Cae estrepitosamente en la nieve blanca, prácticamente muerde la nieve por donde cae, su cuerpo gira, esta vez, el movimiento ha sido tan violento que no se ha dado cuenta realmente como ha caído… espera a que el movimiento pare, siente dolor por todo su cuerpo, gruñe mentalmente y se abraza a sí mismo con dolor. Con mucha más lentitud se toma de los brazos, con mucho cuidado se arrodilla en el lugar, ya sabe que se encuentra en el Snowdin de un lugar cualquiera, pero de todos modos, se endereza con cuidado, quedando sentado sobre sus rodillas, mira al techo de piedra y pequeñas lagrimas comienzan a brotar nuevamente de el
-duele- gime bajito, cerrando sus ojos y aferrando sus dedos en sus brazos, aun a través de su chaqueta negra se crea heridas, aun cuando cierra sus ojos, la pesadilla del pasado lo azota, le niega el dejarlo en soledad, le acosa de un modo repugnante ante Red que solo puede cerrar sus ojos y suplicarle a su propia mente que deje de mostrarle semejantes escenas de terror
Se retuerce con violencia mientras lagrimas caen, sus manos no son suficiente para abrazarse a si mismo así que continua rasgando las heridas de su rostro y cabeza, aquellas heridas que se hizo mientras estuvo envuelto en la oscuridad de la Data Madre y de su alma. Red gruñe, se golpea y lastima, quiere dejar de pensar, tal vez sea mejor el dolor físico que el mental que cala de un modo más profundo
*basta… basta… basta* ya no sabe si susurra o si realmente lo está diciendo o pensando, solo quiere que el dolor pare aun cuando sabe que no será así, sus ojos se cierran con violencia, su Data Madre agresiva continua peleando contra su mente, contra su corrupta alma, no quiere seguir intentando por más tiempo, solo quiere que todo acabe de una maldita vez y que le deje en paz el dolor que le atormenta
-por favor… para!- suplica dejando caer lagrimas
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Después de que la barrera había sido destruida y el humano genocida acabado, Papyrus se encuentra con lagrimas en sus ojos observando lo que es un hermoso atardecer, otro día mas, lejos de todo lo que alguna vez conoció, la ultima alma, el alma de la determinación se encuentra completamente sellada, cuidando que no vuelva a despertar y mermada a más no poder…
Aunque, no quedo mucho que proteger después de que aquella alma apareciera y devastara todo… Papyrus se encuentra ya en la noche caminando tranquilo por las casas de acampar y algunas mas decentes, algunos mostros lo saludan como si nada, otros con respeto, ahora es el nuevo líder de la guardia real y el héroe de los monstruos, no solo por haber salvado a los monstruos de un humano genocida, sino también por haber destruido la barrera
Al pasar entre las diminutas casa, Papyrus encuentra un espejo de cuerpo completo donde sin desearlo se ha detenido, al observar su silueta triste, se encuentra con su traje de batalla, tranquilo y perfecto como siempre, con la única diferencia que esta vez, lo único que encuentra es la chaqueta de su hermano, colocada sobre él y con las cortas mangas apenas arriba de sus codos, aparte de esa chaqueta que porta diminutas partículas del polvo que ahora es su hermano, Papyrus puede observar en el espejo su rostro, un rostro perdido, triste y decaído, mucho más serio; Asgore dijo, cuando lo vio, que la inocencia que siempre mostraba había desaparecido junto a esa chispa de energía que siempre portaba
Y siempre que se veía en los espejos, Papyrus podía dar fiel testimonio que esa chispa que siempre portaba estaba perdida, si bien, no muerta, era tan débil que realmente podría decirse extinta eternamente… y nadie podía decir nada al respecto… perder a alguien que ha sido tu única familia toda tu vida, no es fácil… perder a la única persona que siempre te protegió, que siempre estuvo ahí para ti, que siempre te mostro un camino y que siempre velo por ti… es un golpe demasiado fuerte perderlo delante de tus ojos, sabiendo que te ha protegido la vida de un ataque más que mortal
