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¿Qué fue lo que hice? por Fujoshi_de_closet

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Notas del capitulo:

Hola gente hermosa, lamento muchisimo tanta demora en este capitulo, pero mi pc murio *Q.E.P.D.* y hace solo unos dias me compre otro, pero en fin, espero disfrute este capitul :) dejen sus comentaios, siempre y cuando sean con buena onda y respeto :3

 - ¿A qué te refieres con que tienen mucho que contarme?, por lo que hable contigo por teléfono me dio la impresión de que no sabías que me había pasado, Tetsu - Preguntó con un rostro teñido de impacto el moreno basquetbolista, ante la serena mirada de Kuroko y la iracunda aura de Kagami.

 

- ¿Crees que no sabemos que terminaste en casa de Kise-Kun? – Preguntó muy seguro de sus palabras el peli celeste, dejando aún más perplejo a la estrella de Touo.

 

- ¡¿C-¡¿C-¡¿CÓMO SABES ACERCA DE KISE?! – Vociferó muy alarmado el confundido joven, quien sin darse cuenta estaba armando un gran escándalo en el lugar.

 

- ¡¡Siéntate de una vez y escucha a la gente cuando te habla, idiota!! – Dijo el peli rojo con un tono firme, pero sin alzar la voz, logrando tranquilizar a su interlocutor de manera exitosa, haciendo que se sentara nuevamente sin chistar.

 

- Eso no es ningún misterio Aomine-Kun, ayer con una considerable cantidad de alcohol en tu cuerpo no dejabas de hablar de Kise-Kun…- Dijo sin tapujos el más bajo de todos, tomándose una pausa para darle un sorbo a su batido de vainilla, ante la atenta mirada del moreno, quien mostraba un sonrojo hasta las orejas por esas declaraciones: - … Ni si quiera te lo preguntamos y decías que necesitabas hablar con él, que ya no podías ocultar tus sentimientos y ese tipo de cosas, por eso asumimos que habías terminado en su casa, no eres muy bueno ocultando lo que sientes – Concluyó la sombra de Kagami con su calma habitual, esperando la reacción de su amigo de la secundaria.

 

- ¡No puedo creerlo! ¡SOY UN IDIOTA!, ¡¿POR QUÉ RAYOS NO ME DETUVIERON?!, ¡SON MIS AMIGOS, MALDICION! – Les reprocho muy enojado con ellos, pero más con el mismo, parecía que había cavado su propia tumba para luego solo esperar por la muerte de su vida amorosa.

 

- ¡¿TAN MALOS AMIGOS NOS CREES, IDIOTA?!, ¿Crees que este ojo morado me lo gané por diversión?, ¡¡FUISTE TÚ CUANDO TRATÉ DE BAJARTE DEL TAXI!! – Vociferó enardecida la estrella indiscutible de Seirin, ante los reclamos de su eterno rival.

 

- ¡¿EH?! – Logró articular con suerte ante la nueva información, su cara lo decía todo, realmente se había descontrolado el día anterior y ahora no podía creer que incluso había golpeado al americano.

 

- Así fue Aomine-Kun, no pudimos hacer nada para detenerte, a pesar de que trate de convencerte y Kagami-Kun recurrió a la fuerza estabas muy decidido – Sentenció Kuroko, antes de darle el sorbo final a su malteada, frente a un Aomine tan aturdido que no reproducía sonido alguno y hasta se había olvidado del hambre que sentía.

 

  En tanto Aomine recuperaba en aliento e intentaba procesar poco a poco lo sucedido, la golpeada luz y la serena sombra de Seirin tenían sus propios asuntos pendientes.

 

- Me sorprendió tu llamado esta mañana, aunque no te mentiré, pensé que sería para algo más divertido que esto – Exclamó Kagami, esbozando una leve sonrisa mientras su mirada se fijaba al peli celeste, quien intentaba ocultar un notorio sonrojo en su rostro.

 

- ¿No crees que es conveniente que tu ojo sane antes de pensar en ese tipo de cosas, Kagami-Kun? – Murmuró lo suficientemente alto, mientras sonreía tiernamente, habían olvidado completamente al atormentado moreno por un momento.

 

- Anoche no tuvimos problemas, ¿verdad?, si es por ti me olvidare de lo que el idiota de Aomine le hizo a mi cara – Dijo pícaramente, con un leve sonrojo en su rostro, mientras rozaba intencionalmente la mano de su querida sombra, logrando que éste se estremezca.

 

- ¡¿Quieren dejar de actuar tan acaramelados frente a mí?!, es como comer pan frente a un mendigo… – Vociferó molesto ante la escena frente a él, logrando una mirada de ira por parte de Kagami y la total vergüenza de Tetsuya, quien trato de centrarse nuevamente: -… Ahora sé cómo llegue a la casa de Kise, pero aún no consigo recordar que paso con él, estaba muy molesto, no sé qué hacer - Concluyó muy deprimido, ya que el rompecabezas aún no estaba completamente armado y sin él no podría disculparse de forma adecuada, el sólo pensar en no poder componer su relación con el rubio lo estaba atormentado cada vez más.

 

- ¿Por qué simplemente no eres sincero con él? – Propuso inesperadamente Kagami, dejando atónitos a sus dos acompañantes, mientras él se mostraba seguro y serio.

 

- ¿ESTÁS LOCO?, ¿HABLAS DE IR Y DECIRLE LO QUE SIENTO?, jamás podría decirle eso, sólo conseguiría darle verdaderas razones para odiarme – Refutó muy ofuscado sin entender que buscaba Kagami con esa solución.

