Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Conociendo a mamá por Samantha0507

[Reviews - 70]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yurio se movió incomodo sobre los asientos del avión, ya iban bastantes horas de viaje y no lograba distraerse, ni mucho menos conciliar el sueño.

 

Miró a su madre, quien se había acomodado y ahora dormía sobre el hombro de su padre.

 

Todo el avión estaba en silencio, era de noche y la mayoría de los pasajeros simplemente reposaban, de vez en cuando las azafatas pasaban y le ofrecían algo de beber o de comer, pero el simplemente lo rechazaba, sentía que nada pasaría por su garganta.

 

—¿Yurio? —El pelinegro abrió los ojos, se sentía somnoliento, pero las feromonas de su pequeño, simplemente estaban haciéndose notar. — ¿Te sientes mal? Estas pálido.

 

—Me duele el estómago, está revuelto, es como si quisiera vomitar.

 

—Si quieres puedo acompañarte al baño. — El moreno acomodó a Victor, para acercarse a su hijo, le puso una mano en la frente, esperando que este no tuviese calentura. — No tienes fiebre, no pueden ser nervios por el viaje, ya que no es primera vez que vuelas y mucho menos que realizas un viaje largo.

 

—¿Cómo?

 

—Hemos seguido tus competencias, realmente nos maravillamos cuando veíamos lo bello que lucias sobre el hielo y en como parecías que los patines eran parte de tu cuerpo. — Yuuri tomó la mano de su pequeño, pero no lo miró, para evitar que este se volviese a avergonzar. — Cuando decidí dejar el patinaje y dedicarme de lleno a la danza y a enseñar, supe que había sido la mejor decisión de mi vida, la verdad, es que tanto Victor como yo, pensamos en que si competíamos terminaríamos encontrarnos y en realidad nos asustamos bastante.

 

—¿Lo dejaron por mí?

 

—No, lo dejamos por una vida más tranquila, la verdad es que el encontrarnos contigo no era todo el problema, los rumores empeoraban con cada competencia, las críticas sobre Victor se volvían peores con el paso de los días, no podía pensar en verlo caer en depresión nuevamente, así que terminamos por tirar la toalla.

Yuri cerró los ojos, imaginándose a Victor y a Yuuri en la pista, patinando juntos, dejando salir todo eso, que el mismo veía en casa, ese amor que se podía distinguir en el aire, solo con verlos, en algún instante dejó su cabeza caer, terminando sobre el hombro del japonés, quien sonrió al sentir como sus dos personas más importantes, dormían. — Si pudiera decirles como he soñado este momento, siempre imaginé como sería que los tres fuésemos a Japón.

 

El resto del tiempo sobre el avión, pasó sin que los omegas lo notasen y no fue hasta que la mano de Yuuri los despertó, que ambos recordaron donde estaban y el sentido de lo que estaba haciendo, de ese viaje.

 

Yuuri caminaba en el aeropuerto, llevando a su esposo de la mano, mirando en búsqueda de quien se supone los iría a recibir, pero siempre pendiente del joven que caminaba a unos pasos de ellos, mirando todo a su alrededor.

 

La voz de Minako y el cartel de siempre lograron sacar una sonrisa del japonés, la mujer tomó el rostro de Victor y como si fuera una revisión, simplemente revisó cada detalle, esperando encontrar algo que no debía estar en su lugar.

 

—Minako-sensei. — Yuuri se quejó, pero se quedó en silencio, cuando la mujer fijó su atención en el muchacho que caminaba tras de ellos. —Mina…

 

—Es Yuri…—La mujer habló, pero su voz era más baja de lo que los dos mayores podían recordar. — ¿De verdad eres Yuri?

 

El rubio se veía incomodo, pero la mujer se sentía tremendamente familiar, por lo que simplemente asintió en silencio, hasta que sintió las frías manos de la castaña sobre su rostro.

 

—Eres todo un hombre ya, tu cabello es hermoso, eres realmente precioso…— La voz de la mujer se había quebrado y ahora simplemente había rodeado al adolecente y lo había apretado contra su pecho, fueron un par de minutos, hasta que la castaña se giró y le sostuvo la oreja a su antiguo alumno. — Me debes una explicación y a tus padres, ninguno sabe nada, es que, como no nos contaste que el vendría con ustedes, ni siquiera nos dijiste que estaban en contacto, es que eres un desconsiderado, niño malcriado…

 

Victor comenzó a reír, mientras veía los regaños de la mujer sobre su pareja. —Nunca vi una Beta regañando a un alfa de esa manera. — El rubio se había acercado a su madre, buscando su protección.

—Te comenté que Yuuri y su familia es diferente, ella es Minako, fue maestra de Yuuri y una gran amiga para mí, cuando estuve en Japón, ella fue mi compañía por mucho tiempo, bueno aquí todos me dieron el amor que necesitaba.