El esqueleto más alto se ve obligado a desprender su mirada del espejo, de seguir así, las lagrimas que ya se muestran serán derramadas y se desmoronará de nuevo delante de su triste aspecto, no quiere eso, así que continua caminando, lo más sereno, lo más serio, lo mas… lo mas “líder” que puede ser ahora que está casi completamente solo… ahora, la única persona que le queda es el rey Asgore y la científica Alphys quien no parece estar en mejores estados que él, pero que parece esforzarse igual que el…
Los pocos monstruos que lograron escapar del humano genocida se mantienen asustados de los humanos, aunque callados y en la espera de un rayo de esperanza entregado por Papyrus, el miso se mantiene lo más fuerte que puede, no soporta mucho por el día y rompe a llorar apenas se encuentra en la soledad de su hogar… continua entrenando, con mucha más fuerza, con mucha mas violencia y custodiando las almas humanas para que nada malo vuelva a suceder…
Llega a su casa después de dar una última ronda por todo el campamento de los monstruos, suelta un cansado suspiro y se deja caer recargado en la puerta de su casa, las lagrimas nublan su visión y sin consideración a nada mas, se deja llevar por el dolor que lo ahoga, llora y llama por su hermano difunto, aun cuando sabe que no podrá volver y que si volviera, el precio sería volver a mostrar al humano genocida y una vez más, sería una guerra de nunca acabar de la cual, Papyrus no estaba dispuesto a volver a tener…
Un escalofrío calando momentáneamente le hace detener sus lagrimas, mirar a todos lados confundido… muchas cosas habían cambiado desde que había muerto Sans… lo más extraño que le había pasado, era tener conocimientos mucho más extraños, sabia cosas que no pasaban ni cercas de donde estaba, sabia cosas que antes no debía de saber… sabia… de algo llamado la “Data Madre” y sabia, que esa cosa ahora estaba en su interior y que extrañamente su hermano Sans era algo llamado “el lazo” un lazo que todo lo unía y que ahora ya no está mas
La simple idea de Sans le hace derramar mas lagrimas, llorar con más fuerza, dejarse llevar por la tristeza y la soledad, se deja ir por el dolor, le duele, se hunde en una tristeza y una soledad tan cruel y seca que no quiere que vuelva a suceder… pero mientras llora adolorido la perdida, siente como esa voz tan idéntica a la suya pero con tonos más robotizados le llama
/Archivo desconocido/ la sensación de saber que alguien que no pertenece a ese lugar ha llegado haciéndose paso de un modo agresivo le altera un poco, sabe que no está bien, así que limpia sus lagrimas y sale de su casa, observando el campamento donde se encuentra, suelta un tranquilo suspiro y comienza a caminar… del mismo modo que la Data Madre sabe que alguien ha llegado, también sabe donde se encuentra… le va a tomar un rato poder llegar, así que chasquea sus dedos, creando cabezas de Gaster blaster y enviándolas a que busquen hasta que el llegue
Camina tranquilamente, de hecho, no tiene las fuerzas para salir corriendo al primer llamado de peligro, muy por apenas puede concentrarse después de todo lo que le ha pasado, encuentra a lo lejos al rey Asgore quien parece entretenido con sus súbditos dando órdenes, al llegar a las faldas del monte Ebott su vista regresa a sus espaldas, encontrando a Alphys quien lo mira fijamente, incluso la chica que siempre se muestra nerviosa parece tener ojeras oscuras bajo sus parpados y sus ojos hinchados de tanto llorar, una diminuta sonrisa de consolación se hace presente
-Alphys, deberías de estar ya en casa- susurra suavemente a la chica que junta sus manos en un gesto nervioso, algo que siempre ha hecho no importa lo que suceda, la chica, que deja caer algunas lagrimas intenta sonreír, nerviosamente mira a todos lados… Papyrus lo sabe, si él es ahora la Data Madre, alguien debía de ser el nuevo lazo… Alphys era el nuevo lazo de ese universo, por desgracia ninguno estaba listo para esa nueva labor
