Mientras Moonbyul preparaba el desayuno para Solar, ella tendida en su cama abría lentamente los ojos, sentándose lentamente se percató de la ausencia de Moonbyul en la habitación y se alarmó, levantándose de la cama fue al baño y al no encontrarla ahí se dirigió hacia la cocina encontrándola de pie frente a los quemadores mezclando el contenido de una olla.
Sin hacer ruido se puso tras de ella y le abrazó desde atrás cruzando sus brazos alrededor de su cintura. “Gracias” le susurró al oído mientras le abrazaba para luego apoyar la cabeza en su espalda.
Moonbyul soltó de pronto la cuchara haciendo que rebotara en el borde de la olla para así poder sostener las manos de solar que colgaban por el frente de su abdomen.
Moonbyul: ¿Qué haces fuera de la cama? –Expresó con dulzura. –
Solar: No estabas ahí así que tuve que venir a buscarte hasta acá.
Moonbyul: No era necesario, estaba a punto de llevarte esto a la cama.
Solar: ¿Qué es eso? ¿Avena?
Moonbyul: Si, no puedes comer nada pesado pero tienes que comer algo para poder tomarte la medicina.
Solar: Me siento mucho mejor ahora.
Moonbyul: De todas maneras no te vas a librar de la medicina –Decía volteándose para verle de frente. –
Mientras Solar bajaba los brazos, Moonbyul presionaba con su índice la punta de la nariz de Solar.
Solar: Lo sé. –Susurro cabizbaja. –
Moonbyul sujeto a Solar de los hombros y la hizo girar volteándose en dirección a su habitación.
Moonbyul: Serviré esto y lo llevare hasta tu cama, así que ve y recuéstate.
Solar: Esta bien…
Tal como había dicho a su líder Byul sirvió la avena en un bol junto a un tazón de agua y poniéndolos sobre una bandeja los llevo hasta la cama de Solar, viendo a su compañera llegar Solar apoyó su espalda contra la cabecera de la cama y acomodó sus piernas juntando ambas para que Byul instalara la bandeja. Sentándose en la cama frente a ella la menor sostuvo la cuchara recogiendo con ella un poco de avena del bol y soplándola miro a Solar.
Moonbyul: Di “ah”.
Solar: Puedo comer sola –Dijo sonriendo. –
Moonbyul: Di “aah” –Insistió. –
Solar: Aaaaah…
Moonbyul: Así me gusta.
Solar mascullaba algo inentendible mientras tenia la boca llena de avena. Pronto Wheein y Hwasa ya estaban haciéndoles compañía en la habitación, la menor sentándose en la cama que quedaba libre en la habitación y Wheein de pie tras Moonbyul.
Wheein: ¿Cómo te sientes hoy? –Preguntaba a Solar. –
Solar: Mucho mejor.
Hwasa: Es todo gracias a Byul, ella te cuidó toda la noche mientras dormías. Cuando me levanté al baño en la madrugada, ella seguía vigilando tu temperatura.
Wheein: Es cierto, y ¿Cómo fue que aprendiste a detectar enfermedades así? Cuando le dije al señor de la farmacia como estaba Solar me indicó lo mismo que tú.
Moonbyul: Cuando era pequeña me enfermaba mucho, y como mis padres trabajaban mucho, por lo que era mi abuela la que se encargaba de velar por mí. Cuando me resfriaba y me subía la fiebre ella hacia conmigo lo que hice con Solar ayer en la noche.
Todas miraban conmovidas a Moonbyul. Y ella evitaba sus miradas mostrando algo de pudor.
Moonbyul: Ya dejen de mirarme así. Cambiando de tema, ¿Qué tenemos que hacer el día de hoy?
Solar: Por suerte, nada. Tenemos muchos eventos el fin de semana así que rogué por que nos dieran el día libre hoy.
Hwasa: Habían quedado de acompañarme a buscar un regalo para mi mamá el día de hoy. Pero no sé si en el estado en que esta Solar podrá acompañarnos.
Solar: No hay problema, yo me siento perfectamente así que salgamos las cuatro, quién sabe cuándo tendremos otro día libre. –Decía abrumada. –
Moonbyul: ¿Estás segura?
Solar: Si, estoy bien –Aseguró posando su mano sobre la pierna de Moonbyul. –
El teléfono de Solar comenzó a sonar y pidió a Wheein lo alcanzara por ella al ver la pantalla Solar leyó que era su manager quien la estaba llamando, sin esperar un segundo más la líder tomo la llamada.
Solar: ¿Aló? Buenos días.
Manager: ¿Solar estas bien? ¿No te duele nada?
Solar: Si, estoy muy bien. ¿Por qué? ¿Pasó algo?
Manager: La comida que comió el Staff ayer estaba contaminada y todo el Staff de la filmación de ayer pasó la noche en diferentes Hospitales. Después del tratamiento médico los dan de alta hoy.
Solar: No, la verdad es que no me he sentido extraña. Pero ¿Los demás están bien?
Manager: Si, no era tan grave. A pesar de que noté que no comiste mucho me preocupé de que también te hubieses intoxicado. Me alivia escuchar que estas bien.
Solar: Gracias por preocuparse.
Manager: Muy bien, que tengan un buen día. Compórtense bien y cuida a tus compañeras.
Solar: Esta bien, hasta mañana.
Manager: Adiós, hasta mañana.
