JJ se quedó en silencio al notar como Seung Gil venía con el labio partido, era un pequeño corte y una parte un poco oscurecida, haciéndose notar como si un pequeño moretón estuviese por aparecer.
El chico trataba de ocultar su rostro, evitando que los celestes ojos del otro lo siguiesen inspeccionando.
—Hola, Jean…—el canadiense simplemente se levantó y tomando fuertemente la muñeca de Seung, lo llevó a su auto, haciéndolo subir en el asiento de atrás. —¿Jean?
JJ cerró la puerta y simplemente, entró por el otro lado, rodeando entre sus brazos el cuerpo del otro, quien simplemente se quedó quieto, sin saber cómo reaccionar, pero sintiéndose repentinamente perdido por el olor del alfa, que parecía estar dejando salir sus feromonas sin ningún cuidado.
—¿Quién te hizo daño? —JJ bramaba molesto, sabiendo que si no se controlaba terminaría por hacer una estupidez, pero al ver el rostro del otro herido, algo en él estaba realmente furioso. —Solo dime su nombre y te juro que le partiré la cara por haberte tocado.
Seung Gil por un segundo temió por quien se había atrevido a hacerle daño, pero luego, simplemente sonrió, sintiéndose extrañamente protegido, solo el ver a alguien que se preocupara de manera tan pura de él, lo hacía sentir querido, amado, acompañado.
—No quiero eso, solo quiero quedarme entre tus brazos, solo quiero quedarme aquí…— JJ se sorprendió cuando el cuerpo del otro comenzó a estremecerse, al parecer estaba llorando.
El canadiense controló su ira, sabiendo que lo que el otro necesitaba en ese instante era que alguien lo reconfortara, solo necesitaba sentirse querido y protegido; y aunque sabía que sus sentimientos crecían conforme conocía a Seung Gil, simplemente se contuvo de llevar la situación más allá, debía conformarse.
Fueron varios minutos en los que el silencio se había quedado en el coche, pero ninguno había separado el abrazo que estaban teniendo, ya que para ambos la calidez de la otra persona era algo increíble.
—Pichit está molesto conmigo, yo lo entiendo, él está inseguro de que pueda enamorarme de ti.
—Debería confiar en ti, tú lo amas y estás luchando contra nuestra naturaleza por el amor que le tienes, por lo mismo respeto tú decisión.
—¿Quieres marcarme Jean? —Seung se separó, encontrándose con la profunda mirada del canadiense.
—Lo deseo, mi alfa clama por poseerte y controlarme en un espacio cerrado me es casi imposible, pero tengo claro que no soy la persona que amas, no me impondré ante ti, de ninguna manera, si tú me lo pidieses me alejaría de ti sin pensarlo.
—No quiero que te alejes, pero no te amo, al menos no aún, Pichit ha estado conmigo durante años, nos conocimos antes de terminar la escuela, pero…—el coreano guardó silencio por unos segundos silencio, pensando en si realmente debía hablar lo que había vivido antes de ser pareja de Pichit. — en la escuela Pichit tenía una relación con un maestro, el de verdad lo quería, pero su relación terminó cuando el profesor le dijo que estaba mal lo que estaban haciendo, que él debía buscar a su omega destinada, luego de eso Pichit empezó nuestra relación y mientras estuvimos estudiando ambos continuamos juntos, yo siempre quise mucho a Pichit, pero sé que él no me ve de la misma forma.
JJ no había dicho nada, pues no sabía cómo debía enfrentar la situación en ese instante, después de todo, el mismo había tenido relaciones solo por estar con alguien a su lado, solo por tener lo que su hermano y Yura tenían, eso que tanto deseaba.
El canadiense tomó el delgado cuerpo de Seung Gil, pegándolo a su pecho, en un acto puro, que terminó por colapsar las fuerzas de ambos. —Yo jamás te hubiese obligado a estar conmigo por lastima, quisiera haber llegado antes a tú vida.
El coreano por su parte se dejó caer, logrando que su cuerpo se encontrara con el de su alfa.
—Márcame, quiero ver lo que se siente ser la necesidad de alguin, Pichit me dejará y solo podría tener a ti a mi lado, solo tú podría contar contigo en mi vida.
—No…—Seung Gil abrió los ojos, sintiendo como el pecho se apretaba. —quiero marcarte cuando me ames, cuando pueda serte de utilidad, si necesitas que calme tú celo, lo haré, si quieres que te ayude a tener un bebé con quien amas, lo haré, pero no te haré mi pareja por obligación, eso no…
El coreano sonrió y rodeando el cuello del más alto, deposito un suave y casto beso en sus labios, agregando. —Espero poder enamorar de alguien tan maravilloso como tú, Pichit es bueno, pero sé que no me ama, solo espero que no sea tarde para nadie.
Alfa y Omega se quedaron abrazados, en el asiendo del vehículo, sin entregarse nada más que el calor del cuerpo del otro.
Otabek miró a su hermano, sabiendo que este haría lo correcto, así que continuó su camino, había decidido intervenir un poco en lo que Yuri estaba haciendo, no soportaba verlo quebrado y si para ayudarlo debía renunciar a algunos años con él, lo haría.
Tomó los documentos que Emil le había enviado, solo necesitaba que Yuuri los firmara y tanto él, como Victor serían los tutores legales del rubio y con eso, aunque le doliese, podría darle algunos años de amor con sus padres.
Otabek sonrió, sabiendo que Yuri lo regañaría, pero que en el fondo agradecía la oportunidad que le quería dar junto a sus padres.