-l-lo siento, es, es solo que yo… yo no- sus tartamudeos han empeorado desde la muerte de Undyne, su inseguridad incremento abrumadoramente desde la muerte de Mettaton, su soledad se acentuó y acrecentó al observar la muerte de todos aquellos que trataron de ayudarla y protegerla pero que de igual modo, murieron sin poder hacer nada… ahora, lo único que le queda a Alphys, es el hermano de su amigo y compañero de trabajo en el laboratorio… ahora, Papyrus y Alphys se tienen únicamente en el mundo cruel
-¿sí?- pregunta suavemente, anunciándole que le está prestando atención y que puede continuar con lo que dice, Alphys mueve su rostro, desviando la mirada de cuando en cuando de su lado, se mantiene un momento y comienza a llorar suavemente, Papyrus no necesita mas… sea lo que sea que ha llegado, puede esperar. Se acerca al lado de su amiga, abrazándola con cuidado y cargándola con todo el cuidado del mundo, la estrecha con cariño, transmitiendo ese sentimiento de comprensión silenciosa, ambos lo han perdido todo… no puede hacer más por ella, aun cuando así lo desea
… … …
Un par de horas más tardes, después de haber logrado calmar a la criatura y llevarla hasta su casa, incluso llegado al punto de arroparla en su cama y dejar las llaves en su lugar, Papyrus sale de su casa y se encamina con pasos lentos… ya comienza la noche, al final, se decide por no ir en su búsqueda…
La mañana que llega es llena de deberes para Papyrus, apenas suena su alarma, el esqueleto se ha levantado, arreglado rápidamente y salido; comienza un nuevo día lleno de deberes, lo primero es dar un recorrido por todo el campamento, observando las construcciones de las nuevas casa, las viviendas echas campañas de campo, los puestos improvisados y los objetos regados… no hay nada nuevo y nada que de señales de peligro. Su camino continua por las afueras del campamento, observa a lo lejos el monte Ebott y siente un revoltijo en su alma…
-buenos días Papyrus- escucha una voz tranquila a sus espaldas, al girar encuentra al tabernero de fuego, Grillby le saluda cordialmente y con una sonrisa cansada, Papyrus corresponde
-buen día Grillby- la charla comienza entre ambos, el ser de fuego ha invitado al esqueleto a tomar el desayuno, por supuesto, uno nutritivo y sin grasas, Papyrus agradece y marcha después de una corta charla con el mencionado sobre Sans y su buena relación o el dolor que causa ya no estar juntos… una vez más, Grillby le hace la proposición de que se quede a vivir él y la científica real en su casa junto a su hija y el… Papyrus ha vuelto a negarla…
Al salir encuentra que aún es temprano… cada día se levanta mas y mas temprano, pronto, cree que las horas de sueño no serán suficientes, pero se niega a dejar de ejecutar su labor como nuevo líder de la guardia real… sabiendo de todos modos que no hay nada que él pueda hacer a antes de esto, se encamina al monte Ebott sintiendo un revoltijo en su mente y en especial, borboteando en su magia y su alma… la Data Madre parece querer volverlo loco
/peligro, amenaza potencial, peligro, amenaza potencial/ no para de reclamarle sorpresivamente apenas Papyrus entra al monte Ebott, un sentimiento de peligro se crea en Papyrus; un Gaster Blaster aparece y el esqueleto sube en este, el camino comienza rápido, tan rápido como lo es la cabeza de la criatura para atacar y moverse… Papyrus busca por todos lados… ahora, ha llegado al punto mas profundo allá en Waterfall pero ni así logra dar con el peligro
-¿En donde esta?- se pregunta, desapareciendo el Gaster Blster que lo había estado llevando y comenzando a caminar, al entrar a Snowdin, no solo es un viento frio lo que lo recibe de golpe, sino la sensación de muerte, tristeza y soledad que ahora se encuentra en el abandonado lugar… las casas continúan ahí, todo está tal cual lo dejaron, incluso aun puede notar algunas partículas de polvo flotando por el ambiente, traga duro al saber que aun entre los desaparecidos y muertos, mucha gente no fue encontrada, no importando que tanto se trabajara para poder buscar entre los restos de polvo, incluso algunos no pudieron ser encontrados
