bueno ver que estas despierto ya… no sabíamos cómo tratar a un monstruo… no sabíamos si estabas muy herido- dijo aquel hombre mientras se acercaba todavía más a mí, yo me hice un poco hacia atrás, ese hombre, era el mismo con el que había peleado… justamente, el hombre con el que me había enfrentado, aquel que no temía a la muerte y aquel justo que… solo me había sonreído sin maldad
-¿Dónde…?- realmente, ni siquiera sabía que era lo que debía de preguntar o que quería preguntar primero, simplemente lo mire, el me sonreía aun de ese modo amable que me confundía todavía más, pero, mientras terminaba por acercarse a mí, acaricio mi cabeza de un modo tan gentil y cálido, que mis ojos se abrieron y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo entero, haciéndome vibrar con felicidad…
¿Así se sentía una caricia gentil y amable? Era tan cálida que instintivamente cerré mis ojos y levante un poco mas mi cabeza con la esperanza de poder seguir sintiendo aquella gentil caricia, de verdad me gustaba, de verdad quería seguir sintiéndola… aquel hombre rio por lo bajo y siguió acariciándome como se tratase de una mascota que busca mimos… yo realmente me sentía feliz… si tan solo Gaster me hubiese regalado aquello cuando lo pedí… tal vez y yo…
No hubiera cometido traición…