Jean caminaba en las inmediaciones de café donde había quedado de reunirse con Seung Gil, pero había llegado demasiado antes como para sentirse como y tomar lugar, sin que los nervios terminasen por comérselo.
Se metió en un callejo, sintiendo como sus nervios se apoderaban de su cuerpo, sus manos temblaban de forma exagera, incluso podía asegurar que sus rodillas temblaban, apretó los ojos y se llevó las manos al pecho, tratando de regular su respiración, estaba tan ansioso que podía jurar que tendría un ataque.
—¿JJ? — una sensación de angustia creció en su cuerpo, notando la presencia del omega por primera vez.
—Yo lo siento…—trató de guardar la compostura, pero sabía que su rostro solo dejaba ver su molestia e inseguridad, probablemente estaba pálido y sudoroso. —…me sentí un poco mareado…—pero a media frase, el dulce aroma del omega se hizo presente.
—Podemos ir a casa si no te sientes bien. — Seung Gil tocó el brazo del moreno, logrando que todo el cuerpo del más alto temblara, mientras un profundo suspiro salía de su boca, el aroma de chocolate parecía extenderse. —Siempre pensé que todos los alfas era hombres firmes y sin quiebres.
—La verdad soy todo menos un alfa normal…
—Raro escuchar eso del conquistador JJ ¿o debo decirte Rey Leroy?
—No me digas de esa manera, la pequeña gatita rusa lo usa siempre.
Ambos se quedaron en silencio, pero comenzaron a caminar a la cafetería, lo mejor era mantenerse en un ambiente público, la verdad es que al canadiense lo preocupaba la idea de mantenerse cerca del otro y perder la calma que estaba teniendo.
Se sentaron en una de las mesas y el silencio fue lo que terminó por llenar el ambiente, la mesera se acercó y tomó su orden, dándole pie al moreno para comenzar la conversación que llevaban un par de días aplazando.
—Asumo que te sientes tan confundido como yo, por mucho que lo he intentado, que he tratado de portarme objetivo con todo lo que está pasando. —JJ había ocultado sus manos bajo la mano con el fin de que el chico pálido frente a él no notara su nerviosismo. —yo tengo entendido que el chico Beta que estaba presente el otro día es tú pareja.
—La verdad es que llevó un tiempo con Pichit, sabíamos que un día tendría que encontrarme con mi pareja destinada, aunque en realidad esperábamos que nunca llegara este momento, no siempre tienes tanta suerte de bueno, esto…— la mirada fría del muchacho solo lograba aumentar los nervios que en ese minuto invadían su cuerpo.
Nuevamente se formó un silencio en la mesa cuando ambos recibieron su pedido, todo parecía un poco tenso entre ambos, pero la verdad es que ninguno estaba claro sobre lo que debía pasar entre ellos o como debían lidiar con la situación.
—Señor Leroy. —Seung Gil habló de manera sería.
—JJ, Señor suena demasiado distante y para alguien mayor, tenemos casi la misma edad y en el fondo ambos estamos lidiando con todo lo que está pasando.
—JJ. —El muchacho se relajó visiblemente. — yo tengo pareja, no quiero dejarlo, sé que ahora las cosas cambiaran y que mi celo será demasiado fuerte para no soportarlo sin ti, sé que mi cuerpo pedirá que me embaraces, pero realmente no me interesa vivir nada con mi pareja, para mi eres un extraño.
El moreno se sintió rechazado, su alfa estaba herido por las palabras del otro, pero en fondo su parte lógica era más fuerte de lo que pensaba, así que simplemente se contuvo, muchas veces había sido rechazado, desde su padre al enterarse de su existencia, por Otabek cuando le contaron la relación de ambos e incluso por Yuri, el día de compromiso, así que simplemente se contuvo, esperando llegar a algún acuerdo para poder continuar.
—Entiendo tú situación Seung Gil, no tengo interés en forzarte, para mi eres una persona, no un objeto, por ahora me gustaría que nos conociéramos, que llegásemos a llevarnos bien, después de todo, vamos a estar unidos de alguna manera para siempre.
Seung Gil miró al otro con cierta confusión, después de todo no era la reacción que esperaba, si finalmente el hombre frente a él era un alfa y como tal, asumió que querría marcar territorio sobre él.
Conversaron por varias horas a pedido del alfa y aunque Seung Gil se sentía confundido, el olor del alfa llenaba su cuerpo de forma perturbadora, pero de la misma manera, la sonrisa que le entregaba, le daba una calma que no recordaba haber sentido en mucho tiempo.
Fue cerca de la hora de la comida en que Seung Gil se percató en lo rápido que había pasado el tiempo.
—JJ, lo lamento, acordé comer con mi pareja, realmente lo siento, pero debo marcharme.
—Entiendo…—el alfa se sintió un poco angustiado en relación a lo que el otro le decía, después de todo era un alfa y su orgullo se hería con la misma facilidad que el de otros alfa, más aún por ser desplazado por un beta cualquiera.
—No te molestes, es solo que Yuuri quiere que vayamos, Victor está mejor y como es Pichit quien puede obligarlo a que vuelva a la cama. — JJ levantó la mirada confundido en dirección al coreano, sabía que su hermano había llamado a Yuuri informándole que volverían a Rusia, que se acababa la suerte de experimento que estaban haciendo, que ni Yuri era la suficientemente adulto para lidiar con todo esto, ni Victor estaba en condiciones de continuar.
—Pero…
—Yuri y Otabek se marcharon, si Yuuri nos lo dijo, pero no ha podido decírselo a Victor, han solo 3 días y el idiota solo ha estado en la cocina, quiere poder preparar la cena el día que su cachorro lleve a su alfa, el quería tener la casa en condiciones correctas.
—Lo lamento por Victor, mi hermano y Yuri de verdad querían dejar esta verdad atrás.
—Hasta cierta forma entiendo a Victor, pero Yuri no es un adulto y para él debe ser realmente difícil comprender los motivos de su madre.
JJ sonrió incomodo, no por la despedida, sino por estarle mintiendo a su omega, Otabek y Yuri continuaban en la casa que había alquilado, el rubio se había quedado en la cama y solo era consentido por el moreno, pero el saber que Victor estaba tratando de hacer cosas por el lo incomodaba, quizá como hermano era momento de que se pusiera los pantalones.
Tomó su celular y llamó, esperando que Emil contestara, el cheque siempre había sido un buen amigo, una mano derecha y hasta la voz de su conciencia, cuando se trataba de las decisiones que debía tomar.
—Tanto tiempo. — escuchó la voz del checo, seguida de un sonido de molestia, supuso que debía ser Michele, quien simplemente se sentía desplazado.
—Demasiado…—JJ tendría esa larga conversación que esperaba le diera más de alguna solución.