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Yoshiwara por ritsuka10

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TituloSome Unholy War

Pareja: HimUp

 

Un chico de cabellos azules se sostenía fuertemente del borde de la mesa en su diminuto cubículo, las  piernas flaqueaban por el continuo temblor que provenía de un objeto introducido en el interior  de su cuerpo, un compañero se acerco a su lado para comprobar su estado, el acto aumento su temor a ser descubierto, su piel se volvió pálida, blanca,  se negó a ser tocado, su temperatura aumentaba por el acercamiento de algún cuerpo humano, trato de incorporarse para no lucir tan doblegado, fingir estar bien.

—¿Te encuentras bien?.—Le cuestiono el compañero, Up afirmo tímidamente buscando no preocuparlo.—El jefe quiere que lleves el reporte que pidió ayer,sino te encuentras bien puedo dejarlo por ti ¿JongUp?

—Parece que me cayo mal la cena de ayer.— Levanto la barbilla formando una mediana sonrisa.— Le dejo el reporte al Jefe y me reporto enfermo si continúan las nauseas, gracias

El extraño se alejo intrigado por el estado de  su compañero, JongUp suspiro tranquilo aunque una capa de sudor cubría su frente, su respiración era entrecortada trato de tomar asiento en su silla pero la incomodidad en sus pantalones le hacia imposible la misión, un lapicero rodó por el piso cuando se coloco en cuatro para tomar el objeto una descarga eléctrica recorrió su columna vertebral, el objeto dentro de su trasero se movía de manera sospechosa, de una salto se puso de pie tomando la carpeta y dirigió a la oficina de su Jefe, la tortura lo estaba matando, sus muslos se encontraban mojados, pegajosos, bajo un poco el saco tenia la sensación que la humedad se podía ver sobre sus pantalones,  ingreso a la oficina donde al cerrar la puerta corrió al baño privado que contaba su jefe cuando el sonido de una llamada entrando capto su atención se detuvo.

—Si terminas con el juego antes de que yo llegué el próximo castigo tendrá más duración.—La voz de un hombre se abrió paso en los oídos del menor quien se recargo sobre el lavabo.—Pronto llegare baby. 

Un gemido escapo de los apretados labios del chico de cabellos azules que se doblego sobre la cerámica blanca de ese lavabo, levanto el trasero para moverlo, el ruido del aparato en su interior llego a sus oídos ahí en la habitación el silencio solo provocaba ecos a los suspiros escapando por su garganta, llevo sus temblorosas manos al cinturón el cual fue a dar el piso seguido por su saco, no lo soportaba necesitaba correrse, el aparato dentro de su cuerpo no dejaba de moverse, era consciente que fue un castigo ejemplar pero estaba acostumbrada  otras cosas anteriormente su verdugo solo usaba huevos ahora llevaba un dildo completo, la idea, el recordar cuando lo coloco se sumergió en el placer, su cuerpo estaba en estado de ebullición, necesitaba las blancas manos de ese hombre para entrar al límite, el sonido de una puerta abriéndose capto su atención.

—¿Haz traído el reporte joven Moon?.—El hombre de cabellos negros cuestionó caminando hacia un pequeño sofá frente a su escritorio.——Luce nervioso ¿Le sucede algo?

El menor negó saliendo del baño tratando de mantenerse de pie, su mirada capto como el hombre sacaba un pequeño aparato de su bolsillo derecho, presionaba un botón una nueva descarga eléctrica retumbo por toda su piel, explotando en ciento de sensaciones,  estiro la mano tratando de alcanzar la carpeta pero su cuerpo se doblego puso los hombros sobre la fina madera de la mesa, se agacho dandole la espalda a su “Jefe” quien se relamía el contorno de sus labios fascinado por la maravillosa imagen dibujada ente él, el pantalón ajustado que usaba JongUp definió a la perfección su excelente estructura ósea, su monumental trasero que tanto le excitaba.  

—Por favor detente.— Dijo entre gemidos desabotonando su pantalón.—No lo soporto sácalo o deja que me corra.—Grito desesperado dejando que sus prendas se deslizaron por sus suaves piernas,  el hombre de cabellos negros le había obligado despilares completamente.— Lo siento, lo siento por favor ayúdame con esto. 

La parte inferior del empleado quedo expuesta a su jefe quien se puso de pie dejando el control remoto sobre una de las mesas, se quito el saco para acomodarlo sobre el respaldo del sillón, se remango las mangas, sus pasos eran pausados, lentos, desesperantes para el peliazul que arañaba la superficie lisa del mueble, ahogado, sumergido en la locura acompañada por oleadas de placer, el aire frío del ventilador golpeaba su piel desnuda, la humedad bajaba por sus muslos trataba de mantener elevada las caderas pero los espasmos lo doblegaban, echo su cabeza hacia atrás cuando percibió un aliento golpeando su nuca, olor a cafe, el aroma favorito de su amante, lo sabia, desde un inicio supo que fue un error aceptar una copa de ese hombre, sonrisa perfecta, mirada seductora, cabello suave, piel blanca como la nieve, una sonrisa mostrando su  idénticos pares de dientes de conejo.