 

- Mira, no tuviste que decirnos nada para entender que la situación de ayer fue muy comprometedora en relación a tus sentimientos por él, ¿Estoy en lo correcto? – Exclamó con un tono claro y mantuvo su temple serio.

 

Aomine asintió, algo avergonzado, en tanto el pálido número once de Seirin observaba expectante, quería ver a donde quería llegar Taiga.

 

- Pues no hay opción, debes decirle como te sientes, conociendo a Kise jamás dejaría entrar a cualquiera a su casa, en el estado en que estabas y a esas horas de la noche, piensa un poco, quizás hay algo que no estás viendo, si se sintió tan mal por una borrachera tuya, en su casa y te echó al ver que no recordabas nada, ¿No crees que quizás esperaba algo de ti? – Argumentó muy seguro ante la impresión de sus dos acompañantes.

 

- Entiendo a lo que te refieres, pero, ¿Qué tal si me odia por decirle eso?, no hay garantía de que el sienta lo mismo por mí, más bien diría que es imposible…- Había comenzado a deprimirse de nuevo, hasta que fue interrumpido por el americano.

 

- Nunca hay garantía, pero a veces funciona…- Miró tiernamente a Kuroko y tomó su mano sin importarle nada, provocando el rubor ajeno en sus pálidas mejillas, luego miró al moreno para continuar hablando: -… No hay nada más que pueda remediar lo que hayas podido hacer ayer, aparte de la verdad, debes solucionar esto y el único que puede decirte que paso entre ustedes ayer, es él – Sentenció certero y correcto el número diez de Seirin, ante la orgullosa mirada de su pálida pareja, quien apretó fuerte su mano en señal de apoyo.

 

- ¡No, no puedo!, no soy capaz de hacerlo, el solo el pensar en confesarme hace que mi cara comience a arder, no podré decírselo – Murmuró muy afligido, con rubor en sus mejillas y casi al borde de las lágrimas.

 

- No podemos obligarte a hacer nada, Aomine-Kun, pero piensa que en estos momentos ya no tienes nada que perder y Kise-Kun merece saber el porqué de tu comportamiento, ¿quieres seguir mintiéndole?, o aun peor… – La conversación se tornó sombría por unos instantes, el astuto hombre de los pases jugaría su última alternativa…la provocación: -… ¿Acaso te vas a quedar sentado lamentándote hasta que alguien más se quede con él? - Trató de convencerlo el más pequeño de la mesa, sin saber cómo ni porque, pero había dado en el clavo completamente.

 

  En el momento en que el moreno entendió que sus sentimientos no pueden ser peor al lado de lo que pudo hacer la noche anterior y de que no estaba dispuesto a perder al blondo por una estupidez como esa, se dio cuenta que quizás era el momento de ser sincero, la sola idea de que alguien más pudiera estar con el chico de los ojos dorados, alejándolo para siempre de su lado le dio todo el coraje que necesitaba, por lo que se levantó de la mesa y salió corriendo hacia la casa del sexy modelo, ¿cómo no había sido capaz de ver algo tan obvio?, quizás la resaca era la razón.

 

- ¡Adiós, gracias por esto, les debo una! – Gritó mientras cruzaba la puerta, dejando a la pareja sola, pero muy orgullosa de él, solo deseándole lo mejor.

 

- Sí que se tardó en decidirse – Se quejó Kagami, algo serio y agotado luego de dejar escapar un suspiro.

 

- Bueno, estamos hablando de Aomine-Kun después de todo – Se rio por lo bajo al decir eso.

 

- Eso es cierto, en fin, ahora que estamos solos, ¿hay algo que quieras hacer? – Preguntó coquetamente mientras apoyaba su antebrazo en la mesa.

 

- Puede que… si haya algo, pero solo te lo diré si me compras una malteada de vainilla – Respondió misterioso y con una leve sonrisa dibujada en su rostro, jugando un poco con él.

 

- Trato hecho – Cerro el trato el más alto, mientras se levantaba a comprarla.

 

“Espero todo salga bien contigo, Aomine-Kun”, pensó Kuroko para sí mismo, en tanto el moreno había conseguido llegar a la casa de su rubia debilidad, por lo que apenas estuvo frente a ella, tomo aire lentamente, oprimió sus puños, camino hacia la puerta mientras recordaba varios momentos vividos junto a su enamorado secreto, se llenó de coraje y tocó el timbre ya no estaba dispuesto a callar y mucho menos a hacerle más daño.

  Se escuchaban pisadas que se acercaban a paso normal hacia la puerta, el corazón del moreno comenzaba a acelerarse, los nervios lo estaban dominando, pero ya no había vuelta atrás, era ahora o nunca.

 

- ¡¡¿¿Aominecchi??!! – Se impactó el níveo de piel al verlo parado frente a él, mientras un pequeño rubor aparecía en sus pálidas mejillas.

 

- Necesito hablar contigo, por favor, ¿Me dejarías entrar? – Suplicó sin poder verlo directamente a los ojos, aunque el estudiante de Kaijo tampoco lo había hecho, la tensión entre ellos era evidente.

 

- Entra, también tengo algo que decirte – Autorizó el modelo de revista, mientras el moreno quien ya estaba más que decidido, dio marcha hacia adelante, sintiendo como esa gran puerta se cerraba tras de él, las cartas estaban echadas.

Notas finales:

Bien, espero les haya gustado, espero sus comentarios para saber que piensan, siempre que sean con buena onda y respeto, muchos saludos y nos leemos muy pronto gente, lo prometo :)


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