Camina a paso lento, observa todos los puntos de su antiguo hogar, por un momento la tristeza le embriaga, las lagrimas se niegan a dejar de caer de sus cuencas y el sentimiento de culpa se hace presente… si tan solo no hubiera intentado detener al humano cuando su hermano se lo dijo, si hubiera hecho caso a sus palabras… tal vez… tal vez y su hermano aun estuviera entre ellos… tal vez…
-Sans… lo siento- susurra, apoyándose en el muro de su casa, observando la misma y dejándose caer arrodillado, con su mano libre cubre su rostro y llora con más fuerza, se abraza a sí mismo, sabiendo que porta la chaqueta de su hermano, llora tanto como puede, deja salir su tristeza y suplica por que le perdone, porque aquello solo sea una cruel pesadilla y todo acabe pronto, que despierte con el sonar de su despertador y su hermano aun siga durmiendo perezosamente en su cama o en el sofá… pero…
Pero él sabe que no será así
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Pasa buen rato, Papyrus supone que pasaron un par de horas mientras el lloraba libremente su dolor, se levanta, ya cansado de llorar, limpia la nieve de su cuerpo y trata de mostrarse lo mas derecho puede, aun escucha la voz de la Data Madre anunciándole del peligro, así que continua… al notar que la Data Madre parece volverse por momentos más loca, crea huesos en sus manos y su ojo comienza a brillar preparado para la batalla, continua caminando, Snowdin es muy grande…
-ayúdenme a buscar- pide a un grupo de Gasters Blasters que se dispersan por la zona, Papyrus continua buscando, ahora le parece mas aterrador su hogar ahora que ya no hay gente, bueno… no es como que haya mucha diferencia allá arriba en la superficie que ahí… solo, que en Snowdin hay mas la presencia de muerte que allá fuera, al menos así lo piensa Papyrus
Pega un brinco y casi podría sentir una corriente eléctrica recorrerle cuando se da cuenta; uno de los Gaster blasters que ha enviado encontró algo, la Data Madre le ha enseñado muchos trucos que, a según cortas y no muy concisas palabras suyas, era algo que también sabia hacer Sans y con más experiencia… Papyrus no comprende bien como es que lo hace, pero logra vincular su vista con la del Gaster Blaster que ha encontrado algo… al momento, puede ver que se encuentra en el puesto de vigilancia de Sans, le parece extrañó, al buscar con la mirada de la criatura encuentra una mota, alcanza a ver que es un monstruo pero se encuentra tan cubierto de nieve que teme que este inconsciente
No lo piensa demasiado, comienza a correr… hay alguien que necesita ayuda urgente
Corre con todas sus fuerzas, la Data Madre le ha dicho algo sobre “atajos” Papyrus quiere ver a sus espaldas pero ha resbalado con algo que no ha visto bien, cae de cara y suelta un diminuto grito, cuando levanta la mirada, sorprendentemente se encuentra delante de la caceta de vigilancia de Sans… es extraño, aun no pasaba por todos esos puzles que había hecho antes, aun no llegaba siquiera al puente… ¿Qué rayos había pasado?... recuerda que algo por el estilo eran los famosos “atajos” de Sans pero le parece confuso… nada tiene sentido
-¿Qué fue eso?- se pregunta arrodillándose en la nieve, mira a todos lados, si, en definitiva es el lugar de la caceta de Sans pero… no tenía sentido, Papyrus no sabía cómo tele transportarse como lo hacía Sans, de todos modos, se pone de pie, buscando entre la nieve, pronto encuentra un tozo de tela negra que sobresale entre la nieve
-¡señor!- grita arrodillándose y comenzado a sacar, rápidamente encuentra la forma de un torso, lo toma por los costados y comienza a sacarlo de la nieve al mismo tiempo que lo llama, cuando logra sacarlo por completo de la nieve encuentra asustado que es un esqueleto boca abajo, al girarlo lo suelta asustado y gatea hacia atrás aterrorizado
-¿S-S-Sans?- se pregunta al ver que es exactamente igual a su hermano… ese… ¿Ese era realmente su Sans?