Solar por si misma a la vera del río Han, cayó al suelo sobre sus piernas, con el rostro estupefacto, repetía en su mente la escena que acababa de vivir, repasando sobre cada una de las palabras que Moonbyul había dicho. Sin ser consciente de ello una lagrima comenzaba a caer por su mejilla, después de unos segundos mirando hacia el horizonte con los ojos vacios se llevó una mano a la cara comprobando entonces que lagrimas salían de sus ojos.
Poniéndose de pie palmeo su rostro dos veces para hacerse reaccionar y recordó las palabras de Moonbyul, “¿por qué no tomas un taxi? En mi bolsillo hay dinero…”, caminó hasta la calle y detuvo un taxi, Moonbyul jamás la hubiese dejado a la deriva en medio de la noche.
Una vez arriba del taxi sacó la billetera de Byul desde el bolsillo de su chaqueta, buscando el dinero con el cual pagaría el transporte, al abrir la billetera se encontró con una pequeña foto donde aparecían las dos juntas, sonriendo comenzó a llorar otra vez. El taxista al ver sus lagrimas por el espejo retrovisor saco unos pañuelos de papel de un compartimento del auto y se los paso hacia atrás preguntándole, “¿está bien señorita?”, Solar recibió los pañuelos y respondió, “ay… no lo sé, ¿Por qué estoy así?”.
Mientras todo esto sucedía, las menores compañeras de habitación Hwasa y Wheein se encontraban en el departamento, cada una en su respectiva cama. Hwasa revisaba unas cosas en su computadora mientras escuchaba música con sus auriculares puestos.
Wheein con la espalda apoyada en la cabecera de la cama, con las piernas tapadas con una sabana y las rodillas abrazadas hacia el pecho, se mordía las uñas de la mano derecha. Hwasa se detuvo y volteó a mirarla.
Hwasa: ¿Qué tienes?
Wheein: Las chicas aún no llegan y ya oscureció, hace frio y…
Hwasa: A ver, ven aquí. –Dijo interrumpiendo-
Hwasa se quitó los audífonos, puso el computador a un lado y abrió las sabanas haciendo un espacio para Wheein, quién de un salto salió de su cama y se acurrucó suavemente al lado de Hwasa abrasándola.
Wheein: ¿Qué crees que le esté pasando a Moonbyul?
Hwasa: ¿No es obvio?…Esta celosa.
Wheein: ¿¡Qué!?
Hwasa: ¿Me vas a decir que no te has dado cuenta de la cara de babosa que pone Moonbyul cada vez que juega con Solar, o cada vez que la mira, o cada vez que Solar respira cerca de ella? –Sonrió-
Es tan evidente que pareciera que salen corazones pequeños de sus ojos, a veces es tan cursi que a decir verdad me repele –Dice en una mueca de asco-.
Wheein: Ahora que lo dices, creo que todo tiene más sentido. –Refiere poniendo su índice sobre su mentón-.
Hwasa: A veces creo que tu y Solar son muy parecidas.
Wheein: ¿Ah sí? ¿Por qué? –Preguntó inclinando ligeramente su cabeza-.
Hwasa: Ambas son un poco lent…ingenuas, ambas son no un poco sino bastante ingenuas.
Wheein: Ibas a decirme lenta, ¿verdad?
Hwasa: ¿Yo? Jamás. –Respondió riendo-.
Wheein saco la almohada en la que estaba apoyada Hwasa y empezó a golpearla con ella.
Wheein: Hasta-cuando-vas a entender- que soy-mayor que tu-y no deberías faltarme el respeto ¿ah?
Hwasa detuvo la almohada sujetándola con firmeza, fijando los ojos en los de su compañera.
Hwasa: Sabes que te encanta cuando te falto el respeto.
Wheein: Es cierto.
Wheein acerco su rostro lentamente hacia el de la menor y la besó. De pronto se escuchó la puerta del departamento y ambas se levantaron a ver, asomándose a la puerta de la habitación vieron a su líder encender la luz de la entrada, ella lucía decaída y sin energias, muy diferente de cómo era regularmente.
Wheein: ¿Y Moonbyul?
Solar: Me encontré con ella, pero no sé si vuelva esta noche a casa.
Hwasa: Pero ella está bien ¿verdad?
Solar: Si. “…o eso espero…” -Pensó-.
Wheein: ¿Y tú estás bien?
Solar: Sí, solo estoy muy cansada. Iré a mi habitación.
Wheein: ¿No prefieres dormir con nosotras?
Solar: No, está bien. Ustedes deberían irse a descansar, recuerden que mañana tenemos una sesión fotográfica.
Hwasa: ¿Y Byul?
Solar: La llamaré en un rato, pero sé que llegará, es muy responsable así que no faltará.