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¡Voy a ser el personaje principal! por TRB06

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–Ah –YoonGi se dio la vuelta y volvió hasta donde estaba JiMin –La cosa importante que te quería decir es que me gustas ¿Quieres ser mi novio?

 

Park JiMin no estaba preparado para una declaración así. Fue tanta la impresión, que sus mejillas le ardieron y el corazón luchó por salirse del pecho. Totalmente sobre pasado por las palabras, dio media vuelta y se fue.

 

Horas después, tirado sobre la cama, JiMin se llevó las manos al rostro y dio vueltas sobre la cama al recordarlo.

 

–¿Por qué mi corazón no deja de latir así?

 

¿Cómo es que alguien podía declararse de esa manera? ¿Y por qué había sido tan estúpido de salir huyendo en vez de decirle que a él también le gustaba?

 

Gritarle que por supuesto quería ser su novio, eso era lo que tendría que haber hecho, y ahora mismo podrían estar siendo novios, tomados de la mano bebiendo algo caliente.

 

Soy un estúpido.

 

Al día siguiente, JiMin se colocó el uniforme con manos temblorosas. Si  fuera por él no iría al colegio, pero esa tarde tendrían el primer ensayo para la obra y había trabajado muy duro para el papel. Que YoonGi le hubiese dicho lo que dijo no iba a dejarlo encerrado en su habitación. No señor. Pero al llegar a escuela… el miedo volvió a apoderarse de él.

 

JiMin podía haber evitado a YoonGi en los pasillos, esconderse en el baño durante los recesos, pero en el ensayo eso fue imposible. No se atrevió a cruzar mirada mientras ensayaban y leían el libreto. La profesora lo regañó por estar haciéndolo tan mal.

 

–¡JiMin, si no puedes mirar al que será tu novio en la obra tendré que cambiarte! Sabía que me arriesgaba a mucho dándote este papel… -Las palabras de la mujer frustrada hirieron al chico, pues de verdad se había esforzado mucho por tener un cierre de año inolvidable, y todo estaba saliendo mal.

–Lo siento… -Tal vez, de verdad el papel no era para él.

 

Lo mejor será renunciar.

 

 

YoonGi conocía mejor que nadie a JiMin, dos años de haberlo observado le habían otorgado ese poder. Así que sabía que los errores y la timidez del otro eran por su culpa. ¿En qué rayos pensaba cuando me declaré? ¡Ah, sí! En que me correspondería. Según él, el plan estaba muy bien elaborado, pero había olvidado un detalle fundamental: Los sentimientos de JiMin. YoonGi jamás pensó que podría no ser correspondido, es decir ¿Quién rechaza a Min YoonGi? Todos en la escuela lo adoraban.

 

Después del caótico ensayo y las palabras hirientes de la profesora, YoonGi vio como su compañero perdió toda autoestima y hasta jura haber visto lágrimas en sus ojos. Las cosas no podían continuar así, él no podría ser la razón por la que el último año de JiMin fuera una mierda, es por eso que, en segundos, ideó otro plan.

 

Al terminar el ensayo, YoonGi siguió a JiMin hasta que estuvieron lejos del colegio y se acercó.

 

–Oye… -le llamó. JiMin se detuvo y le miró para después mirar el piso rojo como un tomate –Por favor, no quiero ser la causa por la que no puedes desarrollar el papel del personaje, mañana mismo presentaré mi renuncia. –Y dicho eso, se dio la vuelta y se fue.

 

Sí, ese era el plan. Renunciar al tiempo compartido con el amor de dos años por su felicidad. Prefería ver a JiMin desde los asientos que viéndolo no ser capaz de desarrollar su personaje por culpa de una estúpida declaración.

 

–¡Ah! –YoonGi recordó que tenía algo más que decir. –No te preocupes por lo que dije el otro día, es decir, sí, me gustas… y no había pensando que podías rechazarme, pero bueno… sólo, olvídalo y da una buena actuación. Yo sé que tú puedes hacerlo.

 

 

 

JiMin se quedó sin palabras ¿Acaso Min YoonGi estaba sacrificándose para que él pudiera actuar bien?. Apretó sus puños.

