Miré la pantalla del televisor, ignorando a Jin y sin saber cómo echarlo.
–Entonces, ¿así fue? –bufó–. ¿Así de simple?
Hice un ademán de mirarlo de reojo sin embargo me arrepentí.
–¿Y ahora qué? ¿Quieres viajar para no toparte con él cuando salgas? –paseó de un lado a otro mientras hablaba, y sigo sin saber cómo echarlo sin que se enoje más conmigo–. ¿De eso va todo esto? No huyas de J-Hope, si huyes de él ten por seguro que lo perderás.
–Basta, no lo perderé, él jamás me dejaría –gruñí, negándome a creerle–. Me lo dijo, Jin. Hoseok no me dejará jamás.
–Sin embargo tú sí que eres muy capaz de dejarlo a él –alzó la voz–. Eres capaz de dejarlo, haciéndolo llorar todas las noches, desde que terminaste con él, en su maldita habitación.
–¡Basta!
Grité, poniéndome de pie y yendo frente a Seokjin.
–No es eso lo que quiero –fruncí el ceño con rabia.
¿Por qué no se va de una vez?
–¿No querías que Hoseok se preguntase hasta el cansancio por qué decidiste terminar con él, ah? ¿No era eso?
–¡No, no era eso! ¡Vete de una jodida vez, me duele la cabeza con tu estúpida voz!
–¡¿Pero qué quieres Yoongi, qué?!
¿Qué quiero?
Fruncí mis labios, ambos formaron una delgada línea recta mientras controlaba unas lágrimas que amenazaban con nublar mi perfecta visión. Empujé a Jin del pecho deseado que se alejara. Me sofoca, me sofoca que todos estén insistiendo con lo de Hoseok. La relación es nuestra, era nuestra. No importa lo que pase, no debería interferir ni Jin, ni Namjoon, ni Jungkook, ni nadie.
–¡Vete! ¡No quiero a un metiche en mi casa!
–¿Qué es lo que quieres, Yoongi?
Escuché la voz de Seokjin, estaba cargada con tanta tristeza que enfurecí. Estoy seguro de que enrojecí de furia.
–¿Por qué debería importarte? Yo soy el que quiere algo nuevo, un cambio, no tú –mi barbilla se elevó, altanera, y deseosa por lanzar algún comentario hiriente hacia el chico que estaba frente a mí–. Jin, ándate de una vez.
–¿Estás diciendo que quieres experiencias nuevas o algo por el estilo? –preguntó.
Exactamente, respondí en mi mente.
–Ajá.
–¿Estás cambiando a Hobi por unas experiencias nuevas de mierda? No te comprendo, Min. No lo hago.
–¿Te vas o te echo a patadas en el culo?
–¿Acaso Hope no es lo suficientemente bueno para acompañarte en esas “nuevas experiencias”?
–Quiero estar solo.
Estúpido pero querido Jin, es tan simple como comprender el hecho de que tengo miedo de que Hoseok no lo disfrute tanto como yo.
–Estuviste la mayoría de tu vida solo, ¿por qué querer estarlo ahora? Uno no se hace más joven, Yoongi. Lo sabes.
–Lo sé, y por eso creo suponer, que Hoseok, con apenas veinticuatro años, podría encontrar a alguien más, Jin. Debo recordar lo que era estar solo antes de que ya duela demasiado.
–¿Tienes miedo de que te cambie?
Callé, dejando caer mis manos a mis costados y permitiéndome botar las lágrimas que tanto anhelaban salir de mis ojos. Mi pecho duele.
–Jin, me harías un gran favor si te largas en este instante. Deja cerrado cuando te vayas.