—JongUp, mi pequeño conejo sabes que trato de ser bueno pero a veces simplemente  me haces enojar.—La voz grave congelo sus movimientos.— Te quiero, eres mi vida entera todo lo que tengo es tuyo, mi vida misma te pertenece.— Besos iniciaron una caminata por la nuca, cuello, HimChan se coloco de cuclillas para besar la cadera, los glúteos.—Amor mío solo debes entender que me perteneces, soy tu dueño como tu eres el mío, mataría por ti, cualquier cosa que me pidas cumpliré.—Mordió los muslos, marcas rojas amanecieron, con ambas manos sujeto los músculos para aplicar sensuales masajes. —Te quiero JongUp, por favor acepta mi amor. 

 —Lo siento no fue mi intención hacerte sentir mal.—Trataba de hilar sus palabras pero la excitación lo sumergía en un abismo sin fondo, unos dedos jugaban con su entrada tratando de sacar aquel juguete.—Lo siento, —Volvió a suspirar al notar la intención del mayor.—Sabes que te quiero mucho.— Sus pulmones se quedaron sin aliento cuando el aparato fue lentamente deslizando hacia fuera de su cuerpo pero sin salir por completo.—HimChan necesito que dejes que me corra.—El hombre beso el muslo derecho negando.—Por favor no podré soportarlo más.

La lengua del hombre se deslizo por la piel expuesta con su mano jugaba con el aparato metiéndolo, sacándolo, las piernas del peliazul ante cada embestida se derritian, no lo soportaba,  continuaba culpándose todas las noches por haberle dado entrada a ese pervertido a su vida pero en lo más profundo de su alma, en ese lugar oscuro, solitario, le fascinaba ser tratado de esa forma, para Him él era su Dios, su amo, saber que podría controlar a un hombre tan poderosos le enloquecía, ser su esclavo sexual era lo de menos, un suspiro apareció cuando percibió unas manos masturbando su erección una paz interna exploto llenando su mundo de varios colores, era una pequeña bendita, agua fresca en medio de una acalorada tarde,  dientes continuaban clavándose sobre su piel expuesta, de pronto el juguete envuelto en humedad fue a dar al piso.

—Sé que mientes por ello tendré que hacerle las preguntas a tu cuerpo.—El hombre volvió a ponerse de pie, bajo su pantalón dejando mostrar su miembro que ingreso sin previo aviso a esa mojada entrada que lo recibo ansiosa,. —JongUp, JongUp mi mas bello tesoro, te quiero, te quiero.—Las embestidas se volvieron más bruscas, salvajes, el mencionado rasgaba la superficie de la madera, clavaba las uñas, labios devoraban su cuello.—He comprado un par de boletos para viajar a Filipinas, sé que te encantara. 

El menor no alcanzo a contestar unos labios devoraban los suyos unas manos se apoderaban de su cintura para volver más profundo el contacto, una punta caliente golpeaba sus entrañas acariciando un punto que lo volvía loco, cuando su amigos los invitaron a ese Bar gay nunca creyó que encontraría la felicidad envuelta en una capa de espinas, ese hombre  con mascara perfecta guardaba debajo el rostro de un autentico pervertido,  sus caderas bailaban al mismo ritmo, un aviven erótico, Up levanto la mirada encontrando el reflejo de su rostro en un espejo, se vio a si mismo con la lengua fuera, un hilo de saliva corriendo por su cuello, gemía, lloraba, suplicaba por mas,  no, el hombre a sus espalda no era el enfermo sino él, la sensación de estar al límite lo enfermo, la fase llamada orgasmo comenzaba a invadirlos desde el interior.

—Me encantaría ir contigo quiero hacerlo en la playa.—Contesto a la invitación echando al cabeza hacia atrás suplicando por un beso.—Te quiero HimChan y sabes que no miento.— El mayor marco sus dedos en esa morena piel para continuar embistiendo su trasero.—Estoy llegando a mi limite. 

Esas cuatro paredes tuvieron que soportar que los gemidos de ambos hombres no escaparan por las esquinas, HimChan estaba aferrado penetrando de forma violenta a su empleado favorito que se contoneaba ante el placer invertido en su cuerpo, rasgaba la superficie, se ahogaba en su propio placer, sumergido en la pasión, en la lujuria ambos personajes llegaron el limite, un profundo gemido escapo de sus labios, el pelinegro salió poco a poco de ese cuerpo mientras liquido blanco rebañaba por sus muslos, se desplomo sobre el escritorio fascinado por la experiencia por fin había logrado correrse, un cuerpo se pego a su espalda para sujetarlo por la barbilla sus labios se encontraron en un hambriento beso.

 

Notas finales:

un pequeño regalo a las himup shippers, espero les guste y mil gracias por sus reviews, sabenque esto lo hago poe ustedes :) gracias 


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