 

¡Voy a ser el personaje principal sin importar nada! ¡Este tiene que ser el mejor año de todos!

 

–YoonGi –pronunciar aquel nombre, en una situación así, le hizo imaginarse como el protagonista de su propia obra. Es más, lo era, pues era el protagonista de su propia vida. –Espera… ¿No juegas cuando dices que te gusto? –El menor le miró con la cejas curvadas.

–¿De verdad crees que estoy jugando?

 

¿JiMin en verdad lo pensaba?

 

–No lo sé –contestó con las mejillas rojas –Tú eres el mojigato de los profesores, siempre mandas al frente al todo que infringe una regla… Y… no ganarías nada con mentirme.

–¡No soy un mojigato! ¿Eso opinas de mí? –YoonGi frunció el ceño –Creo que si alguien rompe una regla es normal contárselo a los profesores ¿No te parece? un momento, entonces tú opinas como todos respecto a mí…-JiMin empezó a negar desesperadamente. No. YoonGi no tenía mal interpretar sus palabras.

–No. No. Yo.. lo siento, sólo repetí lo que todos dicen… y eso es estúpido porque debo tener mis propias opiniones, pero…¡Urgh! –YoonGi estaba yéndose y JiMin sintió que estaba a punto de perderlo por ser un estúpido. Voy a ser el personaje principal de mi propia obra. –¡Tú también me gustas! –Gritó en el medio de la calle, cerrando los ojos y esperando ser aceptado –Aunque seas un año menor, me gustas… me gustas, Min YoonGi. Y sí, quiero ser tu novio.

 

***

 

Eran vísperas de noche buena. Min YoonGi, ahora de 33 años de edad,  se tomaba el estómago y se retorcía de la risa sobre el sofá de su casa. JiMin, de 34 años, sentado a su lado, se puso rojo como un tomate y llevó las manos a su pequeño abultado vientre. Su hijo mayor ya adolescente de 15 años, Min Minseok, les miraba con los ojos desorbitados, él tan sólo había preguntado cómo se habían conocido sus padres, obtuvo la respuesta, casi contada con el más mínimo detalle. Eran demasiado dramáticos, se dijo después de procesar la información. Mamá un inocente tonto y papá un maldito egocéntrico.

 

–Yo creo que JiMin no se dio cuenta –dijo YoonGi secándose las lágrimas y sentándose derecho –Pero había mucha gente en la calle cuando me gritó que yo también le gustaba.

 

Minseok sacudió la cabeza. No lo entendía, es decir, sí, sus padres se habían gustado durante la secundaria, pero YoonGi le había pedido ser novios casi sin cruzar más de tres oraciones ¿Cómo era eso posible? ¿Cómo es que seguían juntos? ¿Qué clase de relación habían llevado? ¿Eso no pasaba solo en las películas?

 

–¿Y después de eso fueron novios? –Preguntó incrédulo. JiMin asintió –¿Sin conocerse? –Mordiéndose la lengua, Minseok pensó en los años de amistad que llevaba con LuHan, negándose a declararse porque… la amistad es más importante –¿Y jamás pensaron que algo podía salir mal? Es decir ¿Empezaron una relación así como así?

 

JiMin se levantó y se sentó al lado de su hijo.

 

–Sí, empezamos una relación así como así. Era mi último año de secundaria. No tenía tiempo para andar jugando al amigo ¿Y si dejaba de interesarle? Además, él  estaba sacrificando su papel por mí. Pero míranos ahora, nos hemos mantenido juntos, y te tenemos a ti y a tu hermano, y a este otro bebé –JiMin llevó las manos a su vientre porque la familia Min esperaba su tercer hijo.

 

Min Minseok nació cuando JiMin tenía 19. Min Woozi a sus 22, y pronto, más cerca a su 35, recibirían a Min SungMin.

 

Minseok suspiró ¿Y si planeaba algo parecido a lo que había hecho su padre? ¿Luhan caería? ¿Aceptaría sus sentimientos ó los años de amistad se irían por la borda? ¿Por qué no podía ser un poco más como su padre, valiente y siempre seguro de todas sus decisiones? ¿Por qué tenía que dudar tanto?