 

Yurio miró a su madre con duda, había tanto que debía conocer, tanto que debía aprender y tan poco tiempo.

 

El viaje a la casa de Yuuri duró un rato, el rubio miraba sorprendido las calles y como todo se veía tremendamente diferente, incluso a las mismas imágenes que había buscado de referencia del lugar.

 

Su llegada no fue diferente, todos habían organizado una fiesta de bienvenida, pero solo habían bastado unos minutos para que al notar la presencia del rubio, todos estallaran en llanto, habían sido un millón de emociones, la alegría, la vergüenza, pero sobre todo, el amor con el que habían recibido al pequeño, a pesar del tiempo, de todo lo que el mismo había hecho, de dolor de sus padres en todos esos años.

 

Fue bastante tarde que las cosas se calmaron y solo en ese instante Yurio pudo sentarse solo en un lugar separado de los demás, había sido agotador, pero extrañamente reconfortante, era un calor, una actitud inusual, como todos lo trataban, ese amor que le demostraban, solo con observarlo, con estar a su lado, era algo que ni el mismo lograba comprender.

 

Marcó el número de Otabek, temiendo que el otro no respondiera, pero simplemente escuchar la voz del alfa lo hizo querer llorar. —Beka…—Sus lágrimas bajaron inmediatamente por su rostro, como si de un rio se tratase.

 

—Yura, gatito…— el alfa se escuchaba somnoliento. — ¿Qué tienes?

 

—Beka, te extraño…

 

El rubio no se percató de la presencia a sus espaldas y como simplemente este le daba su espacio, para poder hablar con su pareja, la noche llegó rápidamente, logrando que el hogar se volviese silencioso.

 

Victor estaba en la cocina, tratando de recordar la preparación que años atrás Nikolai le había mostrado, pero simplemente no estaba resultando, no había preparado esa receta desde que Yuri había llegado al mundo. —Demonios, soy un idiota.

 

—¿Victor? —Yuuri se puso los lentes, se veía somnoliento. —¿qué haces? Es tarde.

 

—Yo quería preparar piroshki, pero olvidé el recetario y mis anotaciones en casa y pensé que si practicaba lo suficiente, podría hacer algo bueno…

 

—Victor, detente, sabes que no eres bueno en la cocina, no quiero que pase lo mismo que con la cena de navidad.

 

—Siempre tienes que recordar eso…— Victor levantó la voz, un poco molesto.

 

—Bueno casi quemaste el departamento completo.

 

—No fue mi culpa, los bomberos dijeron que la cocina estaba defectuosa, lo sabes, los escuchaste. — Victor sentía su orgullo como omega herido.

 

—Sabes que eso no es verdad, eso no fue lo que dijeron, además te pedí que dejaras de hacer estas cosas durante la noche, no comprendo que tan difícil es para ti comprender que esto es mejor con la supervisión correcta.

 

—Soy un adulto, no necesito que nadie me supervise, lo sabes…

 

—Bueno, en este instante me pareces más un niño malcriado que un adulto, ahora te agradecería vuelvas a la habitación, mañana prepararemos algo para comer.

 

—No puedes ordenarme de esa manera.

 

—Puedo y lo sabes, sigo siendo tu esposo y eres mi omega. — Victor se congeló, pero fueron unos escasos segundos, luego simplemente se alejó, sabiendo que las palabras de Yuuri eran verdad y que aunque no se sintiera feliz, era su omega.

 

Yuuri por su parte, solo pudo escuchar los pasos de Victor a lo lejos y luego la puerta de la habitación cerrándose. — Yurio. — Su voz era fría, haciendo temblar al menor. — Tu olor está por todo el lugar, sal, no es bueno espiar las conversaciones ajenas.

 

—No quería hacerlo.

 

—Lo sé, lamento que tuvieras que escuchar lo que estaba pasando.

 

—Nunca los vi discutir, aunque por un momento recordé como era estar en casa.

 

—Lo lamento, pero Victor se pone nervioso y no quiero que exagere, tengo que ser firme con él para que entre en razón, de otra forma solo termina haciendo lo que le place y su salud termina viéndose afectada.

 

—¿Amas mucho a mamá?

 

—Si, como no he amado nada en este mundo.

 

—¿Puedo dormir con mamá esta noche?

 

—Lo mejor es que estés a su lado ahora, creo que estará feliz de que seas quien lo consuele y probablemente terminemos peleando peor si voy a verlo.

 

—Gracias…— Yurio se dio media vuelta, pero antes de salir agregó. — papá.

 

Dejando al de lentes con el pecho lleno de un calor, que ni el mismo recordaba se podía sentir.

 

—De nada, cachorro, gracias a ti por querer conocer a tu madre.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).