Cortó la llamada y sus compañeras la observaban llenas de dudas.
Moonbyul: ¿Qué ocurre?
Solar: Manager unnie me dijo que la comida del Staff de la filmación de ayer estaba en mal estado y todos los que comieron se intoxicaron. Pero que ahora ya están mejor.
Moonbyul: No dejaré que vayas sola a ningún lugar desde ahora, y probaré la comida antes que tú.
Solar: No es necesario, gracias a ti es que estoy bien ahora.
Moonbyul: De todas maneras no me hace estar tranquila.
Hwasa: La señorita Moonbyul será el caballero negro de nuestra líder y nos salvará de los problemas. –Dijo riendo la menor. –
Wheein: Okay vamos a vestirnos y a prepararnos para salir. –Indicó tomando el brazo de Hwasa casi a punto de bailar por la felicidad que le generaba pensar en otro día de juegos con sus amigas. –
Cuando ya estuvieron listas llamaron a un servicio de taxis para que las viniera a buscar hasta el departamento y las fuese a dejar al centro comercial. Cuando llego el vehículo, cuidaron de dejar todo cerrado y bajaron corriendo por las escaleras. Moonbyul se adelantó y abrió la puerta de pasajeros del taxi para que subieran Solar, Wheein y Hwasa. Ella subió en el asiento del copilotó e indico al chofer a donde se dirijan.
Bajaron a fuera del centro comercial abandonando el automóvil y al entrar recorrieron más de la mitad de las tiendas del edificio, deteniéndose en cada vitrina y saltando de emoción ante cualquier cosa. Wheein recomendó a Hwasa comprarle a su mamá unos zapatos que habían visto en un escaparate apenas y llegaron al lugar, pero ella sin tomarle mucha atención ignoró la sugerencia y siguieron recorriendo, al volver al punto de inicio vio los zapatos que le habían señalado en un principio y que había ignorado, esta vez enamorándose de ellos. Wheein indignada la miró gritándole que se los había señalado desde un inicio a la que ella respondió, “Lo siento, no te presté atención” mientras reía y la abrasaba para aliviar su enojo.
Finalmente luego de comprar lo zapatos fueron a almorzar juntas. Entraron a un restaurante de comida casera y se sentaron a esperar que les llevaran el menú. En el intertanto Wheein muy concentrada no despejaba los ojos de la pantalla de su celular.
Solar: Wheein-i… ¿Qué estas mirando?
Wheein: Estoy leyendo una historia de romance, es una pequeña leyenda pero me parece muy bonita aunque muy triste también.
Solar: Compártela con nosotras.
Wheein: Esta bien, se las leeré.
“Cuando el Sol y la Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor. Sucede que el mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, quedó decidido que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados.
Les invadió una gran tristeza y cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían, la Luna fue angustiándose cada vez más. A pesar del brillo dado por Dios, fue tornándose Solitaria.
EL Sol a su vez, había ganado un título de nobleza "Astro Rey", pero eso tampoco le hizo feliz, pues lo único que le hacía feliz a no estaba más en su vida.
Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: - No debéis estar tristes, ambos ahora poseéis un brillo propio. Tú, Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías. En cuanto a ti, Sol, sustentarás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la tierra durante el día, proporcionaras calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices.
La Luna se entristeció mucho más con su terrible destino y lloró amargamente. El Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podría dejar abatirse más, ya que tendría que darle fuerzas y ayudarle a aceptar lo que Dios había decidido.
Aún así, su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Él: - Señor, ayuda a la Luna por favor, es más frágil que yo, no soportará la soledad. Y Dios, en su inmensa bondad, creo entonces las estrellas para hacer compañía a la Luna.
La Luna siempre que está muy triste recurre a las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.
Hoy, ambos viven así... separados. El Sol finge que es feliz, y la Luna no consigue disimular su tristeza.
El Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza. Dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió condenada a vivir siempre en fases.
Cuando es feliz, consigue ser Llena, pero cuando es infeliz es menguante y cuando es menguante ni siquiera es posible apreciar su brillo.
Luna y Sol siguen su destino. El, solitario pero fuerte; ella, acompañada de estrellas, pero débil.
Los hombres intentan, constantemente, conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás consiguió traerla hasta la tierra, nadie, realmente, consiguió conquistarla, por más que lo intentaron.
Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el del Sol... Fue entonces que Él creó el eclipse.
Hoy Sol y Luna viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueran concedidos y que tanto cuesta, sucedan. Cuando mires al cielo, a partir de ahora, y veas que el Sol cubre la Luna, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de eclipse.
Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.
Tu ya sabías que en la tierra existían Sol y Luna y también que existe el eclipse, pero esta es la parte de la historia que tu no conocías.”
Solar al escuchar la narración de Wheein comenzó a llorar conmovida por la historia, Moonbyul al verla llorar secó sus lágrimas “¿Que sucede YongSun-ah~?”, decía Moonbyul tratando de contener la emoción de Solar. La mayor la observaba pensando “¿Que acaso a olvidado que significan nuestros nombres?”, La tristeza se apoderó del corazón de Solar al pensar en que ella de cierta forma también sufría por no sentirse segura de poder decirle a Moonbyul lo mucho que significaba para ella y que si bien quería estar con ella en una relación superior a la amistad, tenía miedo y sufría por que por culpa de ese miedo seguían separadas como el sol y la luna.