 

Un momento.

 

–Oigan… ¿Y qué pasó con la obra de teatro? –Su padre YoonGi sonrió. Habían hablado tanto de la obra que ahora quería saber lo que sucedió.

–Pues… eso… mmm… verás…

 

***

 

Era el día de la obra y JiMin estaba muy nervioso, tanto así que se escondió con las manos en la cabeza detrás de unas maderas usadas para la escenografía. ¿Cómo demonios había pensado que podía actuar en un papel tan importante? No podía. Aunque ahora YoonGi fuera su novio en la vida real, simplemente no podía. Iba a quedarse escondido allí hasta que la gente se aburriera y se fuera del lugar. Sí, eso haré. Pero JiMin no contaba con que en verdad, de verdad, de verdad, YoonGi lo conocía mejor que nadie, y que en segundos estaría ahí con él, sacándole las manos del rostro y besándolo por primera vez desde que eran novios.

 

–Es un beso como regalo por navidad. ¿Ya estás más calmado? –Preguntó YoonGi –Si ya lo hiciste, es momento de que te pongas de pie, tenemos una obra que protagonizar y felices navidades que desear. Sí no lo haces, no habrá besos hasta el año que viene, Park JiMin. –El nombrado abrió la boca pero la cerró ¿Cómo es que un niño un año menor que él lo podía chantajear así? –Recuerda, serás el protagonista, es lo que querías, y donde yo quería verte también, asique andando ¡Vamos, JiMin!. No practiqué un mes entero y ensayé para que me dejes plantado.

 

Y así, los planes de YoonGi salieron a la perfección, y JiMin tuvo el mejor año de su vida. Ambos objetivos cumplidos.

 

***

 

–La obra fue un éxito, aunque tu madre al principio se equivocó en sus diálogos y la profesara estaba que se quedaba pelada detrás nuestro –Explicó YoonGi a su hijo. JiMin rodó los ojos cuando su amado marido rompió a carcajadas otra vez, pero después cambió un poco la expresión –Lo único malo fue como lo miraban todos, él es mío, pero nadie parecía respetarme.

–La obra salió bien –Aclaró JiMin. –La cosa aquí es que así es como tu padre y yo empezamos a salir, que fue la pregunta inicial. No hay que tener miedo en la vida Minseok. Si la cosas salían mal, al menos me quedaría con los mejores recuerdas de mi vida. Uno es el protagonista de su propia historia, y sólo tú decides que tienes que hacer ¿Lo entiendes? Si tu padre no se hubiera arriesgado como lo hizo, yo hubiera terminado el año sin saber que nos gustábamos mutuamente, y hoy no estaríamos aquí.

 

Minseok se mordió los labios. Su madre tenía razón. Suspiró profundo, aquella noche tenía una declaración que planificar. JiMin sabía el origen de la pregunta de su hijo, había visto como miraba a su mejor amigo Luhan cuando venía a casa, pero no estaba muy seguro si el otro chico gustaba o no de Minseok.

 

YoonGi, por su lado, no tenía idea de la razón de la pregunta de su hijo, pero una cosa si era cierta, odiaba al niño con cara de niña ese que venía seguido a casa, lo odiaba porque miraba a su bebé Minnie de una manera poco agradable, como si le desvistiera con la mirada, y siempre pichándolo o tocándolo. Ser padre era cuidar a que nadie tocara a sus bebés.

 

Ciertamente, YoonGi pronto tendría un ataque.

 

–¡Familia! –Gritó Woozi, de doce años, apareciendo en el salón con una enorme sonrisa en el rostro –Sólo dos minutos para media noche, vamos, vamos a la cocina ¡Hay que brindar! –Luego miró hermano –Hyung, cierra la boca que entraran las moscas… y apúrate, quiero brindar.  –JiMin tomó la mano de su marido. Era feliz, y no sólo eso, sino que era el personaje principal de su propia obra.

Notas finales:

Muchas gracias a quienes leyeron. Perdón si hice sangrar sus ojos (?)

 


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